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El nombre de Dios y los traductores de la BibliaLa Atalaya 1988 | 1 de agosto
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El profesor George Howard, en un artículo que se publicó en Biblical Archaeology Review de marzo de 1978, ofreció argumentos sólidos a favor de esta conclusión. Por ejemplo, menciona “un famoso pasaje rabínico (Talmud Shabbat 13.5)” que “considera el problema de destruir los textos heréticos (que muy probablemente incluían libros de judíos-cristianos)”. ¿Cuál era el problema? “Los textos heréticos contienen el nombre divino, y destruirlos a montón incluiría destruir el nombre divino”.
Pero ¿qué hay de la segunda objeción de Rosin? ¿Le causaría problemas a la cristiandad usar el nombre de Dios? Pues bien, considere lo que sucedió cuando el nombre fue eliminado. Después del primer siglo, copistas “cristianos” reemplazaron el nombre de Dios con palabras como “Dios” y “Señor” tanto en la Septuaginta como en las Escrituras Griegas Cristianas. Según el profesor Howard, esto probablemente contribuyó a la perturbación que experimentó la cristiandad en los años subsiguientes: “Quizás la remoción del Tetragrámaton [el nombre de Dios en hebreo] contribuyó significativamente a los debates cristológicos y trinitarios de más tarde, que plagaron a la iglesia de los primeros siglos cristianos”.
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El nombre de Dios y los traductores de la BibliaLa Atalaya 1988 | 1 de agosto
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El profesor Howard también dijo: “La remoción del Tetragrámaton quizás creó un ambiente teológico que difería del que existió durante el período del Nuevo Testamento del primer siglo. El Dios de los judíos, siempre cuidadosamente distinguido de todos los demás dioses por el uso de su nombre hebreo, perdió cierta distinción cuando el Tetragrámaton pasó del escenario”.
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