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Testigos de Jehová. Informe del Anuario de 1992Anuario de los testigos de Jehová 1992
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Dedicaciones de sucursales: otra puerta abierta
“¡Felices son los que moran en tu casa! Todavía siguen alabándote”, cantaron los fieles hijos de Coré. (Sal. 84:4.) Las instalaciones de las sucursales hoy abren puertas de oportunidades para hacer avanzar la adoración de Jehová. Y la dedicación de las sucursales son oportunidades especiales de cantar alabanzas a Jehová.
Fiji
El martes 25 de diciembre de 1990 hizo un magnífico día en la tropical Suva, la capital de Fiji. Miles de personas se congregaron para el programa de dedicación de un anexo de la sucursal destinado a oficinas y viviendas. Fiji se compone de más de ochocientas islas, de las cuales están habitadas unas cien. Tiene más de setecientos treinta y seis mil habitantes, conocidos por su sonrisa contagiosa y su hospitalidad. El primer testigo de Jehová llegó a Fiji en 1913. En los años treinta se celebraban reuniones en Suva, a las que solo asistían tres familias. En 1940 se proscribió la obra, pero tras la II Guerra Mundial se volvió a dar libertad, lo que permitió que los primeros misioneros de Galaad entraran en Fiji el 5 de abril de 1947 para trabajar junto con los doce publicadores entonces activos.
Len Helberg, que ahora vive en Australia, y Len Heatley, precursor fijiano, fueron a la Escuela de Galaad en 1957. A su regreso a Fiji, un año más tarde, se abrió una sucursal en Suva. “Entonces no nos parecía una sucursal —dijo el hermano Heatley—. La llamábamos ‘menudencia’.” “Pero Jehová sabía lo que hacía”, añadió el hermano Helberg. A finales de los años cuarenta había una sola congregación en Suva; hoy, en cambio, las buenas nuevas están difundidas por todo el Pacífico Sur, y también hay sucursales en Nueva Caledonia, Samoa Occidental y Tahití.
Lyman Swingle, del Cuerpo Gobernante, pronunció el discurso de dedicación ante 434 personas reunidas en la sucursal. Otras 3.489 personas escucharon el programa en un estadio cercano conectado a la sucursal por hilo telefónico. La audiencia total fue excelente, teniendo en cuenta que en Fiji hay menos de mil seiscientos publicadores. Aquella misma noche los hermanos fijianos invitaron a muchos de los visitantes extranjeros a un espectáculo de canciones y bailes de dos horas de duración.
Grecia
El 13 de abril de 1991 fue un día histórico para las 334 congregaciones de testigos de Jehová griegos, pues en esa fecha se dedicó una nueva sucursal en Eleona, zona rural situada a unos 70 kilómetros al norte de la capital, Atenas.
El día de la dedicación amaneció nublado. Aunque parecía que iba a empezar a llover de un momento a otro, las amenazadoras nubes no consiguieron empañar la serena belleza de los verdes campos de cebada salpicados de amapolas rojas y margaritas amarillas que rodeaban la finca de 22 hectáreas. Se puso a llover justo cuando empezaban a llegar los representantes de las diferentes congregaciones, pero el mal tiempo no afectó la alegría de los 3.815 presentes. El programa de dedicación se transmitió por hilo telefónico a recintos de asambleas cerca de Atenas y Tesalónica, así como a la isla de Creta. La audiencia total fue de 13.484 personas.
Aunque fue en 1925, hace ya sesenta y seis años, cuando se celebró en Grecia la primera asamblea, la Iglesia ortodoxa griega sigue oponiéndose a los Testigos como si fueran una religión nueva. El clero llegó a organizar una manifestación en el exterior de las instalaciones de Eleona cuando la sucursal estaba en construcción. Tuvo que acudir la guardia de asalto para mantener el orden y proteger la propiedad. La oposición del clero fue en vano; es más, la sucursal se terminó seis meses antes de lo previsto.
