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  • Eduquemos a los hijos desde la infancia
    El secreto de la felicidad familiar
    • DISCIPLINA EFECTIVA

      Una forma coherente de disciplina es hacer sentir al niño las consecuencias desagradables de su mal comportamiento. (Gálatas 6:7; compárese con Éxodo 34:6, 7.) Por ejemplo, si su hijo ensucia algo, hacer que lo limpie personalmente puede ser la mejor lección. ¿Ha tratado injustamente a alguien? Mandarle que se disculpe puede corregir esta mala tendencia. Otra forma de disciplina puede consistir en imponerle ciertas restricciones por un tiempo para que aprenda la lección necesaria. De este modo se inculca en el niño la sensatez de observar los principios justos.

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    El secreto de la felicidad familiar
    • LA DISCIPLINA ES VITAL

      20. ¿Qué es disciplina, y cómo debe administrarse?

      20 La disciplina es educación que corrige la mente y el corazón. Los niños la necesitan constantemente. Pablo aconseja a los padres que ‘sigan criando a los hijos en la disciplina y regulación mental de Jehová’. (Efesios 6:4.) Los padres deben disciplinar con amor, tal como lo hace Jehová. (Hebreos 12:4-11.) La disciplina fundamentada en el amor puede administrarse mediante el razonamiento. Por ello se nos dice que ‘escuchemos la disciplina’. (Proverbios 8:33.) ¿Cómo debe suministrarse?

      21. ¿Qué principios deben tener presentes los padres cuando disciplinan a los hijos?

      21 Algunos padres piensan que disciplinar a sus hijos significa solo hablarles en tono amenazante, regañarlos o hasta insultarlos. Sin embargo, abundando en el mismo tema, Pablo advierte: “Ustedes, padres, no estén irritando a sus hijos”. (Efesios 6:4.) A todos los cristianos se les insta a ‘ser amables para con todos, instruyendo con apacibilidad a los que no están favorablemente dispuestos’. (2 Timoteo 2:24, 25.) Los padres cristianos reconocen la necesidad de ser firmes, pero a la vez tienen presentes estas palabras cuando disciplinan a sus hijos. Ahora bien, en ocasiones el razonamiento no es suficiente y puede necesitarse algún tipo de castigo. (Proverbios 22:15.)

      22. Si hay que castigar a un niño, ¿qué se le debe ayudar a entender?

      22 Los hijos son diferentes, por lo que necesitan diferentes clases de disciplina. Algunos no se dejan “corregir por meras palabras”. En estos casos, el castigo ocasional por la desobediencia puede salvarles la vida. (Proverbios 17:10; 23:13, 14; 29:19.) Pero el niño tiene que entender por qué se le castiga. “La vara y la censura son lo que da sabiduría.” (Proverbios 29:15; Job 6:24.) Además, el castigo tiene límites. “Tendré que castigarte hasta el grado debido”, dijo Jehová a su pueblo. (Jeremías 46:28b.) La Biblia no aprueba de ningún modo las palizas o azotainas furiosas, que pueden magullar o hasta herir al niño. (Proverbios 16:32.)

      23. ¿Qué debería percibir el niño cuando sus padres lo castigan?

      23 Cuando Jehová advirtió a su pueblo que lo iba a disciplinar, primero dijo: “No tengas miedo [...] porque yo estoy contigo”. (Jeremías 46:28a.) De igual manera, la disciplina paterna apropiada nunca debería resultar en que el hijo se sintiera rechazado. (Colosenses 3:21.) Más bien, el hijo debe percibir que el padre lo disciplina porque ‘está con él’, de su lado.

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