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Los planes humanos para la seguridad internacionalLa Atalaya 1992 | 1 de marzo
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“La era posterior a la Guerra Fría”
Un factor que merece mencionarse fue una reunión de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa, donde estuvieron representadas 35 naciones. En septiembre de 1986 estas naciones firmaron el llamado Documento de Estocolmo, y reafirmaron en él su compromiso respecto al Acuerdo de Helsinki de 1975a. El Documento de Estocolmo contiene muchas reglas para el control de las actividades militares. “Los resultados de los pasados tres años son animadores, y lo que se ha hecho empieza a proyectarse más allá de las obligaciones de que habla el Documento de Estocolmo”, informó el SIPRI (siglas en inglés para el Instituto de Estocolmo para la Investigación de la Paz Internacional) en su Yearbook 1990.
Luego, en 1987, las superpotencias concordaron en destruir todos sus misiles de lanzamiento desde tierra con alcances de entre 500 y 5.500 kilómetros (entre 300 y 3.400 millas). “La destrucción física de los misiles y lanzacohetes adelanta como se había previsto, y cada lado va observando debidamente las estipulaciones de los acuerdos”, dice el SIPRI.
Se han tomado otras medidas para disminuir el peligro de una guerra nuclear. Por ejemplo, en 1988 las superpotencias firmaron un acuerdo con relación a “misiles balísticos intercontinentales y mísiles balísticos para lanzamiento desde submarinos”. Antes de lanzar proyectiles de ese tipo, cada lado tiene que dar notificación al otro, “no menos de veinticuatro horas de antemano, de la fecha proyectada, la zona de lanzamiento y la zona de impacto”. Según el SIPRI, esos acuerdos “casi eliminan la posibilidad de que incidentes locales lleven a una guerra nuclear mundial”.
Mientras tanto, los planes para mejorar la seguridad internacional aceleran. En mayo de 1990, durante una reunión de alto nivel entre las superpotencias en Washington, D.C., el entonces presidente soviético Mijail Gorbachov propuso que los dos bloques de naciones europeas firmaran un tratado de paz. En julio representantes de las 16 naciones occidentales de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) se reunieron en Londres. Su contestación a la propuesta de Mijail Gorbachov fue que ambos lados firmaran una “declaración conjunta en la que declaramos solemnemente que ya no somos adversarios, y confirmamos nuestra intención de abstenernos de amenazar con la fuerza y emplearla”. El titular de primera plana de un periódico africano dijo que aquello era “un paso gigantesco hacia la paz mundial”.
Después, en vísperas de una reunión de alto nivel entre las superpotencias en Helsinki, Finlandia, un portavoz del gobierno estadounidense dijo que “la probabilidad de guerra [en el Oriente Medio] está llevando a un nuevo plan colectivo para la paz mundial”. La paz se había retrasado cuando Irak invadió Kuwait, y pareció que el Oriente Medio sería presa de las llamas. Pero, por la autoridad de las Naciones Unidas, fuerzas bélicas internacionales encabezadas por los Estados Unidos hicieron que las fuerzas invasoras retrocedieran a su propio país. La unidad internacional de propósito que se manifestó en esa guerra puso en algunos la esperanza de que hubiera nacido una nueva era de cooperación.
Desde entonces los sucesos mundiales han ido más allá. Especialmente la mismísima naturaleza de lo que fue la Unión Soviética cambió radicalmente. Se permitió que los estados del Báltico declararan su independencia, y otras repúblicas de la Unión Soviética siguieron su ejemplo. Salieron a la luz violentas rivalidades étnicas en zonas que habían parecido homogéneas bajo el control comunista centralizado. Para el fin de 1991 la Unión Soviética había cesado de existir oficialmente.
Estos cambios radicales en el escenario político mundial significan una oportunidad para la Organización de las Naciones Unidas. En cuanto a esto, The New York Times dijo: “El relajamiento de las tensiones mundiales y el nuevo espíritu de cooperación entre los Estados Unidos y la Unión Soviética podrían significar un papel nuevo y más poderoso en los asuntos internacionales para la organización mundial”.
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Los planes humanos para la seguridad internacionalLa Atalaya 1992 | 1 de marzo
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a Ese acuerdo es el primero y el más importante de una serie de acuerdos firmados en Helsinki por Canadá, los Estados Unidos, la Unión Soviética y otros 32 países. El nombre oficial del acuerdo principal es Estatuto Final de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa. Su objetivo principal era disminuir la tensión internacional entre Oriente y Occidente (World Book Encyclopedia).
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