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    ¡Despertad! 1999 | 22 de enero
    • Bulimia: atracones y vómitos

      El trastorno alimentario conocido por el nombre de bulimia se caracteriza por atracones (ingestión rápida de grandes cantidades de comida, tal vez hasta 5.000 calorías o más) seguidos de inducción al vómito o uso de laxantes para vaciar el estómago.b

      En contraste con la anorexia, la bulimia no se detecta fácilmente. La bulímica tal vez no esté exageradamente delgada, y sus hábitos alimentarios quizás parezcan bastante normales, al menos a los ojos de los demás. Pero para ella, la vida no es nada normal. De hecho, está tan obsesionada con la comida que todo lo demás carece de importancia. “Cuanto más me atracaba y vomitaba, menos me preocupaba por otros asuntos u otras personas —dice Melinda, de 16 años—. Llegué a olvidar lo que era divertirme con mis amigas.”

      Geneen Roth, escritora y profesora especializada en trastornos alimentarios, describe un atracón como “treinta minutos de frenesí, de inmersión en una oscuridad infernal en la que no existe restricción alguna”. Dice que durante esos momentos “nada importa: ni amigos ni familia [...]. Solo importa la comida”. Una bulímica de 17 años llamada Lydia utiliza una vívida analogía para describir su problema: “Me siento como una trituradora de basura. Engullo, trituro y vomito. Siempre lo mismo, una y otra vez”.

      La persona bulímica trata de evitar de cualquier manera el aumento de peso que normalmente experimentaría como consecuencia de su descontrol con la comida. De modo que, inmediatamente después de un atracón, se induce el vómito o toma laxantes para eliminar el alimento antes de que pueda convertirse en grasa corporal.c Aunque solo pensarlo resulte repulsivo, la bulímica experimentada no lo ve así. “Cuanto más te atracas y vomitas, más fácil te resulta —explica Nancy Kolodny, trabajadora social—. Tu primera sensación de repugnancia o hasta de miedo es pronto reemplazada por la compulsión de repetir estos patrones bulímicos.”

      La bulimia es sumamente peligrosa. Por ejemplo, a consecuencia de los vómitos repetidos, la boca se ve expuesta a los corrosivos ácidos del estómago, los cuales acaban gastando el esmalte de los dientes. La inducción al vómito también llega a perjudicar el esófago, el hígado, los pulmones y el corazón. En casos extremos, los vómitos pueden provocar incluso una perforación de estómago y hasta la muerte. El uso excesivo de laxantes también es peligroso. Puede anular la función intestinal y resultar en diarreas continuas y hemorragias rectales. Y en casos extremos, al igual que los vómitos repetidos, puede llegar a provocar la muerte.

  • Anorexia y bulimia: los hechos y los peligros
    ¡Despertad! 1999 | 22 de enero
    • c A fin de no ganar peso, muchas bulímicas hacen ejercicios vigorosos todos los días. Algunas logran perder tanto peso que con el tiempo se vuelven anoréxicas, y a partir de entonces presentan un síndrome mixto en el que se alterna la conducta anoréxica con la bulímica.

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