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¿Nos estamos refugiando en Jehová?La Atalaya (estudio) 2017 | noviembre
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Esto implicaba renunciar a muchas cosas, como su trabajo, la comodidad de su hogar y la libertad para viajar (Núm. 35:25).a Pero los sacrificios valían la pena. Si el homicida salía de la ciudad de refugio, demostraba que no le importaba haberle quitado la vida a otro ser humano, y su propia vida estaba en peligro.
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¿Nos estamos refugiando en Jehová?La Atalaya (estudio) 2017 | noviembre
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12. ¿A qué cosas tal vez tenga que renunciar un cristiano para que Dios le siga mostrando misericordia?
12 ¿A qué cosas puede tener que renunciar un cristiano para que Dios le siga mostrando misericordia? Debe estar dispuesto a renunciar incluso a cosas que le gustan si pueden llevarlo a pecar (Mat. 18:8, 9). Por ejemplo, si nuestros amigos son una mala influencia para nosotros, ¿dejaremos de relacionarnos con ellos? Si nos cuesta ser moderados con el alcohol, ¿estamos dispuestos a evitar situaciones en las que nos veamos tentados a beber más de la cuenta? Si estamos luchando por controlar los deseos sexuales inmorales, ¿evitamos toda película, página web o actividad que nos despierte pensamientos sucios? Recordemos que cualquier sacrificio que hagamos para ser fieles a Jehová vale la pena. Nada nos causa tanto dolor como sentir que Dios nos ha abandonado. Pero nada nos hace tan felices como sentir que tenemos su “amor leal hasta tiempo indefinido” (Is. 54:7, 8, nota).
“TIENEN QUE SERVIRLES COMO REFUGIO”
13. ¿Por qué podía el homicida sentirse seguro y ser feliz en la ciudad de refugio?
13 Una vez que el homicida estaba dentro de la ciudad de refugio, se encontraba a salvo. Jehová dijo sobre estas ciudades: “Tienen que servirles como refugio” (Jos. 20:2, 3). Él no pedía que se volviera a juzgar al homicida por el mismo caso. Y al vengador de la sangre no se le permitía que entrara en la ciudad y lo matara. Mientras el homicida permaneciera dentro de la ciudad, estaba bajo la protección de Dios y no tenía nada que temer. No estaba en una cárcel, pues podía trabajar, ayudar a otras personas y servir a Jehová en paz. Podía tener una vida plena y feliz.
Tenga la seguridad de que Jehová lo ha perdonado. (Vea los párrafos 14 a 16).
14. ¿De qué puede estar seguro el cristiano que se ha arrepentido de un pecado grave?
14 Hay siervos de Dios que se han arrepentido de un pecado grave pero se siguen sintiendo culpables. Algunos incluso piensan que Jehová siempre seguirá viendo una mancha en ellos. Si usted se siente así, puede estar seguro de que Jehová le ha mostrado misericordia y lo ha perdonado por completo. Así que no tiene nada que temer. Daniel, a quien citamos en el párrafo 9, comprobó que esto es cierto. Después de que los ancianos lo corrigieron y lo ayudaron a volver a tener una conciencia limpia, sintió que por fin podía respirar tranquilo. Dijo: “Ya no tenía que seguir sintiéndome culpable. Cuando el pecado se ha ido, se ha ido para siempre. Como Jehová dice, él se lleva nuestras cargas y las pone muy lejos de nosotros. No tendremos que volver a verlas”. Antes dijimos que, una vez que el homicida estaba dentro de la ciudad de refugio, ya no tenía que temer al vengador de la sangre. De igual modo, una vez que Jehová ha perdonado nuestro pecado, no debemos temer que vuelva a echárnoslo en cara o a juzgarnos por él (lea Salmo 103:8-12).
15, 16. ¿Qué efecto tiene en nosotros saber que Jesús dio su vida por nosotros y es nuestro Sumo Sacerdote?
15 De hecho, nosotros tenemos más razones que los israelitas para confiar en la misericordia de Jehová. Como vimos al principio del artículo, Pablo dijo que se sentía desdichado y desanimado porque no podía obedecer a Jehová a la perfección. Pero, a pesar de su lucha contra el pecado y de su pasado, exclamó: “¡Gracias a Dios mediante Jesucristo nuestro Señor!” (Rom. 7:25). Como se había arrepentido, estaba seguro de que Jehová lo había perdonado mediante Jesús. Cristo dio su vida por nosotros, y así limpia nuestra conciencia y nos da paz interior (Heb. 9:13, 14). Y, como es nuestro Sumo Sacerdote, “puede salvar completamente a los que están acercándose a Dios mediante él, porque siempre está vivo para abogar por ellos” (Heb. 7:24, 25). En tiempos antiguos, la labor del sumo sacerdote les daba a los israelitas la seguridad de que Jehová perdonaría sus pecados. Hoy día, la labor de Jesús como nuestro Sumo Sacerdote nos da incluso más razones para estar seguros de que recibiremos misericordia y “bondad inmerecida para ayuda al tiempo apropiado” (Heb. 4:15, 16).
16 Por lo tanto, si quiere refugiarse en Jehová, tenga fe en el sacrificio de Jesús. No piense que el rescate es simplemente para la gente en general. Tenga fe en que el rescate es para usted (Gál. 2:20, 21). Tenga fe en que el rescate es la base para que Dios perdone los pecados que usted haya cometido. Y tenga fe en que el rescate le ofrece a usted la esperanza de vivir para siempre. El sacrificio de Jesús es un regalo que Jehová le ha hecho a usted.
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