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‘Permanezcan en mi palabra’La Atalaya 2003 | 1 de febrero
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‘Permanezcan en mi palabra’
“Si permanecen en mi palabra, verdaderamente son mis discípulos.” (JUAN 8:31.)
1. a) ¿Qué dejó Jesús en la Tierra cuando regresó a los cielos? b) ¿Qué preguntas vamos a analizar?
CUANDO Jesucristo, el Fundador del cristianismo, regresó a los cielos, no dejó en esta Tierra ningún libro que hubiera escrito, ni monumentos construidos por él, ni riquezas que hubiera acumulado. Lo que sí dejó fueron discípulos, y también requisitos concretos para serlo. De hecho, en el Evangelio de Juan hallamos que Jesús mencionó tres importantes requisitos que debe cumplir todo el que desea ser su seguidor. ¿Cuáles son? ¿Qué podemos hacer para satisfacerlos? ¿Y cómo asegurarnos de que somos personalmente verdaderos discípulos de Cristo?a
2. ¿Cuál es un requisito importante del discipulado, según aparece en el Evangelio de Juan?
2 Unos seis meses antes de su muerte, Jesús subió a Jerusalén y predicó a las multitudes que se habían congregado para celebrar la fiesta de las Cabañas, la cual duraba una semana. Como consecuencia, a mitad de la celebración, “muchos de la muchedumbre pusieron fe en él”. Jesús continuó predicando, de modo que el último día de la fiesta, nuevamente “muchos pusieron fe en él” (Juan 7:10, 14, 31, 37; 8:30). Según el apóstol Juan, en ese momento se dirigió a los nuevos creyentes y expuso este importante requisito del discipulado: “Si permanecen en mi palabra, verdaderamente son mis discípulos” (Juan 8:31).
3. ¿Qué cualidad se requiere para ‘permanecer en la palabra’ de Jesús?
3 Jesús no insinuó con estas palabras que a los nuevos creyentes les faltara fe. Más bien, señaló que tenían ante ellos la oportunidad de convertirse en verdaderos discípulos de él, siempre y cuando permanecieran en su palabra, es decir, demostraran aguante. Habían aceptado su palabra, pero era preciso que siguieran en ella (Juan 4:34; Hebreos 3:14). De hecho, Jesús consideró el aguante una cualidad esencial para sus discípulos. Tanto es así, que precisamente en la última conversación que sostuvo con sus apóstoles, recogida en el Evangelio de Juan, dos veces dirigió a uno de ellos esta exhortación: “Continúa siguiéndome” (Juan 21:19, 22). Muchos cristianos primitivos hicieron precisamente así (2 Juan 4). ¿Qué los ayudó a aguantar?
4. ¿Por qué aguantaron los cristianos primitivos?
4 El apóstol Juan, quien durante unas siete décadas fue un leal discípulo de Cristo, señaló un factor clave cuando dirigió este elogio a los cristianos fieles: “Son fuertes y la palabra de Dios permanece en ustedes, y han vencido al inicuo”. Aquellos discípulos de Cristo aguantaron, o permanecieron en la palabra de Dios, porque la palabra de Dios permaneció en ellos, porque la valoraron con todo su corazón (1 Juan 2:14, 24). De igual modo hoy día, para ‘aguantar hasta el fin’ hemos de asegurarnos de que la palabra de Dios permanezca en nosotros (Mateo 24:13). ¿Cómo lo conseguiremos? Una ilustración de Jesús nos brinda la respuesta.
“Oye la palabra”
5. a) ¿Qué distintos tipos de terreno mencionó Jesús en una de sus ilustraciones? b) ¿Qué representan la semilla y la tierra en la ilustración de Jesús?
5 En los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas encontramos la ilustración de Jesús acerca de un sembrador que siembra semillas (Mateo 13:1-9, 18-23; Marcos 4:1-9, 14-20; Lucas 8:4-8, 11-15). Al leer estos relatos, notará que el rasgo principal de la parábola es que semillas de la misma clase caen en diversos tipos de terreno, con diferentes resultados. El primer tipo de terreno es duro, el segundo poco profundo, y el tercero espinoso. En cambio, el cuarto tipo es “tierra excelente” y “buena”. Según la propia explicación de Jesús, la semilla es el mensaje del Reino que se halla en la Palabra de Dios, y la tierra representa a personas con distinta condición de corazón. Aunque todas ellas tienen algunos aspectos en común, las simbolizadas por la tierra excelente poseen una característica que las distingue de las demás.
6. a) En la ilustración de Jesús, ¿cómo difiere el cuarto tipo de terreno de los otros tres, y qué significa eso? b) ¿Qué es imprescindible para demostrar el aguante que exige el discipulado cristiano?
6 El pasaje de Lucas 8:12-15 indica que, en los cuatro casos, las personas ‘oyen la palabra’. Sin embargo, las que poseen “un corazón excelente y bueno” no se conforman con oírla, sino que “la retienen y llevan fruto con aguante”. La tierra excelente y buena, por ser blanda y profunda, permite que las raíces penetren, de manera que la semilla brota y produce fruto (Lucas 8:8). Así mismo, quienes tienen un corazón excelente entienden, valoran y asimilan la palabra de Dios (Romanos 10:10; 2 Timoteo 2:7). Esta permanece en ellos, es decir, en su interior, y por tanto, llevan fruto con aguante. De modo que para demostrar el aguante que exige el discipulado cristiano, es imprescindible que valoremos profunda y sinceramente la Palabra de Dios (1 Timoteo 4:15). ¿Cómo podemos cultivar tal aprecio?
La condición de corazón y la reflexión profunda
7. ¿Qué actividad se relaciona estrechamente con un corazón bueno?
7 Observe qué actividad se enlaza vez tras vez en la Biblia con un corazón excelente y bueno. “El corazón del justo medita para responder.” (Proverbios 15:28.) “Que los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón lleguen a ser placenteros delante de ti, oh Jehová.” (Salmo 19:14.) “La meditación de mi corazón será de cosas de entendimiento.” (Salmo 49:3.)
8. a) Al leer la Biblia, ¿qué debemos evitar, y qué debemos hacer? b) ¿Qué beneficios reporta meditar sobre la Palabra de Dios con oración? (Véase el recuadro “Firmemente establecidos en la verdad”.)
