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“Edifiquémonos una ciudad”¡Despertad! 1994 | 8 de enero
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“Edifiquémonos una ciudad”
Por el corresponsal de ¡Despertad! en Alemania
EXISTE un 50% de posibilidades de que usted viva en una ciudad. Según cálculos, casi la mitad de los habitantes del mundo viven en centros urbanos. Cierta fuente dice que “a ese ritmo, para el año 2000 las ciudades tendrán que acomodar a más del 75% de la población de América del Sur”. También indica que durante ese mismo período, el número de moradores de las ciudades africanas aumentará a más del doble.
Aunque usted no viva en una ciudad, es probable que trabaje en una, se desplace a ella para hacer sus compras o por lo menos se aproveche de vez en cuando de las comodidades y entretenimientos propios de una ciudad. Las ciudades afectan a todo el mundo de una u otra forma. ¡Qué diferente sería nuestra vida sin ellas!
Una ciudad llamada Enoc
La construcción de ciudades se remonta a tiempos muy antiguos. De Caín, el primer ser humano que nació, leemos que “se ocupó en edificar una ciudad, y llamó la ciudad por el nombre de su hijo Enoc”. (Génesis 4:17.) Con la fundación de esta ciudad, que debió ser relativamente pequeña en comparación con los cánones actuales, Caín sentó un precedente para las generaciones futuras.
La naturaleza sociable del hombre ha hecho que la gente quiera agruparse. La razón ha sido la necesidad de disfrutar no solo de compañerismo, sino también de seguridad y protección, especialmente en siglos pasados, cuando las comunidades estaban bajo ataque continuo. Sin embargo, estos no son los únicos motivos por los que el hombre inició la fundación de ciudades.
The World Book Encyclopedia dice que en la creación de las ciudades intervienen cuatro factores principales, a saber: “1) los adelantos tecnológicos [máquinas de vapor, energía eléctrica, comunicaciones], 2) un entorno físico favorable [ubicación, clima, ríos y, por consiguiente, abastecimiento de agua], 3) la organización social [autoridad, gobierno] y 4) el aumento de la población”.
Las ciudades han facilitado el comercio y la concentración de la mano de obra en una zona en particular. Por eso en muchas de ellas hay grandes urbanizaciones de viviendas a bajo costo para los obreros y sus familias. Hoy día, gracias a los sistemas de transporte público y privado, la distancia no impide la buena supervisión comercial y política. Por consiguiente, las ciudades pueden extender sus tentáculos hacia los distritos residenciales.
Algunas ciudades antiguas también estaban estrechamente vinculadas a prácticas religiosas. En Génesis 11:4 leemos: “Entonces dijeron [las personas que vivieron poco después del Diluvio de los días de Noé]: ‘¡Vamos! Edifiquémonos una ciudad y también una torre con su cúspide en los cielos [para utilizarla en la adoración], y hagámonos un nombre célebre, por temor de que seamos esparcidos por toda la superficie de la tierra’”.
En la construcción de ciudades han intervenido aspectos sociales, religiosos, comerciales, geográficos y políticos. Las ciudades, por su parte, han sido por siglos un factor determinante en la configuración de la sociedad moderna tal y como la conocemos hoy y nos han afectado a todos de una manera u otra.
Diferentes y aun así parecidas
The New Encyclopædia Britannica comenta que “los primeros asentamientos fijos del hombre se encuentran en los ricos valles subtropicales de los ríos Nilo, Tigris, Éufrates, Indo y Amarillo”. Por supuesto, las precursoras de las ciudades del siglo XX eran bastante diferentes de sus homólogas ribereñas modernas.
En siglos pasados la inmensa mayoría de las personas vivía en zonas rurales. Por ejemplo, en el año 1300, Londres era la única ciudad importante de Inglaterra, y su población, inferior a cuarenta mil personas, ni siquiera llegaba al 1% de la población total del país. Para 1650, alrededor del 7% de todos los ingleses vivía en ella. A principios del siglo XIX, la población de la ciudad se acercaba al millón de habitantes. Hoy día, menos del 9% de los británicos reside en zonas rurales. El resto vive agrupado en centros urbanos, como la metrópolis del Gran Londres, que cuenta con siete millones de habitantes.
