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Consolemos a las víctimas de los abusosLa Atalaya (estudio) 2019 | mayo
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ARTÍCULO DE ESTUDIO 20
Consolemos a las víctimas de los abusos (cuarto artículo de la serie)
“El Dios de todo consuelo [...] nos consuela en toda nuestra tribulación” (2 COR. 1:3, 4).
CANCIÓN 134 Los hijos son un regalo de Dios
AVANCEa
1, 2. a) ¿Qué ejemplo muestra que los seres humanos nacemos con la necesidad de recibir consuelo y la capacidad de darlo? b) ¿Qué daño sufren algunos niños?
LOS seres humanos nacemos con la necesidad de recibir consuelo y la extraordinaria capacidad de darlo. Por ejemplo, cuando un niño se cae y se raspa las rodillas mientras juega, corre llorando a buscar a su papá o su mamá. Ellos no pueden curarlo, pero sí consolarlo. Le preguntan qué pasó, le secan las lágrimas, lo abrazan y le hablan con cariño, y quizás le limpian y le vendan la herida. Enseguida, el niño deja de llorar y hasta puede que se vaya a jugar de nuevo. Con el tiempo, la herida habrá sanado.
2 Sin embargo, hay niños que sufren heridas mucho más graves. Algunos son víctimas de abusos sexuales, ya sea una sola vez o durante años. En cualquier caso, las cicatrices emocionales pueden ser profundas. A algunos abusadores se les descubre y castiga, mientras que otros parece que logran evadir la justicia. Pero, aunque el culpable reciba castigo de inmediato, la víctima sigue sufriendo incluso cuando es adulta.
3. a) Como se señala en 2 Corintios 1:3, 4, ¿qué desea Jehová? b) ¿Qué preguntas vamos a responder?
3 ¿Qué puede ayudar a un cristiano que sufrió abusos en la niñez y sigue luchando contra el dolor emocional? (Lea 2 Corintios 1:3, 4). Está claro que Jehová desea que sus ovejas reciban el amor y el consuelo que necesitan. Por tanto, veamos la respuesta a las siguientes tres preguntas: ¿Por qué necesitan consuelo las víctimas del abuso de menores? ¿Quién puede dárselo? Y ¿qué podemos hacer para consolarlas?
POR QUÉ NECESITAN CONSUELO
4, 5. a) ¿Por qué es importante recordar que los niños son distintos de los adultos? b) ¿Qué efecto tienen los abusos en la capacidad de los niños de confiar en otras personas?
4 Algunas personas que sufrieron abusos en la niñez siguen necesitando consuelo aunque hayan pasado muchos años. Para entender por qué, primero debemos recordar que los niños son muy distintos de los adultos y que por lo general los abusos les afectan de manera muy diferente. Veamos algunas razones.
5 Los niños necesitan crear estrechos vínculos de confianza con quienes los crían y cuidan. Gracias a eso, se sienten seguros y aprenden a confiar en las personas que los quieren (Sal. 22:9). Por desgracia, muchos abusos ocurren en el hogar, y quienes los cometen suelen ser parientes cercanos y amigos de la familia. ¿Qué ocurre cuando se traiciona así la confianza de un niño? Que se le puede hacer difícil confiar en los demás, incluso años más tarde.
6. ¿Por qué es perjudicial y cruel el abuso sexual?
6 Los niños son vulnerables. El abuso sexual es perjudicial y cruel. A los niños les causa un daño terrible obligarlos a realizar actos sexuales muchos años antes de que estén preparados física, emocional y mentalmente para casarse y tener relaciones sexuales. Los abusos distorsionan su visión sobre el sexo, sobre sí mismos o sobre cualquier persona que desee acercarse a ellos.
7. a) ¿Por qué le resulta fácil a un abusador engañar a un niño, y cómo podría hacerlo? b) ¿Cuáles pueden ser los resultados de esas mentiras?
