BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • w87 15/6 págs. 22-23
  • Panamá se regocija con su obra de construcción

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Panamá se regocija con su obra de construcción
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1987
  • Subtítulos
  • El desafío de construir
  • No fue una Torre de Babel
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1987
w87 15/6 págs. 22-23

Panamá se regocija con su obra de construcción

LOS proyectos de construcción no son nada nuevo para Panamá. A principios de este siglo empezó a construirse el enorme canal que, cruzando por el centro de este estrecho país en un istmo, une los océanos Atlántico y Pacífico. Este prodigioso proyecto de edificación le ganó al diminuto país de Panamá el nombre de “la encrucijada del mundo”.

El 18 de enero de 1986 terminó una obra de construcción de otra clase. Ese día los testigos de Jehová celebraron un programa de dedicación para el edificio de la sucursal que acababan de construir. Aunque solo 211 personas pudieron asistir en persona al programa de dedicación, otros miles escucharon por comunicación telefónica. El nuevo edificio aloja al personal de la sucursal, a un grupo de misioneros, y una imprenta.

Sin embargo, la construcción de este edificio es solo parte del programa de edificación espiritual que ha estado efectuándose en Panamá desde fines del siglo XIX. En aquel tiempo se sembraron aquí semillas de la verdad del Reino. En el año 1957 había unos mil publicadores de las “buenas nuevas” en Panamá. (Mateo 24:14.) El edificio pequeño de la sucursal y hogar misional construido en aquel año bastaba. ¡Pero en 20 años la cantidad de Testigos se ha triplicado! Por eso, en septiembre de 1982 el Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová aprobó la construcción de una nueva sucursal.

¿Dónde estaría? A unos 19 kilómetros (12 millas) de la Ciudad de Panamá, en un hermoso lugar que da hacia un lago.

El desafío de construir

Pero ¿quién diseñaría el edificio? ¿Cómo se edificaría, y quiénes harían el trabajo? Recordando las palabras de Salmo 127:1, los hermanos pusieron manos a la obra, sabiendo que Jehová les ayudaría a vencer estos obstáculos aparentemente invencibles.

Se dibujaron planos tentativos en los que se mostraba la cantidad de espacio que se necesitaba para una oficina, una biblioteca, lugar de almacenaje para la literatura, una pequeña imprenta y alojamiento para el personal de la sucursal. Se incluyó un espacioso Salón del Reino. El personal arquitectónico de la oficina central de la Sociedad Watch Tower en Brooklyn, Nueva York, contribuyó el diseño de un edificio que satisficiera estas necesidades.

Después vino el reto de la construcción misma. Centenares de Testigos de la localidad se ofrecieron como obreros voluntarios. Hermanos de los Estados Unidos también ofrecieron su pericia y sus servicios. En solo seis semanas unos 230 voluntarios se habían presentado para ayudar, entre ellos personas de otros países centroamericanos.

Los hermanos locales se alegraron de ofrecer alojamiento a estas personas en sus hogares. Una familia hasta se mudó temporalmente a una tienda de campaña para suministrar alojamiento a 11 voluntarios. Personas que poseían autobuses escolares pequeños suministraron transportación para los trabajadores. Otras proveyeron las 30.000 comidas gratuitas que se sirvieron en el mismo lugar de la construcción. Frecuentemente se sirvieron bebidas refrescantes de piña, naranja, papaya y mango, así como leche de coco, para calmar la sed de los que se afanaban bajo el sol tropical.

No fue una Torre de Babel

El trabajo adelantó rápidamente. En dos semanas se habían levantado las paredes hasta el nivel del segundo piso, algunas de las vigas de acero estaban en su lugar y se había echado el piso del Salón del Reino, que estaría en la planta superior. La obra de las cañerías y de los cables eléctricos se efectuó a la misma vez que se colocaban los bloques de cemento, se enlucían las paredes y se instalaban ventanas y puertas. En menos de un mes se colocó el techo, precisamente a tiempo para suministrar protección contra un pesado aguacero... algo raro para aquel tiempo del año.

Hubo problemas. A veces hubo hasta 800 voluntarios presentes, y se necesitó muchísima organización para mantenerlos ocupados a todos. Además, la mayoría de los hermanos visitantes no hablaban español. En vez de que la edificación cesara debido a esto, como en la infame Torre de Babel, los hermanos manifestaron el fruto del espíritu... y consiguieron algunos intérpretes. (Gálatas 5:22, 23.)

Durante todo el proyecto se dio énfasis a los asuntos espirituales. Se celebraron reuniones regulares de congregación en el lugar de la construcción y se apartó tiempo para participar en el ministerio del campo. Además, hubo períodos de recreo, visitas de turismo y reuniones sociales. Pero los hermanos estaban allí principalmente para trabajar, ¡y en poco tiempo quedaron completos los edificios!

En su discurso de dedicación, John Booth, del Cuerpo Gobernante, resumió muy bien la situación diciendo: “¿En qué resultará toda esta edificación que hemos estado efectuando? Pues, estamos construyendo para el futuro eterno. No que este edificio haya de permanecer para siempre, sino que el resultado de esta edificación y de la obra de los hermanos por todo el país y por todo el mundo será que habrá gente que vivirá para siempre”. ¡No en balde los Testigos panameños se regocijan por la expansión continua de esta obra de edificación!

[Mapas en la página 22]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

PANAMÁ

Panamá

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • Español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir