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  • La posición cristiana ante la autoridad
    La Atalaya 1994 | 1 de julio
    • La posición cristiana ante la autoridad

      “No hay autoridad a no ser por Dios.” (ROMANOS 13:1.)

      1. ¿Por qué podemos decir que Jehová es la Autoridad Suprema?

      LA AUTORIDAD está vinculada al poder de crear. El Ser Supremo que originó toda la creación, tanto animada como inanimada, es Jehová Dios. Es, sin lugar a dudas, la Autoridad Suprema. Los cristianos verdaderos son del mismo sentir que las criaturas celestiales, que declaran: “Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas”. (Revelación 4:11.)

      2. ¿De qué manera reconocían los primeros gobernantes humanos que no tenían ningún derecho natural de dominar a su prójimo, y qué dijo Jesús a Poncio Pilato?

      2 El hecho de que un gran número de los primeros gobernantes humanos intentaran legitimar su autoridad afirmando ser dioses o representantes de un dios, fue en sí mismo un reconocimiento tácito de que ningún ser humano tiene el derecho inherente de gobernar a otros seres humanos.a (Jeremías 10:23.) La única fuente legítima de autoridad es Jehová Dios. Cristo dijo a Poncio Pilato, el gobernador romano de Judea: “No tendrías autoridad alguna contra mí a menos que te hubiera sido concedida de arriba”. (Juan 19:11.)

      “No hay autoridad a no ser por Dios”

      3. ¿Qué dijo el apóstol Pablo respecto a “las autoridades superiores”, y qué preguntas surgen como consecuencia de las palabras de Jesús y de Pablo?

      3 El apóstol Pablo escribió a los cristianos que estaban bajo la dominación del Imperio Romano: “Toda alma esté en sujeción a las autoridades superiores, porque no hay autoridad a no ser por Dios; las autoridades que existen están colocadas por Dios en sus posiciones relativas”. (Romanos 13:1.) ¿Qué quiso decir Jesús cuando afirmó que la autoridad de Pilato le había sido concedida “de arriba”? ¿Y en qué sentido consideró Pablo que las autoridades políticas de su día estaban colocadas en sus posiciones por Dios? ¿Quisieron decir que Jehová mismo es responsable del nombramiento de cada gobernante político de este mundo?

      4. ¿Cómo llamaron Jesús y Pablo a Satanás, y qué afirmación del Diablo no negó Jesús?

      4 ¿Cómo podría ser este el caso, dado que Jesús llamó a Satanás “el gobernante de este mundo” y el apóstol Pablo lo denominó “el dios de este sistema de cosas”? (Juan 12:31; 16:11; 2 Corintios 4:4.) Además, cuando Satanás tentó a Jesús, le ofreció la “autoridad” sobre “todos los reinos de la tierra habitada”, y afirmó que dicha autoridad le había sido entregada. Jesús rechazó su oferta, pero no negó que tal autoridad fuera de Satanás y que este pudiera darla. (Lucas 4:5-8.)

      5. a) ¿Cómo debemos entender las palabras de Jesús y Pablo respecto a la autoridad humana? b) ¿En qué sentido “están colocadas por Dios en sus posiciones relativas” las autoridades superiores?

      5 Jehová entregó la gobernación de este mundo a Satanás al permitirle vivir después de su rebelión y tras haber tentado a Adán y Eva, haciendo que se rebelaran contra Su soberanía. (Génesis 3:1-6; compárese con Éxodo 9:15, 16.) De modo que las palabras de Jesús y de Pablo tienen que significar que, una vez que la primera pareja humana rechazó en Edén la teocracia, es decir, el gobierno ejercido por Dios, Jehová permitió que los seres humanos alejados de él crearan estructuras de poder que les permitieran vivir en una sociedad ordenada. En ocasiones, a fin de cumplir su propósito, Jehová ha hecho que ciertos soberanos o gobiernos sean derrocados (Daniel 2:19-21), mientras que ha permitido que otros permanezcan en el poder. Con respecto a los gobernantes cuya existencia Jehová tolera, puede decirse que “están [colocados] por Dios en sus posiciones relativas”.

      Los primeros cristianos y las autoridades romanas

      6. ¿Cómo veían los primeros cristianos a las autoridades romanas, y por qué?

      6 Los primeros cristianos no se unieron a las sectas judías que conspiraron y pelearon contra los romanos, que ocupaban Israel. Mientras la autoridad romana, con su sistema legal codificado, mantuviera el orden en tierra y mar; construyera muchos acueductos, caminos y puentes útiles, y, por lo general, obrara a favor del bienestar colectivo, los cristianos la considerarían ‘ministro [es decir, “sierva”, nota] de Dios para ellos para bien suyo’. (Romanos 13:3, 4.) El orden público creaba un ambiente propicio para que los cristianos predicaran las buenas nuevas por todas partes, como mandó Jesús. (Mateo 28:19, 20.) Con una conciencia tranquila, podían pagar los impuestos exigidos por los romanos, aunque parte del dinero se utilizara para propósitos desaprobados por Dios. (Romanos 13:5-7.)

      7, 8. a) ¿Qué revela una lectura cuidadosa de Romanos 13:1-7, y qué demuestra el contexto? b) ¿En qué circunstancias dejaban de obrar las autoridades romanas como “ministro de Dios” y, en ese caso, qué postura adoptaban los primeros cristianos?

      7 Una lectura cuidadosa de los primeros siete versículos 1-7 del capítulo 13 de Romanos revela que las “autoridades superiores” políticas eran el “ministro de Dios” para alabar a los hacedores del bien y castigar a los practicantes del mal. El contexto demuestra que es Dios quien determina lo que es bueno y lo que es malo, no las autoridades superiores. Por ello, si el emperador romano o cualquier otra autoridad política exigía cosas prohibidas por Dios o, a la inversa, prohibía cosas que Dios exigía, ya no actuaba como Su ministro. Jesús dijo: “Paguen a César las cosas de César, pero a Dios las cosas de Dios”. (Mateo 22:21.) Si el Estado romano reclamaba cosas que pertenecían a Dios, como la adoración o la vida misma de la persona, los cristianos verdaderos seguían el consejo apostólico: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres”. (Hechos 5:29.)

      8 La negativa de los primeros cristianos a adorar al emperador y practicar la idolatría, abandonar las reuniones cristianas y dejar de predicar las buenas nuevas terminó en persecución. Muchos creen que el emperador Nerón ordenó la ejecución del apóstol Pablo. Hubo otros emperadores que también persiguieron a los primeros cristianos, entre los que destacan Domiciano, Marco Aurelio, Septimio Severo, Decio y Diocleciano. Cuando estos emperadores y las autoridades subordinadas a ellos perseguían a los cristianos, no obraban en ningún modo como “ministro de Dios”.

      9. a) ¿Qué es cierto acerca de las autoridades superiores políticas, y de quién recibe poder y autoridad la bestia política? b) ¿Qué podemos decir lógicamente respecto a la sumisión cristiana a las autoridades superiores?

      9 Todo esto muestra que aunque las autoridades superiores políticas obran en algunos aspectos como el “arreglo de Dios” para mantener una sociedad humana ordenada, siguen formando parte del sistema de cosas mundano del que Satanás es dios. (1 Juan 5:19.) Pertenecen a la organización política mundial, simbolizada por “la bestia salvaje” de Revelación 13:1, 2. Esta bestia recibe su poder y autoridad del “gran dragón”, Satanás el Diablo. (Revelación 12:9.) Es lógico, pues, que la sumisión cristiana a estas autoridades sea relativa, no absoluta. (Compárese con Daniel 3:16-18.)

      Respeto apropiado a la autoridad

      10, 11. a) ¿Cómo mostró Pablo que debemos ser respetuosos con los hombres que tienen la autoridad? b) ¿Cómo y por qué podemos orar “respecto a reyes y a todos los que están en alto puesto”?

      10 Ahora bien, lo anterior no significa que los cristianos deban adoptar una actitud insolente, desafiante, para con las autoridades superiores políticas. Es cierto que muchos de estos hombres no son dignos de ser respetados ni en su vida privada ni en la pública. No obstante, los apóstoles nos mostraron por su ejemplo y su consejo que se debe respetar a los hombres que tienen la autoridad. Cuando Pablo compareció ante el incestuoso rey Herodes Agripa II, le habló con la deferencia apropiada. (Hechos 26:2, 3, 25.)

      11 Pablo incluso dijo que es apropiado mencionar a las autoridades mundanas en nuestras oraciones, sobre todo cuando se les pide que tomen decisiones que influyen en nuestra vida y actividades cristianas. Él escribió: “Por lo tanto exhorto, ante todo, a que se hagan ruegos, oraciones, intercesiones, ofrendas de gracias, respecto a hombres de toda clase, respecto a reyes y a todos los que están en alto puesto; a fin de que sigamos llevando una vida tranquila y quieta con plena devoción piadosa y seriedad. Esto es excelente y acepto a vista de nuestro Salvador, Dios, cuya voluntad es que hombres de toda clase se salven y lleguen a un conocimiento exacto de la verdad”. (1 Timoteo 2:1-4.) Nuestra actitud respetuosa con respecto a estas autoridades quizás resulte en que nos permitan efectuar con mayor libertad nuestra obra de tratar de salvar a “hombres de toda clase”.

      12, 13. a) ¿Qué consejo equilibrado sobre la autoridad dio Pedro? b) ¿Cómo podemos contrarrestar “el habla ignorante de los hombres irrazonables” que predisponen en contra de los testigos de Jehová?

      12 El apóstol Pedro escribió: “Por causa del Señor sujétense a toda creación humana: sea a un rey como quien es superior, o a gobernadores como quienes son enviados por él para infligir castigo a los malhechores, pero para alabar a los que hacen el bien. Porque así es la voluntad de Dios, para que haciendo el bien amordacen el habla ignorante de los hombres irrazonables. Sean como personas libres, y, sin embargo, tengan su libertad, no como disfraz para la maldad, sino como esclavos de Dios. Honren a hombres de toda clase, tengan amor a toda la asociación de hermanos, estén en temor de Dios, den honra al rey”. (1 Pedro 2:13-17.) ¡Qué consejo tan equilibrado! Como esclavos de Dios, le debemos sumisión absoluta, mientras que a las autoridades políticas, que él ha enviado para castigar a los malhechores, les rendimos sumisión relativa y respeto.

      13 Muchas autoridades civiles tienen conceptos muy raros y erróneos acerca de los testigos de Jehová. Esto suele suceder porque los enemigos maliciosos del pueblo de Dios les han dado informes falsos. O, tal vez, lo único que sepan de nosotros es lo que han oído en los medios de comunicación, que no siempre son imparciales cuando presentan sus reportajes. A veces podemos vencer este prejuicio mediante nuestra actitud respetuosa y, cuando sea posible, al dar un cuadro exacto a las autoridades acerca de la obra y las creencias de los testigos de Jehová. El folleto Los testigos de Jehová en el siglo veinte provee una explicación sucinta para los funcionarios ocupados. A quien desee información más extensa se le puede proveer el libro Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios, un excelente instrumento que merece estar en los anaqueles de las bibliotecas públicas locales y nacionales.

      La autoridad en los hogares cristianos

      14, 15. a) ¿Cuál es la base de la autoridad en el hogar cristiano? b) ¿Qué actitud deben adoptar las esposas cristianas para con sus esposos, y por qué?

      14 Es obvio que si Dios requiere que los cristianos muestren el debido respeto a las autoridades mundanas, igualmente deberían respetar la estructura de poder que Dios ha dispuesto en las familias cristianas. El apóstol Pablo presentó de manera concisa el principio de jefatura que existe en el pueblo de Jehová. Escribió: “Quiero que sepan que la cabeza de todo varón es el Cristo; a su vez, la cabeza de la mujer es el varón; a su vez, la cabeza del Cristo es Dios”. (1 Corintios 11:3.) Este es el principio de la teocracia, es decir, el gobierno ejercido por Dios. ¿Qué implica esto?

      15 El respeto a la teocracia empieza en el hogar. La esposa cristiana que no muestra el debido respeto a la autoridad de su esposo, sea este compañero de creencia o no, no es teocrática. Pablo aconsejó a los cristianos: “Estén en sujeción los unos a los otros en temor de Cristo. Que las esposas estén en sujeción a sus esposos como al Señor, porque el esposo es cabeza de su esposa como el Cristo también es cabeza de la congregación, siendo él salvador de este cuerpo. De hecho, como la congregación está en sujeción al Cristo, así también lo estén las esposas a sus esposos en todo”. (Efesios 5:21-24.) Tal como los cristianos tienen que sujetarse a la jefatura de Cristo, las cristianas deben reconocer la sabiduría de sujetarse a la autoridad que Dios ha dado a sus esposos. Esto les traerá profunda satisfacción interna y, algo más importante, la bendición de Jehová.

      16, 17. a) ¿Cómo pueden los hijos criados en un hogar cristiano ser diferentes de muchos de los jóvenes de hoy, y qué incentivo tienen? b) ¿Por qué fue Jesús un excelente ejemplo para los jóvenes de hoy día, y qué se les anima a hacer?

      16 Los hijos teocráticos respetan con gusto a sus padres. Se predijo que en los últimos días los jóvenes serían “desobedientes a los padres”. (2 Timoteo 3:1, 2.) Sin embargo, la Palabra inspirada de Dios dice a los hijos cristianos: “Hijos, sean obedientes a sus padres en todo, porque esto es muy agradable en el Señor”. (Colosenses 3:20.) El respeto a la autoridad de los padres agrada a Jehová y redunda en su bendición.

      17 Un ejemplo de esto es el caso de Jesús. El relato de Lucas explica: “Él bajó con ellos [sus padres] y vino a Nazaret, y continuó sujeto a ellos. [...] Y Jesús siguió progresando en sabiduría y en desarrollo físico y en favor ante Dios y los hombres”. (Lucas 2:51, 52.) Jesús tenía 12 años en aquel entonces, y el verbo griego que se utiliza aquí pone énfasis en que “continuó sujeto” a sus padres. De modo que no dejó de sujetarse cuando llegó a la adolescencia. Si los jóvenes quieren progresar en espiritualidad y tener el favor de Jehová y de hombres piadosos, respetarán la autoridad dentro y fuera del hogar.

      Autoridad en la congregación

      18. ¿Quién es el Cabeza de la congregación cristiana, y en quiénes ha delegado autoridad?

      18 Con referencia a la importancia de mantener el orden en la congregación cristiana, Pablo escribió: “Dios no es Dios de desorden, sino de paz [...]. Que todas las cosas se efectúen decentemente y por arreglo [es decir, “según orden”, nota]”. (1 Corintios 14:33, 40.) A fin de que todas las cosas se efectúen ordenadamente, Cristo, el Cabeza de la congregación cristiana, ha delegado autoridad en hombres fieles. Leemos: “Dio algunos como apóstoles, algunos como profetas, algunos como evangelizadores, algunos como pastores y maestros, con miras al reajuste de los santos, para obra ministerial [...]. Antes bien, hablando la verdad, por el amor crezcamos en todas las cosas en aquel que es la cabeza, Cristo”. (Efesios 4:11, 12, 15.)

      19. a) ¿A quién ha nombrado Cristo sobre todos sus bienes terrestres, y a quién le ha concedido autoridad especial? b) ¿Cómo se delega autoridad dentro de la congregación cristiana, y qué requiere esto de nosotros?

      19 En este tiempo del fin, Cristo ha nombrado a la clase del “esclavo fiel y discreto” sobre “todos sus bienes”, es decir, los intereses del Reino en la Tierra. (Mateo 24:45-47.) Como en el siglo primero, a este esclavo lo representa un cuerpo gobernante de cristianos ungidos, a quienes Cristo ha dado la autoridad de tomar decisiones y nombrar a otros superintendentes. (Hechos 6:2, 3; 15:2.) El Cuerpo Gobernante, a su vez, delega autoridad en los Comités de Sucursales, en los superintendentes de distrito y de circuito y en los ancianos de cada una de las más de setenta y tres mil congregaciones de los testigos de Jehová que hay por toda la Tierra. Todos estos hombres devotos merecen nuestro apoyo y respeto. (1 Timoteo 5:17.)

      20. ¿Qué ejemplo muestra que a Jehová le desagradan las personas que faltan al respeto a sus compañeros cristianos que tienen autoridad?

      20 Con relación al respeto que debemos a los que tienen autoridad en la congregación cristiana, se pudiera hacer una comparación interesante con la sumisión que debemos a las autoridades civiles. Cuando alguien desobedece una ley humana que Dios aprueba, el castigo que dan “los que gobiernan” es, en realidad, una expresión indirecta de la ira de Dios “sobre el que practica lo que es malo”. (Romanos 13:3, 4.) Si Jehová se encoleriza cuando alguien quebranta las leyes humanas y no muestra el debido respeto a las autoridades mundanas, ¡cuánto más debe desagradarle el que un cristiano dedicado no preste atención a los principios bíblicos y falte al respeto a sus compañeros cristianos que tienen autoridad!

      21. ¿Qué consejo bíblico seguiremos con gusto, y qué examinaremos en el próximo artículo?

      21 En vez de incurrir en el desagrado de Dios adoptando una actitud rebelde e independiente, seguiremos el consejo de Pablo a los cristianos de Filipos: “Por consiguiente, amados míos, tal como siempre han obedecido, no durante mi presencia solamente, sino ahora con mucha más prontitud durante mi ausencia, sigan obrando su propia salvación con temor y temblor; porque Dios es el que, por causa de su beneplácito, está actuando en ustedes a fin de que haya en ustedes tanto el querer como el actuar. Sigan haciendo todas las cosas libres de murmuraciones y discusiones, para que resulten sin culpa e inocentes, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y aviesa, entre los cuales ustedes resplandecen como iluminadores en el mundo”. (Filipenses 2:12-15.) A diferencia de la presente generación torcida y aviesa, que se ha causado a sí misma una crisis de autoridad, el pueblo de Jehová se sujeta de buena gana a la autoridad. Por ello obtienen grandes beneficios, como veremos en el próximo artículo.

      [Nota a pie de página]

      a Véase el artículo anterior.

  • Sujeción gozosa a la autoridad
    La Atalaya 1994 | 1 de julio
    • Sujeción gozosa a la autoridad

      “Se hicieron obedientes de corazón.” (ROMANOS 6:17.)