Un indicativo de cómo han crecido y proliferado las ciudades es el hecho de que, en 1900, Londres era la única ciudad del mundo con un millón de habitantes, mientras que ahora hay más de doscientas ciudades que sobrepasan dicha cifra. Los geógrafos hablan de megalópolis, la unión de sucesivas zonas metropolitanas, como la que se da en la región alemana del Ruhr, donde la ribera del Ruhr, desde Duisburgo hasta Dortmund, forma una comunidad prácticamente continua.
A pesar de las diferencias que existen entre las ciudades antiguas y las modernas, tienen algo en común: los problemas. Y los problemas nunca han sido tantos ni tan grandes como ahora. Las ciudades atraviesan serias dificultades. Si algo ha aprendido la humanidad de las consecuencias de ‘edificarse una ciudad’ es que, bajo condiciones imperfectas y por obra de seres falibles, la construcción de ciudades no es necesariamente la manera ideal de satisfacer nuestras necesidades.
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“La ciudad está llena de injusticia”¡Despertad! 1994 | 8 de enero
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“La ciudad está llena de injusticia”
CUANDO el profeta bíblico Ezequiel escribió sobre una ciudad que estaba “llena de injusticia”, nada sabía de los problemas que plagarían a las ciudades de hoy. (Ezequiel 9:9, Versión Popular.) Sus palabras tampoco eran una predicción críptica de estos problemas. Sin embargo, sí han constituido una descripción exacta de las ciudades del siglo XX.
El libro 5000 Days to Save the Planet (Cinco mil días para salvar el planeta) dice: “Austeras y anodinas, nuestras ciudades se han convertido en lugares feos y desagradables para vivir. [...] Los edificios que predominan en nuestras ciudades han sido construidos con poca o ninguna consideración a los que tienen que vivir y trabajar en ellos”.
Facetas negativas de las ciudades
En periódicos y revistas se han descrito nueve ciudades de diferentes partes del mundo como se indica a continuación. ¿Puede usted identificarlas correctamente?
La ciudad A, situada en Latinoamérica, es famosa por sus jóvenes sicarios y su elevado índice de homicidios. También es conocida como la sede de un cartel de droga.
La ciudad B es “la urbe de [Estados Unidos] donde se producen más robos callejeros”. Durante los primeros dos meses de 1990, los asesinatos experimentaron “un aumento de un 20% con respecto al mismo período” del año anterior.
“Cada año, varios millones de personas se trasladan a los centros urbanos de Sudamérica, África y Asia [...], emigrando hacia lo que consideran una tierra de promisión.” Como no la encuentran, muchos han de resignarse a vivir en la pobreza y se ven obligados a mendigar o a robar para poder sobrevivir. Se dice que la mitad de la población de la ciudad africana C y de la ciudad asiática D, así como el 70% de los habitantes de la ciudad asiática E, viven en barrios pobres.
“Aunque [la ciudad F] es una de las metrópolis más seguras de Norteamérica, el desempleo galopante, el creciente índice de delincuencia y la animosidad étnica han hecho que sus ciudadanos cuestionen las aparentes ventajas del progreso. El delito [...] ha desmoralizado a los vecinos. Las agresiones sexuales han aumentado en un 19% [...], los asesinatos en casi un 50%.”
“Cada día se mudan 1.600 personas a [la ciudad latinoamericana G] [...]. Si continúa creciendo a este ritmo, para finales de siglo vivirán en ella 30 millones de personas. Se desplazarán por la ciudad a paso de caracol en 11 millones de automóviles, atrapados durante horas enteras en embotellamientos de tráfico [...]. La contaminación del aire [...] está cien veces por encima del nivel aceptable. [...] El 40% de los residentes padece bronquitis crónica. [...] Durante las horas punta, el nivel de ruido que hay en el centro de la ciudad a causa del tráfico oscila entre los 90 y los 120 decibelios, y se considera que 70 decibelios ya son insoportables.”
“Todos los días se recogen de las calles y aceras de [la ciudad europea H] 20 toneladas de excremento de perro. [...] Además del costo y la molestia que esto origina, ha salido a la luz un factor más grave: el excremento de perro es fuente de una enfermedad causada por el parásito Toxocara canis. Se ha descubierto que la mitad de las zonas de recreo y de los cajones de arena para niños que hay en [la ciudad] están contaminados con los huevos microscópicos y altamente resistentes de dicho parásito, los cuales entran luego en las casas pegados a las suelas de los zapatos y a las patas de los animales de compañía. [...] Entre los primeros síntomas de la enfermedad están: fatiga, dolores abdominales, alergias y problemas cardíacos y arteriales.”
