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¿Puede usted vencer al cáncer?¡Despertad! 1986 | 8 de octubre
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¿Se puede vencer el cáncer de mama?
Quizás uno de los tipos de cáncer más temido por las mujeres, y hasta por algunos hombres, es el cáncer de mama... no solo por su tasa de mortalidad, sino por sus efectos estéticos y sicológicos. ¿Qué puede usted hacer para evitar la extirpación de un seno, conocida como mastectomía? Un factor esencial es el diagnóstico.
Aunque a las mujeres se les recomienda examinarse a sí mismas los senos para detectar el aparecimiento de alguna protuberancia, a las mujeres de pechos más grandes se les sugiere hacerse una mamografía anual, o radiografías de los senos. ¿Por qué? Porque con solo palparse es difícil notar una protuberancia que se halle profunda en el tejido. La Dra. Cory SerVaas aconsejó: “Hay mayor probabilidad de que usted esté entre las afortunadas si se hace su primer mamograma cuando tenga entre 35 y 40 años de edad”. ¿Por qué es ese el caso? “Para la mayoría de los tipos de cáncer de mama, la tasa de sobrevivencia de cinco años es mayor de 85% cuando el cáncer se descubre en la Etapa I.”
Hoy día hay máquinas de rayos X que pueden hacer una mamografía usando muy poca radiación. Esto minimiza la posibilidad de provocar cáncer debido a exceso de radiación.
Otra ayuda para diagnosticar en una etapa temprana el cáncer es el termograma, que mide la temperatura del seno. “Los tumores desarrollan sus propios suministros de sangre y necesitan enormes cantidades de la energía que proviene del oxígeno de la sangre para su crecimiento. [...] Forman puntos calientes y despiden energía en cantidades mucho más grandes que las células normales”. (Target: Cancer.) Esto permite que el termograma detecte en una etapa temprana el “punto caliente”.
En el pasado, la cirugía para el cáncer de mama requería a menudo mastectomía radical... extirpación que desfigura el seno, el tejido muscular circundante y los nodos linfáticos. ¿Todavía se considera esencial eso? El Dr. Bernard Fisher, experto en este tipo de cáncer, llegó a la conclusión de que por lo general no solo no se justificaba la mastectomía radical, sino que “la mastectomía simple, la extirpación de todos los tejidos del seno, no parecía mejorar la tasa de supervivencia a mayor grado que las simples ‘lumpectomías’ [la extirpación de solo la masa] con el tratamiento de radiación o sin él”.
¿Hay otro tratamiento?
Hasta este punto, solo hemos considerado los enfoques médicos ortodoxos para tratar el cáncer. Pero es bueno mencionar que algunos pacientes han recurrido a otros métodos, con diversos grados de éxito o fracaso. Ejemplos de estos métodos son el tratamiento Laetrile (Vitamina B17), el tratamiento Hoxsey, que usa hierbas y ciertas sustancias químicas, y otro método establecido por el Dr. William D. Kelley, un dentista, que se basa en la creencia de que el cáncer “indica una activa deficiencia enzimática del páncreas”. (One Answer to Cancer.)
Además, en Target: Cancer, se declaró: “Hay una gran cantidad de personas, entre las que hay médicos, que aprueban la idea ‘organicista’ de la causa, la cura y la prevención del cáncer y otras enfermedades: El cáncer es una enfermedad ‘causada’ por el hecho de que todo el humano está a punto de quedar fuera de servicio, y un esfuerzo consciente de parte del hombre puede restaurar la salud. Muchas personas respetables creen esto, y muchas otras que fueron víctimas de cáncer juran haberse curado por seguir tratamientos que se basan en un punto de vista organicista de la salud en vez de en el punto de vista de la reducción”.
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“Estoy venciendo al cáncer”¡Despertad! 1986 | 8 de octubre
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“Estoy venciendo al cáncer”
ROSE MARIE es una tejana muy feliz y extrovertida de sesenta y tantos años. En 1964, cuando estaba en la menopausia, descubrió que tenía un tumor. Ella pasa a relatar su alentadora historia:
Cuando por primera vez noté que tenía una protuberancia en el seno, me preocupó qué podía ser. Así que mi esposo me llevó al hospital para que me hicieran un examen. Esa fue la parte espantosa... sentarme a esperar por el veredicto. Cuando finalmente me dijeron que podía tener cáncer de mama, recuerdo que sentí como si alguien me hubiera dado una patada en el estómago. Entonces dio comienzo un estado de indecisión... ¿qué curso deberíamos tomar? Algunos médicos querían operarme y otros recomendaban algún tratamiento diferente. ¿Cómo nos decidimos?
