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¡Sálvele la vida a su hijo!La Atalaya 1997 | 15 de julio
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MICHAEL y Alphina viven en KwaZulu-Natal (Sudáfrica), en un valle rural rodeado de verdes colinas, y tuvieron que afrontar muchos retos durante la crianza de sus siete hijos. No obstante, con el pleno respaldo de su esposa, Michael hizo todo lo posible por obedecer el mandato que la Biblia da a los padres con relación a sus hijos: “Sigan criándolos en la disciplina y regulación mental de Jehová”. (Efesios 6:4.) Con todo, a veces surgen problemas.
Por ejemplo, es común que los pastorcillos africanos reúnan el ganado de sus respectivas familias a fin de tener más tiempo para jugar en grupo. A veces estos jovencitos hacen travesuras y hablan de cosas indebidas. Cuando los hijos de Michael salían a pastorear el ganado de la familia, él les daba instrucciones rigurosas de no tener trato con ciertos niños. (Santiago 4:4.) Sin embargo, al regresar a casa del trabajo, a veces los encontraba haciendo precisamente lo contrario, y se veía obligado a disciplinarlos. (Proverbios 23:13, 14.)
¿Le parece que Michael era demasiado estricto con sus hijos? Puede ser que algunas personas opinen así, pero Jesucristo dijo que “la sabiduría queda probada justa por sus obras”. (Mateo 11:19.) Debido a que Michael y Alphina pasaron tiempo con sus hijos y les enseñaron relatos y verdades de la Biblia, consiguieron que en su hogar reinara un ambiente de amor.
Michael y Alphina tienen cuatro hijas: Thembekile, Siphiwe, Tholakele y Thembekani, y todas ellas son predicadoras de tiempo completo de las buenas nuevas del Reino de Dios. Dos de sus hijos varones sirven de superintendentes presidentes en sus respectivas congregaciones de los testigos de Jehová. El tercero, cuya esposa también es evangelizadora de tiempo completo, es siervo ministerial.
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¡Sálvele la vida a su hijo!La Atalaya 1997 | 15 de julio
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Una madre sudafricana explica: “Desde el primer día que nuestra hija fue a la escuela, siempre la animamos a que nos contara sus actividades cotidianas. Por ejemplo, yo le preguntaba: ‘¿Con quién estuviste durante el almuerzo? Háblame de tu nueva maestra. ¿Qué aspecto tiene? ¿Qué actividades se han planeado para la semana?’. En cierta ocasión, nuestra hija llegó a casa y dijo que la profesora de inglés iba a llevar a toda la clase a ver una película sobre la que luego escribirían una crítica. El título de la película era un tanto sospechoso. Tras informarnos un poco, nos dimos cuenta de que no era apropiada para un cristiano. Hablamos del asunto en familia, y al día siguiente nuestra hija abordó a la profesora y le explicó que no quería ver la película, pues la moralidad que en ella se representaba no estaba de acuerdo con sus creencias cristianas. La profesora reflexionó sobre el asunto y luego dio las gracias a nuestra hija, diciendo que ella no quería llevar a la clase a ver algo que después lamentara”. El interés amoroso que estos padres manifestaron constantemente por la salvación de su hija produjo buenos frutos. Esta ha desarrollado una personalidad alegre y positiva, y actualmente trabaja como voluntaria en la sucursal de Sudáfrica de la Sociedad Watch Tower Bible and Tract.
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¡Sálvele la vida a su hijo!La Atalaya 1997 | 15 de julio
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Un joven que sirve en la sucursal de la Sociedad Watch Tower Bible and Tract en Sudáfrica explica: “De niño solía ayudar a mi padre en la casa. Me encantaba hacerlo simplemente por el hecho de que papá agradecía de corazón lo poco que yo hacía. Él aprovechaba aquellas ocasiones para contarme muchas cosas de Jehová. Por ejemplo, recuerdo un sábado que trabajamos mucho cortando el césped. Hacía mucho calor. Como vi que papá estaba sudando, corrí a buscar dos vasos de agua con hielo. Papá comentó: ‘Hijo, ¿te das cuenta de lo sabio que es Jehová? El hielo flota en el agua. Si se hundiera, toda la vida del fondo de los lagos y estanques moriría. En cambio, el hielo hace las veces de una manta aislante. ¿No nos ayuda eso a conocer mejor a Jehová?’.a Años después, cuando me enviaron a prisión por mantenerme neutral, tuve tiempo para pensar. Una noche que me sentía deprimido en la celda, recordé aquellas palabras de papá. ¡Cuánto sentido tenían! Mi deseo es adorar a Jehová para siempre mientras pueda”.
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¡Sálvele la vida a su hijo!La Atalaya 1997 | 15 de julio
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Un padre sudafricano que tiene dos hijas y un hijo explica: “Con bastante frecuencia tuve oportunidades de tratar el delicado tema de la sexualidad incluso con las niñas, aunque mi esposa fue quien dio atención particular a nuestras hijas, utilizando para ello el libro Tu juventud... aprovechándola de la mejor manera. [Véanse las páginas 26-32.] Cuando mi hijo tenía 12 años, decidí llevarlo a dar un largo paseo por las montañas. En aquella ocasión hablamos detenidamente del cuerpo del muchacho y del honorable propósito que este cumpliría más adelante en el matrimonio. También hablé con él de la importancia de no caer en el hábito degradante de la masturbación y de que debía tratar a las muchachas con honra y respeto, igual que a su madre y sus hermanas”.
Buenas recompensas
El matrimonio que acabamos de mencionar se esforzó mucho por criar bien a sus tres hijos, y se sienten felices de los buenos resultados obtenidos. Los tres son ya adultos y están casados con cristianos fieles. El hijo y los dos yernos sirven de ancianos en la congregación cristiana, y dos de los matrimonios llevan muchos años sirviendo de evangelizadores de tiempo completo.
Sí, los padres que se esfuerzan arduamente por la salvación de su familia pueden esperar una buena recompensa de los hijos que optan por responder a su enseñanza bíblica, pues Proverbios 23:24, 25 dice: “El que llega a ser padre de un sabio también se regocijará en él. Tu padre y tu madre se regocijarán”. Piense en la familia numerosa que se mencionó en la introducción de este artículo. “Cuando reflexiono en el progreso espiritual de mis hijos —dice Alphina—, mi corazón rebosa de alegría.” Que todos los padres cristianos se esfuercen por obtener esta gozosa recompensa.
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