7 Los niños no han desarrollado por completo su capacidad de pensar, de razonar y de reconocer y evitar los peligros (1 Cor. 13:11). Por eso le resulta tan fácil a un abusador engañar a un niño. Le dice mentiras que le harán mucho daño, como que él es el culpable de los abusos, que debe mantenerlos en secreto, que nadie le escuchará ni le creerá si habla de lo que ocurre, o que los actos sexuales entre un adulto y un niño son en realidad expresiones sinceras de amor. Como resultado, durante muchos años la víctima no entenderá que todo esto eran mentiras. Puede que el niño crezca pensando que está sucio, que no sirve para nada y que no merece consideración ni cariño.
8. ¿Por qué podemos estar seguros de que Jehová puede consolar a quienes han sufrido daño?
8 En vista de todo esto, no nos sorprende que el abuso sexual cause daño durante tanto tiempo. Es un delito atroz. El que hoy haya tantos casos de abusos es una prueba clara de que vivimos en los últimos días, un tiempo en el que muchas personas no tienen “cariño natural” y en el que “los hombres inicuos e impostores” van de mal en peor (2 Tim. 3:1-5, 13). Las tácticas del Diablo son muy malvadas, y es lamentable que los hombres hagan lo que a él le complace. Pero Jehová es mucho más fuerte que Satanás y que las personas que hacen lo que nuestro enemigo desea. Además, Dios conoce muy bien su manera de actuar. Por eso, podemos estar seguros de que está al tanto del dolor que sentimos y de que puede darnos el consuelo que necesitamos. Cuánto nos alegra servir al “Dios de todo consuelo, que nos consuela en toda nuestra tribulación, para que nosotros podamos consolar a los que se hallan en cualquier clase de tribulación mediante el consuelo con que nosotros mismos estamos siendo consolados por Dios” (2 Cor. 1:3, 4). Ahora bien, ¿a quién utiliza Jehová para consolarnos?
QUIÉN PUEDE DAR CONSUELO
9. De acuerdo con lo que escribió el rey David en el Salmo 27:10, ¿qué hará Jehová por aquellos a los que abandona su propia familia?
9 Es posible que tengan una necesidad especial de consuelo las personas cuyos padres no hicieron nada para protegerlas de los abusos o las que sufrieron abusos de quienes eran cercanos a ellas. El rey David sabía que Jehová es quien mejor puede consolarnos (lea Salmo 27:10). Tenía fe en que Dios se hace cargo con cariño de quienes han sido rechazados por aquellos a quienes aman. ¿Cómo lo hace? Mediante sus siervos fieles. Los hermanos de la congregación son nuestra familia. Por ejemplo, Jesús dijo que los que adoraban a Dios con él eran sus hermanos, hermanas y madre (Mat. 12:48-50).
10. ¿Cómo describió Pablo su labor de anciano?
10 Veamos un ejemplo de esto en la congregación. El apóstol Pablo fue un anciano trabajador y fiel que daba un buen ejemplo. Dios incluso lo inspiró para que dijera a los cristianos que lo imitaran a él tal como él imitaba a Cristo (1 Cor. 11:1). En cierta ocasión, describió así su labor de anciano: “Nos hicimos amables en medio de ustedes, como cuando una madre que cría acaricia a sus propios hijos” (1 Tes. 2:7). Los leales ancianos de la actualidad también hablan con ternura y cariño cuando utilizan la Biblia para consolar a los que sufren.
Las cristianas maduras por lo general saben dar consuelo. (Vea el párrafo 11).c
11. ¿Qué muestra que los ancianos no son los únicos que pueden dar consuelo?
