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Cómo nos llegó la Biblia. Tercera parteLa Atalaya 1997 | 15 de octubre
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BIRMANIA, 1824. Los agentes del rey acaban de saquear la casa misional de Adoniram y Ann Judson de cuanto han estimado valioso. Pero han dejado el tesoro más precioso: el manuscrito de una versión de la Biblia que Ann ha enterrado en secreto bajo la casa. Adoniram, el traductor, yace encadenado en una cárcel infestada de mosquitos, acusado de espionaje. Ante la amenaza de que la humedad estropee el original, ¿qué harán? Ann lo cose dentro de una almohadilla dura que envía a su marido, quien sigue preso. La almohadilla se conserva, y las páginas que oculta acaban formando parte de la primera Biblia en birmano.
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Cómo nos llegó la Biblia. Tercera parteLa Atalaya 1997 | 15 de octubre
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Los misioneros y las sociedades bíblicas
Los siglos XVII y XVIII vieron en muchos países un renovado interés por la lectura bíblica. Inglaterra, en particular, estuvo expuesta a una gran influencia de las Escrituras durante esta época. En efecto, las historias y doctrinas bíblicas se evidenciaban en las ideas de todos, desde el rey hasta el joven labriego. Pero aquel influjo se extendió a otros lugares. En sus travesías, algunos súbditos de Inglaterra, a la sazón metrópoli dedicada al comercio de ultramar, llevaban consigo la Biblia. Así se pusieron los cimientos de una amplia campaña bíblica.
Hacia fines del siglo XVIII, las Escrituras sensibilizaron a algunos ingleses frente a las necesidades espirituales de los pueblos aborígenes de los extensos territorios de su imperio. Su inquietud, sin embargo, no era en absoluto universal. Como muchos eclesiásticos creían en la predestinación, opinaban que la voluntad divina era que algunos no se salvasen. Cuando William Carey, ansioso de ser misionero, pronunció un fogoso discurso en petición de apoyo para una misión en la India, alguien exclamó con desdén: “Siéntate, muchacho; cuando le plazca a Dios convertir a los paganos, lo hará sin tu ayuda”. Pese a todo, Carey zarpó hacia la India en 1793. Logró la proeza de traducir la Biblia, íntegra o parcialmente, a 35 idiomas de la India.
Los misioneros comprendían que su herramienta fundamental era la Sagrada Escritura en las lenguas nativas.
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Cómo nos llegó la Biblia. Tercera parteLa Atalaya 1997 | 15 de octubre
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Gran parte de la Biblia consta de narraciones y símiles que se fundan en experiencias cotidianas. De ahí que sea más fácil de traducir que si emplease términos filosóficos abstractos. Pero, como cabría esperar, las primeras versiones de los misioneros contuvieron a veces lecturas confusas o jocosas. Por ejemplo, una versión dio a entender a la gente de cierta región de la India que Dios era un ser azulado. Empleaba la expresión “padre celeste”, que les daba la idea “del color del firmamento”.
Adoniram Judson escribió en 1819: “Aprender la lengua de un pueblo que vive al otro lado del mundo, con patrones mentales distintos de los nuestros y que, por ende, se manifiestan en formas de expresión completamente nuevas, que emplean letras y palabras sin la más mínima semejanza con los idiomas que uno conoce, todo ello sin el auxilio del diccionario o del intérprete y sabiendo que hay que tener una mínima comprensión del idioma para beneficiarse de la ayuda de un profesor nativo, exige un enorme esfuerzo”. La labor de traductores como Judson contribuyó mucho a poner la Biblia al alcance de más lectores. (Véase el gráfico de la página 12.)
Ann Judson colaboró con su esposo en la ardua labor de la traducción. Pero el matrimonio Judson no solo arrostró dificultades de orden académico. Cuando los agentes reales se llevaron a rastras a la cárcel a Adoniram, Ann estaba embarazada. Durante veintiún meses tuvo el valor de abogar por su esposo ante funcionarios hostiles. Aquella odisea, aunada a la enfermedad, afectó su salud. Poco después de la liberación de Adoniram, la intrépida Ann y su niña murieron víctimas de la fiebre. Aunque Judson quedó desconsolado, acudió a Dios en busca de ayuda y prosiguió con la traducción, lo que le permitió finalizar su versión al birmano en 1835. Entretanto, se iban tramando otras insidias contra la Biblia.
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