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BrasilAnuario de los testigos de Jehová 1997
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Los primeros Salones de Asambleas
Como la cantidad de testigos de Jehová iba en aumento, resultaba cada vez más difícil encontrar lugares adecuados para celebrar las asambleas. El primer lugar donde se intentó contar con un Salón de Asambleas propio fue en Salvador (Bahia), que goza de un clima templado y tropical todo el año. En 1975 se construyó en la ladera de una montaña un anfiteatro parcialmente cubierto con suficientes filas de bancos de cemento para acomodar a 4.000 personas. Se le llamó el Parque de Asambleas. Posteriormente, aquel mismo año, se comenzó a construir un Salón de Asambleas en una hermosa zona arbolada de Ribeirão Pires (São Paulo), a unos 40 kilómetros [25 millas] de la ciudad de São Paulo. Unos años más tarde, se construyó otro salón al lado del primero y conectado con él por televisión de circuito cerrado. Entre los dos tienen 3.300 asientos. En 1979 se comenzó a construir un segundo Salón de Asambleas en Duque de Caxias, cerca de Río de Janeiro.
Los que trabajaron en la construcción de estos Salones de Asambleas manifestaron mucho entusiasmo. Este buen espíritu compensó la falta de experiencia y la carencia de maquinaria y equipo adecuados. Por ejemplo, en Ribeirão Pires fue necesario cavar a una profundidad de siete metros [23 pies] para llegar a suelo firme donde colocar los cimientos. Aunque se utilizó una excavadora, solo se llegó a la mitad de la profundidad requerida. El resto tuvo que hacerse con pico y pala. Se excavaron más de veinte de tales hoyos.
¿Qué se hizo para mezclar y poner el hormigón? En el proyecto de Ribeirão Pires no había instalación de hormigón ni camiones para mezclarlo. Natal Batulevicins, miembro de la familia Betel, recuerda: “Se preparaba el hormigón en dos viejas mezcladoras que funcionaban manualmente, después de lo cual se llevaba en carretillas al lugar donde se estaba pavimentando. Había grupos de entre veinte y treinta voluntarios empujando las carretillas. En los sitios altos o difíciles de alcanzar, otra persona ayudaba tirando de la carretilla con unos ganchos. A la hora de pavimentar los suelos, todos los voluntarios, incluidos los que trabajaban en las oficinas, participaban en el trabajo, que a veces tomaba veinticuatro horas seguidas”.
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BrasilAnuario de los testigos de Jehová 1997
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[Ilustración de la página 142]
Un “Parque de Asambleas” parcialmente cubierto de Salvador
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