11 Los ancianos no son los únicos que pueden consolar a las víctimas de abusos. Todos tenemos la responsabilidad de seguir este consejo: “Sigan consolándose unos a otros” (1 Tes. 4:18). Las cristianas maduras pueden ser de especial ayuda para otras hermanas que necesitan consuelo. De hecho, Jehová se compara a una madre que consuela a su hijo (Is. 66:13). La Biblia contiene ejemplos de mujeres que ayudaron a quienes estaban angustiados (Job 42:11). A Jehová le complace ver a las cristianas dar ayuda a las hermanas que sufren dolor emocional. En algunos casos, los ancianos pueden preguntar en privado a una hermana madura si puede ayudar a otra hermana que está sufriendo.b
QUÉ PODEMOS HACER PARA DAR CONSUELO
12. ¿Qué cuidado debemos tener al ayudar a un hermano?
12 Por supuesto, cuando ayudamos a un hermano, tenemos cuidado de no preguntar sobre asuntos de los que prefiere no hablar (1 Tes. 4:11). Entonces, ¿qué podemos hacer por los que necesitan y desean recibir consuelo? Veamos cinco sugerencias basadas en la Biblia.
13. a) Según 1 Reyes 19:5-8, ¿qué hizo el ángel de Jehová por Elías? b) ¿Cómo podemos copiar el ejemplo del ángel?
13 Demos ayuda práctica. Cuando el profeta Elías tuvo que salir huyendo porque su vida corría peligro, se desanimó tanto que deseó morir. Entonces, Jehová envió a un ángel poderoso para que lo animara. Este le dio al profeta comida caliente y le dijo que comiera (lea 1 Reyes 19:5-8). Este relato nos enseña una importante lección: en ocasiones, un sencillo gesto bondadoso puede ayudar mucho a un hermano que sufre. Darle una comida, un pequeño regalo o una nota sincera le asegurará que lo queremos y nos interesamos por él. Podemos hacer este tipo de cosas si nos sentimos incómodos hablando de asuntos muy personales o dolorosos.
14. ¿Qué otra lección aprendemos del relato de Elías?
14 Hagamos que las víctimas se sientan seguras y cómodas. Volvamos al relato de Elías. Jehová le dio fuerzas de manera milagrosa para que recorriera el largo camino que había hasta el monte Horeb, donde siglos antes había hecho un pacto con su pueblo. En aquel remoto lugar, Elías posiblemente se sintió a salvo, por fin lejos del alcance de los que deseaban matarlo. ¿Qué otra lección aprendemos? Que, si deseamos ayudar a las víctimas de los abusos, primero debemos hacer que se sientan seguras. Por ejemplo, los ancianos deben tener en cuenta que las personas reaccionan de manera distinta. Una hermana quizás se sienta más cómoda y segura tomando una taza de té o cualquier otra cosa en un ambiente relajado en su casa, mientras que otra tal vez prefiera hablar en una sala del Salón del Reino.
Si escuchamos con paciencia, oramos desde el corazón y escogemos bien las palabras, podemos contribuir a que sanen las heridas. (Vea los párrafos 15 a 20).d
15, 16. ¿Qué implica saber escuchar?
15 Sepamos escuchar. La Biblia nos da este claro consejo: “Todo hombre tiene que ser presto en cuanto a oír, lento en cuanto a hablar” (Sant. 1:19). ¿Sabemos escuchar? Podríamos pensar que para escuchar solo hay que estar quietos, mirar a quien nos habla y no decir nada. Pero saber escuchar implica más. Veamos lo que hizo Jehová con Elías. Cuando este por fin se desahogó y le contó todo lo que lo angustiaba, Dios lo escuchó con atención. Se dio cuenta de que su profeta tenía miedo, se sentía solo y pensaba que todo lo que había hecho no servía de nada. Con cariño, Jehová atendió cada una de sus preocupaciones. Así demostró que había estado atento a sus palabras (1 Rey. 19:9-11, 15-18).
16 Mientras escuchamos a quien sufrió abusos, ¿cómo podemos demostrarle nuestro amor y compasión? A veces, una frase bien pensada puede hacerle ver lo que sentimos. Podríamos decirle: “Cuánto lamento lo que te ocurrió. Nadie debería hacerle eso a un niño”. Y, para asegurarnos de que comprendemos bien lo que nos está contando, quizás podríamos pedirle que nos ayude a entender mejor sus palabras o decirle: “Cuando contaste esto, entendí que..., ¿es así?”. Este tipo de comentarios le demostrará que lo estamos escuchando con atención y cariño, y que tratamos de comprenderlo (1 Cor. 13:4, 7).
