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  • Seamos humildes y compasivos como Jesús
    La Atalaya 2015 | 15 de febrero
    • Jesús habla con ternura a personas que sufren

      Seamos humildes y compasivos como Jesús

      “Cristo sufrió por ustedes, dejándoles [el] modelo para que sigan sus pasos con sumo cuidado y atención.” (1 PED. 2:21, nota)

      ¿QUÉ RESPONDERÍA?

      • ¿Por qué debemos esforzarnos por ser como Jesús?

      • ¿Cómo podemos ser humildes al igual que Jesús?

      • ¿Cómo podemos imitar la compasión de Jesús?

      1. ¿Por qué nos acerca a Jehová esforzarnos por ser como Jesús?

      CUANDO admiramos a alguien, tratamos de parecernos a esa persona. ¿A quién queremos parecernos los cristianos? Sin duda, al mejor ejemplo que existe: Jesucristo. Él reflejó perfectamente la personalidad de su Padre. De ahí que dijera: “El que me ha visto a mí ha visto al Padre también” (Juan 14:9). Eso quiere decir que al aprender de él, aprendemos de Dios. Imitar a Jesús nos acerca más a Jehová, la persona más importante del universo. ¿Verdad que vale la pena esforzarnos por ser como Jesús?

      2, 3. a) ¿Por qué nos dejó Jehová un relato escrito de la vida de su Hijo? b) ¿Qué quiere Jehová que hagamos? c) ¿Qué estudiaremos en este artículo y en el siguiente?

      2 ¿Podemos saber cómo es Jesús? Lo cierto es que sí. Puesto que Jehová desea que conozcamos a su Hijo y lo imitemos, nos dejó escrito en las Escrituras Griegas Cristianas un relato que nos muestra cómo es Jesús (lea 1 Pedro 2:21). La Biblia dice que imitar su ejemplo es como seguir sus “pasos”, sus huellas. Y Jehová nos pide que lo hagamos. ¿Nos está exigiendo demasiado? No, él no espera que sigamos los pasos de Jesús a la perfección, lo que desea es que imitemos a su Hijo lo mejor que podamos.

      3 ¿Por qué no analizamos algunas de las hermosas cualidades de Jesús? En este artículo estudiaremos su humildad y compasión, y en el siguiente, su valor y buen juicio. En ambos artículos definiremos cada cualidad, examinaremos cómo la demostró Jesús y veremos cómo podemos imitarlo.

      JESÚS ES HUMILDE

      4. ¿Qué implica ser humilde?

      4 ¿Qué es la humildad? En este mundo lleno de orgullo, muchas personas piensan que la humildad es señal de debilidad o de falta de confianza. Pero en realidad es todo lo contrario: ser humilde requiere fortaleza y valor. La humildad es lo opuesto al orgullo y la arrogancia, y está relacionada con la opinión que tenemos de nosotros mismos. Cierto diccionario bíblico dice que ser humilde es reconocer que Dios es mucho más poderoso e importante que nosotros. Aceptar esto evitará que nos creamos superiores a otras personas (Rom. 12:3; Filip. 2:3). Como todos somos imperfectos, se nos hace difícil demostrar humildad. Por eso, si queremos cultivar esta cualidad, debemos meditar en la grandeza de Jehová y seguir los pasos de su Hijo.

      5, 6. a) ¿Quién es Miguel el arcángel? b) ¿Cómo demostró Miguel que era humilde?

      5 Jesús es un espíritu muy poderoso en el cielo, y cuando vivió en la Tierra, fue un hombre perfecto. Sin embargo, siempre ha sido humilde. ¿Cómo ha demostrado su humildad? Veamos algunos ejemplos.

