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  • ¿Está usted al borde del agotamiento nervioso?
    ¡Despertad! 1995 | 8 de enero
    • ¿Está usted al borde del agotamiento nervioso?

      POR EL CORRESPONSAL DE ¡DESPERTAD! EN JAPÓN

      “Camareras de Suecia, maestros de Japón, empleados de correos de Estados Unidos, conductores de autobús de Europa y operarios de líneas de montaje de todas partes del mundo presentan cada vez más signos de estrés laboral.” (MAINICHI DAILY NEWS.)

      NOBUAKI estaba extenuado. Trabajando día y noche había logrado contratar a 130 empleados en menos de cuatro meses. Era el jefe de ventas de una nueva sucursal de una importante cadena japonesa de supermercados, y con tanto apremio había contratado a personas que no estaban a la altura de lo que esperaba. Se peleaban entre sí y se quejaban de su situación laboral. Para colmo, un empleado se fugó con una empleada. Nobuaki sufría dolores de cabeza todos los días. Poco después ya no pudo ir al trabajo, y los días que se obligaba a ir, regresaba a casa de inmediato. Estaba agotado, quemado, como un fósforo totalmente consumido.

      Algunas madres de familia que se dedican por entero a sus labores domésticas también sufren agotamiento nervioso. Tras dos años en casa cuidando a sus tres hijos, Sarah empezó a impacientarse mucho con ellos. “Tenía la sensación de que por más que hacía, nunca terminaba”, dijo. Las madres que crían a sus hijos y trabajan fuera de casa tienen más posibilidades de sufrir agotamiento nervioso. El caso de Betty es un ejemplo. A los 40 años se encontró con que tenía que equilibrar su papel de madre con su carrera, tratando de cumplir a la perfección con todo. Procuraba complacer a su esposo, sus hijos, su patrono y sus compañeros de trabajo. Le subió la presión sanguínea y cualquier incidente de poca importancia la irritaba. Estaba quemada.

      El agotamiento nervioso también afecta a quienes menos esperaríamos. Un ministro cristiano muy competente llamado Shinzo, hombre de ideales, lleno de vigor, se desplazó para ayudar en una zona en la que había una gran necesidad de maestros cristianos. Pero a los pocos meses se sentía extenuado, y se encerraba en su cuarto todo el día. Tenía la sensación de estar en un callejón sin salida. Le costaba tomar decisiones, ni siquiera podía decidir lo que iba a comer al mediodía. No tenía ánimos para hacer nada. Estaba completamente agotado.

      ¿Qué es agotamiento nervioso?

      ¿En qué consiste este agotamiento? La expresión “agotamiento nervioso” traduce en estos artículos el término inglés burnout, que a mediados de los años setenta empezaron a usar Herbert Freudenberger y otros investigadores para designar “un estado de extenuación derivado de tener tratos con personas en situaciones emocionalmente agotadoras”. Emplearemos la expresión “agotamiento nervioso” en el sentido de “condición caracterizada por agotamiento físico y emocional debido al estrés crónico relacionado con el trabajo”. (Diccionario de ciencias médicas de Stedman.) No obstante, cada investigador ve algún matiz diferente en dichas definiciones.

      Si bien no existe ninguna definición médica precisa de este tipo de agotamiento, los síntomas que presentan quienes lo padecen son fatiga, falta de entusiasmo, sentimiento de impotencia, desesperación y malestar. Se sienten extremadamente cansados y les irrita el más mínimo percance. No hay nada que los impulse a actuar. Todo parece agobiante, y quizás pidan ayuda de forma desesperada a quienquiera que se les presente. Todo lo que hacen en el lugar de trabajo y en casa les parece inútil. Les embarga un sentimiento de desesperación. Si usted tiene estos síntomas, además de una sensación de malestar y de no poder derivar placer de nada, es muy posible que padezca agotamiento nervioso.