“Aunque [la ciudad asiática I] se ve afectada por todos los problemas de una metrópolis superdesarrollada en un país subdesarrollado —pobreza, delincuencia, contaminación—, ha empezado a destacar como una de las capitales del siglo XXI.”
¿Son la excepción, o la regla?
¿Ha podido identificar estas ciudades por nombre? Posiblemente no, porque ninguno de los problemas mencionados son exclusivos de una sola ciudad. Al contrario, son sintomáticos de los males de casi toda ciudad de cualquier tamaño en todo el mundo.
Según el diario alemán Süddeutsche Zeitung, la ciudad A es Medellín (Colombia). El número de homicidios locales disminuyó de 7.081 en 1991 a “solo” 6.622 en 1992. Aun así, el diario colombiano El Tiempo informa que durante esta última década han muerto por causas violentas casi 45.000 vecinos de Medellín. Por eso hay actualmente diversos grupos cívicos que se están esforzando por limpiar la ciudad y mejorar su reputación.
El hecho de que el periódico The New York Times identifique la ciudad B como Nueva York probablemente no sorprenda a las personas que la han visitado en años recientes, y con seguridad tampoco a sus habitantes.
Las cifras publicadas por la revista alemana Der Spiegel respecto a la cantidad de personas que viven en condiciones de pobreza en Nairobi (Kenia) (C), Manila (Filipinas) (D) y Calcuta (India) (E), indican que el número de los que viven hacinados en viviendas insalubres tan solo en estas tres ciudades es superior a la cantidad total de habitantes de países europeos, como Dinamarca o Suiza, que gozan de prosperidad económica.
En 1991 la revista Time describió la ciudad F —Toronto (Canadá)—, en un artículo algo menos halagüeño que otro publicado tres años antes. El primer artículo, titulado “Por fin una ciudad que funciona”, decía en tono de alabanza que la ciudad de Toronto “impresiona a casi todo el mundo”. Citaba las siguientes palabras de un visitante: “Este lugar casi podría hacer que recuperara la confianza en las ciudades”. Lamentablemente, la “ciudad que funciona” al parecer ahora está cayendo víctima de los mismos problemas que afectan a otras ciudades en proceso degenerativo.
La misma fuente menciona que la ciudad G es “una de las ciudades más hermosas y elegantes de América, así como una de las más refinadas”, pero reconoce que esa descripción alude, “por supuesto, a la Ciudad de México de los ricos y los turistas”. Entretanto, según la revista World Press Review, los pobres viven apiñados “en los 500 barrios pobres e insalubres de la capital”, en casuchas “hechas de desperdicios industriales, cajas de cartón, chatarra de automóviles y material de construcción robado”.
La ciudad H corresponde a la descripción que el semanario francés L’Express hace de París, ciudad que, según explica The New Encyclopædia Britannica, “por siglos y por causas que jamás se han explicado con claridad, [...] ha irradiado un encanto irresistible a millones de personas de todo el mundo”. Sin embargo, ante los serios problemas que atraviesa, parte del encanto del “Alegre París” se ha desvanecido.
Respecto a la ciudad I, la revista Time dice: “En un tiempo considerada con romanticismo por Occidente como la impasible capital de ensueño de la antigua Siam, una ‘Venecia del Oriente’, la imprevisible ciudad actual de ángeles y templos dorados es la urbe asiática que más recientemente ha iniciado un crecimiento rápido”. Ni siquiera sus ángeles y sus templos han podido impedir que Bangkok (Tailandia) se convierta, al menos temporalmente, en “la capital mundial de la prostitución”.
Examinemos las ciudades
Hace diez años un periodista dijo que aunque las ciudades grandes parecen “compartir las mismas crisis, cada una tiene su propia idiosincrasia y, por lo tanto, una manera particular de luchar por sobrevivir”. En 1994 las ciudades continúan en su lucha, cada una a su manera.
No todos piensan que la lucha por la supervivencia se haya perdido. Por ejemplo, un ex alcalde de Toronto dijo de modo optimista: “No creo que la ciudad se esté derrumbando. Se enfrenta a dificultades, pero creo que podemos resolverlas”. Es cierto que algunas ciudades han logrado solucionar, o al menos aliviar, algunos de sus problemas. Pero ello ha exigido mucho más que solo optimismo.
En enero del año pasado el periodista Eugene Linden escribió: “El destino del planeta está ligado al de sus ciudades”. Para bien o para mal, las ciudades han moldeado nuestro mundo, y siguen haciéndolo. Además, tanto las ciudades antiguas como las modernas nos han afectado personalmente, tal vez más de lo que podamos imaginar. De ahí que su supervivencia esté estrechamente vinculada a la nuestra.