      6 Su actitud. El escritor bíblico Judas registró un suceso que tuvo lugar antes de que Jesús viniera a la Tierra (lea Judas 9). Miguel —que es Jesús en su posición de arcángel, o jefe de los ángeles— “tuvo una diferencia con el Diablo y disputaba acerca del cuerpo de Moisés”. La Biblia dice que cuando Moisés murió, Jehová enterró el cuerpo y no le dijo a nadie dónde lo puso (Deut. 34:5, 6). ¿Por qué lo hizo? Tal vez porque el Diablo quería que los israelitas adoraran aquel cuerpo. No obstante, Miguel tuvo el valor de impedirle que lo hiciera. Una obra de referencia señala que los términos griegos que se traducen “tuvo una diferencia” y “disputaba” también se usan para referirse a una contienda legal y podrían indicar que Miguel cuestionó el derecho del Diablo a quedarse con el cuerpo de Moisés. Con todo, el jefe de los ángeles sabía cuál era su lugar y se contuvo de juzgarlo. En vez de responder a las provocaciones del Diablo, dejó el juicio en manos del Juez Supremo, Jehová. ¡Qué actitud tan humilde!

      7. a) ¿Cómo demostró Jesús con su manera de hablar que era humilde? b) ¿Cómo demostró Jesús con su manera de actuar que era humilde?

      7 Mientras estuvo en la Tierra, el Hijo de Dios demostró con su manera de hablar y de actuar que era una persona humilde. Su manera de hablar. Jesús no intentaba llamar la atención y siempre le atribuía toda la gloria a su Padre (Mar. 10:17, 18; Juan 7:16). No despreciaba a sus seguidores ni los hacía sentir inferiores. Más bien, les hablaba con respeto y dignidad, los felicitaba por las cosas buenas que hacían y les aseguraba que confiaba en ellos (Luc. 22:31, 32; Juan 1:47). Su manera de actuar. Jesús eligió llevar una vida sencilla (Mat. 8:20). Estuvo dispuesto a realizar tareas poco importantes (Juan 13:3-15). Y siempre fue obediente (lea Filipenses 2:5-8). A diferencia de las personas arrogantes que odiaban tener que obedecer a otros, Jesús cumplió humildemente con la voluntad de Dios y fue “obediente hasta la muerte”. No cabe duda de que Jesús, el Hijo del hombre, era “humilde de corazón” (Mat. 11:29).

      SEAMOS HUMILDES COMO JESÚS

      8, 9. ¿Cómo demostramos que somos humildes?

      8 ¿Cómo podemos ser humildes al igual que Jesús? Nuestra actitud. Cuando somos humildes, reconocemos que nuestra autoridad es limitada y que no tenemos derecho a juzgar a los demás; no criticamos sus errores ni cuestionamos sus motivos (Luc. 6:37; Sant. 4:12). Gracias a la humildad, evitamos ser “justo[s] en demasía” con quienes no tienen las mismas habilidades que nosotros ni las mismas responsabilidades (Ecl. 7:16). Los ancianos que son humildes no se creen superiores a los demás cristianos. En vez de eso, consideran “con humildad mental que los demás son superiores” a ellos y se portan “como uno de los menores” (Filip. 2:3; Luc. 9:48).

      9 Veamos el caso de Walter Thorn, quien en 1894 empezó a servir de peregrino (lo que ahora llamamos superintendente viajante). Tras muchos años en este servicio, fue enviado a la Hacienda del Reino, en el estado de Nueva York, donde trabajó en el gallinero. Había veces que pensaba que merecía un trabajo más importante. ¿Qué hacía entonces? Él comentó: “Me llevo a mí mismo a un rincón, por así decirlo, y me digo: ‘Oye, motita de polvo, ¿qué te estás creyendo?’” (lea Isaías 40:12-15). ¡Qué hermano tan humilde!

      10. a) ¿Cómo demostramos con nuestra manera de hablar que somos humildes? b) ¿Cómo demostramos con nuestra manera de actuar que somos humildes?

