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‘Vístase las armas de la luz’La Atalaya 1991 | 1 de agosto
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En el primer siglo, a pesar de que la mayoría no respondió favorablemente, muchos de corazón recto fueron ‘llamados de la oscuridad a la luz maravillosa de Dios’. (1 Pedro 2:9.) De estos, el apóstol Juan escribe: “A cuantos sí lo recibieron [es decir, a Cristo], a ellos les dio autoridad de llegar a ser hijos de Dios, porque ejercían fe en su nombre”. (Juan 1:12.) Desde el Pentecostés de 33 E.C. aquellas personas que amaban la luz fueron bautizadas con espíritu santo y llegaron a ser hijos de Dios con la esperanza de reinar con Jesús en su Reino celestial.
12 En nuestros días se ha reunido a los últimos de esos hijos ungidos de Dios, y, en cumplimiento de la profecía de Daniel, ellos ‘brillan como el resplandor de la expansión y traen a los muchos a la justicia’. (Daniel 12:3.) Su luz ha resplandecido hasta tal grado que más de 4.000.000 de “otras ovejas” han sido atraídas a la verdad y disfrutan de una condición de justas ante Dios. (Juan 10:16.) Estas, a su vez, reflejan de tal manera la luz por todo el mundo que ahora brilla como nunca antes. En nuestro tiempo, como en el primer siglo, ‘la oscuridad no ha subyugado a la luz’. (Juan 1:5.)
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‘Vístase las armas de la luz’La Atalaya 1991 | 1 de agosto
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“Por luz de ti podemos ver luz”
18, 19. ¿Cómo describieron Jesús y Pablo la manera de reconocer a los “hijos de la luz”?
18 Recuerde que el alcanzar la vida eterna depende de que recibamos de Dios juicio favorable, juicio basado en cuánto amamos la luz. Después de aludir a este hecho, Jesús dijo: “El que practica cosas viles odia la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean censuradas. Pero el que hace lo que es verdad viene a la luz, para que sus obras sean puestas de manifiesto como obradas en armonía con Dios”. (Juan 3:19-21.)
19 Pablo apoyó ese pensamiento al escribir a los efesios: “Sigan andando como hijos de la luz, porque el fruto de la luz consiste en toda clase de bondad y justicia y verdad”. (Efesios 5:8, 9.) De modo que nuestras obras muestran si somos hijos de la luz o hijos de la oscuridad.
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