      1, 2. a) ¿Qué espíritu se ve en el mundo hoy, de dónde proviene y qué efecto tiene? b) ¿Cómo muestran los siervos dedicados de Jehová que son diferentes?

      “EL ESPÍRITU que ahora opera en los hijos de la desobediencia” se ha hecho escandalosamente obvio hoy día. Es un espíritu de independencia desenfrenada que emana de Satanás, el “gobernante de la autoridad del aire”. Este espíritu, este “aire”, es decir, la actitud dominante de egoísmo y desobediencia, ejerce “autoridad”, o poder, sobre la mayor parte de la humanidad. Esta es una de las razones por las que el mundo atraviesa lo que se ha llamado una crisis de la autoridad. (Efesios 2:2.)

      2 Felizmente, los siervos dedicados de Jehová hoy no llenan sus pulmones espirituales de este “aire” contaminado, o espíritu de rebelión. Saben que “viene la ira de Dios sobre los hijos de la desobediencia”. El apóstol Pablo añade: “Por lo tanto, no se hagan participantes con ellos”. (Efesios 5:6, 7.) Al contrario, los cristianos verdaderos procuran estar ‘llenos del espíritu de Jehová’, y beben “la sabiduría de arriba”, que es “casta, luego pacífica, razonable, lista para obedecer”. (Efesios 5:17, 18; Santiago 3:17.)

      Sujeción de buena gana a la soberanía de Jehová

      3. ¿Cuál es la clave para que nos sujetemos de buena gana, y qué gran lección nos enseña la historia?

      3 La clave para que nos sujetemos de buena gana es que reconozcamos la autoridad legítima. La historia de la humanidad demuestra que rechazar la soberanía de Jehová no redunda en felicidad. Tal acción no hizo felices a Adán y Eva ni al instigador de aquella rebelión, Satanás el Diablo. (Génesis 3:16-19.) En su degradación actual, Satanás tiene “gran cólera” porque sabe que el tiempo que le queda es corto. (Revelación 12:12.) La paz y la felicidad de la humanidad, sí, del entero universo, depende de que toda criatura viviente reconozca la justa soberanía de Jehová. (Salmo 103:19-22.)

      4. a) ¿Qué clase de sujeción y obediencia espera Jehová de sus siervos? b) ¿De qué debemos estar convencidos, y cómo lo expresa el salmista?

      4 Sin embargo, debido a sus cualidades, magníficamente equilibradas, Jehová no está satisfecho con que se le rinda obediencia indiferente. Sí, él es poderoso, pero no un tirano. Es un Dios de amor, y quiere que sus criaturas inteligentes le obedezcan de buena gana, por amor. Desea que se sujeten a su soberanía porque optan de todo corazón por estar bajo su justa y legítima autoridad, convencidas de que no hay nada mejor que obedecerle para siempre. La clase de persona que Jehová desea en su universo es la que concuerda con el salmista que dijo: “La ley de Jehová es perfecta, hace volver el alma. El recordatorio de Jehová es fidedigno, hace sabio al inexperto. Las órdenes de Jehová son rectas, hacen regocijar el corazón; el mandamiento de Jehová es limpio, hace brillar los ojos. El temor de Jehová es puro, subsiste para siempre. Las decisiones judiciales de Jehová son verdaderas; han resultado del todo justas”. (Salmo 19:7-9.) Si queremos vivir en el nuevo mundo de Jehová, debemos demostrar confianza absoluta en lo correcto y lo justo de su soberanía.

      Sujeción gozosa a nuestro Rey

      5. ¿Cómo se recompensó a Jesús por su obediencia, y qué reconocemos de buena gana?

      5 Cristo Jesús mismo es un excelente ejemplo de sujeción a su Padre celestial. Leemos que “se humilló y se hizo obediente hasta la muerte, sí, muerte en un madero de tormento”. Pablo añade: “Por esta misma razón, también, Dios lo ensalzó a un puesto superior y bondadosamente le dio el nombre que está por encima de todo otro nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo y de los que están sobre la tierra y de los que están debajo del suelo, y reconozca abiertamente toda lengua que Jesucristo es Señor, para la gloria de Dios el Padre”. (Filipenses 2:8-11.) Sí, con gozo doblamos la rodilla ante nuestro Caudillo y Rey entronizado, Cristo Jesús. (Mateo 23:10.)

      6. ¿Cómo ha demostrado Jesús que es un testigo y caudillo a los grupos nacionales, y cómo seguirá su “regir principesco” después de la gran tribulación?

