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“Esteban, lleno de favor divino y de poder”Demos “un testimonio completo sobre el Reino de Dios”
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“Señor Jesús, recibe mi espíritu” (Hechos 7:54-8:3)
“Al oír estas cosas, ellos se sintieron furiosos en el corazón y, mirándolo, empezaron a apretar los dientes” (Hechos 7:54).
20, 21. ¿Cómo reaccionaron los jueces, y de qué manera le dio Jehová fuerzas y valor a Esteban?
20 Como no pudieron con todas las verdades que Esteban les dijo, los jueces perdieron la poca dignidad que les quedaba y, llenos de furia, apretaron los dientes a más no poder. A Esteban debió quedarle muy claro lo que se le venía encima: iban a tratarlo con tanta crueldad como a su Señor, Jesús.
21 Esteban recibió las fuerzas y el valor que necesitaba gracias a la visión que Jehová por amor le permitió ver. En ella vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la derecha de Jehová. Entonces se puso a describir la visión, pero los jueces se taparon los oídos. ¿Por qué? Porque Jesús poco antes le había dicho a este mismo tribunal que él era el Mesías y que no tardaría en estar a la derecha de su Padre (Mar. 14:62). Por lo tanto, la visión demostró que Jesús había dicho la verdad. ¡Aquellos jueces habían conspirado contra el Mesías y lo habían asesinado! Al final, todos juntos se llevaron a Esteban para matarlo a pedradas.c
22, 23. ¿En qué se pareció la muerte de Esteban a la de su Señor? ¿Por qué podemos sentirnos tan seguros como Esteban?
22 Al igual que su Señor, Esteban murió con el corazón lleno de paz, de confianza en Jehová y de perdón hacia sus asesinos. Tal vez seguía contemplando en la visión al Hijo del Hombre junto a su Padre, y quizás por eso entre sus últimas palabras dijo: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”. Y es que está claro que conocía muy bien las alentadoras palabras de Cristo: “Yo soy la resurrección y la vida” (Juan 11:25). Luego se dirigió a Dios en oración con voz fuerte: “Jehová, no les tengas en cuenta este pecado”. Tras esto, se durmió en la muerte (Hech. 7:59, 60).
23 Hasta donde se sabe, Esteban fue el primer discípulo de Cristo que murió como mártir (vea el recuadro “Esteban, testigo y mártir”). Pero, por desgracia, no fue el último. A lo largo de la historia, ha habido siervos fieles de Jehová que han muerto a manos de fanáticos religiosos, extremistas políticos y otros enemigos despiadados. Aun así, tenemos buenas razones para sentirnos tan seguros como Esteban. Jesús ya es Rey, y Jehová le ha dado un poder extraordinario, así que nada le impedirá resucitar a sus seguidores leales (Juan 5:28, 29).
24. ¿Cómo colaboró Saulo en el asesinato de Esteban? ¿Qué efectos a largo plazo tuvo la muerte de este fiel discípulo?
24 Cuando apedrearon a Esteban, estaba presente un joven llamado Saulo. Él estaba de acuerdo con el asesinato, y de hecho se quedó vigilando los mantos de los que lanzaron las piedras. Poco después, él mismo empezó a perseguir cruelmente a los discípulos de Jesús. Ahora bien, la muerte de Esteban tuvo efectos positivos a largo plazo. ¿Cuáles? Por un lado, les dio fuerzas a otros cristianos para mantenerse fieles hasta la muerte. Además, el propio Saulo —mayormente conocido después como Pablo— terminó arrepintiéndose profundamente de haber participado en el asesinato de Esteban (Hech. 22:20). Él mismo reconoció: “Era blasfemo, perseguidor e insolente” (1 Tim. 1:13). Está claro que Esteban y su impresionante discurso dejaron una huella imborrable en él. Tanto es así que en varios de sus discursos y cartas desarrolló algunos de los temas que Esteban había tratado (Hech. 7:48; 17:24; Heb. 9:24). Y, con el tiempo, logró seguir el ejemplo de fe y valentía de aquel hombre “lleno de favor divino y de poder”. Hacemos bien en preguntarnos: “¿Lo lograré yo también?”.
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“Esteban, lleno de favor divino y de poder”Demos “un testimonio completo sobre el Reino de Dios”
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c Bajo las leyes romanas, lo más probable es que el Sanedrín no tuviera autoridad para ordenar ejecuciones (Juan 18:31). Pero, sea como sea, podría decirse que Esteban no murió ejecutado por una acción judicial, sino linchado por una manada enfurecida.
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