      Este tipo de agotamiento puede afectar su trabajo y su vida de familia. Hay que evitarlo. Pero ¿cómo? Para averiguarlo, veamos primero quiénes son proclives al agotamiento nervioso, y por qué.

      [Recuadro en la página 4]

      Síntomas de agotamiento nervioso

      “Se entiende por agotamiento laboral aquella condición psicológica debilitante causada por el estrés laboral prolongado y que ocasiona:

      1. Merma en las reservas de energía

      2. Menor resistencia a las enfermedades

      3. Mayor descontento y pesimismo

      4. Mayor absentismo e ineficiencia en el trabajo.

      ”Esta condición es debilitante porque puede hacer flaquear y hasta hundir a personas que por lo demás son competentes y enérgicas, y gozan de buena salud. La causa principal es el estrés prolongado, el que perdura día tras día, mes tras mes, año tras año.” (The Work/Stress Connection: How to Cope With Job Burnout [La relación entre el estrés y el trabajo: Cómo hacer frente al agotamiento laboral], de Robert L. Veninga y James P. Spradley.)

  • ¿Quién es proclive al agotamiento nervioso, y por qué?
    ¡Despertad! 1995 | 8 de enero
    • ¿Quién es proclive al agotamiento nervioso, y por qué?

      IMAGÍNESE que es cabeza de familia y trabaja en una oficina, o a lo mejor ya se encuentra en dicha situación. Tiene trabajo amontonado sobre el escritorio. El teléfono suena sin parar con llamadas de clientes cuyas peticiones son casi imposibles de satisfacer. Su supervisor está descontento porque usted no ha cumplido su cuota de trabajo. Su hijo se ha portado mal en la escuela y el maestro quiere verle inmediatamente. Su esposa reacciona con indiferencia a sus peticiones de ayuda. Cuando la situación parece que se le escapa de las manos, el estrés se convierte en agobio y este puede traducirse en agotamiento nervioso.

      ¿Radica el problema en el exceso de trabajo? Ann McGee-Cooper, investigadora de temas relacionados con el cerebro, dijo que el agotamiento nervioso “es la consecuencia de llevar una vida desequilibrada, en la que cada vez se dedica más tiempo al trabajo y menos al esparcimiento”. Sin embargo, el trabajo excesivo no es el único factor; bajo la misma presión y en iguales circunstancias, unos terminan quemados y otros no.

      Quiénes son proclives al agotamiento nervioso

      Tal como hay personas más propensas a contagiarse de cierta enfermedad, también las hay con mayor predisposición al agotamiento nervioso. Elliot Aronson, profesor de Psicología Social de la Universidad de California, dijo: “Para quemarse, primero hay que arder”. Eso indica que los que trabajan con ardor en pro de sus metas e ideales son propensos a quemarse. Se dice que los que sufren agotamiento nervioso suelen ser los mejores empleados de una empresa.

      Resumiendo los rasgos de personalidad de los individuos con propensión al agotamiento nervioso, el profesor Fumiaki Inaoka, de la Escuela de Enfermería de la Cruz Roja Japonesa, escribió lo siguiente en el libro Moetsukishokogun (Síndrome de agotamiento nervioso): “Los que propenden a quemarse tienen una acusada tendencia a ser compasivos, humanos, refinados, dedicados e idealistas. Prefieren trabajar con personas en lugar de con máquinas”.

      Cierto especialista que recibió el encargo de elaborar un test para descartar a los proclives al agotamiento nervioso, dijo que el test debería utilizarse más bien para decidir a quién contratar. En su opinión, “las empresas deben procurar hallar a las personas que ponen suficiente interés [en el trabajo] como para quemarse [...] y entonces crear programas para impedir que lleguen a ese extremo”.

      Los más vulnerables son los que participan en servicios a la comunidad, como los asistentes sociales, los médicos, las enfermeras y los maestros. Estas personas ponen todo su empeño en ayudar a otros, dando de sí mismas para mejorar la vida de los demás, y cuando no logran las metas que se han puesto —a veces inalcanzables—, es posible que caigan víctimas del agotamiento nervioso. A las madres entregadas a sus hijos también les puede suceder lo mismo.