17. ¿Por qué debemos ser pacientes y lentos para hablar?
17 Ahora bien, tengamos la precaución de ser lentos para hablar. No interrumpamos a la persona para darle consejos o corregirla. Y seamos pacientes. Cuando Elías por fin se desahogó con Jehová, expresó su angustia con mucha franqueza. Y, después que Jehová le fortaleció la fe, Elías volvió a decirle exactamente lo mismo (1 Rey. 19:9, 10, 13, 14). De esto aprendemos que algunas personas con dolor emocional necesitan contar lo que sienten más de una vez. En esos casos, debemos escucharlas con paciencia, igual que Jehová. No tratemos de ofrecer soluciones, sino mostremos compasión y cariño (1 Ped. 3:8).
18. ¿Qué clase de oraciones pueden consolar a los que sufren, y por qué?
18 Oremos desde el corazón con los que sufren. La persona deprimida tal vez sea incapaz de orar. Puede que no se sienta digna de dirigirse a Jehová. Si deseamos ayudarla, oremos con ella utilizando su nombre. Digámosle a Jehová lo mucho que la queremos, tanto nosotros como la congregación. Y roguémosle que calme el dolor de su valiosa ovejita. Este tipo de oraciones pueden ser una fuente de mucho consuelo (Sant. 5:16).
19. ¿Qué nos ayudará a prepararnos para consolar a otra persona?
19 Escojamos palabras que sanen y consuelen. Pensemos antes de hablar. Las palabras irreflexivas hieren, pero las amables curan las heridas (Prov. 12:18). Así pues, pidámosle a Jehová que nos ayude a encontrar palabras cariñosas que tranquilicen y sanen a quien se siente herido. Recordemos que las palabras con mayor poder son las que se encuentran en la Biblia, pues provienen de Jehová (Heb. 4:12).
20. A causa de las malas experiencias sufridas, ¿de qué pueden estar convencidas algunas víctimas, y qué deseamos recordarles?
20 A causa de los abusos sufridos en el pasado, algunos tal vez estén convencidos de que son indignos y sucios, y de que nadie los quiere. Es más, tal vez crean que no merecen el cariño de nadie. Esta es una mentira espantosa. Por tanto, utilicemos la Biblia para recordarles que son muy valiosos para Jehová (vea el recuadro “Textos bíblicos que consuelan”). Recordemos que, cuando el profeta Daniel se sintió sin fuerzas y deprimido, Dios envió a un ángel para fortalecerlo porque deseaba que supiera que era valioso y querido (Dan. 10:2, 11, 19). Del mismo modo, Jehová considera valiosos a nuestros hermanos afligidos.
21. a) ¿Qué les espera a los abusadores que no se arrepientan? b) Mientras tanto, ¿qué debemos estar resueltos a hacer?
21 Cuando consolamos a otras personas, les recordamos que Jehová es un Dios de amor. Y nunca debemos olvidar que también es un Dios de justicia. Ningún abuso queda oculto a sus ojos. Él lo ve todo, y se asegurará de dar su merecido a los abusadores que no se arrepientan (Núm. 14:18). Mientras tanto, hagamos todo lo que esté en nuestra mano para mostrar amor a las víctimas de abusos. Cuánto nos consuela saber que Jehová sanará para siempre las heridas de los que han sido maltratados por Satanás y su mundo. Dentro de poco, estas dolorosas experiencias no se recordarán ni vendrán al corazón (Is. 65:17).