Por lo tanto, el que examinemos las ciudades no solo incrementará nuestros conocimientos generales, sino que logrará algo más importante: nos pondrá sobre aviso de la precaria situación en la que se encuentra hoy el mundo. Damos inicio, pues, a una serie de seis artículos con el tema “Examinemos las ciudades”. Esperamos que esta sea de interés y anime a nuestros lectores. A pesar de los graves problemas mundiales existentes —manifestados de manera espectacular en la lucha de nuestras ciudades por sobrevivir—, la situación no está más allá de toda esperanza.
[Comentario en la página 6]
“El destino del planeta está ligado al de sus ciudades.” —Eugene Linden, escritor
[Fotografía en la página 7]
Viajar de una ciudad a otra puede ser fácil, pero resolver sus problemas no lo es
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“Un recorrido de todas las ciudades”¡Despertad! 1994 | 8 de enero
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“Un recorrido de todas las ciudades”
CUANDO Cristo Jesús estuvo en la Tierra, “emprendió un recorrido de todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas y predicando las buenas nuevas del reino”. (Mateo 9:35.) A los que desearan seguir sus pisadas, también se les pidió que predicaran en las ciudades del mundo. Allí tropezarían con las dificultades comunes a estas y se verían obligados a hacerles frente.
Un recorrido histórico por las ciudades nos ofrece un cuadro de los altibajos que ha habido durante los miles de años de existencia humana, las alegrías y las penas resultantes de los esfuerzos del hombre por alcanzar la felicidad. Un examen imparcial de las ciudades nos convence de que la entera raza humana no es más que una sola familia que se encara a los mismos problemas. Hoy día no debería haber razón para sentir orgullo nacionalista ni prejuicio racial.
Triste es decirlo, pero muchas personas no saben lo suficiente acerca de las ciudades, ni siquiera de su ubicación. Cuando a mediados de la década de los ochenta se pidió a unos universitarios estadounidenses que indicaran dónde se hallan ciertas ciudades, hubo algunos que situaron Dublín (Irlanda) en Estados Unidos y Lima (Perú) en Italia.
Un test efectuado unos años antes en otra universidad reveló que casi la mitad de los estudiantes eran incapaces de encontrar la ciudad de Londres en un mapamundi. Algunos la situaron en Islandia y otros en la Europa continental. El profesor que dirigía la prueba se lamentó de que al 42% de los estudiantes se les hubiera “perdido” Londres por completo. Pero lo más bochornoso fue que el 8% ni siquiera pudo localizar la ciudad norteamericana en la que se estaba llevando a cabo el examen.
No obstante, parece ser que los estadounidenses no son los únicos que están flojos en geografía. En una prueba efectuada a finales de la década de los ochenta a estudiantes de diez naciones diferentes, los suecos ocuparon el primer lugar, y los estadounidenses, el sexto. La Academia de Ciencias de la ex Unión Soviética descubrió que el 13% de los estudiantes soviéticos encuestados eran incapaces de situar siquiera su propio país en un mapamundi. Vladimir Andriyenkov, miembro de dicha academia, dijo desconcertado: “Los resultados son increíbles”.
¿Cómo están sus conocimientos generales de geografía y, especialmente, de las ciudades? ¿Por qué no lo averigua tratando de responder las preguntas que aparecen en la página 10? Si lee la serie de artículos titulada “Examinemos las ciudades”, podrá aprender algunos datos interesantes.
En el siguiente número de ¡Despertad! echaremos una mirada a cinco ciudades. Estas constituyen una clase especial de ciudades totalmente desconocida durante milenios. Pero para finales de este siglo se calcula que habrá por lo menos veinte de ellas, más de la mitad en Asia. ¿A qué tipo de ciudad nos referimos?
[Fotografía en la página 8]
Río de Janeiro (Brasil)
[Fotografía en la página 9]
Bangkok (Tailandia)
[Reconocimiento]
Tourism Authority of Thailand
[Recuadro/Fotografías en las páginas 10, 11]
¿Puede identificarlas?
Paree las siguientes descripciones con la ciudad correspondiente.
1. La capital más alta del mundo.
2. La ciudad más grande del país más populoso del mundo.
3. Su nombre oficial, aunque apenas utilizado, consta de veintisiete palabras, y la primera parte tiene un significado parecido al de Los Ángeles. Está ubicada en el centro de una región arrocera y cuenta con más de cuatrocientos templos budistas.
