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  • La moda al estilo de la antigua Grecia
    ¡Despertad! 1995 | 8 de marzo
    • La moda al estilo de la antigua Grecia

      POR EL CORRESPONSAL DE ¡DESPERTAD! EN GRECIA

      ¿POR qué fue preciso el consejo específico de los escritores cristianos Pablo y Pedro sobre el atuendo femenino del siglo primero? Por ejemplo, Pablo escribió: “Deseo que las mujeres se adornen en vestido bien arreglado, con modestia y buen juicio, no con estilos de cabellos trenzados y oro o perlas o traje muy costoso”. (1 Timoteo 2:9.) Pedro también vio necesario hablar de los “trenzados externos del cabello”, de la costumbre de “ponerse ornamentos de oro” y del “uso de prendas de vestir exteriores”. (1 Pedro 3:3.)

      Ambos se dirigían a cristianos que vivían en un mundo influido por la cultura helenística, la cual procedía directamente de la antigua civilización griega clásica. ¿Existía en la antigua Grecia el concepto de la moda? Al pensar en una persona típica de aquella civilización, muchos probablemente se la imaginen llevando el característico kji·tṓn, o túnica, prescindiendo de la época de que se trate o de su sexo y lugar de origen.a ¿Están en lo cierto? ¡En absoluto!

      Cómo hacían y se ponían la prenda de vestir interior

      Un cuidadoso examen de las estatuas, las pinturas de las piezas de cerámica y los escritos clásicos revela que la indumentaria de la Grecia antigua no se limitaba a largas túnicas blancas. Había diversos estilos, tejidos, colores y dibujos, así como accesorios. Y las mujeres en particular se valían de una gran variedad de recursos ingeniosos para realzar su apariencia.

      Quienes han leído la Odisea, el poema épico del poeta griego Homero que narra los diez años de viajes del héroe mítico Odiseo (Ulises), quizás recuerden que durante todos los años que estuvo esperando su regreso a casa, su esposa, Penélope, tejía y destejía la misma pieza de tela. Homero incluye algunas otras referencias a la ropa, dando a entender que una de las principales labores domésticas de la mujer desde tiempos muy antiguos era la de fabricar tela.

      Una vez tejida la tela, se cortaba para confeccionar el kji·tṓn, una especie de camisa de lino y posteriormente a veces de lana, el cual constituía la prenda de vestir básica tanto para hombres como para mujeres. En el período arcaico (entre 630 y 480 a.E.C., aproximadamente), el kji·tṓn de la mujer (llamado para entonces e·sthḗs) consistía en una pieza de tela que medía de ancho más o menos la altura de la mujer, y de largo, dos veces la extensión de sus brazos. (Compárese con Juan 19:23; Hechos 10:30, Kingdom Interlinear.) El kji·tṓn se sujetaba con prendedores, que originalmente estaban hechos de huesos de patas de animales pequeños y más tarde de metal. Iba abierto por ambos lados y ceñido con un cinturón, por lo que parecía dos prendas separadas.

      A principios del siglo VI a.E.C., el kji·tṓn jónico empezó a parecer más un vestido que una túnica, pues estaba cosido por los costados y no se doblaba por encima de los hombros. Debido a ello, se requería menos tela para su confección. Además, no era siempre totalmente blanco; a veces se usaba un género rayado, con franjas largas y estrechas de varios colores, o se le añadían flecos. El azafrán y el rojo eran dos de los colores que más gustaban. En el período helenístico, la influencia asiática introdujo nuevos y brillantes colores, como el rosa, el azul, el violeta y el amarillo. Los tejidos adornados con hilo de oro o con flores bordadas se reservaron en un principio para las estatuas de los dioses o para los actores que los representaban.

      ¿Qué más llevaba una dama ateniense?

      Ninguna dama ateniense que se preciara salía de casa sin colocarse el hi·má·ti·on, o manto. Este consistía en una pieza rectangular de tela que podía colocarse de diversas maneras: sobre los hombros a modo de chal, drapeado sobre el hombro derecho y bajo el brazo izquierdo, o cubriendo la cabeza para protegerse del sol. Había mantos de diferentes tamaños; los más grandes eran como una capa, y resguardaban del frío. Los bordes del hi·má·ti·on solían ser muy vistosos, y la forma de drapearlo para que cayera a modo de pliegues requería una gran destreza.

      A veces, en lugar del hi·má·ti·on se usaba un ký·pas·sis, o chaqueta corta abotonada por delante. Las mujeres no utilizaban sombreros como los que conocemos hoy, pero algunas llevaban un ski·á·dei·on, o sombrilla, cuando hacía mucho calor. Las damas griegas ricas solían llevar un pé·plos, o prenda de lana. Las Escrituras Griegas, concretamente los escritos de Pablo, también hacen referencia en una ocasión a una “prenda para la cabeza” (en griego, pe·ri·bó·lai·on). (1 Corintios 11:15.)

      En lo que respecta al calzado, los griegos de la antigüedad no solían llevar zapatos cuando estaban dentro de casa, y a veces ni siquiera cuando salían. Según el poeta Hesíodo, la gente de campo llevaba sandalias de piel de buey forradas de fieltro. Y las mujeres de poca estatura en ocasiones se ponían zapatos con suela de plataforma de corcho para parecer más altas.

  • La moda al estilo de la antigua Grecia
    ¡Despertad! 1995 | 8 de marzo
    • Derecha: muchacha vestida con un “hi·má·ti·on” Abajo, a la derecha: diadema de oro

      Izquierda: diosa vestida con un “kji·tṓn” y un “hi·má·ti·on”

  • La moda al estilo de la antigua Grecia
    ¡Despertad! 1995 | 8 de marzo
    • a El término kji·tṓn aparece once veces en las Escrituras Griegas Cristianas, y en la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas se traduce por “prenda interior de vestir”. Véase el Diccionario Expositivo de Palabras del Nuevo Testamento, de W. E. Vine, tomo 4.o, bajo “Túnica”.

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