      10 Nuestra manera de hablar. Lo que decimos refleja si somos humildes o no (Luc. 6:45). La persona humilde no habla solo de sus propios logros (Prov. 27:2). Se fija en las cualidades que tienen los demás cristianos y los felicita por las cosas buenas que hacen (Prov. 15:23). Nuestra manera de actuar. Los cristianos humildes no aspiran a ser importantes en este mundo. Con tal de dedicar gran parte de su tiempo a servir a Jehová, prefieren tener una vida sencilla y realizar trabajos que muchos considerarían de poca categoría (1 Tim. 6:6, 8). Pero, sobre todo, lo que caracteriza a una persona humilde es la obediencia. Hace falta ser humildes para obedecer “a los que llevan la delantera” en la congregación y seguir las instrucciones de la organización de Jehová (Heb. 13:17).

      JESÚS ES TIERNO Y COMPASIVO

      11. ¿Qué significa ser tierno y compasivo?

      11 ¿Qué es la ternura? La palabra tierno se utiliza para describir a una persona que demuestra a otras “cariño con atenciones y cuidado”. Se relaciona con cualidades como el amor, la compasión y la misericordia. En la Biblia hallamos expresiones como “tierna compasión”, “tiernas misericordias” y “tierno cariño” (Luc. 1:78; 2 Cor. 1:3; Filip. 1:8). Según un diccionario bíblico, la compasión envuelve más que sentir lástima por los necesitados. Implica preocuparse por ellos y hacer algo para aliviar su situación. La persona compasiva no se queda de brazos cruzados ante el sufrimiento de los demás; en lugar de eso, los ayuda.

      12. a) ¿Cómo sabemos que Jesús sentía ternura y compasión por las personas? b) ¿Qué hizo Jesús movido por la compasión?

      12 ¿Cómo demostró Jesús ternura y compasión? Sus sentimientos y manera de actuar. Cuando vio que su amiga María y otras personas estaban llorando porque Lázaro había muerto, él también comenzó a llorar (lea Juan 11:32-35). Jesús, movido por la compasión, ya le había devuelto la vida al hijo de una viuda. Esa misma cualidad lo llevó a resucitar a su amigo Lázaro (Luc. 7:11-15; Juan 11:38-44). Es posible que, con aquel acto, Jesús le diera una nueva esperanza para el futuro: la de vivir en el cielo. En una ocasión anterior, Jesús “se enterneció” por un grupo de personas que llegó hasta donde él estaba y “comenzó a enseñarles muchas cosas” (Mar. 6:34). Aquello tuvo que haberse quedado muy grabado en el corazón de quienes aceptaron sus enseñanzas. No cabe duda de que la compasión de Jesús era más que un simple sentimiento, lo movía a ayudar a las personas (Mat. 15:32-38; 20:29-34; Mar. 1:40-42).

      13. ¿Cómo le hablaba Jesús a la gente? (Vea la ilustración del principio.)

      13 Su manera de hablar. Jesús hablaba de manera tierna a las personas, especialmente a los pobres y maltratados. Citando a Isaías, el apóstol Mateo dijo acerca de Jesús: “No quebrantará ninguna caña cascada, y no extinguirá ninguna mecha de lino que humea” (Mat. 12:20; Is. 42:3). Jesús animaba con sus palabras a quienes se sentían como una caña doblada o como una llama a punto de apagarse. Llevaba un mensaje de esperanza “para vendar a los quebrantados de corazón” (Is. 61:1). Invitaba a acercarse a él a los que se sentían cargados y los refrescaba con sus palabras (Mat. 11:28-30). Además, les aseguró a sus seguidores que Dios se interesaba por ellos, incluso por los que parecían “pequeños” o poco importantes para el mundo (Mat. 18:12-14; Luc. 12:6, 7).

      SEAMOS TIERNOS Y COMPASIVOS COMO JESÚS

      14. ¿Cómo podemos ser más compasivos?