      Por qué se queman algunas personas

      Una encuesta realizada entre algunas enfermeras reveló tres factores que conducen al agotamiento nervioso. El primero fue la cantidad de preocupaciones diarias que producen frustración. Por ejemplo, la mayoría de ellas tenían que llevar pesadas responsabilidades, manejar situaciones difíciles relacionadas con los pacientes, acostumbrarse a nuevos aparatos, afrontar gastos crecientes y soportar un estilo de vida irregular. “Estas preocupaciones diarias son el factor que más contribuye a su agotamiento nervioso”, dice el libro Moetsukishokogun. Si los problemas siguen sin resolverse, lo único que se consigue es acumular frustración y terminar quemado.

      El segundo factor observado fue la falta de apoyo, la ausencia de alguien en quien confiar; de ahí que la madre que se aísla de otras madres tenga más probabilidad de sufrir agotamiento nervioso. La encuesta mencionada antes condujo a la conclusión de que las enfermeras solteras tienen una mayor predisposición al agotamiento nervioso que las casadas. De todas formas, si no existe una buena comunicación entre marido y mujer, el matrimonio también puede incrementar las preocupaciones cotidianas. Y aun cuando toda la familia se encuentre en casa, puede que alguien se sienta solo debido a que los demás están absortos en la televisión.

      El tercer factor lo constituían los sentimientos de inutilidad. Por ejemplo, hay más probabilidades de que se sientan inútiles las enfermeras que los médicos, pues aquellas quizás no tengan la autoridad para cambiar las cosas. Si los que ocupan mandos intermedios perciben que sus esfuerzos no los conducen a ninguna parte, pueden terminar quemados. Como dijo un administrador de recursos humanos, la “frustración de tratar de aportar algo importante y que no se le haga caso”, produce agotamiento nervioso.

      Los sentimientos de inutilidad germinan en un ambiente de ingratitud, y se traducen en agotamiento nervioso. Eso es lo que le sucede a la esposa cuyo marido no reconoce todo el trabajo que requiere atender la casa y cuidar a los hijos. Lo mismo les ocurre a los mandos intermedios cuando el jefe pasa por alto un trabajo bien hecho y los reprende por errores insignificantes. “El punto fundamental es que todos necesitamos que nuestros esfuerzos se agradezcan y reconozcan —dice la revista Parents—, y si trabajamos en un lugar donde no se premian nuestros esfuerzos —ya sea el hogar o la oficina—, es más probable que lleguemos a sufrir agotamiento nervioso.”

      Es curioso que si bien un alto porcentaje de enfermeras sufren agotamiento nervioso, dicho porcentaje es muy inferior en el caso de los tocólogos. Posiblemente se deba a que, por lo general, el trabajo de estos entraña ayudar a traer al mundo nuevas vidas, y tanto las madres como los padres les dan las gracias por su labor. Está comprobado que cuando se valora a una persona, esta se siente útil y motivada.

      En cuanto se sabe qué clase de personas son proclives al agotamiento nervioso y las razones que las pueden llevar a dicho estado, resulta más fácil afrontar el problema. El siguiente artículo puede contribuir a que las víctimas del agotamiento nervioso enfoquen su vida de una manera más equilibrada.

      [Fotografía en la página 6]

      Dedicar cada vez más tiempo al trabajo y menos al esparcimiento resulta en agotamiento nervioso

  • ¿Cómo puede superarse el agotamiento nervioso?
    ¡Despertad! 1995 | 8 de enero
    • ¿Cómo puede superarse el agotamiento nervioso?

