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La religión y la superstición... ¿amigas, o enemigas?La Atalaya 1987 | 1 de noviembre
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La gente del mundo occidental tiende a reírse de esas costumbres, que son para ella un despliegue de temor supersticioso, producto de ‘ignorancia pagana’. Sin embargo, no son solo personas no cristianas quienes tienen creencias como esas. Influencias semejantes “se ven en gente de todo el mundo”, dice el Dr. Wayland Hand, profesor en costumbres populares e idiomas germánicos. Él y su colega, el Dr. Tally, ya han reunido casi un millón de ejemplos de supersticiones tan solo en los Estados Unidos.
Muchos que se consideran cristianos, impulsados por su deseo de conocer el porvenir, investigan la astrología... una de las formas más antiguas de la superstición. Y es curioso que a veces las creencias supersticiosas tienen el apoyo y respaldo franco de líderes religiosos. Por ejemplo, en la ciudad de Nueva York, un frío 10 de enero de 1982, el patriarca de la Iglesia Ortodoxa Griega oriental, Vasilios, presidió una misa al aire libre para celebrar la Fiesta de la Epifanía. Después, según el periódico New York Post, arrojó al río East una cruz de oro y dijo a los observadores que la primera persona que regresara con la cruz tendría buena suerte durante el resto de la vida.
Pero ¿hay compatibilidad entre las creencias cristianas y la superstición? Cierto escritor ha dicho: “Sobre la tumba de la fe crece la flor de la superstición”. Por eso, ¿no hubiera de esperarse que la religión cristiana contrarrestara y eliminara el temor supersticioso?
La religión...¿elimina el temor supersticioso?
La religión verdadera debería eliminar tal temor, y en el primer siglo lo hizo. Aunque los primeros cristianos vivían en medio del mundo romano, donde dominaba la superstición, rechazaron las supersticiones. Pero después de la muerte de los apóstoles de Cristo empezaron a introducirse en la congregación enseñanzas religiosas falsas, entre ellas supersticiones. (1 Timoteo 4:1, 7; Hechos 20:30.) Empezó a surgir una clase clerical que, según el libro A History of the Christian Church, aceptó la práctica de usar horóscopos y seguir otras supersticiones. Con el tiempo, aquellas prácticas populares fueron llamadas “cristianas”.
¿Y qué sucede hoy día? La religión todavía tolera las costumbres supersticiosas. Considere el país de Suriname, o Surinam, donde personas de descendencia africana que se identifican como cristianos suelen usar amuletos para que los protejan de los espíritus malos. Un observador dijo: “Día tras día estas personas viven, comen, trabajan y duermen en pavor”. Por todo el mundo, otros millones de personas temen a los “espíritus” de los muertos. Lo irónico es que muchas veces la religión ha promovido esas supersticiones.
Considere lo que sucedió en la isla africana de Madagascar. Cuando los misioneros de la cristiandad empezaron a esparcir sus creencias, los habitantes de Madagascar respondieron a sus esfuerzos, pero no quisieron librarse de sus creencias tradicionales. ¿Cómo reaccionaron las iglesias? El Daily Nation, periódico de Kenia, dice: “Los primeros misioneros fueron tolerantes y flexibles, y con el tiempo aceptaron esta situación”. ¿Qué resultado tuvo esto? Hoy la mitad de la población de Madagascar es, supuestamente, cristiana. Sin embargo, ¡también teme a los “espíritus” de sus antecesores muertos! Por eso, es práctica común que inviten al sacerdote o a su pastor para que bendiga los huesos de algún antecesor antes de devolverlos al sepulcro familiar. Sí, líderes religiosos han perpetuado la mentira de que se puede engatusar, adular y sobornar a Dios, al Diablo y a los antecesores muertos mediante costumbres supersticiosas.
Lo mismo sucede en Sudáfrica, donde el 77% de la población afirma que es cristiana y muchísimas personas asisten a las iglesias. Sin embargo, millones de esos miembros de las iglesias siguen observando la religión africana tradicional, con su temor supersticioso a los antepasados muertos. Así, en muchísimos países llamados cristianos la religión es simplemente una apariencia sin sustancia. Si se busca debajo de la superficie, se puede ver que las viejas supersticiones han sobrevivido y medran.
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La religión verdadera elimina el temor... ¿cómo?La Atalaya 1987 | 1 de noviembre
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¿En qué se basa el temor a los muertos?
Los babilonios creían que una parte espiritual del hombre sobrevivía a la muerte del cuerpo carnal y podía regresar para causar bien o mal a los vivientes. Por eso, inventaron ritos religiosos que tenían el propósito de apaciguar a los muertos y evitar su venganza. Esta creencia se mantiene viva en muchos países hoy. Por ejemplo, en África “desempeña un papel vital en la vida diaria de casi toda [...] sociedad” (African Religions—Symbol, Ritual, and Community).
En esos países, hasta supuestos cristianos son afectados por tales creencias. Por ejemplo, Henriette, de 63 años de edad, descendiente de africanos, confiesa: “Aunque yo pertenecía a la iglesia protestante local, temía a los ‘espíritus’ de los muertos. Vivíamos cerca de un cementerio, y siempre que cerca de nuestra casa pasaba una procesión fúnebre yo despertaba a mi hijito y lo abrazaba hasta que la procesión había pasado. No quería que el ‘espíritu’ del muerto entrara en casa y lo poseyera mientras dormía”.
Supersticiones como esa sobreviven debido a la enseñanza del alma inmortal, común en la cristiandad. La historia muestra que los filósofos griegos —especialmente Platón— ampliaron la idea babilónica de la inmortalidad. Bajo la influencia de estos filósofos, según escribe John Dunnett, prominente conferenciante británico sobre teología, “el concepto de la inmortalidad del alma se difundió extensamente dentro de la Iglesia Cristiana”. Esta enseñanza babilónica ha mantenido a millones de personas en esclavitud al temor supersticioso.
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