4. Su densidad de población dobla a la de todas las demás ciudades del mundo, con la excepción de cuatro.
5. En 1976 perdió casi un cuarto de millón de ciudadanos en un desastre natural.
6. Esta ciudad, centro de la región textil de su nación, desempeñó un importante papel en la revolución industrial.
7. En un tiempo considerada una de las ciudades más sucias de Europa, actualmente goza de fama mundial por el tipo de líquido perfumado que lleva su nombre.
8. En esta ciudad portuaria de Asia se hablan casi sesenta idiomas. Fue la capital de su país desde 1833 hasta 1912.
9. Una capital hecha a la medida, tras mucho tiempo de planificación, e inaugurada oficialmente en 1960.
10. Situada en el extremo de un fiordo de 100 kilómetros de longitud, es una de las ciudades de mayor extensión del mundo.
11. Destruida casi por completo en 1755 a consecuencia de un terremoto, esta ciudad tiene el costo de vida más bajo de todas las capitales de la Comunidad Europea.
12. Se constituyó oficialmente en ciudad para 1873, cuando dos comunidades emplazadas en orillas opuestas del Danubio decidieron unir su destino y sus nombres.
13. Los exploradores portugueses confundieron la entrada de su bahía con la desembocadura de un río, acuñándose así su nombre actual.
14. Fundada en 1788 como colonia penal, es una de las ciudades de su tamaño más meridionales del mundo.
15. Esta ciudad, de firmes raíces religiosas, se hizo famosa por su peculiar “Tea party” político, el célebre motín del té.
16. En 1850, el rey Kamehameha III la declaró capital de su reino; su nombre significa “Bahía protegida”, y su clima templado durante todo el año la convierte en un lugar de gran atracción turística.
17. Se la ha llamado a veces ciudad ventosa, y en cierta ocasión quedó casi destruida por un incendio; hoy se enorgullece de tener el edificio más alto del mundo.
18. Hasta 1966 se llamó Leopoldville.
19. Tan antigua como uno de los gobernantes más ilustres de Grecia; los estudiantes de la Biblia la recuerdan como el lugar donde se realizó una famosa traducción griega de las Escrituras Hebreas.
20. Su rápido crecimiento se debió al descubrimiento de oro en sus inmediaciones, y es singular por ser la única ciudad del mundo de su magnitud que no está situada ni en la costa ni a orillas de ningún lago o río.
Alejandría (Egipto)
Bangkok (Tailandia)
Boston (E.U.A.)
Brasilia (Brasil)
Budapest (Hungría)
Calcuta (India)
Chicago (E.U.A.)
Colonia (Alemania)
Hong Kong
Honolulú (Hawai, E.U.A)
Johannesburgo (África del Sur)
Kinshasa (Zaire)
La Paz (Bolivia)
Lisboa (Portugal)
Manchester (Inglaterra)
Oslo (Noruega)
Río de Janeiro (Brasil)
Shanghai (China)
Sydney (Australia)
Tangshan (China)
[Fotografías]
Izquierda: Sidney (Australia)
Abajo: La Paz (Bolivia)
Shanghai, China
[Recuadro/Fotografías en las páginas 11, 12]
Respuestas:
1. La Paz se halla a una altura que oscila entre los 3.250 y los 4.100 metros sobre el nivel del mar. Fue fundada por los españoles en 1548.
2. “Shanghai” significa “Sobre el mar”, y además de ser uno de los puertos marítimos más grandes del mundo, es el centro de educación superior e investigación científica de China.
3. La primera parte del nombre oficial de Bangkok es Krung Thep, que significa “Ciudad de ángeles”. La mayoría de sus famosos canales se han rellenado para construir carreteras y autopistas.
4. A Hong Kong, con 96.000 habitantes por kilómetro cuadrado, le siguen Lagos (Nigeria) con 55.000, Dhaka (Bangladesh) con 53.000, Yakarta (Indonesia) con 50.000 y Bombay (India) con 49.000.
5. En 1976, China fue sacudida por uno de los peores terremotos de la historia moderna, con una magnitud de 7,8 grados en la escala de Richter. Tangshan quedó casi arrasada; murieron por lo menos 240.000 personas.
6. Manchester, situada a unos 240 kilómetros al norte de Londres, se convirtió tan deprisa en un centro industrial que, entre 1821 y 1831, su población aumentó en un 45%.