      AGOBIADOS por el estrés que desencadenan las inquietudes y las preocupaciones cotidianas, muchos tratan de ahogar sus frustraciones en la bebida. Se recurre al alcohol —la droga de la que más se abusa hoy día— para evadirse de la cruda realidad. Otros tratan de afrontar sus inquietudes con la ayuda de fármacos. Y también hay quienes se amparan en sustancias psicoactivas (que afectan la mente), como la marihuana, las metanfetaminas y la cocaína. Hasta ha habido casos de niños pequeños que ingieren drogas para huir de las realidades de la vida. Se dice que el 95% de los jóvenes estadounidenses habrá utilizado una o más sustancias ilegales antes de graduarse de la escuela secundaria.

      Luego están los que tratan de escapar del estrés cotidiano yéndose de juerga con sus amigos o aparentando estar alegres cuando en su interior se sienten deprimidos, o los que, con motivos equivocados, buscan el afecto y la ternura del sexo opuesto. Pero quien se vale de medidas evasivas para afrontar el estrés solo consigue aumentar su frustración. Cuando alguien trata de atenuarlo con alcohol u otras sustancias psicoactivas, en lugar de reavivar su dinamismo, lo que logra es acelerar el proceso que culmina en el agotamiento nervioso. Entonces, ¿qué podría hacer usted cuando perciba que su fuego interno está apagándose lentamente?

      La vía de recuperación

      Aunque ¡Despertad! no recomienda ninguna terapia ni medicación específica, sí da sugerencias útiles, basadas en los principios de la Biblia, que pueden ayudarle a reavivar las ascuas que se están apagando en su interior. El Dr. Yutaka Ono, uno de los directores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Keio, recomienda las “tres ces” para superar el agotamiento nervioso. Él explica: “las ‘tres ces’ representan control, comunicación y cognición”.

      A fin de vencer la sensación de inutilidad, es necesario que sienta que tiene bajo control sus sentimientos y su conducta. Cuando las frustraciones diarias subyugan sus emociones y anulan su capacidad para resolver problemas, es fácil creer que la situación se le escapa de las manos. Pero no se limite a cruzarse de brazos o a pensar en todo lo que le preocupa. Trate de resolver el problema paso a paso. (Véase el recuadro de la página 8.) No postergue las cosas. Con simplemente iniciar acciones positivas, ya empezará a sentirse mejor y a notar que domina la situación.

      Trate de reducir las irritaciones que resultan en sentimientos derrotistas. Por ejemplo, hay quienes tienden a enfadarse por cualquier insignificancia. Insisten en una manera particular de hacer las cosas y se irritan cuando otros no lo hacen igual, o quizás se frustren debido a sus propios fracasos. “No te hagas justo en demasía —dijo un sabio de la antigüedad—, ni te muestres excesivamente sabio. ¿Por qué debes causarte desolación?” (Eclesiastés 7:16.) Ceñirse a normas demasiado elevadas y tener la constante sensación de que no se está a la altura de ellas es una manera segura de quemarse.

      Otro consejo útil de la Biblia es ‘ser modesto al andar con Dios’. (Miqueas 6:8.) Ser modesto significa tener conciencia de las propias limitaciones, observar uno recato “en la estimación que muestra de sí mismo”. Esto pudiera significar decir que no a los requerimientos irrazonables que le hagan en el lugar de trabajo.

      Los que conocen sus limitaciones aceptan con gusto la ayuda. Una empresaria que sufrió agotamiento nervioso dijo que la clave para evitarlo es pedir ayuda. Con todo, según ella, “muchas personas no se atreven a pedir ayuda por temor a que se piense que no cumplen con su trabajo”. Si usted se ve al borde del agotamiento nervioso, sea a causa de las labores domésticas, las tareas escolares o el trabajo, delegue en otros cuando le resulte posible. Le sorprenderá ver que las cosas también se llevan a cabo sin que usted lo controle todo directamente. (Compárese con Éxodo 18:13-27.)

