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    Anuario de los testigos de Jehová 1990
    • Dedicaciones de sucursales que glorifican a Dios

      Del mismo modo que el momento más importante de la vida de una persona es el día de su dedicación al Señor Soberano Jehová, uno de los momentos más sobresalientes de la vida teocrática de la sucursal de un país es la dedicación de sus instalaciones a ese mismo Señor Soberano, “Aquel que hizo el cielo y la tierra y el mar y todas las cosas que hay en ellos”. (Hech. 4:24.) Durante este pasado año de servicio, se dedicaron cinco sucursales: las cuatro que mencionamos a continuación y la de México.

      Perú

      El día 6 de noviembre de 1988 amaneció nublado y fresco, pero al poco rato, el cielo se despejó, y dio paso a la radiante luz del Sol, como si los rostros felices de los que se dirigían a un lugar especial de Monterrico chico (Lima) lo hubieran animado. El pueblo de Jehová esperaba con ansia un acontecimiento: la feliz conclusión de las obras de la “Ampliación del Betel de Perú”. Todos los asistentes —los 694 reunidos en el nuevo Salón del Reino de la sucursal y los 48.150 que había en Campoy, a las afueras de Lima—, unidos por conexión telefónica, prestaron cuidadosa atención al programa de dedicación con profundo aprecio. La asistencia total puede calificarse de asombrosa, pues solo hay 31.000 Testigos activos en todo el país. El discurso de dedicación lo pronunció Theodore Jaracz, del Cuerpo Gobernante.

      Cuando en 1980 se proyectó la construcción de la parte original de la sucursal, era difícil imaginarse hasta qué grado aumentaría el número de publicadores. Por lo tanto, cuando concluyeron las obras en diciembre de 1984, ya era obvio que pronto habría que volver a hacer ampliaciones.

      El proyecto “Ampliación del Betel de Perú” tenía la finalidad de duplicar la superficie del complejo existente con un edificio de diseño antisísmico. El sistema de construcción empleado despertó una gran curiosidad. Todos los días se juntaba una multitud de espectadores para ver a una grúa de 60 toneladas elevar y colocar en su sitio los pesados paneles de hormigón prefabricado, de varias toneladas cada uno. En total se utilizaron 120 paneles, que ya incluían los tubos para la instalación eléctrica y los marcos de las puertas y ventanas. Al mismo tiempo que se realizaba este trabajo, los hermanos del taller de carpintería también se afanaban por hacer todo el maderamen, para lo que usaron caoba excelente de la selva peruana.

      Cincuenta y cinco trabajadores voluntarios internacionales de construcción procedentes de otros países contribuyeron con su tiempo y dinero, pues pagaron sus gastos de viaje para colaborar en la construcción. Como ocurre con la mayoría de los visitantes extranjeros, estos hermanos eran propensos a ciertos problemas de salud, por lo que estuvieron muy agradecidos a los dos médicos, ambos Testigos, que les atendieron sin descanso. También se prestaron otros servicios esenciales durante el período de construcción, como el de barbería, pues dos barberos hermanos nuestros se turnaron cada semana para, con muy buen humor, “abrir la barbería” allí mismo y cortar el pelo a todos.

      Los sesenta hermanos de la familia Betel pueden confirmar que la “Ampliación del Betel de Perú” respondió a una necesidad urgente, y se ha llevado a buen término para alabanza de Jehová.

      El Salvador

      “¡Va la teocracia en aumento constante! ¡Maravillosa expansión se ve ya!” El sábado 12 de noviembre de 1988, veintidós mil noventa y una personas cantaron juntas estas conmovedoras palabras para celebrar la dedicación de la nueva sucursal y casa Betel en el país centroamericano de El Salvador.

      El complejo de oficinas y viviendas, situado sobre una colina a las afueras de la capital, San Salvador, tiene vistas a la ciudad y a varios de los volcanes que dan fama al país.