Milton Henschel y Albert Schroeder, del Cuerpo Gobernante, estuvieron en el programa de dedicación. Ese día concluyó con una cena que compartieron la familia Betel, la de construcción y los representantes extranjeros que se habían desplazado a Grecia para la ocasión. A continuación, hermanos y hermanas griegos deleitaron a los visitantes con una exhibición de danzas tradicionales.
Hong Kong
El 1 de enero de 1980 se trasladó la sucursal de un local pequeño a otro más espacioso y tranquilo en Kent Road, número 4, en el barrio de Kowloon Tong. Este edificio iba a cubrir muy bien las necesidades de la sucursal durante ocho años. Cuando se quedó pequeño, los hermanos compraron un bonito edificio que se acababa de poner en venta en el número 12 de Kent Road y que reunía las condiciones adecuadas para instalar una pequeña sucursal y hogar Betel. No obstante, tras solo tres años quedó patente que pronto se necesitaría otra propiedad. Y Jehová proveyó una vez más.
Una tarde, el sacerdote católico que vivía en el número 16 de la misma calle le dijo al coordinador del comité de la sucursal: “Nuestros amigos se han ido”. Se refería a una familia china que era propietaria del número 14 de Kent Road y que se había marchado el fin de semana anterior. La casa, ideal para nuestros propósitos, estaba en venta. La que ahora es nuestra tercera propiedad, en el número 14 de Kent Road, constituye un excelente anexo a nuestras otras dos propiedades de los números 4 y 12. Es un edificio blanco de hormigón armado que tiene dos pisos. La familia Betel se compone en la actualidad de diecinueve personas, y hay alojamiento para treinta.
La nueva propiedad se dedicó la tarde del 15 de enero de 1991. Lloyd Barry, del Cuerpo Gobernante, pronunció el discurso de dedicación “Jehová sigue haciéndolo crecer”. Este hermano conoce bien Hong Kong. Lo visitó por primera vez en 1956 junto con Nathan H. Knorr, entonces presidente de la Sociedad Watch Tower. Desde entonces ha hecho frecuentes visitas en calidad de superintendente de zona. En su discurso repasó la historia de la obra desde sus orígenes hasta hoy, cuando hay 2.320 publicadores en las 23 congregaciones de Hong Kong.
Nueva Caledonia
En el rincón sudoccidental del océano Pacífico se halla Nueva Caledonia, la “isla de la luz”. En ella hay parajes naturales de gran belleza que han sido siempre refugio predilecto y fuente de inspiración de artistas. En los últimos años, una cantidad creciente de personas ha buscado una luz que da vida eterna. (1 Juan 1:5.)
En 1977 la sucursal se instaló en un hogar misional. Dos dormitorios de la casa se convertían en oficinas durante el día. Todo el trabajo de traducción, composición e impresión, así como el envío de publicaciones, se realizaba en solo 100 metros cuadrados. Esta circunstancia explica por qué el Cuerpo Gobernante aprobó construir un nuevo edificio de Betel de más de 1.200 metros cuadrados. Tiene seis dormitorios, y está ubicado en Nouméa, la capital de Nueva Caledonia. Las excavaciones empezaron en enero de 1989.
El pequeño grupo de nueve publicadores que había en 1956 ha aumentado a 1.265. Esta sucursal atiende en la actualidad las necesidades de más de mil cuatrocientos publicadores, incluidos los de Vanuatu y las islas Wallis y Futuna. El 15 de diciembre de 1990, unas dos mil setecientas personas escucharon alegres el discurso de dedicación pronunciado por David Mercante, representante de la central mundial de la Sociedad que estaba sirviendo de superintendente de zona. Finalizado el programa, hermanos de diferentes islas ofrecieron una representación musical con cánticos del Reino y danzas locales.
Filipinas
La última vez que se amplió la sucursal, en 1972, había en Filipinas 54.212 publicadores. Cuando se inició la construcción de la nueva sucursal en mayo de 1988, había más de noventa y siete mil.