8 Tal como hicieron estos escritores bíblicos, nosotros también debemos meditar con aprecio y oración sobre la Palabra y las obras de Dios. Al leer la Biblia o las publicaciones basadas en ella, no seamos como los turistas que van a toda prisa de un lugar hermoso a otro, tomando fotos de todo pero sin detenerse a contemplar nada. Por el contrario, siempre que estudiemos las Escrituras, concedámonos tiempo para pausar y disfrutar del paisaje, por así decirlo.b Cuando reflexionamos con calma sobre lo que leemos, la palabra de Dios influye en nuestro corazón, pues nos despierta los sentimientos y moldea nuestro raciocinio. Además, nos impulsa a orar a Jehová y expresarle nuestros pensamientos más íntimos. En consecuencia, nuestro apego a él se fortalece, y el amor que le tenemos nos incita a continuar siguiendo a Jesús incluso en circunstancias difíciles (Mateo 10:22). Está claro que meditar en lo que Dios dice es indispensable para mantenernos fieles hasta el fin (Lucas 21:19).
9. ¿Cómo podemos asegurarnos de que nuestro corazón no deje de ser receptivo a la palabra de Dios?
9 La ilustración de Jesús también muestra que hay obstáculos que impiden el crecimiento de la semilla, es decir, de la palabra de Dios. Por consiguiente, para seguir siendo discípulos fieles nos conviene 1) identificar los obstáculos representados por las condiciones desfavorables del terreno mencionadas en la ilustración y 2) tomar medidas para corregirlas o evitarlas. Así nos aseguraremos de que nuestro corazón no deje de ser receptivo a la semilla del Reino y continúe llevando fruto.
“A lo largo del camino”: los que están demasiado ocupados
10. Describa el primer tipo de terreno de la ilustración de Jesús y explique su significado.
10 El primer tipo de terreno en que cae la semilla es “a lo largo del camino”, donde es “hollada” (Lucas 8:5). La tierra de un camino que cruza los sembrados está compactada por las continuas pisadas de los caminantes (Marcos 2:23). De manera similar, quienes permiten que el ajetreado ir y venir de este mundo les consuma una cantidad excesiva de tiempo y energías, quizá se encuentren demasiado ocupados para cultivar un aprecio sincero por la palabra de Dios. La oyen, pero como no meditan en ella, su corazón permanece insensible. Antes de que lleguen a amarla, “viene el Diablo y quita la palabra de su corazón para que no crean y sean salvos” (Lucas 8:12). ¿Puede impedirse que esto suceda?
11. ¿Cómo podemos evitar que nuestro corazón llegue a asemejarse a un terreno duro?
11 Mucho puede hacerse para evitar que el corazón llegue a asemejarse al terreno improductivo que se extiende a lo largo de un camino. La tierra pisoteada y dura se torna blanda y fértil si se ara y se desvía el flujo de transeúntes. De modo parecido, si apartamos tiempo para estudiar y meditar en la Palabra de Dios, nuestro corazón se volverá como una tierra excelente y fértil. La clave es no estar demasiado ocupados con el trajín diario (Lucas 12:13-15). Antes bien, asegurémonos de dedicar tiempo a reflexionar sobre “las cosas más importantes” de la vida (Filipenses 1:9-11).
“Sobre la masa rocosa”: los que sienten temor
12. ¿Cuál es la verdadera razón de que el brote se marchite en el segundo tipo de terreno de la ilustración de Jesús?
12 La semilla que cae en el segundo tipo de terreno no se queda en la superficie como en el primer caso, sino que echa raíces y brota. Lo malo es que, cuando sale el sol, el brote se chamusca por el calor y se marchita. Notemos, sin embargo, este importante detalle: la verdadera razón de que se malogre la planta no es el calor. Al fin y al cabo, a la que crece en la tierra excelente también le da el sol, pero no por ello se marchita, sino que, de hecho, prospera. ¿En qué estriba la diferencia? El brote se marchita, explica Jesús, “por no tener profundidad de tierra” ni “humedad” (Mateo 13:5, 6; Lucas 8:6). Una “masa rocosa” situada bajo la capa de tierra fértil impide que la semilla hunda sus raíces lo suficiente como para conseguir humedad y para estabilizarse. El brote se marchita debido a que el suelo es poco profundo.
13. ¿Qué clase de personas es semejante a un terreno poco profundo, y cuál es el verdadero motivo por el que reaccionan así?
13 Esta parte de la ilustración describe a personas que “reciben la palabra con gozo” y siguen con celo a Jesús “por un tiempo” (Lucas 8:13). Pero cuando las azota el sol abrasador de la “tribulación o [la] persecución”, sienten tanto temor que pierden el gozo y las fuerzas necesarias para continuar tras los pasos de Cristo (Mateo 13:21). Sin embargo, la auténtica razón de su miedo no es la oposición. Después de todo, millones de cristianos aguantan tribulaciones muy diversas y permanecen fieles (2 Corintios 2:4; 7:5). El verdadero motivo por el que algunos ceden al temor y abandonan la verdad es que su corazón, duro como la roca, no les permite meditar con la suficiente profundidad sobre cuestiones edificantes y espirituales. Debido a ello, su aprecio por Jehová y Su palabra es tan superficial y débil que no resiste la oposición. ¿Cómo puede evitarse este triste desenlace?
14. ¿Qué medidas debe tomar una persona para impedir que su corazón llegue a parecerse a un terreno poco profundo?
14 La persona debe cerciorarse de no albergar en el corazón ningún obstáculo semejante a una roca, como viejos rencores, ambiciones veladas u otros sentimientos negativos pero ocultos. Si tal barrera ya existe, la palabra de Dios tiene el poder de romperla (Jeremías 23:29; Efesios 4:22; Hebreos 4:12). Meditar con el apoyo de la oración estimulará una profunda “implantación de la palabra” en su corazón (Santiago 1:21). A su vez, esto le dará las fuerzas para superar los momentos de desánimo y el valor para mantenerse fiel a pesar de las pruebas.
“Entre los espinos”: los que tienen el corazón dividido
15. a) ¿Por qué merece una atención especial el tercer tipo de terreno que Jesús mencionó? b) ¿Qué acaba sucediendo en el tercer tipo de terreno, y por qué?