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El amor y la justicia ante la maldadLa Atalaya (estudio) 2019 | mayo
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ARTÍCULO DE ESTUDIO 19
El amor y la justicia ante la maldad (tercer artículo de la serie)
“Tú no eres un Dios que se deleite en la iniquidad; nadie malo puede residir contigo” (SAL. 5:4).
CANCIÓN 142 Aferrémonos a nuestra esperanza
AVANCEa
1-3. a) Según Salmo 5:4-6, ¿cómo ve Jehová la maldad? b) ¿Por qué decimos que el abuso de menores está en contra de “la ley del Cristo”?
JEHOVÁ odia todo tipo de maldad (lea Salmo 5:4-6). Así que detesta el abuso sexual de menores, un acto especialmente malvado y repugnante. Igual que él, sus Testigos aborrecemos el abuso de menores y no lo toleramos en la congregación (Rom. 12:9; Heb. 12:15, 16).
2 El abuso de menores está totalmente en contra de “la ley del Cristo”, esto es, todo lo que Jesús enseñó con sus palabras y acciones (Gál. 6:2). ¿Por qué lo decimos? Porque, como vimos en el artículo anterior, la ley del Cristo se basa en el amor y fomenta la justicia. Como los cristianos verdaderos seguimos esa ley, tratamos a los niños de manera que se sientan seguros y queridos de verdad. Pero el abuso de un menor es un acto egoísta y malvado que resulta en que el niño se sienta inseguro y piense que nadie lo ama.
3 Por desgracia, el abuso sexual de menores es una plaga mundial que también ha afectado a los cristianos verdaderos. ¿Por qué? Porque en nuestros días hay muchos “hombres inicuos e impostores”, y algunos de ellos quizás intenten entrar en la congregación (2 Tim. 3:13). Además, algunos que afirman ser parte de la congregación se han dejado llevar por deseos pervertidos y han abusado sexualmente de niños. A continuación, vamos a ver por qué este tipo de abuso es un pecado tan horrible. Después, analizaremos qué hacen los ancianos cuando alguien comete un pecado grave, como el abuso de menores, y cómo pueden proteger los padres a sus hijos.b
UN PECADO MUY GRAVE
4, 5. ¿Por qué es un pecado contra la víctima el abuso de menores?
4 Quienes son víctimas de abusos sufren las consecuencias durante años. Y no solo ellos, sino también quienes los aman: sus familiares y los hermanos de la congregación. El abuso de menores es un pecado muy grave.
5 Es un pecado contra la víctima.c Causar daño y sufrimiento a los demás es un pecado. Y, como veremos en el próximo artículo, eso es precisamente lo que hace quien abusa de un niño, pues le causa daños muy profundos. Traiciona su confianza y le arrebata su sentido de seguridad. Debemos proteger a los niños de este acto tan malvado. Y tenemos que consolar y ayudar a los que han sido víctimas de abusos (1 Tes. 5:14).
6, 7. ¿Por qué es el abuso de menores un pecado contra la congregación y contra las autoridades?
6 Es un pecado contra la congregación. Cualquier persona que forma parte de la congregación y abusa de un menor mancha la reputación de esta (Mat. 5:16; 1 Ped. 2:12). Pero es injusto que las acciones de una sola persona perjudiquen a millones de hermanos fieles que están luchando “tenazmente por la fe” (Jud. 3). No toleramos entre nosotros a quien hace cosas malvadas sin arrepentirse y ensucia el buen nombre de la congregación.
7 Es un pecado contra las autoridades. Los cristianos deben estar “en sujeción a las autoridades superiores” (Rom. 13:1). Demostramos nuestra sujeción respetando las leyes del país. Si una persona que forma parte de la congregación viola la ley —por ejemplo, al abusar de un menor—, peca contra las autoridades (compare con Hechos 25:8). Aunque los ancianos no están autorizados a hacer que se cumplan las leyes, no protegen a quien abusa de un menor de las consecuencias legales de su pecado (Rom. 13:4). El pecador cosecha lo que ha sembrado (Gál. 6:7).