      14 ¿Cómo podemos ser tiernos y compasivos como Jesús? Nuestros sentimientos. La Biblia nos anima a mostrar sentimientos de ternura, aunque a veces se nos haga difícil. Por ejemplo, dice que “los tiernos cariños de la compasión” forman parte de la nueva personalidad que todos los cristianos debemos cultivar (lea Colosenses 3:9, 10, 12). ¿Cómo podemos ser más compasivos? Una manera es abriendo nuestro corazón de par en par (2 Cor. 6:11-13). Otra es escuchando con atención a quienes nos cuentan sus problemas (Sant. 1:19). Y preguntándonos: “Si yo estuviera en su lugar, ¿cómo me sentiría? ¿Qué necesitaría?” (1 Ped. 3:8).

      15. ¿Qué podemos hacer por quienes se sienten como una caña doblada o una llama a punto de apagarse?

      15 Nuestra manera de actuar. La compasión nos motiva a hacer algo por otras personas, especialmente por las que se sienten como una caña doblada o como una llama a punto de apagarse. ¿De qué forma podemos ayudarlas? Romanos 12:15 dice: “Lloren con los que lloran”. A veces, quienes están desanimados solo necesitan que alguien los escuche y los entienda. Una Testigo que recibió consuelo de otros hermanos tras perder a su hija comenta: “Significó mucho para mí que mis amigos vinieran a mi casa y simplemente lloraran conmigo”. Hacer cosas buenas por los demás es otra manera de mostrar compasión. ¿Hay alguna hermana viuda en la congregación que necesita hacer una reparación en su casa? ¿Algún hermano mayor no tiene cómo llegar a las reuniones, o necesita ayuda para ir a predicar o a una cita médica? Hasta el más pequeño de los detalles puede significar mucho para nuestros hermanos (1 Juan 3:17, 18). Pero la mayor muestra de compasión es enseñar el mensaje de la Biblia a otras personas. Es lo mejor que podemos hacer por ellas.

      Testigos consolando a una familia en un entierro

      ¿Les demostramos a los hermanos que nos preocupamos por ellos? (Vea el párrafo 15)

      16. ¿Cómo podemos levantar el ánimo de quienes están deprimidos?

      16 Nuestra manera de hablar. La compasión nos motiva a “habl[ar] confortadoramente a las almas abatidas” (1 Tes. 5:14). ¿Cómo podemos levantar el ánimo de quienes están deprimidos? Diciéndoles cuánto nos preocupamos por ellos y felicitándolos sinceramente por las buenas cosas que hacen. También podemos recordarles que son muy valiosos para Jehová, pues fue él quien les dio la oportunidad de acercarse a su Hijo (Juan 6:44). Además, podemos asegurarles que Dios se interesa por todos los que están “quebrantados de corazón” y “aplastados en espíritu” (Sal. 34:18). Nuestras palabras de cariño pueden calmar el dolor de los que necesitan consuelo (Prov. 16:24).

      17, 18. a) ¿Qué espera Jehová de los ancianos? b) ¿Qué veremos en el próximo artículo?

      17 Los ancianos deben ser tiernos y compasivos con las ovejas de Jehová (Hech. 20:28, 29). Él les ha dado la responsabilidad de alimentarlas, animarlas y consolarlas (Is. 32:1, 2; 1 Ped. 5:2-4). Los ancianos compasivos no tratan de controlar a los hermanos, no los presionan para que hagan más de lo que pueden hacer ni les imponen normas. Más bien, se esfuerzan para que los miembros de la congregación estén contentos, pues saben que el amor que sienten por Jehová los motivará a servirle con todo el corazón (Mat. 22:37).

      18 Meditar en la humildad y compasión de Jesús nos impulsa a seguir sus pasos. En el próximo artículo, veremos cómo podemos ser valientes y sensatos al igual que él.