15 El tercer tipo de terreno, el que está poblado de espinos, merece una atención especial, pues en algunos aspectos se parece a la tierra excelente. Como esta, el terreno espinoso permite que la semilla se arraigue y brote, así que al principio no hay diferencia en el crecimiento de la nueva planta. Sin embargo, con el tiempo se produce una situación que termina por ahogarla. A diferencia de la tierra excelente, este terreno se cubre de espinos, de modo que cuando la joven planta sale a la superficie, debe competir con “los espinos que crec[en] con ella”. Durante un tiempo pugna por los nutrientes, la luz y el espacio, pero los espinos acaban imponiéndose y ‘la ahogan’ (Lucas 8:7).
16. a) ¿Qué personas son como el terreno de espinos? b) Según los tres relatos evangélicos, ¿qué representan los espinos? (Véase la nota.)
16 ¿Qué clase de personas se asemejan al terreno de espinos? Jesús explica: “Estos son los que han oído, pero, por ser arrebatados por las inquietudes y las riquezas y los placeres de esta vida, son completamente ahogados y no llevan nada a perfección” (Lucas 8:14). Tal como la semilla del sembrador y los espinos crecen en la tierra al mismo tiempo, hay quienes tratan de seguir la palabra de Dios y, a la vez, disfrutar de “los placeres de esta vida”. La verdad de la palabra de Dios se siembra en su corazón, pero debe competir con otros intereses que reclaman su atención. Su corazón se halla dividido (Lucas 9:57-62). Esta circunstancia no les permite dedicar suficiente tiempo a orar y a reflexionar sobre la palabra de Dios, y como no la asimilan, carecen del aprecio necesario para aguantar. Poco a poco, los asuntos mundanos eclipsan a los de índole espiritual hasta que estos últimos quedan “completamente ahogados”.c ¡Qué triste final para quienes no aman a Jehová con todo su corazón! (Mateo 6:24; 22:37.)
17. ¿A qué hemos de dar prioridad para que no nos ahoguen los espinos de la ilustración de Jesús?
17 Al anteponer los asuntos espirituales a los materiales, evitamos que nos ahoguen las ansiedades y los placeres de este mundo (Mateo 6:31-33; Lucas 21:34-36). Jamás descuidemos la lectura meditativa de la Biblia. Asimismo, si simplificamos nuestra vida todo lo posible, tendremos más tiempo para la oración y la reflexión profunda (1 Timoteo 6:6-8). Los siervos de Dios que así lo han hecho y, en sentido figurado, han arrancado los espinos del terreno para brindar más nutrientes, luz y espacio a la planta productiva, disfrutan de la bendición de Jehová. Como dice Sandra, de 26 años: “Cuando medito en las bendiciones que tengo en la verdad, me doy cuenta de que el mundo no puede ofrecer nada semejante” (Salmo 84:11).
18. ¿Cómo podemos permanecer en la palabra de Dios y aguantar como cristianos?
18 Está claro, pues, que todos nosotros, tanto jóvenes como adultos, permaneceremos en la palabra de Dios y aguantaremos como discípulos de Cristo siempre que la palabra de Dios permanezca en nosotros. Por lo tanto, asegurémonos de que la tierra de nuestro corazón nunca se endurezca, pierda profundidad o se cubra de espinos, sino que se mantenga blanda y profunda. De ese modo asimilaremos la palabra de Dios a plenitud y “lleva[remos] fruto con aguante” (Lucas 8:15).
[Notas]
a En este artículo nos centraremos en el primero de tales requisitos. Los otros dos se tratarán en los siguientes.
b Para meditar con oración sobre un pasaje bíblico que hayamos leído, podríamos hacernos preguntas como estas: “¿Revela una o más cualidades de Jehová? ¿Cuál es su relación con el tema de la Biblia? ¿Cómo puedo aplicarlo personalmente o emplearlo para ayudar a otras personas?”.
c Según los tres relatos evangélicos de la parábola de Jesús, la semilla queda ahogada por las ansiedades y los placeres de este mundo: “las inquietudes de este sistema de cosas”, “el poder engañoso de las riquezas”, “los deseos de las demás cosas” y “los placeres de esta vida” (Marcos 4:19; Mateo 13:22; Lucas 8:14; Jeremías 4:3, 4).
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‘Tengan amor entre sí’La Atalaya 2003 | 1 de febrero
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‘Tengan amor entre sí’
“En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí.” (JUAN 13:35.)
1. ¿Qué cualidad recalcó Jesús poco antes de morir?
“HIJITOS.” (Juan 13:33.) Con esta expresión llena de ternura se dirigió Jesús a sus apóstoles la noche antes de su muerte. Según los Evangelios, no hay constancia de que hubiera empleado anteriormente este entrañable apelativo al hablarles. Pero aquella noche especial se sintió impulsado a ello con objeto de expresar el profundo amor que sentía por sus discípulos; de hecho, hizo referencia al amor unas treinta veces. ¿Por qué recalcó tanto esta cualidad?
2. ¿Por qué es tan importante que los cristianos expresen amor?
2 Jesús explicó por qué es tan importante el amor al decir: “En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí” (Juan 13:35; 15:12, 17). Ser seguidor de Cristo y expresar amor fraternal van de la mano. Los verdaderos cristianos no se distinguen por una forma peculiar de vestir o por adoptar costumbres extrañas, sino por el afecto y la ternura con que se tratan. Poseer esta clase sobresaliente de amor es el segundo de los tres requisitos principales del discipulado cristiano aludidos al comienzo del artículo anterior. ¿Qué nos ayudará a seguir cumpliéndolo?
“En medida más plena”
3. ¿Qué exhortación con respecto al amor dio el apóstol Pablo?
3 Tal como sucedió con los cristianos del siglo primero, este amor sobresaliente se observa hoy entre los verdaderos discípulos de Cristo. El apóstol Pablo dirigió estas palabras a los cristianos de su tiempo: “Respecto al amor fraternal, ustedes no tienen necesidad de que les escribamos, porque ustedes mismos son enseñados por Dios a amarse unos a otros; y, de hecho, lo están haciendo para con todos los hermanos”. Aun así, agregó: “Sigan haciéndolo en medida más plena” (1 Tesalonicenses 3:12; 4:9, 10). Nosotros también hemos de tomar a pecho la exhortación de Pablo y poner todo nuestro empeño en expresarnos amor “en medida más plena”.
