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Los cristianos y las castas¡Despertad! 1998 | 8 de marzo
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Los misioneros de la cristiandad y las castas
Durante la época colonial, los misioneros católicos y protestantes de Portugal, Francia y Gran Bretaña obtuvieron muchos conversos entre los hindúes. Personas de todas las castas se hicieron cristianos nominales. Algunos predicadores atraían a los brahmanes, y otros, a los intocables. ¿Qué efecto tuvieron las enseñanzas y la conducta de los misioneros en la muy arraigada creencia en las castas?
Con referencia a los británicos que vivían en la India, el escritor Nirad Chaudhuri dijo que en las iglesias “los feligreses indios no podían sentarse con los europeos. La cristiandad no disimulaba la conciencia de superioridad racial sobre la que descansaba el dominio británico de la India”. Una actitud parecida mostró cierto misionero que en 1894 comunicó al Consejo de Misiones Extranjeras de Estados Unidos que convertir a gente de las castas inferiores equivalía a “llenar la Iglesia de basura”.
Evidentemente, los sentimientos de superioridad racial de los primeros misioneros y la fusión del pensamiento brahmánico con las enseñanzas eclesiásticas, explican en gran parte que muchos indios que se dicen cristianos practiquen abiertamente un sistema de castas.
Las castas en las Iglesias actuales
En 1991, el arzobispo católico George Zur realizó el siguiente comentario a la Conferencia Episcopal Católica de la India: “A los conversos de las castas catalogadas no solo les dan trato de casta inferior los hindúes de casta alta, sino también los cristianos de casta alta. [...] En las parroquias y en los cementerios se les designan lugares separados. Las bodas entre personas de diferente casta no se ven con buenos ojos [...]. Los sacerdotes practican ampliamente el sistema de castas”.
El obispo M. Azariah, de la confesión protestante Iglesia del Sur de la India, dijo en su libro The Un-Christian Side of the Indian Church (El lado no cristiano de la Iglesia india): “Los cristianos de las castas catalogadas (dalits) son objeto de discriminación y opresión por parte de sus hermanos cristianos de las diversas iglesias, sin otra culpa que la de haber nacido en una casta inferior, aun cuando sean cristianos de la segunda, tercera o cuarta generación. Los cristianos de casta superior, que constituyen una minoría en la Iglesia, mantienen sus prejuicios de casta por generaciones, pasando por alto las creencias y prácticas cristianas”.
Los resultados de una investigación oficial sobre los problemas de las clases atrasadas del país, realizada por la Comisión Mandal, mostraron que en Kerala los miembros de la cristiandad estaban divididos “en grupos étnicos, según la casta de origen. [...] Aun después de su conversión, los que procedían de castas inferiores seguían recibiendo el trato de harijansb [...]. Los miembros sirios y pulayas de una misma Iglesia celebraban sus ritos religiosos por separado en edificios diferentes”.
Un artículo del periódico The Indian Express dijo en agosto de 1996 sobre los cristianos dalits: “En Tamil Nadu no les permiten vivir en las mismas zonas que las castas superiores. En Kerala, son en su mayoría trabajadores agrícolas sin tierra que trabajan para cristianos sirios y otros terratenientes de castas superiores. Ni siquiera se plantea la posibilidad de que los dalits y los cristianos sirios coman juntos o se casen entre ellos. En muchos casos, los dalits rinden culto en sus propias iglesias, llamadas ‘iglesia pulaya’ o ‘iglesia paraya’”. Estos nombres corresponden a subcastas. La forma españolizada de paraya es “paria”.
Reacciones al descontento
Grupos de activistas laicos, como FACE (siglas en inglés de Foro Contra la Explotación Cristiana), luchan para que la administración conceda beneficios a los cristianos dalits. Su principal interés es que los conversos reciban ayuda económica. Otros, en cambio, se concentran en el trato que reciben en la Iglesia. Los aproximadamente ciento veinte signatarios de una carta dirigida al papa Juan Pablo II afirmaban que habían “abrazado el cristianismo para liberarse del sistema de castas”, pero no se les permitía la entrada en la iglesia del pueblo ni la participación en los oficios religiosos. Se les obligaba a construir sus casas en una misma calle, que ningún cristiano de casta superior ni el cura párroco jamás pisan. Una católica que comparte esta preocupación dijo: “Para mí es muy importante que mi hijo estudie en una buena universidad. Pero todavía es más importante que sus hermanos [en la fe] lo reconozcan como un igual”.
Aunque hay intentos de mejorar la situación de los cristianos dalits, muchos están perdiendo la paciencia. Hay organizaciones, como la Vishwa Hindu Parishad (Organización Hindú Mundial), que procuran que los cristianos conversos regresen al redil hindú. The Indian Express informó acerca de una ceremonia con una asistencia de 10.000 personas, en la que más de seiscientas familias “cristianas” volvieron a abrazar el hinduismo.
El verdadero camino cristiano
Si los misioneros de las organizaciones eclesiásticas hubieran transmitido las enseñanzas de Cristo, que se basan en el amor, no existirían “cristianos brahmanes” ni “cristianos dalits” ni “cristianos parayas” (Mateo 22:37-40). No habría iglesias aparte para los dalits ni segregación en las comidas. ¿Cuál es esta enseñanza bíblica liberadora que trasciende las distinciones de clase?
“Porque Jehová su Dios es el Dios de dioses [...], que no trata a nadie con parcialidad ni acepta soborno” (Deuteronomio 10:17).
“Ahora los exhorto, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que todos hablen de acuerdo, y que no haya divisiones entre ustedes, sino que estén aptamente unidos en la misma mente y en la misma forma de pensar” (1 Corintios 1:10).
“En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí” (Juan 13:35).
La Biblia enseña que Dios hizo a toda la humanidad a partir de un solo hombre. También dice que todos los descendientes de este deben ‘buscar a Dios para hallarlo, aunque no está muy lejos de cada uno de nosotros’ (Hechos 17:26, 27).
Cuando la distinción de clases se introdujo en la congregación cristiana del siglo primero, el escritor bíblico Santiago la condenó rotundamente bajo inspiración. Dijo: “Ustedes [...] tienen distinción de clases entre sí y han llegado a ser jueces que dictan fallos inicuos, ¿no es verdad?” (Santiago 2:1-4). El verdadero cristianismo no admite ninguna forma de sistema de castas.
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Los cristianos y las castas¡Despertad! 1998 | 8 de marzo
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¿Qué se siente?
¿Qué se siente cuando los que afirman ser cristianos lo tratan a uno como a un intocable? Un cristiano cuyos antepasados, antes de convertirse, pertenecían a una casta baja del hinduismo conocida como cheramar o pulaya, relata un incidente que tuvo lugar años atrás en su estado natal, Kerala:
Me invitaron a una boda en la que un buen número de los invitados eran miembros de una iglesia. Cuando estos me vieron en el banquete, se produjo una gran conmoción. Los que pertenecían a la Iglesia Ortodoxa Siria dijeron que no se quedarían a menos que yo me marchara, pues no estaban dispuestos a comer con un “pulaya”. El padre de la novia se negó a aceptar su ultimátum, de modo que todos a una abandonaron el lugar. En cuanto salieron, se sirvió la comida. Pero los que atendían las mesas se negaron a retirar la hoja de plátano que me había servido de plato y a limpiar mi mesa.
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