  • Seamos valientes y actuemos con buen juicio como Jesús
    La Atalaya 2015 | 15 de febrero
    • Jesús, con 12 años, hablando valerosamente a los maestros en el templo

      Seamos valientes y actuemos con buen juicio como Jesús

      “Aunque ustedes nunca lo vieron, lo aman. Aunque ahora no están mirándolo, sin embargo ejercen fe en él.” (1 PED. 1:8)

      ¿SABE LA RESPUESTA?

      • ¿Qué nos ayudará a alcanzar la salvación?

      • ¿Cómo podemos demostrar valor al igual que Jesús?

      • ¿Cómo podemos imitar a Jesús y actuar con buen juicio?

      1, 2. a) ¿Qué tenemos que hacer para alcanzar la salvación? b) ¿Qué ejemplo debemos seguir si queremos vivir para siempre?

      HACERSE discípulo de Jesús es como emprender un viaje, un viaje que nos lleva a la vida eterna, sea en la Tierra o en el cielo. Jesús dijo: “El que haya aguantado hasta el fin [el fin de su vida o el fin de este mundo malo] es el que será salvo” (Mat. 24:13). ¿Qué significan estas palabras? Que para alcanzar la salvación debemos mantenernos fieles a Dios. También tenemos que evitar que este mundo nos distraiga (1 Juan 2:15-17). ¿Cómo podemos lograrlo?

      2 Debemos seguir el ejemplo de Jesús. Al estudiar la Biblia, aprendemos cómo es, llegamos a amarlo y nuestra fe en él se fortalece (lea 1 Pedro 1:8, 9). El apóstol Pedro dijo que tenemos que imitar a Cristo lo mejor que podamos (1 Ped. 2:21). Si lo hacemos, llegaremos a nuestro destino: la vida eterna.a En el artículo anterior, vimos cómo podemos ser humildes y compasivos al igual que Jesús. Ahora analizaremos cómo imitar su valor y su buen juicio.

      JESÚS ES VALIENTE

      3. a) ¿Qué es el valor? b) ¿Qué nos ayudará a ser valientes?

      3 El valor es un sentimiento que nos fortalece y nos ayuda a hacer frente a las pruebas. La persona valiente no se rinde fácilmente, defiende lo justo y soporta el sufrimiento con dignidad y confianza. El valor está muy relacionado con el temor, la esperanza y el amor. ¿De qué manera? El temor de desagradar a Dios nos da fuerzas para vencer el temor al hombre (1 Sam. 11:7; Prov. 29:25). La esperanza nos ayuda a ver más allá de las pruebas y a afrontar el futuro con optimismo (Sal. 27:14). El amor nos impulsa a sacrificarnos por los demás aunque nuestra vida esté en peligro (Juan 15:13). ¿Qué nos ayudará a ser valientes? Confiar en Dios y seguir los pasos de su Hijo (Sal. 28:7).

      4. ¿Cómo demostró Jesús valor cuando tenía 12 años? (Vea la ilustración del principio.)

      4 Desde muy joven, Jesús defendió lo que era justo. En cierta ocasión, con tan solo 12 años, estuvo “en el templo, sentado en medio de los maestros” (lea Lucas 2:41-47). Ellos conocían bien la Ley de Moisés y las tradiciones judías, que hacían que dicha Ley fuera muy difícil de cumplir. Pero Jesús no se dejó intimidar por eso, no se quedó callado. Al contrario, les hizo preguntas, y no las que normalmente hace un niño curioso, sino preguntas profundas que los pusieron a pensar. Si los maestros trataron de entramparlo con argumentos polémicos, no lo lograron. ¿Cómo lo sabemos? La Biblia dice que todos los que lo estaban escuchando “quedaban asombrados de su entendimiento y de sus respuestas”. ¡Cuánto valor demostró Jesús al defender la Palabra de Dios!

      5. ¿De qué maneras demostró Jesús que era valiente?