4. Según Pablo y Jesús, ¿a quiénes en especial debemos tratar con consideración?
4 En la misma carta divinamente inspirada, Pablo animó a sus hermanos en la fe a que ‘hablaran confortadoramente a las almas abatidas’ y ‘dieran su apoyo a los débiles’ (1 Tesalonicenses 5:14). En otra ocasión recordó a los cristianos que quienes ‘son fuertes deben soportar las debilidades de los que no lo son’ (Romanos 15:1). Jesús también dio pautas sobre socorrer a los débiles. Después de predecir que Pedro lo abandonaría la noche de su detención, dijo al apóstol: “Una vez que hayas vuelto, fortalece a tus hermanos”. ¿Por qué? Porque ellos también abandonarían a Jesús y, por tanto, necesitarían ayuda (Lucas 22:32; Juan 21:15-17). De modo que la Palabra de Dios nos manda extender nuestro amor a quienes están débiles en sentido espiritual y quizá hayan perdido el contacto con la congregación cristiana (Hebreos 12:12). ¿Por qué debemos hacerlo? Dos gráficas ilustraciones de Jesús proporcionan la respuesta.
Una oveja extraviada y una moneda perdida
5, 6. a) ¿Qué dos ilustraciones breves relató Jesús? b) ¿Qué nos revelan respecto a Jehová estas ilustraciones?
5 Con objeto de enseñar a sus oyentes cómo ve Jehová a los que se han descarriado, Jesús relató dos ilustraciones breves. En una de ellas se refirió a un pastor con estas palabras: “¿Qué hombre de ustedes que tiene cien ovejas, al perder una de ellas, no deja las noventa y nueve atrás en el desierto y va en busca de la perdida hasta que la halla? Y cuando la ha hallado, la pone sobre sus hombros y se regocija. Y cuando llega a casa convoca a sus amigos y a sus vecinos, y les dice: ‘Regocíjense conmigo, porque he hallado mi oveja que estaba perdida’. Les digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de arrepentimiento” (Lucas 15:4-7).
6 La segunda ilustración trató sobre una mujer. Dijo Jesús: “¿O qué mujer que tiene diez monedas de dracma, si pierde una moneda de dracma, no enciende una lámpara y barre su casa y busca cuidadosamente hasta que la halla? Y cuando la ha hallado, convoca a sus amigas y vecinas, y dice: ‘Regocíjense conmigo, porque he hallado la moneda de dracma que perdí’. Así, les digo, surge gozo entre los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente” (Lucas 15:8-10).
7. ¿Qué dos lecciones nos enseñan las ilustraciones de la oveja extraviada y la moneda perdida?
7 ¿Qué podemos aprender de estas breves ilustraciones? Nos muestran 1) lo que debemos sentir por quienes se han debilitado y 2) lo que debemos hacer para ayudarlos. Veamos con más detenimiento estos puntos.
Perdidas, pero valoradas
8. a) ¿Cómo reaccionaron el pastor y la mujer ante las pérdidas que sufrieron? b) ¿Qué indica su reacción en cuanto a cómo consideraban las posesiones extraviadas?
8 En ambas ilustraciones se había perdido algo, pero observe la reacción de sus dueños. El pastor no dijo: “¿Qué es una oveja cuando aún tengo noventa y nueve? Puedo pasar sin ella”. La mujer tampoco pensó: “¿Por qué voy a preocuparme por esa moneda? Me conformo con las nueve que me quedan”. Al contrario, el pastor buscó a la oveja perdida como si fuera la única que poseyera, y la mujer sintió la pérdida de aquella moneda como si no tuviera ninguna otra. En ambos casos, los dueños siguieron considerando valioso lo que habían perdido. ¿Qué ilustran estos relatos?
9. ¿Qué ilustra el interés del pastor y de la mujer?
9 Observe la conclusión de Jesús en ambos casos: “Así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente” y “así, les digo, surge gozo entre los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente”. Por consiguiente, el interés del pastor y de la mujer refleja en pequeña escala los sentimientos de Jehová y sus criaturas celestiales. Tal como lo que se había perdido seguía siendo valioso a los ojos del pastor y de la mujer, así los que se han desviado y han perdido el contacto con el pueblo de Dios siguen siendo valiosos a los ojos de Jehová (Jeremías 31:3). Puede que se hayan debilitado en sentido espiritual, pero eso no significa que sean rebeldes. A pesar de su debilidad, es posible que hasta cierto grado sigan viviendo a la altura de los requisitos divinos (Salmo 119:176; Hechos 15:29). Por tanto, al igual que en el pasado, Jehová no se apresura a “ech[arlos] de delante de su rostro” (2 Reyes 13:23).
10, 11. a) ¿Cómo hemos de considerar a los que se han apartado de la congregación? b) Según las dos ilustraciones de Jesús, ¿cómo expresamos nuestro interés por ellos?
10 Como Jehová y Jesús, estamos profundamente interesados en los que se hallan débiles en sentido espiritual y han dejado de reunirse con la congregación cristiana (Ezequiel 34:16; Lucas 19:10). Los consideramos ovejas perdidas, no causas perdidas. No pensamos: “¿Por qué preocuparse por alguien que se ha debilitado? La congregación puede seguir adelante sin él”. Antes bien, vemos en los que se han desviado pero desean regresar lo mismo que Jehová ve: personas muy valiosas.
11 Ahora bien, ¿cómo expresamos tal interés? Las dos ilustraciones de Jesús indican que lo hacemos 1) tomando la iniciativa, 2) mostrando ternura y 3) siendo concienzudos. Analicemos estos aspectos uno por uno.
Tomemos la iniciativa
12. ¿Qué revelan en cuanto a la actitud del pastor las palabras “va en busca de la perdida”?
12 En la primera de las dos ilustraciones, Jesús dice que el pastor “va en busca de la perdida”: toma la iniciativa y hace un esfuerzo definido para encontrar la oveja, sin intimidarse ante las dificultades, el peligro o la distancia. Por el contrario, persiste en su empeño “hasta que la halla” (Lucas 15:4).
13. ¿Cómo atendieron las necesidades de los débiles algunos hombres fieles de la antigüedad, y cómo podemos copiar tales ejemplos bíblicos?