      Es posible que necesite un poco de descanso. Una excedencia, o licencia de trabajo, puede hacer milagros para el que está al borde del agotamiento. Sin embargo, en caso de que sus circunstancias no lo permitan, “si sabe distraerse, la situación cambia mucho”, dice la investigadora Ann McGee-Cooper. Interrumpir un poco el trabajo para realizar otra actividad puede incluso incrementar su rendimiento, pues fomenta la creatividad mental. Lo que el rey Salomón aconsejó años atrás sigue teniendo validez: “Mejor es un puñado de descanso que un puñado doble de duro trabajo y esforzarse tras el viento”. (Eclesiastés 4:6.)

      Un círculo de apoyo y comunicación

      La segunda ce que mencionó el Dr. Ono se refiere a la comunicación. Es curioso que los bomberos raras veces sufren agotamiento nervioso. Posiblemente se deba a que, además de considerárseles héroes, los une un fuerte vínculo de camaradería. Si cuenta con un círculo de personas en quienes confiar y apoyarse, puede recibir mucha ayuda. ¿Dónde puede encontrar apoyo reconfortante hoy día? Al describir las diferentes maneras que tienen los médicos de superar el agotamiento nervioso, el libro Moetsukishokogun (Síndrome de agotamiento nervioso) dice: “La fuente de apoyo emocional más eficaz y realista para los médicos es su familia, en especial su cónyuge”. Todos necesitamos a alguien a quien confiar nuestros sentimientos. En este aspecto de la comunicación, la Biblia ofrece consejo práctico. Anima a los matrimonios a no perder el cariño romántico que sienten el uno por el otro, y nos insta a todos sin excepción a que tengamos amigos que puedan ofrecernos sugerencias buenas y factibles. (Proverbios 5:18, 19; 11:14.)

      “Hemos de crear nuestro propio sistema de apoyo, formado por amigos íntimos y familiares”, dice la revista USA Today. Luego añade: “También debemos sentirnos libres de utilizar los métodos de ayuda que ofrecen los centros religiosos y los servicios de salud mental”. Respecto a cómo beneficiarse de los métodos religiosos de ayuda, Santiago, medio hermano de Jesús, escribió: “¿Hay alguno enfermo entre ustedes? Que llame a sí a los ancianos de la congregación, y que ellos oren sobre él, untándolo con aceite en el nombre de Jehová”. (Santiago 5:14.) Los cristianos que tienen problemas pueden encontrar alivio hablando con los ancianos de las congregaciones de los testigos de Jehová. Aunque estos hombres no son especialistas en el síndrome de agotamiento nervioso, el apoyo espiritual que ofrecen es inestimable.

      Es cierto que un sistema de apoyo humano puede renovar nuestras fuerzas para enfrentarnos a un nuevo día, mas no siempre basta con eso. En la introducción del libro Indefensión, Martin E. P. Seligman señaló al individualismo desenfrenado que se observa en Occidente como una causa del actual aumento de la depresión, e indicó la necesidad de encontrarle sentido a la vida. Luego comentó que “una condición necesaria para que la vida tenga propósito es el apego a un algo superior a nosotros”. Aunque muchas personas no toman en serio su relación con Dios, la comunicación con el Creador —ciertamente “superior a nosotros”— puede ayudarnos a vencer los sentimientos de inutilidad.

      El rey David, quien se encaró a muchas crisis, animó de este modo a sus súbditos: “Confía en [Dios] a todo tiempo, oh pueblo. Delante de él derramen ustedes su corazón. Dios es refugio para nosotros”. (Salmo 62:8.) Dios está presto para escuchar incluso nuestros “gemidos no expresados”. (Romanos 8:26.) Pedirle ayuda con fervor produce la clase de paz que puede ‘guardar los corazones y las facultades mentales’ del agotamiento nervioso. (Filipenses 4:6, 7.)

      Cambie su punto de vista

      Finalmente, es posible que deba cambiar su modo de ver la situación en la que está. La cognición, es decir, la manera de procesar la información, es la última ce que sugiere el Dr. Ono para superar el agotamiento nervioso. Cuando nos encontramos sometidos a un estrés excesivo, tendemos a verlo todo de manera negativa y a entramparnos en criterios pesimistas. Sin embargo, hemos de ser realistas. Analice si hay base para dichos pensamientos negativos o no. ¿Resultará tan mal como teme? Trate de ver las cosas desde otro ángulo.