      5 Durante su ministerio, Jesús demostró de muchas maneras que era valiente. Por ejemplo, dijo sin miedo que los líderes religiosos engañaban a la gente con doctrinas falsas (Mat. 23:13-36). No permitió que las cosas malas del mundo lo corrompieran (Juan 16:33). Nunca dejó de predicar, a pesar de que sus enemigos trataron de detenerlo (Juan 5:15-18; 7:14). Y, en dos ocasiones, echó del templo a quienes mostraban falta de respeto por la adoración a Jehová (Mat. 21:12, 13; Juan 2:14-17).

      6. ¿Cómo demostró Jesús valor en su último día de vida como ser humano?

      6 Reflexionar en el valor de Jesús frente a las pruebas fortalece nuestra fe. Veamos lo que sucedió en su último día de vida como ser humano. Él sabía lo que iba a pasar después de que Judas lo traicionara. Aun así, en la cena de la Pascua, le dijo: “Lo que haces, hazlo más pronto” (Juan 13:21-27). Después, cuando los soldados fueron a arrestarlo en el jardín de Getsemaní, Jesús se identificó sin dudarlo. Y aunque sabía que su vida estaba en peligro, protegió a sus discípulos (Juan 18:1-8). Ante el Sanedrín, no tuvo miedo de afirmar que él era el Cristo y el Hijo de Dios, a pesar de que sabía que el sumo sacerdote estaba buscando excusas para matarlo (Mar. 14:60-65). Jesús se mantuvo fiel hasta su muerte en el madero. Por eso, antes de dar el último suspiro, pudo decir: “¡Se ha realizado!” (Juan 19:28-30).

      SEAMOS VALIENTES COMO JESÚS

      7. a) Joven, ¿qué significa para ti llevar el nombre de Jehová? b) ¿De qué manera puedes mostrar que eres valiente?

      7 ¿Cómo podemos ser valientes al igual que Jesús? En la escuela. Joven, no dudes en decir que eres testigo de Jehová, aunque algunos de tus compañeros u otras personas se burlen de ti. Siéntete orgulloso de llevar el nombre de Jehová (lea Salmo 86:12). Tal vez haya quienes te presionen para que creas que la evolución es un hecho probado. Pero tienes muy buenas razones para confiar en el relato bíblico de la creación. Puedes usar el folleto El origen de la vida. Cinco cuestiones dignas de análisis para dar una buena explicación a los que quieren saber la “razón de [tu] esperanza” (1 Ped. 3:15). Si lo haces, te sentirás feliz de haber defendido a tu Creador.

      8. ¿Qué razones tenemos para predicar con valor?

      8 En la predicación. Los cristianos debemos seguir “hablando con denuedo [o valor] por la autoridad de Jehová” (Hech. 14:3). ¿Qué razones tenemos para hacerlo? Primero, sabemos que lo que enseñamos es la verdad porque se basa en la Biblia (Juan 17:17). Segundo, “somos colaboradores de Dios” y tenemos el respaldo del espíritu santo (1 Cor. 3:9; Hech. 4:31). Y tercero, al predicar damos prueba de que amamos a Jehová y a las personas (Mat. 22:37-39). Si somos valientes, nada nos callará. Ayudaremos a las personas a librarse de las mentiras religiosas y a conocer la verdad (2 Cor. 4:4). Ni la apatía, ni las burlas, ni la persecución impedirán que sigamos predicando el mensaje de la Biblia (1 Tes. 2:1, 2).

      9. ¿Cómo demostramos valor al enfrentarnos a pruebas?

      9 Al enfrentarnos a pruebas. Si confiamos en Jehová, él nos dará valor para enfrentar las pruebas. Aunque lloramos la muerte de nuestros seres queridos, no perdemos la esperanza. Más bien, buscamos el apoyo del “Dios de todo consuelo” (2 Cor. 1:3, 4; 1 Tes. 4:13). Puede que una enfermedad grave o un accidente nos haga sufrir. Con todo, no aceptamos ningún tratamiento que implique desobedecer las normas de Dios (Hech. 15:28, 29). Y si estamos deprimidos, tal vez “nos condene nuestro corazón”, pero no nos damos por vencidos, pues sabemos que “Jehová está cerca de los que están quebrantados de corazón” (1 Juan 3:19, 20; Sal. 34:18).b

      JESÚS ACTÚA CON BUEN JUICIO

      10. a) ¿Qué significa tener buen juicio? b) ¿Cómo demuestra un cristiano que tiene buen juicio?