13 De modo parecido, ayudar a una persona que necesita estímulo suele requerir que el más fuerte tome la iniciativa. Los hombres fieles de la antigüedad así lo entendieron. Por ejemplo, cuando Jonatán, hijo del rey Saúl, se dio cuenta de que su íntimo amigo David necesitaba estímulo, “se levantó y fue a David, a Hores, para fortalecerle la mano respecto a Dios” (1 Samuel 23:15, 16). Siglos más tarde, cuando el gobernador Nehemías vio que algunos de sus hermanos judíos se habían debilitado, él también ‘se levantó inmediatamente’ y los animó a ‘tener presente a Jehová’ (Nehemías 4:14). En la actualidad, nosotros también hemos de ‘levantarnos’, o tomar la iniciativa, para fortalecer a los débiles. Pero ¿sobre qué miembros de la congregación recae esta labor?
14. ¿Qué miembros de la congregación deben socorrer a los débiles?
14 Los ancianos cristianos, en particular, tienen la responsabilidad de ‘fortalecer las manos débiles, hacer firmes las rodillas vacilantes y decir a los que están ansiosos de corazón: “Sean fuertes. No tengan miedo”’ (Isaías 35:3, 4; 1 Pedro 5:1, 2). Fijémonos, sin embargo, en que la exhortación de Pablo en cuanto a ‘hablar confortadoramente a las almas abatidas’ y ‘dar apoyo a los débiles’ no se dirigió exclusivamente a los ancianos, sino a toda “la congregación de los tesalonicenses” (1 Tesalonicenses 1:1; 5:14). Por tanto, socorrer a los débiles es tarea de todos los cristianos. Del mismo modo que el pastor de la ilustración, todos ellos deben sentirse impulsados a ‘ir en busca de la perdida’. Por supuesto, hacerlo en cooperación con los ancianos producirá los mejores resultados. ¿Podría usted dar algunos pasos para fortalecer a alguien de su congregación que se haya debilitado?
Mostremos ternura
15. ¿Por qué, posiblemente, actuó el pastor como lo hizo?
15 ¿Qué hace el pastor cuando por fin halla a la oveja perdida? “La pone sobre sus hombros.” (Lucas 15:5.) ¡Qué detalle tan conmovedor y significativo! Puede que la oveja lleve varios días con sus noches vagando por un territorio que le resulta extraño, quizá expuesta al ataque de leones al acecho (Job 38:39, 40). Sin duda se ha debilitado por la falta de alimento y está demasiado agotada para superar por sí misma los escollos que encontrará en el camino de regreso al redil. Por esta razón, el pastor se inclina, la alza suavemente, salva todos los obstáculos con ella sobre los hombros y la devuelve al rebaño. ¿Cómo podemos imitar la ternura de este pastor?
16. ¿Por qué debemos imitar la ternura que el pastor dispensó a la oveja descarriada?
16 La persona que ha perdido el contacto con la congregación quizá esté agotada en sentido espiritual. Como la oveja separada del pastor, puede que haya vagado sin rumbo por el territorio hostil de este mundo. Sin la protección del redil, o sea, de la congregación cristiana, está más expuesta que nunca a los ataques del Diablo, quien “anda en derredor como león rugiente, procurando devorar a alguien” (1 Pedro 5:8). Además, la falta de alimento espiritual la habrá debilitado, por lo que posiblemente estará demasiado extenuada para superar los obstáculos que encontrará en el camino de regreso a la congregación. De modo que, por así decirlo, tenemos que inclinarnos, alzarla con delicadeza y traerla de vuelta (Gálatas 6:2). ¿Cómo podemos hacerlo?
17. ¿Cómo podemos imitar al apóstol Pablo cuando visitemos a alguien que se ha debilitado?
17 El apóstol Pablo preguntó: “¿Cuando alguien se siente débil, no comparto yo su debilidad?” (2 Corintios 11:29, Nueva Versión Internacional; 1 Corintios 9:22). Pablo se ponía en el lugar de los demás, incluso de los débiles, y nuestros sentimientos han de ser los mismos. Al visitar a un cristiano que se haya debilitado en sentido espiritual, asegúrele que no solo es valioso a los ojos de Jehová, sino que sus hermanos en la fe lo extrañan mucho (1 Tesalonicenses 2:17). Dígale que está listo para apoyarlo y dispuesto a ser “un hermano nacido para cuando hay angustia” (Proverbios 17:17; Salmo 34:18). Sus expresiones sinceras quizá lo levanten suave y gradualmente hasta el punto de que pueda volver al rebaño. ¿Qué haremos a continuación? La ilustración de la mujer y la moneda perdida nos orienta al respecto.
Seamos concienzudos
18. a) ¿Por qué no se dio por vencida la mujer de la ilustración de Jesús? b) ¿Qué medidas concienzudas tomó la mujer, y con qué resultado?
18 La mujer que pierde la moneda sabe que la situación es difícil, pero no desesperada. Si la hubiera perdido en un campo extenso y lleno de matorrales, o en un lago profundo y cenagoso, probablemente se habría dado por vencida. Sin embargo, sabiendo que debe estar cerca, en alguna parte de la casa, emprende una búsqueda meticulosa y concienzuda (Lucas 15:8). Empieza por encender una lámpara para iluminar la oscura vivienda. Luego barre el piso con la escoba, esperando oír un tintineo. Finalmente, registra hasta el último rincón con la lámpara, hasta que su luz provoca el destello de una moneda de plata: el esfuerzo concienzudo de la mujer se ve recompensado.
19. ¿Qué lecciones se desprenden de lo que hizo la mujer en la ilustración de la moneda perdida?
19 Este detalle de la ilustración nos recuerda que la obligación bíblica de socorrer al cristiano que se ha debilitado no está más allá de nuestras posibilidades. Al mismo tiempo, nos damos cuenta de que requiere esfuerzo. De hecho, el apóstol Pablo dijo a los ancianos de Éfeso: “Por medio de laborar así tienen que prestar ayuda a los que son débiles” (Hechos 20:35a). Tengamos presente que la mujer no encuentra la moneda por casualidad, mirando de vez en cuando en algún que otro lugar de su casa. Ni mucho menos: lo logra porque la busca sistemáticamente “hasta que la halla”. De la misma manera, cuando procuramos recuperar a alguien que se ha debilitado en sentido espiritual, hemos de seguir a conciencia un método bien definido. ¿Qué podemos hacer?
20. ¿Qué puede hacerse para ayudar a los débiles?