      El hermano John Barr, del Cuerpo Gobernante, pronunció con entusiasmo el discurso: “La canción del aumento de la Teocracia”. El programa también incluía vistosas danzas folclóricas presentadas por un centenar de hermanos y hermanas salvadoreños.

      También asistieron al programa de dedicación más de trescientos hermanos procedentes de nueve países distintos de América del Norte y Central, así como de Europa. Estuvieron presentes, además, varios de los 326 trabajadores voluntarios internacionales que realizaron una buena parte del trabajo de construcción.

      Los primeros compases de la canción del aumento teocrático se escucharon en 1945, cuando los dos primeros misioneros, Roscoe e Hilda Stone, se encararon a la enorme tarea de llevar la verdad a una población que en aquel tiempo ascendía a un millón y medio de habitantes. Desde entonces, el volumen de esta sinfonía ha ido in crescendo. Este año se alcanzó un máximo de 17.647 publicadores, lo que representa una proporción de un publicador por cada trescientos veintidós habitantes. Durante los dos años y medio que duraron las obras —desde que se adquirieron los primeros terrenos en abril de 1983 hasta la conclusión de los trabajos en julio de 1988⁠—, el país experimentó un fenomenal aumento de un 50%, a pesar de que muchos precursores regulares y especiales estuvieron ausentes de sus asignaciones mientras ayudaban en la construcción. El elevado número de recién interesados presentes en la Conmemoración de 1989, que tuvo una asistencia de 58.503, demuestra que todavía hay perspectivas de más aumento.

      Pronto se puso a prueba la resistencia a los terremotos de la nueva construcción, pues el 10 de octubre de 1986 un fuerte temblor sacudió San Salvador. Aunque la mayor parte de los edificios del centro de la ciudad se derrumbaron, lo que causó la muerte de cientos de personas y dejó a miles más sin hogar, ni los hermanos que trabajaban en la nueva sucursal ni los edificios sufrieron daño alguno. Con estas instalaciones modernas ya terminadas, el espíritu de Jehová continúa sobre los hermanos de El Salvador mientras siguen cantando junto con sus hermanos de todo el mundo la canción del aumento de la Teocracia.

      Mauricio

      A semejanza de una piedra preciosa engarzada en las aguas azul turquesa del océano Índico, los arrecifes de coral y las playas de arena blanca, este país-isla tropical es el hogar de más de un millón de personas, descendientes de los inmigrantes de antaño. La mayoría vino a esta isla de paisaje verde esmeralda salpicada de escarpados picos volcánicos para trabajar en el cultivo de la caña de azúcar. Hoy en día, la mayor parte de la población la constituyen indios hinduistas, que comparten la isla con criollos católicos, indios musulmanes, europeos y chinos. Aun siendo el inglés la lengua oficial, la mayor parte de los habitantes hablan criollo francés.

      En 1933, la sucursal de Sudáfrica envió a dos precursores a la isla, Bert McLuckie y Robert Nisbet, que plantaron las primeras semillas del Reino. Sin embargo, no fue sino hasta la llegada, dieciocho años después, de George Nisbet, hermano de Robert, que las semillas empezaron a echar raíces y a brotar.

      Entre tanto, el mensaje del Reino llegó a las islas vecinas de Reunión y Rodríguez. En la actualidad, la sucursal de Mauricio también dirige la predicación del Reino en estas dos islas, así como en la isla Mayotte y el archipiélago de las Comores. En realidad, hay más testigos de Jehová en Reunión que en Mauricio.

      Después de haber utilizado lugares alquilados durante décadas, se construyó una nueva sucursal con hogar Betel y Salón del Reino en la ciudad interior de Vacoas. Para las 701 personas que el 10 de diciembre de 1988 asistieron a la dedicación de estas instalaciones fue un placer escuchar el discurso de Carey Barber, del Cuerpo Gobernante.