      “Puede empezar dando por sentado que si sufre agotamiento nervioso, probablemente se deba a que es ‘bueno’, y no a que es ‘malo’”, dice la revista Parents. Recuerde: las personas proclives al agotamiento nervioso se rigen por normas elevadas y se preocupan por los demás. Lo que más ayuda a la persona agotada es una expresión de agradecimiento. A una madre puede ayudarla mucho que su marido y sus hijos expresen y muestren agradecimiento por todo el trabajo implicado en atender la casa. Si un mando intermedio se agota en el trabajo, un comentario apreciativo y una palmada en la espalda pueden contribuir a que mejore su actitud.

      La Biblia indica que una esposa capaz merece encomio: “Sus hijos se han levantado y han procedido a pronunciarla feliz; su dueño se levanta, y la alaba. Hay muchas hijas que han demostrado capacidad, pero tú... tú has ascendido por encima de todas ellas”. (Proverbios 31:10, 28, 29.) En efecto, “los dichos agradables son un panal de miel, dulces al alma y una curación a los huesos”. (Proverbios 16:24.)

      Shinzo, el anciano cristiano mencionado en el primer artículo, se recuperó bastante del agotamiento nervioso. Aunque recibió asistencia médica profesional, lo que más le ayudó fueron sus oraciones a Jehová. Después de pedir ayuda a Dios con fervor, se encontró por casualidad con el anciano que originalmente había estudiado la Palabra de Dios con él, y tanto este como otros ancianos le apoyaron escuchando sus inquietudes. Su esposa le leyó artículos sobre cómo superar las emociones negativas, publicados anteriormente (8 de octubre de 1992) en esta misma revista. Poco a poco, Shinzo se dio cuenta de que estaba tratando de hacerlo todo él solo. Su modo de ver lo que sucedía a su alrededor empezó a cambiar. A pesar de que al principio su desesperación le hacía verse como en un túnel interminable, por fin vio al otro extremo una luz, que lentamente fue haciéndose más grande, hasta que por fin Shinzo salió de él.

      Tal como Shinzo, usted también puede superar el agotamiento nervioso y afrontar de nuevo la vida.

      [Ilustración en las páginas 8, 9]

      El agotamiento nervioso suele atacar a la persona rigurosa y dinámica

      [Recuadro en la página 8]

      Doce vías para evitar el agotamiento nervioso

      LOS puntos que se enumeran a continuación se basan en solo algunas de las sugerencias ofrecidas por una especialista clínica en salud mental.

      1. Domine sus pensamientos, sentimientos y conducta; la oración es valiosísima.

      2. Cuando empiece a preocuparse, cambie deliberadamente a pensamientos útiles y decisivos.

      3. Cuando se sienta nervioso, respire profundamente y procure relajarse.

      4. Trate de ver las situaciones desde el ángulo de la otra persona a fin de entender lo que ha generado el estrés.

      5. Concéntrese en lo que le gusta de los demás y elógielos por ello. Que sus cumplidos sean merecidos, no aduladores.

      6. Identifique y reprima los pensamientos negativos y destructivos.

      7. Aprenda a decir que no cuando sus fuerzas y su horario lo requieran.

      8. Haga un poco de ejercicio físico todos los días: caminar deprisa le irá bien.

      9. Trate a los demás con respeto, procurando que saquen a relucir sus mejores cualidades.

      10. No pierda el sentido del humor ni la ilusión.

      11. Deje sus problemas laborales en el lugar de trabajo.

      12. Haga cada día lo que debe hacerse ese día; no lo postergue.

      (Basado en el artículo “Dealing With Feelings, Beating Burnout” [Cómo afrontar los sentimientos y superar el agotamiento nervioso], de Ruth Dailey Grainger, publicado en la revista American Journal of Nursing de enero de 1992.)

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