      6 Jehová profetizó lo siguiente acerca de Cristo, nuestro Caudillo: “¡Miren! Lo he dado como testigo a los grupos nacionales, como caudillo y comandante a los grupos nacionales”. (Isaías 55:4.) Por su ministerio terrestre y por dirigir la predicación desde el cielo después de su muerte y resurrección, Jesús ha demostrado ser un “testigo fiel y verdadero” de su Padre ante los pueblos de todas las naciones. (Revelación 3:14; Mateo 28:18-20.) Esos grupos nacionales son representados hoy en cantidades cada vez mayores por la “gran muchedumbre”, que sobrevivirá a la “gran tribulación” bajo el acaudillamiento de Cristo. (Revelación 7:9, 14.) Pero el acaudillamiento de Jesús no termina ahí. Su “regir principesco” durará mil años. En lo que respecta a los seres humanos obedientes, Jesús obrará en conformidad con su nombre de “Maravilloso Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz”. (Isaías 9:6, 7; Revelación 20:6.)

      7. ¿Qué tenemos que hacer sin demora si queremos que Cristo Jesús nos guíe a “fuentes de aguas de vida”, y qué debemos hacer para ser objeto del amor de Jesús y Jehová?

      7 Si queremos sacar provecho de las “fuentes de aguas de vida” a las que el Cordero, Cristo Jesús, guía a los seres humanos de corazón recto, nuestro proceder debe demostrar sin demora que nos sujetamos gozosamente a su autoridad regia. (Revelación 7:17; 22:1, 2; compárese con Salmo 2:12.) Jesús dijo: “Si ustedes me aman, observarán mis mandamientos. El que tiene mis mandamientos y los observa, ese es el que me ama. A su vez, el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré”. (Juan 14:15, 21.) ¿Quiere que Jesús y su Padre lo amen? Entonces, sujétese a su autoridad.

      Los superintendentes obedecen con gozo

      8, 9. a) ¿Qué ha dado Cristo para la edificación de la congregación, y en qué aspecto deben ser estos hombres ejemplos para el rebaño? b) ¿Cómo se representa simbólicamente en el libro de Revelación la sujeción de los superintendentes cristianos, y de qué modo deben buscar un “corazón obediente” cuando atienden asuntos judiciales?

      8 “La congregación está en sujeción al Cristo.” Como su Superintendente, Jesús ha provisto “dádivas en hombres” para “la edificación” de la congregación. (Efesios 4:8, 11, 12; 5:24.) A estos hombres mayores en sentido espiritual se les dice que “pastoreen el rebaño de Dios bajo su custodia”, no “enseñoreándose de los que son la herencia de Dios, sino haciéndose ejemplos del rebaño”. (1 Pedro 5:1-3.) El rebaño pertenece a Jehová, y Cristo es su “pastor excelente”. (Juan 10:14.) Dado que los superintendentes esperan apropiadamente que las ovejas que Jehová y Cristo les han encomendado cooperen de buena gana, ellos mismos deben ser excelentes ejemplos de sujeción. (Hechos 20:28.)

      9 En el siglo primero, a los superintendentes ungidos se les representó simbólicamente como si estuvieran “en” la mano derecha de Cristo o “sobre” ella, indicando su sujeción a él como Cabeza de la congregación. (Revelación 1:16, 20; 2:1.) De igual modo, hoy los superintendentes de las congregaciones de los testigos de Jehová deben sujetarse a la dirección de Cristo y ‘humillarse bajo la mano poderosa de Dios’. (1 Pedro 5:6.) Cuando tienen que atender asuntos judiciales, deben hacer la misma petición a Jehová que hizo Salomón durante sus años de fidelidad: “Tienes que dar a tu siervo un corazón obediente para juzgar a tu pueblo, para discernir entre lo bueno y lo malo”. (1 Reyes 3:9.) Un corazón obediente moverá al anciano a procurar ver los asuntos como los ven Jehová y Cristo Jesús, a fin de que la decisión que se tome en la Tierra se parezca lo más posible a la que se toma en el cielo. (Mateo 18:18-20.)

      10. ¿De qué manera deben esforzarse los superintendentes por imitar el trato que dio Jesús a las ovejas?

      10 Los superintendentes viajantes y los ancianos de congregación también se esforzarán por tratar a las ovejas como las trataba Cristo. A diferencia de los fariseos, Jesús no impuso muchas leyes que fueran difíciles de seguir. (Mateo 23:2-11.) Dijo a los mansos: “Vengan a mí, todos los que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré. Tomen sobre sí mi yugo y aprendan de mí, porque soy de genio apacible y humilde de corazón, y hallarán refrigerio para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga es ligera”. (Mateo 11:28-30.) Aunque es verdad que cada cristiano tiene que ‘llevar su propia carga de responsabilidad’, los superintendentes deben recordar el ejemplo de Jesús y ayudar a sus hermanos a ver que la carga de responsabilidad cristiana que llevan es “suave”, “ligera”, y que es un gozo llevarla. (Gálatas 6:5.)