Mi esposo consideró el asunto con un amigo que era médico, quien dijo que aunque la mayoría de las protuberancias en el seno eran benignas, había la posibilidad de que esta fuera maligna. Así que la opción era: ¿Deberíamos corrernos el riesgo de posponer la operación, o deberíamos extirpar inmediatamente la protuberancia ofensora? Decidimos juntos aceptar la intervención quirúrgica. La masa fue extirpada y se halló que no era maligna. Suspiré de alivio.
En 1965 descubrí otra protuberancia en el mismo seno. Fue un revés, pero no una derrota. Me operaron otra vez, y esta resultó ser benigna también. Por los siguientes dos años aguanté la respiración, por decirlo así, mientras todo continuó bien. Entonces, en 1967, me apareció una tercera protuberancia en el mismo seno. Los médicos mandaron que me hicieran una biopsia cuidadosa, y la masa resultó ser maligna. Me tendrían que extirpar el seno. Por consiguiente, un mes después me hicieron una mastectomía “simple”.
Pasaron ocho años sin problemas. Empecé a creer que había vencido al cáncer. Entonces en 1975 me hallé una protuberancia en el otro seno. En vista de mi historial pasado, los médicos optaron por efectuar una mastectomía de ese seno. Para asegurarse de que el cáncer no se propagara, también recomendaron una serie de tratamientos de radiación. Tengo que admitir que tal procedimiento me dio miedo. ¿Por qué?
En cada ocasión tenía que esperar con otras personas que también estaban recibiendo tratamientos de radiación. Tenían el rostro y el cuerpo marcados con un tinte rojo que indicaba dónde se concentraría la radiación. Ese era un cuadro inquietante. Entonces tenía que ir sola a ese cuarto especial de radiación. Todo parecía tan misterioso porque sabía que aquella fuerza invisible destruía el tejido, tanto las células malignas como las buenas. De todos modos, me sometí a 30 tratamientos de radiación en el curso de unas 15 semanas. Desde entonces, solo he necesitado dos intervenciones quirúrgicas menores para extirpar un tumor benigno de la espalda y otro de la cabeza.
Fuerzas para sobrevivir
Estoy verdaderamente agradecida de estar viva todavía después de 22 años de haber aparecido el primer tumor. ¿Qué me ha ayudado a seguir adelante durante estas pruebas? En primer lugar, mi esposo, quien es muy cooperador. Hizo arreglos para acompañarme al hospital en cada ocasión, incluso para todos los tratamientos de radiación. Creo que ciertamente se necesita tener a un buen amigo o un pariente que apoye a uno cuando se va al hospital. Pero tiene que ser una persona fuerte y positiva, no un sentimentalista. Lloro fácilmente, y no necesito a nadie que me haga llorar más.
También hallé que los médicos ayudaron muchísimo. Fuimos muy dichosos de contar con los servicios del Dr. James Thompson, uno de los mejores oncólogos en aquel entonces. Trataba con afecto al paciente hasta en la misma sala de operaciones. Fue también franco acerca de mi condición, sin ser cruel ni brusco.
Aprendí a no pensar demasiado en mi situación. Siempre he llenado la mente y mi vida con intereses y actividades. Me encanta leer, pero las historias tienen que tener temas felices. No quiero pensar en temas mórbidos. ¡Y no puedo tolerar ver en la TV historias de hospitales!
¿Qué me ayudaba cuando estaba enferma? Una de las cosas que agradecí fueron todas las tarjetas y cartas deseándome una pronta recuperación. Era muy alentador saber que había muchas personas pensando en mí. Cuando uno está enfermo, no siempre desea recibir visita, pero las tarjetas las recibe con mucha alegría. Por supuesto, cuando venían visitas apreciaba a los que hacían comentarios edificantes y positivos. ¡Nadie quiere saber acerca de algún pariente que murió de cáncer hace tres años! De modo que el paciente agradece que los visitantes muestren consideración para con sus sentimientos.
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