20 ¿Cómo podemos infundir fe y aprecio en la persona que está débil? Tal vez un estudio personal de la Biblia con una publicación cristiana adecuada sea justo lo que se requiera, pues ello nos permitirá ayudarla de manera constante y concienzuda. Es probable que el superintendente de servicio sea el que mejor pueda determinar quién podría darle el apoyo que precisa, así como sugerir los temas que se podrían estudiar y la publicación que sería más conveniente. Tal como la mujer de la ilustración emplea instrumentos útiles para lograr su objetivo, nosotros también disponemos de instrumentos que nos ayudan a cumplir con la responsabilidad que Dios nos ha impuesto de socorrer a los débiles. Dos de nuestras nuevas herramientas, o publicaciones, serán especialmente eficaces a este respecto: los libros Adoremos al único Dios verdadero y Acerquémonos a Jehová.a
21. ¿Cómo redunda en bendiciones para todos la ayuda que se brinda a los débiles?
21 Ayudar a los débiles redunda en bendiciones para todos. Quienes reciben tal apoyo experimentan la felicidad de volver a unirse a verdaderos amigos, y nosotros sentimos el gozo de corazón que solo obtenemos cuando damos (Lucas 15:6, 9; Hechos 20:35b). La congregación en conjunto se hace más afectuosa cuando cada uno de sus miembros se interesa amorosamente por los demás. Y por encima de todo, se honra a nuestros tiernos Pastores, Jehová y Jesús, pues su deseo de fortalecer a los débiles se refleja en sus siervos terrestres (Salmo 72:12-14; Mateo 11:28-30; 1 Corintios 11:1; Efesios 5:1). En efecto: existen muy buenas razones para que sigamos ‘teniendo amor entre nosotros’.
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“Sigan llevando mucho fruto”La Atalaya 2003 | 1 de febrero
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“Sigan llevando mucho fruto”
“Sigan llevando mucho fruto y demuestren ser mis discípulos.” (JUAN 15:8.)
1. a) ¿Qué requisito del discipulado señaló Jesús a sus apóstoles? b) ¿Qué pregunta debemos hacernos?
ERA la noche previa a su muerte. Jesús había dedicado mucho tiempo a animar a sus apóstoles con palabras que le brotaban del corazón. Aunque ya debía de ser más de la medianoche, el amor por sus amigos íntimos lo impulsó a continuar hablándoles, y en cierto momento de la conversación les recordó que para seguir siendo sus discípulos tenían que cumplir un requisito más. “Mi Padre es glorificado en esto —les dijo—, que ustedes sigan llevando mucho fruto y demuestren ser mis discípulos.” (Juan 15:8.) ¿Satisfacemos nosotros este requisito del discipulado? ¿Qué significa ‘llevar mucho fruto’? Para averiguarlo, sigamos analizando el diálogo que tuvo lugar aquella noche.
2. ¿Qué ilustración sobre llevar fruto expuso Jesús la noche antes de morir?
2 La exhortación a llevar fruto forma parte de esta ilustración que Jesús expuso a sus apóstoles: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el cultivador. Todo sarmiento en mí que no lleva fruto, él lo quita, y todo el que lleva fruto él lo limpia, para que lleve más fruto. Ustedes ya están limpios a causa de la palabra que les he hablado. Permanezcan en unión conmigo, y yo en unión con ustedes. Así como el sarmiento no puede llevar fruto por sí mismo a menos que permanezca en la vid, así mismo tampoco pueden ustedes, a menos que permanezcan en unión conmigo. Yo soy la vid, ustedes son los sarmientos. [...] Mi Padre es glorificado en esto, que ustedes sigan llevando mucho fruto y demuestren ser mis discípulos. Así como me ha amado el Padre y yo los he amado a ustedes, permanezcan en mi amor. Si observan mis mandamientos, permanecerán en mi amor” (Juan 15:1-10).
3. ¿Qué deben hacer los discípulos de Jesús para llevar fruto?
3 En esta ilustración, el Cultivador es Jehová, la vid es Jesús, y los sarmientos son los apóstoles que lo escuchaban. Mientras estos se esforzaran por “permane[cer] en unión” con Jesús, llevarían fruto. A continuación, su Maestro les explicó cómo conseguirían mantener esta unidad tan primordial: “Si observan mis mandamientos, permanecerán en mi amor”. Posteriormente, el apóstol Juan escribiría algo similar a otros cristianos: “El que observa sus mandamientos [los de Cristo] permanece en unión con él” (1 Juan 2:24; 3:24).a De modo que los discípulos de Cristo permanecen en unión con él observando sus mandamientos, y tal unidad, a su vez, les permite llevar fruto. ¿Qué caracteriza al fruto que hemos de producir?
Seamos más fructíferos
4. ¿Qué nos enseña el hecho de que Jehová ‘quite’ todo sarmiento que no lleve fruto?
4 En la ilustración de la vid, Jehová “quita” los sarmientos improductivos, los corta. ¿Qué revela este hecho? No solo que a todos los discípulos se les exige llevar fruto, sino también que todos pueden llevarlo sin importar sus circunstancias o limitaciones. Al fin y al cabo, ‘quitar’, o rechazar, a un discípulo de Cristo por no lograr algo que está fuera de sus posibilidades sería contrario a los amorosos caminos de Jehová (Salmo 103:14; Colosenses 3:23; 1 Juan 5:3).
5. a) ¿Cómo indica la ilustración de Jesús que podemos ser más fructíferos? b) ¿De qué dos clases de fruto vamos a hablar?
5 La ilustración de Jesús sobre la vid también muestra que, en la medida de nuestras posibilidades, debemos tratar de aumentar nuestro rendimiento como discípulos. Observemos cómo lo expresa Jesús: “Todo sarmiento en mí que no lleva fruto, él lo quita, y todo el que lleva fruto él lo limpia, para que lleve más fruto” (Juan 15:2). Hacia el final de su ilustración, Jesús exhortó a sus seguidores a llevar “mucho fruto” (versículo 8). ¿Cuál es, pues, el mensaje? Que los discípulos no debemos caer en la autocomplacencia (Revelación [Apocalipsis] 3:14, 15, 19). Más bien, tenemos que buscar modos de ser más fructíferos. ¿Qué tipos de fruto hemos de esforzarnos por producir en mayor medida? Son los siguientes: 1) “el fruto del espíritu” y 2) el fruto del Reino (Gálatas 5:22, 23; Mateo 24:14).