8. ¿Cómo ve Dios los pecados que una persona comete contra otra?
8 Es sobre todo un pecado contra Jehová (Sal. 51:4). Cuando una persona peca contra otra, también peca contra Dios. Veamos un ejemplo tomado de la Ley que Jehová le dio a la nación de Israel. Esta decía que quien robaba o defraudaba a su prójimo se comportaba “infielmente para con Jehová” (Lev. 6:2-4). No cabe duda, entonces, de que una persona que forma parte de la congregación y abusa de un niño, arrebatándole su sentido de seguridad, le es infiel a Dios y ensucia gravemente su nombre. Por ese motivo, vemos el abuso como lo que es: un pecado detestable contra Dios que condenamos rotundamente.
9. ¿Qué información basada en la Biblia ha suministrado la organización de Jehová a lo largo de los años, y por qué?
9 A lo largo de los años, la organización de Jehová ha suministrado muchísima información basada en la Biblia sobre el abuso de menores. Por ejemplo, en las revistas La Atalaya y ¡Despertad! se han publicado artículos sobre cómo pueden hacer frente a las heridas emocionales las víctimas del abuso sexual, cómo pueden otros ayudarlas y animarlas, y de qué maneras pueden proteger los padres a sus hijos. A los ancianos también se les han dado instrucciones bíblicas detalladas sobre qué hacer cuando alguien comete este pecado. La organización revisa periódicamente los procedimientos que deben seguir los ancianos cuando se presentan estos casos. De ese modo, nos aseguramos de que nuestra forma de tratar este problema se apega a la ley del Cristo.
CÓMO PROCEDER CUANDO ALGUIEN COMETE UN PECADO GRAVE
10-12. a) Cuando los ancianos atienden un pecado grave, ¿qué tienen presente, y de qué cosas se preocupan? b) Según Santiago 5:14, 15, ¿qué tratan de hacer los ancianos?
10 Cuando alguien comete un pecado grave, los ancianos que atienden el asunto tienen presente que para seguir la ley del Cristo deben tratar al rebaño con amor y hacer lo que es justo y recto para Dios. Como consecuencia, hay varias cosas de las que se preocupan. Su interés principal es mantener la santidad del nombre de Dios (Lev. 22:31, 32; Mat. 6:9). También se interesan mucho en cuidar de la espiritualidad de los hermanos y en ayudar a quien ha sido víctima de un pecado.
11 Además, los ancianos tratan de ayudar a quien ha cometido un pecado grave a recuperar la salud espiritual, si es posible (lea Santiago 5:14, 15). El cristiano que cede a los malos deseos y comete un pecado grave está enfermo espiritualmente. Esto significa que se ha dañado su amistad con Jehová.d Los ancianos son como médicos espirituales que se esfuerzan por sanar al enfermo, en este caso el pecador. Sus consejos basados en la Biblia pueden ayudarlo a reparar su amistad con Dios. Pero esto solo es posible si está arrepentido de verdad (Hech. 3:19; 2 Cor. 2:5-10).
12 No hay duda de que los ancianos tienen una seria responsabilidad. Se interesan de verdad por las ovejas que Jehová les ha confiado (1 Ped. 5:1-3). Quieren que los hermanos se sientan seguros dentro de la congregación. Y por eso actúan de inmediato cuando se enteran de que se ha cometido un pecado grave, como el abuso de un menor. ¿Qué hacen? Analicemos las preguntas que aparecen al comienzo de los párrafos 13, 15 y 17.
13, 14. ¿Obedecen los ancianos las leyes sobre denunciar los supuestos abusos de menores? Explique.
13 ¿Obedecen los ancianos las leyes sobre denunciar a las autoridades los supuestos abusos de menores? Sí. En los lugares donde existen tales leyes, los ancianos las obedecen (Rom. 13:1). Estas normas no están en contra de la ley de Dios (Hech. 5:28, 29). Por lo tanto, cuando llega a oídos de los ancianos una acusación de este tipo, de inmediato piden asesoramiento a la sucursal sobre cómo proceder a fin de garantizar el cumplimiento de las leyes de denuncia de abusos de menores.
