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“Se le acercaron grandes multitudes”“Ven y sé mi seguidor”
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¿Es usted alguien accesible?
19. ¿Cómo podemos saber si de verdad somos accesibles?
19 A la gente le gusta creer que es accesible. Por ejemplo, a algunas personas con autoridad les encanta decir que siguen una política de puertas abiertas, en el sentido de que siempre están disponibles para sus empleados. No obstante, la Biblia contiene esta sabia verdad: “Muchos hombres pregonan su amor leal, pero un hombre fiel, ¿quién lo puede encontrar?” (Proverbios 20:6). Es fácil decir que somos accesibles, pero ¿estamos realmente imitando a Jesús en este aspecto? La clave no está en cómo nos vemos a nosotros mismos, sino en cómo nos ven los demás. Pablo dijo: “Que todos sepan que ustedes son personas razonables” (Filipenses 4:5). Por lo tanto, hacemos bien en preguntarnos: “¿Cómo me ve la gente? ¿Qué reputación tengo?”.
Los ancianos se esfuerzan por ser personas accesibles.
20. a) ¿Por qué es importante que los ancianos sean accesibles? b) ¿Por qué no debemos esperar más de lo razonable de los ancianos de la congregación?
20 Los ancianos cristianos en particular se esfuerzan por ser accesibles. Desean de corazón estar a la altura de la descripción de Isaías 32:1, 2: “Cada uno de ellos será como un refugio contra el viento, un refugio contra la tormenta de lluvia, como corrientes de agua en una tierra árida, como la sombra de un peñasco inmenso en una tierra reseca”. Para ser una fuente de protección y alivio, ellos deben ser accesibles. Claro, en estos tiempos tan difíciles esto no siempre es fácil, pues los ancianos tienen muchas responsabilidades. Con todo, se esfuerzan por nunca dar la impresión de que están tan ocupados que no pueden atender las necesidades del rebaño de Dios (1 Pedro 5:2). Y el resto de la congregación no espera de estos hombres fieles más de lo razonable. Más bien, demuestra humildad y un espíritu de cooperación (Hebreos 13:17).
21. ¿Cómo pueden los padres tratar de ser siempre accesibles, y qué veremos en el próximo capítulo?
21 Los padres también tratan de ser siempre accesibles. ¡Hay tanto en juego! Quieren que sus hijos sepan que pueden confiar en ellos. Por eso procuran ser apacibles y razonables, y evitan reaccionar exageradamente cuando un hijo les dice que hizo algo que está mal o cuando su manera de razonar no es la correcta. Educan a sus hijos con paciencia y tratan de mantener siempre abiertas las vías de comunicación. A decir verdad, todos deberíamos ser accesibles, como Jesús. En el próximo capítulo veremos una de las cualidades que más contribuyó a que fuera tan accesible: su profunda compasión.
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