La siega espiritual empezó el 14 de enero de 1912, cuando se oyó por primera vez el mensaje de las buenas nuevas en la Grand Opera House de Manila. Charles T. Russell, primer presidente de la Sociedad, pronunció ante unas mil personas el discurso “¿Dónde están los muertos?”. Estas primeras semillas de la verdad fueron dando fruto poco a poco, y en 1930 se conducía con regularidad una clase bíblica semanal, a la que asistían unas diez personas. El primer Betel de Filipinas se encontraba en un apartamento alquilado, que se comenzó a usar en junio de 1934. En diciembre de 1947 se compró la primera parcela del terreno que hoy ocupa la sucursal en Quezón City, y en febrero de 1948 se empezó a utilizar como sucursal el edificio existente en la parcela. En 1953, 1962 y 1972 se construyeron otros edificios en la propiedad original de una hectárea.
El aumento de publicadores durante los años setenta hizo indispensable ‘extender las telas de tienda’ de la sucursal. (Isa. 54:2.) Al principio los hermanos se pusieron en contacto con los vecinos para ver si alguno quería vender su terreno, pero a ninguno le interesaba en ese momento. Es más, uno dijo: “Los chinos no venden propiedades. Las compran”. Sin embargo, uno tras otro, los vecinos que no habían mostrado interés en vender sus propiedades a la Sociedad empezaron a ponerlas en venta. En seis años se compraron diez terrenos, triplicando la extensión de la propiedad de la Sociedad.
En mayo de 1988 se empezó a construir una fábrica de dos pisos y un hogar Betel de once pisos. Siervos internacionales y voluntarios del país trabajaron juntos alegremente en la construcción. La sucursal japonesa les ayudó con diseños de su departamento de ingeniería y con contribuciones monetarias, que se añadieron a las aportadas por los hermanos filipinos.
La dirección de Jehová se hizo patente en repetidas ocasiones. Por ejemplo, cuando hubo que comprar las planchas metálicas para el tejado y el piso, los hermanos descubrieron que en Filipinas solo había una empresa que suministrara un producto de las características que necesitaban. El pedido de los hermanos figuraba en la posición número 301 de la lista de espera de la compañía. Se concertó una cita para hablar en persona con el vicepresidente de la empresa, a quien se explicó la naturaleza voluntaria de nuestra obra. La junta directiva aprobó nuestra petición, y se trasladó el pedido de la sucursal al primer lugar de la lista de producción. Fue una medida providencial, pues los trabajadores de esa empresa se declararon en huelga inmediatamente después de entregar los materiales.
El 13 de abril de 1991 amaneció despejado y radiante. Las 1.718 personas presentes recibieron encantados a John E. Barr, del Cuerpo Gobernante, quien pronunció el discurso de dedicación titulado “Canción del aumento de la Teocracia”. Fue un tema muy apropiado, no solo para la dedicación de esta sucursal, sino para todas las demás.
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[Fotografías en la página 27]
Fiji
El 25 de diciembre de 1990 se dedicó la sucursal de Fiji, ubicada en Suva, la capital. La recepción está decorada con gusto
[Fotografías en la página 27]
Grecia
El 13 de abril de 1991 se dedicaron las instalaciones de la nueva sucursal de Grecia, situada en Eleona
[Fotografías en la página 28]
Recinto de entrada a la nueva sucursal griega
[Fotografías en la página 28]
La recepción de la sucursal griega está preparada para recibir visitantes
[Fotografías en la página 28]
Hong Kong
El nuevo anexo a la sucursal de Hong Kong se dedicó el 15 de enero de 1991
[Fotografías en la página 29]
Nueva Caledonia
El edificio de la sucursal de Nueva Caledonia, ubicado en la capital, Nouméa, se dedicó el 15 de diciembre de 1990
[Fotografías en la página 29]
Filipinas
El 13 de abril de 1991 fue la fecha de la dedicación del nuevo complejo de la sucursal de Filipinas, en Manila, que consta de un edificio de oficinas y un edificio residencial de 11 pisos. La imprenta se ve al fondo a la derecha
[Fotografías en la página 30]
El Salón del Reino de la sucursal filipina tiene cabida para 500 personas
[Fotografías en la página 30]
Comedor del hogar Betel de Filipinas, con capacidad para 400 personas
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