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“Empecé a tener visiones de Dios”La adoración pura de Jehová: ¡por fin restaurada!
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Además, fíjese en que las ruedas y hasta los querubines están llenos de ojos, lo cual da a entender que todos los seres espirituales —y no solo esos cuatro querubines— están atentos a todo lo que sucede.
Ezequiel quedó impactado con la visión del carro celestial de Jehová. (Vea los párrafos 8 a 10).
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“Empecé a tener visiones de Dios”La adoración pura de Jehová: ¡por fin restaurada!
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Las llantas repletas de ojos transmiten la idea de que a este vehículo no se le escapa nada, puede mirar a todos lados.
Las ruedas eran gigantescas y se movían a una velocidad increíble. (Vea el párrafo 17).
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