-
¿Es el 2000 un año señalado?La Atalaya 1999 | 1 de noviembre
-
-
Para los miembros de algunas agrupaciones religiosas, el año 2000 es aún más significativo. Están convencidos de que durante el próximo año más o menos, Jesús volverá al Monte de los Olivos y que la batalla de Armagedón, mencionada en el libro de Revelación, o Apocalipsis, se librará en el valle de Meguidó (Revelación 16:14-16). Anticipándose a estos sucesos, cientos de residentes estadounidenses han vendido sus hogares y la mayor parte de sus pertenencias para trasladarse a Israel. Un destacado predicador estadounidense ha prometido que retransmitirá a todo color por televisión la vuelta de Jesús para el beneficio de los que no puedan abandonar sus hogares.
-
-
¿Cuándo empieza el tercer milenio?La Atalaya 1999 | 1 de noviembre
-
-
¿Tiene eso alguna importancia? Por ejemplo, ¿marcará el principio del tercer milenio el inicio del Reinado Milenario de Jesucristo, al que hace referencia el libro de Revelación? No. La Biblia no establece ninguna conexión entre el tercer milenio y el Reinado Milenario de Cristo.
Jesús advirtió a sus discípulos que no especularan sobre fechas. Les dijo: “No les pertenece a ustedes adquirir el conocimiento de los tiempos o sazones que el Padre ha colocado en su propia jurisdicción” (Hechos 1:7). Con anterioridad, Jesús había admitido que ni siquiera él mismo sabía cuándo Dios iba a ejecutar sentencia contra este sistema inicuo antes del comienzo del Reinado Milenario de Cristo. Él dijo: “Respecto a aquel día y hora nadie sabe, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino solo el Padre” (Mateo 24:36).
¿Es lógico pensar que Cristo volverá exactamente dos mil años después de su nacimiento como ser humano? No. Jesús sabía cuándo nació y podía contar dos mil años desde esa fecha, pero desconocía el día y hora de su venida. Es obvio que no sería tan sencillo precisar cuándo ocurriría la vuelta de Cristo. Los ‘tiempos y sazones’, o el horario, estaban única y exclusivamente bajo la jurisdicción del Padre.
Además, Jesús no les dijo a sus discípulos que lo esperaran en un lugar en especial. Les mandó que no se limitaran a esperar juntos, sino que se dispersaran hasta “la parte más distante de la tierra” y que hicieran discípulos de gente de todas las naciones, mandato que nunca revocó (Hechos 1:8; Mateo 28:19, 20).
¿Se truncarán las esperanzas milenaristas?
Sin embargo, algunos fundamentalistas religiosos tienen grandes expectativas en cuanto al año 2000. Creen que durante los primeros meses se cumplirán de manera literal algunas profecías del libro de Revelación. Es más, se imaginan que van a tener una participación activa en su cumplimiento. Por ejemplo, una de esas profecías es la que se encuentra en Revelación 11:3, 7, 8, que habla de dos testigos que profetizan en una “gran ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también el Señor de ellos fue fijado en el madero”. Cuando terminan su predicación, una bestia salvaje que sale del abismo los mata.
Según The New York Times Magazine del 27 de diciembre de 1998, el líder de un movimiento religioso “dijo a sus seguidores que él es uno de los dos testigos predestinados a anunciar la destrucción de la Tierra y la venida del Señor y, acto seguido, a morir asesinado en las calles de Jerusalén a manos de Satanás”. Las autoridades israelíes, con lógica preocupación, temen que algún extremista trate de “cumplir” la profecía por su cuenta y provoque un conflicto armado. De todos modos, Dios no necesita la “ayuda” del hombre para cumplir su propósito; toda profecía bíblica se cumplirá al tiempo y a la manera de Dios.
El libro de Revelación se escribió “en señales”. De acuerdo con Revelación 1:1, Jesús quiso revelar “a sus esclavos”, no al mundo en general, lo que sucedería en breve. Para entender dicho libro, los esclavos de Cristo, es decir sus seguidores, precisarían del espíritu santo de Dios, que él mismo otorga a los que le agradan. Si el libro de Revelación pudiera entenderse de manera literal, hasta las personas sin fe podrían leerlo y entenderlo. Por tanto, no habría ninguna necesidad de que los cristianos pidieran espíritu santo a Dios para comprenderlo (Mateo 13:10-15).
A juzgar por las pruebas bíblicas expuestas, el tercer milenio contando desde el nacimiento de Jesús empieza en el otoño de 1999; además, ni el 1 de enero del 2000 ni el del 2001 tienen ningún significado especial.
-