14 Los ancianos les confirman a las víctimas, a sus padres y a cualquier otro que conozca el caso que son libres de denunciar ante las autoridades el supuesto abuso. Ahora bien, ¿y si el acusado forma parte de la congregación y el asunto se hace público? ¿Debería pensar el cristiano que presentó la denuncia que ha manchado el nombre de Dios? No. El que lo ha manchado es quien cometió el abuso.
15, 16. a) Teniendo en cuenta 1 Timoteo 5:19, ¿por qué se necesitan al menos dos testigos para que los ancianos puedan iniciar una acción judicial? b) ¿Qué hacen los ancianos cuando se acusa a alguien de la congregación de abuso de menores?
15 En la congregación, ¿por qué se necesitan al menos dos testigos para que los ancianos puedan iniciar una acción judicial? Porque así lo dice la Biblia. Esta es una de sus elevadas normas justas. Cuando el pecador no confiesa su pecado, hacen falta dos testigos oculares para demostrar la acusación y que los ancianos puedan iniciar una acción judicial (Deut. 19:15; Mat. 18:16; lea 1 Timoteo 5:19). ¿Significa esto que son necesarios dos testigos para poder denunciar ante las autoridades un supuesto abuso? No. Esta norma no es aplicable cuando los ancianos o cualquier otra persona quieren denunciar un supuesto delito.
16 Cuando se acusa a alguien de la congregación de abuso de menores, los ancianos hacen dos cosas. Primero, se aseguran de cumplir las leyes sobre denuncia de abusos. Y después hacen una investigación, basada en la Biblia, para determinar qué ocurrió en realidad y si hace falta formar un comité judicial. Si la persona niega la acusación, los ancianos escuchan lo que tengan que decir los testigos. Se forma un comité judicial si se demuestra que ha habido un pecado con el testimonio de al menos dos personas: la que hizo la acusación y otra que también sea testigo de que el acusado cometió ese abuso u otros abusos de menores.e El que no haya un segundo testigo no significa que quien ha hecho la acusación esté mintiendo. Incluso en los casos en que no puede probarse la acusación mediante dos testigos, los ancianos reconocen que tal vez se ha cometido un pecado grave, un pecado que ha causado muchísimo daño a otros. Por tanto, continúan prestando ayuda a quienes hayan sido lastimados y se mantienen alerta para proteger a la congregación del daño que pudiera hacer el acusado (Hech. 20:28).
17, 18. Explique cuál es la función del comité judicial.
17 ¿Cuál es la función del comité judicial? Los ancianos que forman el comité juzgan o determinan si una persona puede seguir formando parte de la congregación. El término judicial no significa que ellos juzgan si las autoridades deben castigar o no a quien ha violado la ley. Los ancianos no interfieren en la aplicación de esta; más bien, dejan los delitos en manos de las autoridades (Rom. 13:2-4; Tito 3:1).
18 La labor de los ancianos que forman parte de un comité judicial es espiritual o religiosa. Basándose en la Biblia, juzgan si el pecador está arrepentido o no. Si no lo está, lo expulsan y anuncian a la congregación que esa persona ya no es testigo de Jehová (1 Cor. 5:11-13). Si, por el contrario, está arrepentido, puede seguir dentro de la congregación. No obstante, los ancianos le informarán de que quizás nunca reciba privilegios ni ocupe un puesto de responsabilidad. Además, como se interesan por el bienestar de los niños, tal vez les digan en privado a quienes tienen hijos menores que vigilen el trato de estos con el pecador. Al tomar estas medidas, tendrán cuidado de no revelar la identidad de quienes han sido víctimas de abusos.
