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    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
    • Leyes respecto al ataque y asedio de las ciudades. Jehová dio instrucciones a Israel en cuanto al procedimiento militar a seguir en la conquista de Canaán. Las siete naciones de Canaán mencionadas en Deuteronomio 7:1, 2 tenían que ser exterminadas totalmente, incluyendo a las mujeres y los niños. Sus ciudades tenían que ser dadas por entero a la destrucción. (Dt 20:15-17.) Según Deuteronomio 20:10-15, a otras ciudades primero se las advertía y se les estipulaban las condiciones para un acuerdo de paz. Si la ciudad se rendía, se perdonaba la vida a sus habitantes y se les obligaba a hacer trabajos forzados. El poder rendirse con la seguridad de que se les perdonaría la vida y no se violaría ni acosaría a sus mujeres, era un incentivo para que capitulasen ante el ejército de Israel y evitaran mucho derramamiento de sangre. Si la ciudad no se rendía, se mataba a todos los varones para evitar el riesgo de una posterior sublevación. A “las mujeres y los niñitos” se les dejaba con vida. Las “mujeres” a las que se hace referencia en este relato eran sin duda vírgenes, pues en Deuteronomio 21:10-14 se dice que cuando un israelita escogía como esposa a una cautiva de guerra, ella tenía que llorar a sus padres, no a su esposo. Además, tiempo antes, cuando Israel derrotó a Madián, se le dijo específicamente que solo tenía que perdonar la vida a las mujeres vírgenes. El mantener con vida solo a las vírgenes protegería a Israel de la adoración falsa y posiblemente de contraer enfermedades venéreas. (Nú 31:7, 17, 18.) (En cuanto a lo justo del decreto de Dios contra las naciones cananeas, véase CANAÁN, CANANEOS [Israel conquista Canaán].)

  • Guerra
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
    • Las tácticas bélicas cambiaron durante el transcurso de los siglos. Por lo general, Israel no se concentró en desarrollar armas ofensivas, aunque dio considerable atención a la fortificación. El rey Uzías de Judá se hizo famoso por haber hecho “máquinas de guerra, invención de ingenieros”, cuya misión principal era la defensa de Jerusalén. (2Cr 26:14, 15.) Los ejércitos asirios y babilonios se destacaron especialmente por sus muros de asedio y terraplenes, por los que se hacían subir torres con arietes para atacar la parte más elevada y débil del muro de la ciudad. En lo alto de estas torres se colocaban arqueros y honderos. Además de las torres, se empleaban otras máquinas de asedio, como las gigantescas catapultas. (2Re 19:32; Jer 32:24; Eze 4:2; Lu 19:43.) Al mismo tiempo, los defensores de la ciudad intentaban resistir el ataque con la ayuda de arqueros y honderos y la de sus soldados, que arrojaban teas desde los muros y las torres y desde las catapultas que se hallaban en el interior de la ciudad. (2Sa 11:21, 24; 2Cr 26:15; 32:5.) Cuando se asaltaban fortificaciones amuralladas, una de las primeras cosas que intentaban hacer los invasores era cortar el suministro de agua de la ciudad, mientras que la ciudad amenazada de sitio solía cegar las fuentes de agua de los alrededores a fin de que no las usasen los atacantes. (2Cr 32:2-4, 30.)

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