      10 El buen juicio está muy relacionado con el discernimiento. Implica distinguir lo que está bien de lo que está mal y elegir lo que es correcto (Heb. 5:14). El cristiano que tiene buen juicio toma decisiones que fortalecen su amistad con Dios. Se esfuerza por no ofender a otros con sus palabras y acciones. Más bien, trata siempre de animarlos (Prov. 11:12, 13). Además, es “tardo para la cólera” (Prov. 14:29). Las decisiones que toma le permiten avanzar “directamente adelante” en su camino por la vida, sin desviarse ni a la derecha ni a la izquierda (Prov. 15:21). ¿Qué podemos hacer para tener buen juicio? Estudiar la Biblia y aplicar lo que aprendemos (Prov. 2:1-5, 10, 11). Y, sobre todo, seguir el ejemplo de Jesús, quien siempre ha actuado con buen juicio.

      11. ¿Cómo demostró Jesús con su manera de hablar que tenía buen juicio?

      11 Las palabras y acciones de Jesús dieron testimonio de su buen juicio. Su manera de hablar. Cuando Jesús predicaba, sus palabras “llenas de gracia” maravillaban a quienes lo escuchaban (Luc. 4:22; Mat. 7:28). Tenía la costumbre de dejar que la Palabra de Dios hablara por él. Leía de ella, la citaba y sabía exactamente qué texto usar en cada situación (Mat. 4:4, 7, 10; 12:1-5; Luc. 4:16-21). Cuando la explicaba, tocaba el corazón de las personas. Tras su resurrección, mientras hablaba con dos discípulos que iban de camino a Emaús, “les interpretó cosas referentes a él en todas las Escrituras”. ¿Cuál fue la reacción de ellos? Dijeron: “¿No nos ardía el corazón [...] cuando nos estaba abriendo por completo las Escrituras?” (Luc. 24:27, 32).

      12, 13. Muestre con ejemplos de la Biblia que Jesús era “tardo para la cólera” y flexible.

      12 Su actitud. Jesús sabía controlar sus emociones y era “tardo para la cólera” (Prov. 16:32). Además, era “de genio apacible” (Mat. 11:29). Siempre fue paciente con sus discípulos, a pesar de los defectos que tenían (Mar. 14:34-38; Luc. 22:24-27). Y nunca perdió la calma, incluso cuando se le trató injustamente (1 Ped. 2:23).

      13 Jesús tenía una actitud flexible. No solo conocía lo que decía la Ley de Moisés, sino también la intención que había detrás de aquel conjunto de normas. Y esto se reflejó en su manera de tratar a la gente. Veamos, por ejemplo, el relato que aparece en Marcos 5:25-34 (léalo). Una mujer que padecía hemorragias logró abrirse paso entre la multitud, tocó la ropa de Jesús y se curó. Según la Ley, ella era inmunda, así que no podía tocar a ninguna persona (Lev. 15:25-27). Pero Jesús, quien sabía que entre “los asuntos de más peso de la Ley” estaban “la misericordia y la fidelidad”, no la hizo sentir mal (Mat. 23:23). En vez de eso, fue amable y le dijo: “Hija, tu fe te ha devuelto la salud. Ve en paz, y queda sana de tu penosa enfermedad”. ¡Qué ejemplo tan conmovedor!

      14. a) ¿Qué era lo más importante para Jesús? b) ¿Qué hizo para cumplir su misión?