      Las obras de construcción despertaron el interés de muchos vecinos amigables, que a menudo hacían observaciones sobre la conducta excelente de los hermanos jóvenes que vivían y trabajaban allí. Amrita es una vecina que vive con su madre y su abuela en una pequeña casa de planchas de hierro acanalado situada junto a la propiedad. Los hermanos la encontraron de casa en casa durante las primeras etapas de la construcción, y aceptó un estudio bíblico. Tanto le conmovió lo que aprendía, que se ofreció voluntaria para ayudar a preparar la comida de los hambrientos trabajadores todos los días. Su progreso espiritual fue rápido gracias a la sana compañía de la que disfrutaba, y hoy es una Testigo dedicada y bautizada que predica de tiempo completo.

      ¡Cuánto ha alegrado a los publicadores más antiguos el crecimiento del pueblo de Jehová en esta parte del mundo! Cuando se formó la primera congregación en 1951, solo había ocho publicadores del Reino, pero ahora hay 30 congregaciones, con un total de 2.564 publicadores en estas islas del océano Índico. Las siguientes palabras de la hermana Eunice Price resumen bien los sentimientos de cuatro trabajadores extranjeros que han servido allí de tiempo completo por un total de ciento treinta y dos años: “Nosotros plantamos y sembramos la semilla, y Jehová la ha hecho crecer. ¡Qué privilegio ha sido ser testigos de ello!”.

      Japón

      Después de cinco años de trabajo, en el que participaron más de 500 hermanos, el 13 de mayo de 1989 se celebró el programa de dedicación de la sucursal de Japón en Ebina, que contó con Carey Barber, John Barr y Lloyd Barry, del Cuerpo Gobernante, como discursantes destacados.a Entre los 3.213 asistentes a este acontecimiento especial y feliz, estaban todos los misioneros y superintendentes viajantes del país, los publicadores que habían participado en la construcción junto con sus familias y muchos de los publicadores fieles más antiguos, además de unos 60 representantes de otras 13 sucursales.

      Para el domingo 14 de mayo, al día siguiente de la dedicación, se programó una reunión especial, en la que delegados de varios países y del Cuerpo Gobernante discursaron para unas 233.780 personas, reunidas en 46 lugares distintos conectados por línea telefónica. Sin duda alguna, los acontecimientos ocurridos en Japón durante estos dos días han marcado un hito en su historia teocrática.

      Unas 38 sucursales se hallan actualmente proyectando o construyendo instalaciones nuevas o ampliando las ya existentes, y el programa de construcción internacional ha enviado trabajadores a 30 de ellas para colaborar en la construcción. Es palpable que Jehová ha conferido gran poder a su pueblo de varias maneras para ‘dar testimonio’ de Su gloria y la de su Hijo. (Hech. 4:33.)

  • Anuario de 1990 de los testigos de Jehová
    Anuario de los testigos de Jehová 1990
    • [Fotografía en la página 27]

      La sucursal de Mauricio comprende oficinas y viviendas. Se ha construido un Salón del Reino adyacente a la propiedad

      [Fotografías en la página 28]

      Cuatro edificios separados, rodeados de exuberantes jardines tropicales, componen el nuevo complejo de 8.900 metros cuadrados del Betel de El Salvador, que cuenta con un nuevo vestíbulo, un comedor con capacidad para 200 personas y habitaciones para 72 trabajadores voluntarios de Betel

      [Fotografías en la página 29]

      El complejo de la sucursal de Perú incluye almacén y Salón del Reino nuevos, así como 36 habitaciones más, con lo que suman un total de 58. A la derecha, una vista del vestíbulo

      [Fotografías en la página 30]

      El nuevo edificio residencial de ocho pisos de la sucursal de Japón tiene 8.980 metros cuadrados de superficie útil, e incluye 128 habitaciones para trabajadores voluntarios de Betel. A la derecha puede verse el vestíbulo. La nueva fábrica tiene una superficie útil de 22.600 metros cuadrados

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