Hasta los niñitos sacarán mayor beneficio de los discursos y se les ayudará a prestar atención si se les suministra papel y lápiz para escribir los puntos principales que presente el orador y los textos clave o nueva información que quizás mencione.

PARA LOS PADRES: A los niños y a los adolescentes se les invita a asistir a la Asamblea de Distrito “Amadores de la Libertad”. La libertad que el mundo ofrece puede llevar a muerte espiritual, tal como Adán perdió la libertad que se le dió a la humanidad al principio. La organización amorosa de Jehová nos ha provisto el razonamiento apropiado a este respecto. Nos anima ver a jóvenes que han aprendido a prestar cuidadosa atención en todas las reuniones cristianas y que se interesan realmente en el programa de la asamblea. (Sal. 148:12, 13.) Pero mucho depende del ejemplo y la supervisión de los padres. A muchos jóvenes se les ha enseñado a tomar notas. Si usted no ha sacado tiempo para enseñar a sus hijos a hacerlo, ¿por qué no lo hace en el tiempo que queda antes de la asamblea? Hasta a los pequeñuelos se les puede animar a que apunten los textos y las palabras clave que mencionen los oradores. Algunos padres repasan los puntos principales del programa del día cuando regresan al lugar de alojamiento o mientras viajan a su hogar.

¹⁶ Por supuesto, casi todos los padres reconocen que la inclinación natural de los niños es la de ser juguetones. Carecen de experiencia en la vida y son inmaturos. Por lo tanto, hay que enseñarles cuándo prestar atención y cómo comportarse en las reuniones. Eso requiere buena supervisión de parte de los padres. Algunos padres han sido negligentes al respecto. En ocasiones, aunque los padres muestren el debido respeto durante la oración, sus hijos juegan y distraen a otros. Los padres deben saber lo que hacen sus hijos, incluso cuando se ora. Además, ¿qué están haciendo cuando dejan sus asientos mientras se presenta el programa? ¿Se les deja sin supervisión durante o después de la asamblea? (Pro. 29:15.)

¹⁷ A veces se ha dejado a los niños sin supervisión en la piscina del motel mientras los padres están en la habitación, cenando en otro lugar o participando en otras actividades. Eso no es apropiado. Algunos niños han obrado de manera indisciplinada y desenfrenada, y hasta han faltado al respeto a hermanos y hermanas de mayor edad que han tratado de corregirlos de manera bondadosa. Tal comportamiento desenfrenado y conducta impropia para un cristiano suelen ser el resultado de la permisividad y la falta de disciplina en el hogar, y debe corregirse. Los padres cristianos deben supervisar a sus hijos en todo momento, a medida que los crían en “la disciplina y regulación mental de Jehová”. (Efe. 6:4.)