CÓMO PUEDEN LOS PADRES PROTEGER A SUS HIJOS
Los padres protegen a sus hijos del abuso de menores diciéndoles lo que necesitan saber sobre el sexo de acuerdo con su edad. Con ese fin, usan la información que ha publicado la organización de Dios. (Vea los párrafos 19 a 22).
19-22. ¿Cómo pueden proteger los padres a sus hijos? (Vea la foto de la portada).
19 Los padres tienen la obligación de proteger a sus hijos de cualquier peligro.f Padres, sus hijos son un regalo de Dios, “una herencia de parte de Jehová” (Sal. 127:3). Es su responsabilidad cuidar este regalo. ¿Qué pueden hacer para evitar que sus hijos sean víctimas de un abuso?
20 Primero, infórmense bien sobre el abuso de menores. Aprendan qué tipo de personas abusan de los niños y cómo los engañan. Estén al tanto de los posibles peligros (Prov. 22:3; 24:3). Recuerden que en la mayoría de los casos el abusador es alguien a quien el niño conoce y en quien confía.
21 Segundo, mantengan abiertas las líneas de comunicación con sus hijos (Deut. 6:6, 7). Eso implica escucharlos con atención (Sant. 1:19). Recuerden que a menudo a los niños les resulta difícil contar lo ocurrido. Puede que tengan miedo de que no los crean. O quizás la persona que abusó de ellos los haya amenazado para que no digan nada. Si ustedes sospechan que algo va mal, háganles preguntas con cariño y escuchen con paciencia sus respuestas.
22 Tercero, informen a sus hijos. Díganles lo que necesitan saber sobre el sexo de acuerdo con su edad. Enséñenles qué hacer y decir si alguien trata de tocarlos de una manera inapropiada. Usen la información que ha publicado la organización de Dios sobre cómo proteger a los niños (vean el recuadro “Información para padres e hijos”).
23. ¿Cómo vemos el abuso sexual de menores, y qué pregunta se responderá en el siguiente artículo?
23 Los testigos de Jehová vemos el abuso sexual de menores como un pecado detestable y un acto malvado. Las congregaciones se guían por la ley del Cristo, y por eso no protegen a quien abusa de un menor de las consecuencias de su pecado. Ahora bien, ¿cómo podemos ayudar a las víctimas de los abusos? Esta pregunta se responde en el siguiente artículo.
CANCIÓN 103 Nuestros pastores son un regalo de Dios
a En este artículo, vamos a analizar cómo podemos evitar que los niños sufran abuso sexual. Veremos qué pueden hacer los ancianos para mantener a salvo a la congregación y cómo pueden los padres proteger a sus hijos.
b IDEA IMPORTANTE: Se llama abuso sexual de menores a cualquier acto que realiza un adulto con un niño para satisfacer sus deseos sexuales. Es una perversión que comprende actos como los siguientes: tener relaciones sexuales con un menor, incluido el sexo oral o anal, o acariciarle los genitales, los pechos o las nalgas. Aunque las víctimas más comunes son las niñas, también sufren abusos muchos niños. Y, si bien es cierto que la mayoría de los que cometen los abusos son hombres, también algunas mujeres lo hacen.
c IDEA IMPORTANTE: Tanto en este artículo como en el siguiente, llamamos víctima a quien ha sufrido abusos sexuales en la niñez. Con este término queremos dejar claro que él es inocente y que quien ha cometido los abusos se ha aprovechado de él y le ha hecho daño.
d La enfermedad espiritual no es excusa cuando se comete un pecado grave. El pecador es completamente responsable de sus malas decisiones y acciones, y debe rendir cuentas a Jehová (Rom. 14:12).
e Uno de los padres u otra persona en quien el niño confíe puede informar a los ancianos del supuesto abuso. De este modo, el niño no sufrirá más daño emocional. Los ancianos nunca le piden a un niño que esté presente mientras ellos hablan con quien supuestamente ha abusado de él.
f Lo que se dice aquí a los padres es igualmente aplicable a los tutores legales u otras personas que ejerzan la responsabilidad parental sobre un menor.
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