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El cerebro... “más que un ordenador”¡Despertad! 1988 | 8 de junio
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La cantidad de diferentes sendas establecidas entre las neuronas (células nerviosas) del cerebro humano es astronómica. Esto se debe a las muchísimas conexiones que hay entre ellas; una neurona puede establecer conexiones con otras cien mil o más. “La cifra de posibles conexiones dentro del cerebro del hombre moderno es prácticamente infinita”, declara Anthony Smith en su libro The Mind. Es mayor “que la cantidad total de partículas atómicas que componen el universo conocido”, dice el neurocientífico Thompson.
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El cerebro... “más que un ordenador”¡Despertad! 1988 | 8 de junio
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Pero, ¿cómo pasa la información de una neurona a otra? Las criaturas que cuentan con un sistema nervioso sencillo tienen muchas células nerviosas unidas unas a otras. En esos casos, el impulso eléctrico cruza el puente entre una neurona y la siguiente. A este punto de contacto se le llama sinapsis eléctrica. El proceso es rápido y sencillo.
Por extraño que parezca, la mayoría de las neuronas del cuerpo humano transmiten los mensajes por vía de una sinapsis química. Para ilustrar este método, más lento y complejo, se puede pensar en un tren que llega a un río sin puente y tiene que atravesarlo mediante un transbordador. Cuando un impulso eléctrico llega a una sinapsis química, debe detenerse, pues existe una brecha que separa las dos neuronas. La señal ha de ser “transbordada” al otro lado mediante sustancias químicas. ¿Por qué se usa este complejo método electroquímico de transmitir impulsos nerviosos?
Los científicos ven muchas ventajas en la sinapsis química. Esta garantiza que los mensajes se transmitan en la dirección deseada. Además, se la llama plástica, porque su función y estructura pueden ser cambiadas con facilidad. En ese tipo de sinapsis se pueden modificar las señales. Con el uso, algunas sinapsis químicas se hacen más fuertes, mientras que otras desaparecen por falta de uso. “Con un sistema nervioso que solo tuviese sinapsis eléctricas, no se podría desarrollar el aprendizaje ni la memoria”, matiza Richard Thompson en su libro The Brain (El cerebro).
Por otra parte, el escritor científico Smith explica lo siguiente en su libro The Mind (La mente): “Las neuronas no solo desempeñan la función de emitir impulsos o no [...], tienen que poder pasar información mucho más sutil que un ‘sí’ o un ‘no’. No son solo martillos que, con mayor o menor frecuencia, golpean el siguiente clavo. Son, siguiendo con esta comparación, como el instrumental de un carpintero: destornilladores, alicates, tenazas, mazos... y martillos. [...] Cada impulso nervioso es transformado a lo largo del camino, y eso no se efectúa en ningún otro lugar más que en las sinapsis”.
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