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BrasilAnuario de los testigos de Jehová 1997
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La Palabra de Dios puede tener el efecto poderoso de transformar la vida de la gente. Por ejemplo, se está liberando a muchas personas de la esclavitud a los demonios. Así sucedió en el caso de un joven de São Paulo cuya familia practicaba el espiritismo. Desde que tenía 13 años de edad, había atendido un centro espiritista (de macumba), al que acudía mucha gente en busca de ayuda para resolver todo tipo de problemas: de familia, salud, empleo o amores. Además de preparar mezclas de hierbas, los ritos incluían ir de noche al cementerio a hacer sacrificios de animales, como ranas, pollos y cabras. A veces, se utilizaban huesos humanos robados del cementerio. En 1990, a los 19 años de edad, habló por primera vez con los testigos de Jehová. Cuando se dio cuenta de que le estaban enseñando la verdad, reunió a los once médium espiritistas que tenía a su cargo y les explicó que la Biblia desaprobaba las prácticas espiritistas. A fin de liberarse de los ataques demoníacos, quemó todos los objetos espiritistas que poseía. Después de estudiar la Biblia cinco meses, se hizo publicador y, durante su primer mes de predicación, informó doce estudios bíblicos. (Hech. 19:19, 20.) La mayoría de sus estudiantes era gente del vecindario que lo conocían como macumbeiro (experto en macumba). Después de bautizarse sirvió de precursor auxiliar, precursor regular y, posteriormente, de miembro de la familia Betel de Brasil.
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BrasilAnuario de los testigos de Jehová 1997
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Pedro, un joven que vivía en São Paulo, también llevaba una vida violenta. Practicaba un tipo de artes marciales llamado capoeira (una técnica de ataque) y le gustaba portar armas de fuego. Medía 1,95 de estatura [más de 6 pies], poseía una excelente complexión física y siempre estaba peleando. Sin embargo, cierto día convino en estudiar la Biblia. Después de escuchar un discurso bíblico en el Salón del Reino, se dio cuenta de que tendría que cambiar drásticamente su vida. Destruyó sus armas y progresó hasta bautizarse. Desde entonces ha ayudado a diez familiares suyos a servir también a Jehová.
¿Ayuda la verdad a superar la timidez? Así ocurrió en el caso de una mujer de São Paulo. Cuando oyó por primera vez el mensaje bíblico, quedó maravillada ante lo que aprendía. No obstante, asistir a las reuniones y participar en la predicación pública de las buenas nuevas representaban para ella enormes obstáculos debido a su timidez y al miedo a contrariar a su esposo. Pero recordó textos como Mateo 10:37, y finalmente hizo acopio de valor para salir a predicar. Aunque quería agradar a Jehová, muchas veces se echaba a llorar, luchando contra el impulso de volver a casa. Sin embargo, con el tiempo la predicación se le hizo más fácil e incluso agradable. Como consecuencia de su perseverancia, su madre, sus cinco hermanos y su esposo aprendieron la verdad.
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