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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 2002 | 1 de agosto
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El resultado fue que Dios aceptó la ofrenda de Abel, pero no la de su hermano. ¿Por qué? ¿Sería que Abel ofreció algo apropiado, y Caín no? No sabemos con seguridad si la clase de ofrenda que se hizo tuvo algo que ver con ello, ya que a ninguno de los dos se le había dicho qué era aceptable y qué no lo era. Sin embargo, es probable que ambos tipos de sacrificios fueran aceptables. Según la Ley que Jehová posteriormente dio a la nación de Israel, los sacrificios apropiados incluían no solo animales o partes de animales, sino grano tostado, gavillas de cebada, flor de harina, alimentos horneados y vino (Levítico 6:19-23; 7:11-13; 23:10-13). Al parecer, lo que determinó que Dios aceptara el sacrificio de Abel y rechazara el de Caín no fue la ofrenda en sí misma (compárese con Isaías 1:11; Amós 5:22).
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 2002 | 1 de agosto
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Aplicando la misma norma, Caín no fue rechazado porque ofreciera un sacrificio inapropiado, sino porque carecía de fe, como lo indicaron sus actos. Jehová le había dicho claramente: “Si te diriges a hacer lo bueno, ¿no habrá ensalzamiento?” (Génesis 4:7). Dios no rechazó a Caín porque no le agradara su ofrenda, sino “porque sus propias obras eran inicuas”, marcadas por los celos, el odio y, finalmente, el asesinato (1 Juan 3:12).
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