7. A principios del siglo XIX Colonia tenía la reputación de ser una de las tres ciudades más sucias del mundo —las otras eran Calcuta y Constantinopla—, por lo que los soldados franceses allí estacionados “se cubrían el rostro con pañuelos empapados en agua de colonia para contrarrestar el olor a orina que impregnaba la ciudad”. (Kölner Stadt-Anzeiger.)
8. Calcuta es la tercera ciudad más grande de la India y fue reemplazada como capital de la nación por Nueva Delhi.
9. La idea de tener la capital en el interior de Brasil se propuso en 1789, se incluyó en la Constitución de 1891 y se hizo realidad en 1960 con la inauguración de Brasilia. El hecho de construirla enteramente nueva ofreció una oportunidad sin igual de llevar a término “un diseño ordenado de una ciudad completa en lo que a trazado, arquitectura y asentamiento humano se refiere”. (Encyclopædia Britannica.)
10. Oslo, capital de Noruega, ocupa una superficie de 453 kilómetros cuadrados, de los que gran parte son colinas arboladas y lagos.
11. En la mañana del 1 de noviembre de 1755 las iglesias de Lisboa estaban atestadas con motivo de la celebración del día de Todos los Santos cuando uno de los terremotos de mayor magnitud del que hay constancia devastó la ciudad, causando la muerte de 30.000 personas.
12. En 1873 la ciudad de Pest, en la orilla oriental del Danubio, y la de Buda —junto con Óbuda y la isla Margarita—, en la orilla occidental, se unieron oficialmente para convertirse en Budapest, una de las ciudades europeas más hermosas, conocida en un tiempo como la Reina del Danubio.
13. Se combinaron las palabras portuguesas para “río” y para “enero” —los exploradores llegaron el 1 de enero de 1502—, acuñándose así el nombre de Río de Janeiro.
14. En enero de 1788 llegaron de Gran Bretaña unos setecientos cincuenta convictos que formaron el núcleo de una colonia penal; hoy día Sydney es la ciudad más antigua y más grande de Australia.
15. Por casi tres siglos, pocas ciudades influyeron tanto en la vida de Estados Unidos como Boston, fundada por los puritanos que huyeron de Europa debido a la persecución religiosa. En 1773 sus ciudadanos ayudaron a provocar la guerra de la Independencia norteamericana cuando, disfrazados de indios americanos, arrojaron a las aguas del puerto de Boston tres cargamentos de té para protestar contra el pago de impuestos a Gran Bretaña sin el beneficio de tener representantes en el gobierno.
16. Originalmente, Honolulú era utilizada como base para el comercio de madera de sándalo y la industria ballenera. Fue ocupada por los rusos, los británicos y los franceses sucesivamente, antes de ser devuelta al rey Kamehameha III. En 1850, este la declaró capital de su reino. En 1900 Hawai llegó a ser territorio estadounidense y en 1959 se convirtió en estado de la Unión.
17. Se dice de Chicago que es una ciudad estadounidense típica en la que se puede apreciar lo mejor y lo peor de ese país. En 1871, el centro de la ciudad quedó arrasado por un incendio que, al parecer, provocó la vaca de la señora O’Leary al volcar de una coz una lámpara encendida que había en el establo. Murieron unas 250 personas y 90.000 quedaron sin hogar. La torre Sears, de 443 metros de altura, es el edificio más alto del mundo.
18. En 1960, Leopoldville, llamada así en honor al rey belga Leopoldo II, se convirtió en la capital de la República del Congo al desaparecer el Congo Belga. En 1966 se cambió el nombre de la capital a Kinshasa, y en 1971 se cambió el del país a Zaire.
19. Alejandría derivó su nombre del de Alejandro Magno, quien ordenó su construcción en el año 332 a.E.C. Menos de un siglo después, ciertos residentes judíos —probablemente durante el reinado de Tolomeo II Filadelfo (285-246 a.E.C.)— empezaron a traducir las Escrituras Hebreas al griego, dando así origen a la Septuaginta.
20. Johannesburgo no está ubicada en la costa ni tampoco a orillas de ningún lago o río. Debe su condición de gran ciudad al oro descubierto en sus inmediaciones en 1886. De una población de 2.000 en 1887, pasó a tener una de 120.000 para 1899, y en la actualidad cuenta con más de 1,7 millones de habitantes.
[Fotografías]
Izquierda: Honolulú (Hawai)
Derecha: Hong Kong
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