El fruto de cualidades cristianas
6. ¿Cómo subrayó Jesús el valor del fruto del espíritu que se menciona en primer lugar?
6 En la enumeración de lo que constituye “el fruto del espíritu”, el amor ocupa el primer lugar. El espíritu de Dios genera amor en los cristianos, pues estos obedecen el mandato que Jesús dio poco antes de relatar la ilustración de la vid y su fruto, cuando dijo a sus apóstoles: “Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros” (Juan 13:34). De hecho, a lo largo de la conversación que sostuvo aquella última noche de su vida en la Tierra, les recordó varias veces la necesidad de expresar amor (Juan 14:15, 21, 23, 24; 15:12, 13, 17).
7. ¿Cómo mostró el apóstol Pedro que llevar fruto está relacionado con manifestar las cualidades de Cristo?
7 Pedro, quien estuvo presente aquella noche, entendió que los verdaderos discípulos deben demostrar un amor semejante al de Cristo, además de otras cualidades afines. Años después animó a los cristianos a cultivar virtudes como el autodominio, el cariño fraternal o el amor, y añadió que de ese modo evitamos volvernos “inactivos o infructíferos” (2 Pedro 1:5-8). Prescindiendo de nuestras circunstancias, todos podemos manifestar el fruto del espíritu. Por consiguiente, procuremos expresar más plenamente las cualidades de Cristo, como el amor, la bondad o la apacibilidad, pues “contra tales cosas no hay ley”, es decir, no tienen límite (Gálatas 5:23). Sí, llevemos “más fruto”.
El fruto del Reino
8. a) ¿Qué vínculo existe entre el fruto del espíritu y el fruto del Reino? b) ¿Qué pregunta merece nuestra consideración?
8 Los frutos coloridos y jugosos adornan la planta. Sin embargo, su valor es mucho mayor que el meramente estético, pues las semillas que contienen son esenciales para la propagación de la planta. De modo parecido, el fruto del espíritu no se limita, ni mucho menos, a adornar nuestra personalidad cristiana. Cualidades como el amor y la fe nos mueven asimismo a difundir la semilla simbólica, a saber, el mensaje del Reino que se halla en la Palabra de Dios. Observemos que Pablo recalca este vínculo fundamental al decir que “nosotros también ejercemos fe [un aspecto del fruto del espíritu] y por eso hablamos” (2 Corintios 4:13). De este modo —explica además el apóstol—, “ofre[cemos] a Dios sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios”, la segunda clase de fruto que hemos de producir (Hebreos 13:15). ¿Podemos hacer lugar en nuestra vida para ser más fructíferos, para llevar “mucho fruto” como proclamadores del Reino de Dios?
9. ¿Es lo mismo llevar fruto que hacer discípulos? Explique.
9 Para contestar adecuadamente, hemos de entender primero en qué consiste el fruto del Reino. ¿Sería acertado concluir que llevar fruto equivale a hacer discípulos? (Mateo 28:19.) ¿Acaso lo componen principalmente las personas a quienes ayudamos a convertirse en adoradores bautizados de Jehová? La respuesta es no. Si así fuera, sería muy desanimador para todos los queridos hermanos que llevan muchos años proclamando fielmente el mensaje del Reino en territorios poco receptivos. De hecho, si el fruto del Reino que producimos tan solo representara a los nuevos discípulos, dichos Testigos que trabajan con ahínco serían como los sarmientos estériles de la ilustración de Jesús. Por supuesto, ese no es el caso. Entonces, ¿en qué consiste el principal fruto del Reino de nuestro ministerio?
Fructíferos al esparcir la semilla del Reino
10. ¿Cómo indica la ilustración de Jesús sobre el sembrador y los distintos tipos de terreno lo que es el fruto del Reino y lo que no lo es?
10 La ilustración de Jesús sobre el sembrador y los distintos tipos de terreno brinda la respuesta, una respuesta muy alentadora para quienes predican en territorios poco productivos. Jesús dijo que la semilla es el mensaje del Reino que se halla en la Palabra de Dios, y que el terreno representa el corazón de la gente. Parte de la semilla “cayó sobre la tierra buena, y, después de brotar, produjo fruto” (Lucas 8:8). ¿Qué fruto? Pues bien, cuando un tallo de trigo brota y madura, no produce nuevos tallos, sino nueva semilla. Del mismo modo, el fruto del cristiano no consiste necesariamente en nuevos discípulos, sino en nuevas semillas del Reino.
11. ¿Cómo puede definirse el fruto del Reino?
11 Por tanto, el fruto en este caso no es ni nuevos discípulos ni buenas cualidades cristianas. Dado que la semilla que se siembra es la palabra del Reino, el fruto tiene que ser la multiplicación de esa misma semilla, es decir, expresiones que transmiten la esperanza del Reino (Mateo 24:14). ¿Está a nuestro alcance llevar tal fruto del Reino, o sea, proclamar las buenas nuevas? ¡Claro que sí! En la misma ilustración, Jesús explica por qué.
Hagamos todo lo que podamos para la gloria de Dios
12. ¿Está al alcance de todos los cristianos llevar fruto del Reino? Explique.
12 Jesús dijo: “[El] que se sembró sobre la tierra excelente [...] produce, este de a ciento por uno, aquel de a sesenta, el otro de a treinta” (Mateo 13:23). El rendimiento del grano que se siembra en un campo varía en función de las circunstancias. De forma parecida, lo que podemos hacer por proclamar las buenas nuevas varía según nuestras circunstancias, y Jesús reconoció este hecho. Algunos tienen más oportunidades, o tal vez más salud y vigor. Por este motivo, lo que logremos quizá sea más o sea menos de lo que otros logran, pero si es lo máximo que podemos dar, Jehová se complace (Gálatas 6:4). Aun si la edad avanzada o una enfermedad debilitante limita nuestra participación en la obra de predicar, nuestro compasivo Padre, Jehová, nos incluye entre los que ‘siguen llevando mucho fruto’. ¿Por qué razón? Porque le damos ‘todo lo que tenemos’: nuestro servicio de toda alma (Marcos 12:43, 44; Lucas 10:27).b
13. a) ¿Cuál es la razón primordial por la que seguimos llevando fruto del Reino? b) ¿Qué nos ayudará a seguir llevando fruto en territorios poco receptivos? (Véase el recuadro de la pág. 21.)