      Sujeción teocrática

      11. a) ¿Cómo pudiera alguien no ser teocrático de verdad aunque respete la jefatura? Ilustre. b) ¿Qué significa ser verdaderamente teocrático?

      11 La teocracia es el gobierno ejercido por Dios. Abarca el principio de jefatura expresado en 1 Corintios 11:3. Pero supone más que eso. Puede ser que alguien respete en apariencia la jefatura, pero no sea teocrático en el sentido pleno de la palabra. ¿Cómo es posible eso? Por ejemplo, la democracia es el gobierno del pueblo, y el demócrata es el “partidario de la democracia”. Un hombre pudiera afirmar que es demócrata, participar en las elecciones y hasta ser un político activo. Sin embargo, si por su comportamiento general se mofa del espíritu y de todos los principios de la democracia, ¿puede decirse que sea verdaderamente demócrata? Asimismo, para ser teocrático de verdad hay que hacer más que sujetarse nominalmente a la jefatura. Es necesario imitar los caminos y las cualidades de Jehová. En realidad, hay que ser gobernado por Jehová en todo sentido. Y como Jehová ha investido a su Hijo de plena autoridad, ser teocrático también significa imitar a Jesús.

      12, 13. a) ¿Qué implica en particular ser teocrático? b) ¿Supone la sujeción teocrática obedecer muchas reglas? Ilustre.

      12 Recuerde: Jehová quiere que nos sujetemos de buena gana y por amor. Así es como él gobierna el universo. Es la mismísima personificación del amor. (1 Juan 4:8.) Cristo Jesús es “el reflejo de su gloria y la representación exacta de su mismo ser”. (Hebreos 1:3.) Exige que sus discípulos verdaderos se amen unos a otros. (Juan 15:17.) Por lo tanto, ser teocrático no solo implica estar sujeto, sino también ser amoroso. Pudiera resumirse así: la teocracia es el gobierno ejercido por Dios; Dios es amor; por tanto, la teocracia es un gobierno regido mediante el amor.

      13 Un anciano pudiera pensar que para ser teocráticos, los hermanos deben obedecer toda clase de reglas. Algunos ancianos han convertido en reglas algunas de las sugerencias que de vez en cuando da “el esclavo fiel y discreto”. (Mateo 24:45.) Por ejemplo, en cierta ocasión se sugirió que quizás sería apropiado que no nos sentáramos siempre en el mismo asiento del Salón del Reino para que nos familiarizáramos mejor con los hermanos de la congregación. Este comentario se presentó como una sugerencia práctica, no como una regla rígida. No obstante, algunos ancianos tal vez se inclinen a convertirla en una regla y a concluir que los que no la siguen no son teocráticos. Sin embargo, puede ser que un hermano o una hermana tenga buenas razones para preferir sentarse en cierto lugar. Si el anciano no toma en cuenta esas razones con amor, ¿está siendo verdaderamente teocrático? A fin de ser teocráticos, ‘efectuemos todos nuestros asuntos con amor’. (1 Corintios 16:14.)

      Sirva con gozo

      14, 15. a) ¿Cómo pudiera un anciano privar a ciertos hermanos o hermanas del gozo que deben sentir al servir a Jehová, y por qué no sería esto teocrático? b) ¿Cómo mostró Jesús que aprecia el amor que manifestamos mediante nuestro servicio, y no la cantidad? c) ¿Qué deben tomar en cuenta los ancianos?

      14 Ser teocrático también significa servir a Jehová con gozo. Jehová es el “Dios feliz”. (1 Timoteo 1:11.) Quiere que sus adoradores le sirvan con gozo. Los que son rigoristas en cuanto a las reglas deben recordar que una de las disposiciones reglamentarias que Israel debía “tener cuidado de poner por obra” era la siguiente: “Tienes que regocijarte delante de Jehová tu Dios en toda empresa tuya”. (Deuteronomio 12:1, 18.) Todo lo que hagamos en el servicio de Jehová debe ser un gozo, no una carga. Los superintendentes pueden hacer mucho por ayudar a los hermanos a estar contentos de hacer lo que pueden en el servicio de Jehová. Por otro lado, si los ancianos no tienen cuidado, pueden robar el gozo a algunos hermanos. Por ejemplo, si comparan a unos con otros, encomiando a los que han alcanzado o superado el promedio de horas que la congregación dedica a dar testimonio y criticando indirectamente a los que no lo han logrado, ¿cómo se sentirán los que quizás tengan una razón válida para informar mucho menos tiempo? ¿No los haría sentirse culpables innecesariamente y los privaría de su gozo?