      14 Sus prioridades. Jesús supo elegir bien sus prioridades en la vida. La predicación era lo más importante para él (Luc. 4:43). Por eso, tomó decisiones que lo ayudaron a no distraerse y a cumplir su misión. Optó por mantener una vida sencilla para dedicar todo su tiempo y energías a enseñar a otros (Luc. 9:58). Además, preparó a sus discípulos para que continuaran predicando cuando él muriera (Luc. 10:1-12; Juan 14:12). Y les prometió que los dirigiría en esa obra “hasta la conclusión del sistema de cosas” (Mat. 28:19, 20).

      ACTUEMOS CON BUEN JUICIO COMO JESÚS

      Una Testigo predicando en un puesto de fruta

      Antes de hablar, pensemos en lo que necesitan las personas y lo que les interesa (Vea el párrafo 15)

      15. ¿Cómo puede reflejar buen juicio nuestra manera de hablar?

      15 ¿Cómo podemos imitar a Jesús y actuar con buen juicio? Nuestra manera de hablar. Cuando hablamos con nuestros hermanos, siempre tratamos de animarlos. Evitamos decir cosas que los hagan sentir mal (Efes. 4:29). Al predicar, nuestras palabras deben estar sazonadas “con sal”, es decir, debemos hablar con prudencia (Col. 4:6). Antes de dar nuestro mensaje, tratamos de pensar en lo que necesitan las personas y lo que les interesa. Nunca olvidemos esto: las palabras amables no solo abren puertas, sino también corazones. Si tenemos que explicar nuestras creencias, dejamos que la Biblia hable por nosotros. Citamos y leemos de ella cada vez que podemos, pues reconocemos que sus palabras son mucho más convincentes que cualquier cosa que podamos decir (Heb. 4:12).

      16, 17. a) ¿Cómo nos ayuda el buen juicio a controlar nuestras emociones? b) ¿De qué manera actúa la persona que tiene una actitud flexible? c) ¿Cómo podemos lograr que nuestra vida gire en torno a la predicación?

      16 Nuestra actitud. El buen juicio nos ayuda a controlar nuestras emociones y a no enojarnos fácilmente (Sant. 1:19). Cuando alguien nos ofende, intentamos ponernos en su lugar. Así nos resulta más fácil mantener la calma y “pasar por alto la transgresión” (Prov. 19:11). También conviene que seamos flexibles. Tenemos que ser realistas y no esperar perfección de nuestros hermanos. Recordemos que tal vez estén pasando por problemas que no conocemos. ¿Qué más podemos hacer? Escuchar las opiniones de otros y no insistir en que las cosas se hagan siempre a nuestra manera (Filip. 4:5).

      17 Nuestras prioridades. No hay mayor honor en el mundo que llevar a las personas el mensaje de la Biblia. Por eso, nuestra vida debe girar en torno a la predicación. ¿Cómo podemos lograrlo? Poniendo en primer lugar los asuntos espirituales y tomando decisiones que nos ayuden a llevar una vida sencilla. De este modo, podremos dedicar nuestro tiempo y energías a la importantísima obra de predicar antes de que llegue el fin (Mat. 6:33; 24:14).

      18. ¿Qué podemos hacer a fin de alcanzar la vida eterna?

      18 Sin duda, ha sido muy beneficioso reflexionar en algunas cualidades de Jesús. ¿Por qué no intentamos analizar otras cualidades suyas y ver cómo imitarlas? Sigamos sus pasos lo mejor que podamos. Si lo hacemos, nos acercaremos más a Jehová y llegaremos a nuestro destino: la vida eterna.

      a Las palabras de 1 Pedro 1:8, 9 se escribieron para los cristianos con esperanza celestial, pero también afectan a quienes tienen la esperanza de vivir para siempre en la Tierra.

      b Encontrará ejemplos de personas que enfrentaron con valor las pruebas en La Atalaya del 1 de diciembre de 2000, páginas 24 a 28, así como en ¡Despertad! del 22 de abril de 2003, páginas 18 a 21, y del 22 de enero de 1995, páginas 11 a 15.

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