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Una vida plena y feliz sirviendo a JehováLa Atalaya (estudio) 2024 | septiembre
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BIOGRAFÍA
Una vida plena y feliz sirviendo a Jehová
ERA 1951, y acababa de llegar a un pequeño pueblo de Canadá llamado Rouyn, en la provincia de Quebec. Llegué a la dirección que me habían dado y llamé a la puerta. Salió Marcel Filteau,a un hermano graduado de la Escuela de Galaad. Él tenía 23 años y era alto. Yo tenía 16 y era mucho más bajito que él. Le mostré mi carta de asignación de precursor. La leyó, me miró y me dijo en tono de broma: “¿Tu mamá sabe que estás aquí?”.
CÓMO ERAN LAS COSAS EN CASA
Nací en 1934. Mis padres eran de Suiza, pero emigraron a Timmins, un pueblo minero que queda en Ontario (Canadá). Alrededor de 1939, mi madre empezó a leer la revista La Atalaya y a ir a las reuniones de los testigos de Jehová. Me llevaba a mí y a mis seis hermanos con ella. No tardó mucho en bautizarse.
A mi padre no le gustó para nada su decisión, pero mi madre estaba decidida a seguir adelante. Ella sirvió fielmente a Jehová incluso a principios de los años cuarenta, cuando la obra se prohibió en Canadá. Siempre trató a mi padre con bondad y respeto, a pesar de que él le decía cosas muy feas. Su buen ejemplo me ayudó a mí y a mis hermanos a hacernos Testigos. Qué bueno que papá con el tiempo cambió de actitud y empezó a tratar a la familia con más cariño.
EMPIEZO A SERVIR A JEHOVÁ A TIEMPO COMPLETO
A mediados de 1950 viajé a la ciudad de Nueva York a la asamblea “Aumento de la Teocracia”. Allí conocí a muchos hermanos y hermanas de todo el mundo, y escuché experiencias emocionantes de hermanos que habían ido a la Escuela de Galaad. Terminé motivadísimo para hacer más por Jehová. Ya antes tenía la meta de servir a Jehová a tiempo completo, pero ahora tenía más ganas que nunca. En cuanto puse un pie en mi casa, mandé la solicitud para ser precursor regular. La sucursal de Canadá me respondió diciéndome que qué tal si me bautizaba primero. Y eso hice el 1 de octubre de 1950. Un mes después me hice precursor regular, y me enviaron a servir a Kapuskasing, un pueblo que estaba a muchos kilómetros de mi casa.
Sirviendo en Quebec.
En 1951, la sucursal animó a los hermanos que supieran francés a mudarse a la provincia de Quebec, donde se habla ese idioma y había muy poquitos Testigos. Yo sabía francés e inglés, por eso me ofrecí y me enviaron a Rouyn. No conocía a nadie allí y, como dije al inicio, solo tenía una dirección. Pero al final las cosas acabaron bien. Marcel y yo nos hicimos buenos amigos y pasé unos cuatro años muy agradables sirviendo en Quebec, donde con el tiempo me nombraron precursor especial.
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