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Una joya antigua encontrada en la basuraLa Atalaya 2015 | 1 de abril
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Una joya antigua encontrada en la basura
¿QUÉ le viene a la mente cuando le hablan de un vertedero de basura? Seguro que piensa en desperdicios apestosos y no esperaría encontrar allí nada de valor, mucho menos un preciado tesoro.
Pues eso fue precisamente lo que ocurrió hace un siglo: un tesoro fue hallado en la basura. Aunque no se trataba de oro ni de piedras preciosas, se encontró una verdadera joya. ¿Qué fue exactamente lo que se halló? ¿Qué tiene que ver ese descubrimiento con nosotros?
UN HALLAZGO INESPERADO
A finales del siglo 19, los profesores Bernard Grenfell y Arthur Hunt de la Universidad de Oxford viajaron a Egipto. En un vertedero cercano al valle del río Nilo descubrieron una buena cantidad de fragmentos de papiro. Más tarde, en 1920, mientras catalogaban lo que encontraron, Bernard Grenfell adquirió para la Biblioteca Universitaria John Rylands (Mánchester, Inglaterra) otros fragmentos que habían sido desenterrados en Egipto. Sin embargo, ambos profesores murieron antes de acabar el catálogo.
Esa labor la concluyó el profesor Colin Roberts, también de la Universidad de Oxford. Mientras ordenaba los fragmentos, se fijó en un trozo de papiro de 9 por 6 centímetros (3,5 por 2,4 pulgadas). Le llamó la atención lo que leyó allí, pues le sonaba familiar. Resulta que en una cara tenía algunas palabras de los versículos 31 al 33 del capítulo 18 del Evangelio de Juan, y en la otra, partes de los versículos 37 y 38 del mismo capítulo. El profesor Roberts se dio cuenta de que había tropezado con una verdadera joya.
¿SERÍA MUY ANTIGUO?
Colin Roberts sospechaba que aquel pedacito de papiro era muy antiguo. Pero ¿de qué fecha sería? Para averiguarlo, se valió de la paleografía.a Comparó el fragmento con otros manuscritos que ya estaban fechados y calculó su antigüedad. Sin embargo, quería estar seguro. De modo que envió fotografías del fragmento a tres papirólogos para que determinaran su edad. ¿A qué conclusión llegaron?
Tras analizar el estilo de escritura y los trazos, los tres expertos concluyeron que el fragmento se escribió en la primera mitad del siglo segundo después de Cristo; tan solo unas cuantas décadas después de la muerte del apóstol Juan. Sin embargo, la paleografía no es una ciencia infalible, y hay un experto que piensa que el texto podría haberse escrito en cualquier momento del siglo segundo. Con todo, este pequeño trozo de papiro era, y sigue siendo, el fragmento manuscrito más antiguo del Nuevo Testamento, o Escrituras Griegas, jamás encontrado.
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