13 Sin importar cuánto fruto del Reino podamos producir, tener presente por qué lo hacemos nos impulsará a ‘ir adelante y seguir llevando fruto’ (Juan 15:16). Jesús mencionó la razón primordial: “Mi Padre es glorificado en esto, que ustedes sigan llevando mucho fruto” (Juan 15:8). En efecto, nuestra predicación santifica el nombre de Jehová ante toda la humanidad (Salmo 109:30). Una fiel Testigo de más de 70 años llamada Honor comenta: “Incluso en los territorios menos receptivos, es un privilegio representar al Altísimo”. Cuando le preguntaron a Claudio, celoso Testigo desde 1974, por qué sigue predicando aunque en su territorio pocos responden favorablemente, citó el texto de Juan 4:34, en el que leemos estas palabras de Jesús: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra”. Claudio añadió: “Al igual que Jesús, no solo quiero empezar mi labor como proclamador del Reino, sino terminarla” (Juan 17:4). Los testigos de Jehová de todo el mundo son del mismo parecer (véase el recuadro de la pág. 21 “Cómo ‘llevar fruto con aguante’”).
Predicar y enseñar
14. a) ¿Qué doble objetivo tuvo la labor de Juan el Bautizante y de Jesús? b) ¿Cómo definiría la labor cristiana que hoy se lleva a cabo?
14 El primer proclamador del Reino del que se habla en los Evangelios es Juan el Bautizante (Mateo 3:1, 2; Lucas 3:18). Su principal objetivo fue “dar testimonio”, y lo hizo con fe firme y con la esperanza de que “gente de toda clase creyera” (Juan 1:6, 7). De hecho, algunos de aquellos a quienes habló llegaron a ser discípulos de Cristo (Juan 1:35-37). Vemos, pues, que no solo predicó, sino que además hizo discípulos. Asimismo, Jesús fue tanto predicador como maestro (Mateo 4:23; 11:1). Por consiguiente, no sorprende que Jesús no solo mandara a sus seguidores predicar el mensaje del Reino, sino también ayudar a quienes lo aceptaran a convertirse en discípulos de él (Mateo 28:19, 20). En conformidad con este hecho, la obra que hoy llevamos a cabo combina la predicación y la enseñanza.
15. ¿Qué parecido encontramos en la respuesta a la predicación en el siglo primero y en nuestros días?
15 De aquellos que en el siglo primero oían predicar y enseñar a Pablo, “algunos creían las cosas que se decían; otros no creían” (Hechos 28:24). Hoy sucede igual. Por desgracia, la mayor parte de las semillas del Reino caen en terreno poco receptivo. Aun así, algunas se encuentran con tierra excelente, echan raíces y brotan, tal como Jesús predijo. De hecho, como promedio, semanalmente más de cinco mil personas se hacen verdaderos seguidores de Cristo. Estos nuevos discípulos ‘creen las cosas que se dicen’ sin importarles que la mayoría de la gente no lo haga. ¿Qué contribuyó a que su corazón se hiciera receptivo al mensaje del Reino? Con frecuencia, la clave fue el interés personal que les mostraron los Testigos, quienes de ese modo regaron, por así decirlo, la semilla recién sembrada (1 Corintios 3:6). Veamos tan solo dos entre muchos ejemplos.
El interés personal es clave
16, 17. ¿Por qué es importante mostrar interés personal por aquellos a quienes hablamos en el ministerio?
16 En Bélgica, una joven Testigo llamada Karolien visitó a una anciana que no se interesó lo más mínimo en el mensaje del Reino. Como la señora llevaba la mano vendada, Karolien y su compañera le ofrecieron su ayuda, pero ella la rechazó. Dos días después, las mismas Testigos regresaron y le preguntaron cómo se sentía. “Aquello fue la clave —dice Karolien—, pues ella se asombró al ver nuestro interés sincero. Nos invitó a pasar y comenzó a estudiar la Biblia.”
17 Sandi, una Testigo de Estados Unidos, también se interesa personalmente por aquellos a quienes predica. Busca en un periódico local los anuncios de nacimientos y visita a los nuevos padres con la publicación Mi libro de historias bíblicas.c Por lo general, la madre está en casa y enseña con orgullo su bebé a los visitantes, así que es fácil entablar una conversación. “Comento con los padres la importancia de crear lazos afectivos con el recién nacido mediante la lectura —explica Sandi—. Luego les hablo de los desafíos de criar a los hijos en la sociedad de hoy.” Hace poco, una madre y sus seis hijos comenzaron a servir a Jehová como consecuencia de tales visitas. Con iniciativa e interés personal, nosotros también podremos obtener buenos resultados en nuestro ministerio.
18. a) ¿Por qué puede afirmarse que el requisito de ‘llevar mucho fruto’ está al alcance de todos nosotros? b) ¿Qué tres requisitos del discipulado mencionados en el Evangelio de Juan está usted resuelto a satisfacer?
18 Es tranquilizador saber que satisfacer el requisito de ‘seguir llevando mucho fruto’ está a nuestro alcance. Seamos jóvenes o mayores, tengamos buena o mala salud, prediquemos en territorios receptivos o no, todos podemos llevar mucho fruto. ¿De qué manera? Manifestando en mayor medida el fruto del espíritu y haciendo todo lo posible por difundir el mensaje del Reino de Dios. Al mismo tiempo, procuramos con empeño ‘permanecer en la palabra de Jesús’ y ‘tener amor entre nosotros’. Si cumplimos con estos tres requisitos del discipulado mencionados en el Evangelio de Juan, demostraremos que ‘verdaderamente somos discípulos de Cristo’ (Juan 8:31; 13:35).
[Notas]
a Aunque los sarmientos de la vid simbolizan a los apóstoles de Jesús y a otros cristianos que esperan ocupar un lugar en el Reino celestial de Dios, la ilustración contiene verdades provechosas para todo discípulo de Cristo (Juan 3:16; 10:16).
b Quienes se hallan confinados en sus hogares debido a la edad avanzada o alguna enfermedad quizá puedan dar testimonio por carta o, si las circunstancias lo permiten, por teléfono. Asimismo, tal vez les sea posible declarar las buenas nuevas a quienes los visitan.
c Editada por los testigos de Jehová.
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