      15 Detrás de las pocas horas que a algunos les es posible dedicar a dar testimonio pudiera haber un esfuerzo mayor que tras las muchas horas que otros pasan predicando, pues han de tomarse en cuenta la edad, la salud y otras circunstancias. En lo que a esto se refiere, los ancianos no deben juzgarlos. Es más, es a Jesús a quien el Padre ha dado “autoridad para hacer juicio”. (Juan 5:27.) ¿Criticó él a la viuda pobre porque su ofrenda no alcanzaba el promedio? No, fue sensible a lo que aquellas dos monedas pequeñas significaban realmente para ella. Eran todo “cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir”. ¡Qué amor profundo a Jehová representaban! (Marcos 12:41-44.) ¿Deberían ser los ancianos menos sensibles a los esfuerzos amorosos de aquellos cuya actividad total no alcanza el “promedio”? En lo que se refiere al amor a Jehová, puede ser que tales esfuerzos estén muy por encima del promedio.

      16. a) ¿Por qué deben mostrar discernimiento y equilibrio los superintendentes si hablan de cifras en sus discursos? b) ¿Cuál es la mejor manera de ayudar a los hermanos a aumentar su actividad en el servicio?

      16 ¿Deberíamos ahora convertir estos comentarios en una nueva “regla”, a saber, que nunca debemos hablar de cifras, ni siquiera de promedios? De ninguna manera. El punto es que los superintendentes han de establecer un equilibrio entre animar a los hermanos a aumentar su ministerio y ayudarlos a hacer con gozo lo que puedan. (Gálatas 6:4.) En la ilustración de Jesús acerca de los talentos, el amo encomendó sus bienes “a cada [esclavo] según su propia habilidad”. (Mateo 25:14, 15.) Los ancianos deben igualmente tomar en cuenta lo que puede hacer cada publicador del Reino. Hacer eso requiere perspicacia. Bien pudiera ocurrir que algunos necesiten que se les anime a hacer más. Quizás agradezcan recibir ayuda para organizar mejor su actividad. En todo caso, si se les ayuda a hacer lo que pueden con gozo, es probable que ese gozo los fortalezca para aumentar su actividad cristiana donde sea posible. (Nehemías 8:10; Salmo 59:16; Jeremías 20:9.)

      La paz que resulta de la sujeción gozosa

      17, 18. a) ¿Cómo puede traernos paz y justicia la sujeción gozosa? b) ¿Qué recibiremos si realmente prestamos atención a los mandamientos de Dios?

      17 La sujeción gozosa a la soberanía legítima de Jehová nos trae mucha paz. El salmista dijo en oración a Jehová: “Paz abundante pertenece a los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo”. (Salmo 119:165.) Obedecer la ley de Dios nos beneficia. Jehová dijo a Israel: “Esto es lo que ha dicho Jehová, tu Recomprador, el Santo de Israel: ‘Yo, Jehová, soy tu Dios, Aquel que te enseña para que te beneficies a ti mismo, Aquel que te hace pisar en el camino en que debes andar. ¡Oh, si realmente prestaras atención a mis mandamientos! Entonces tu paz llegaría a ser justamente como un río, y tu justicia como las olas del mar’”. (Isaías 48:17, 18.)

      18 El sacrificio de rescate de Cristo hace posible que estemos en paz con Dios. (2 Corintios 5:18, 19.) Si tenemos fe en la sangre redentora de Cristo y nos esforzamos concienzudamente por luchar contra nuestras debilidades y hacer la voluntad de Dios, se nos libera de sentimientos de culpabilidad. (1 Juan 3:19-23.) Esa fe, respaldada por obras, nos da una condición justa ante Jehová, y la maravillosa esperanza de sobrevivir a “la gran tribulación” y vivir para siempre en su nuevo mundo. (Revelación 7:14-17; Juan 3:36; Santiago 2:22, 23.) Podemos recibir todas estas bendiciones ‘si realmente prestamos atención a los mandamientos de Dios’.

      19. ¿De qué depende el que seamos felices hoy y tengamos la esperanza de vivir para siempre, y cómo expresó David nuestra convicción sincera?

      19 Sí, el que seamos felices hoy y tengamos la esperanza de vivir para siempre en una Tierra paradisíaca dependen de que nos sujetemos gozosamente a la autoridad de Jehová como Señor Soberano del universo. Que siempre nos sintamos como David, quien dijo: “Tuya, oh Jehová, es la grandeza y el poderío y la hermosura y la excelencia y la dignidad; porque todo lo que hay en los cielos y en la tierra es tuyo. Tuyo es el reino, oh Jehová, Aquel que también te alzas como cabeza sobre todo. Y ahora, oh Dios nuestro, te damos las gracias y alabamos tu hermoso nombre”. (1 Crónicas 29:11, 13.)

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