BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • “Dios ama al dador alegre”
    La Atalaya 1998 | 1 de noviembre
    • Posteriormente, estos generosos cristianos de Judea empobrecieron. La Biblia no especifica cuál fue exactamente la razón. Algunos eruditos creen que tal vez se debió al hambre que menciona Hechos 11:28, 29. Sea como fuere, dichos cristianos estaban en una situación desesperada, y Pablo quería asegurarse de que se atendieran sus necesidades. ¿Cómo lo haría?

      Colecta para los necesitados

      Pablo consiguió la ayuda de congregaciones hasta de Macedonia, y se encargó de que se hiciera una colecta para los empobrecidos cristianos de Judea. Escribió a los corintios: “Así como di órdenes a las congregaciones de Galacia, háganlo de esa manera ustedes también. Cada primer día de la semana, que cada uno de ustedes en su propia casa ponga algo aparte en reserva según vaya prosperando”a (1 Corintios 16:1, 2).

      Pablo quería que los fondos se enviaran rápidamente a los hermanos de Jerusalén, pero los corintios respondieron con lentitud a sus instrucciones. ¿Por qué? ¿Les daba igual la situación difícil de sus hermanos de Judea? No, pues Pablo sabía que los corintios estaban “abundando en todo, en fe y en palabra y en conocimiento y en toda solicitud” (2 Corintios 8:7). Probablemente estaban bastante ocupados atendiendo otras cuestiones de importancia fundamental de las que Pablo les había hablado en su primera carta. Pero la situación de Jerusalén requería atención inmediata, por lo que Pablo trató el asunto en su segunda carta a los Corintios.

      Llamamientos a la generosidad

      En primer lugar, Pablo habló a los corintios sobre los macedonios, cuya respuesta a la campaña de socorro era ejemplar. “Durante una gran prueba, bajo aflicción —escribió Pablo—, su abundancia de gozo y su profunda pobreza hicieron abundar las riquezas de su generosidad.” Los macedonios no necesitaron recordatorios. Al contrario, Pablo dijo que “espontáneamente siguieron rogándonos con fuerte súplica por el privilegio de dar bondadosamente”. La alegre generosidad de los macedonios es aún más notable si se tiene en cuenta que ellos mismos eran ‘profundamente pobres’ (2 Corintios 8:2-4).

      ¿Pretendía Pablo con su alabanza de los macedonios fomentar un espíritu de competencia en los corintios? En absoluto, pues sabía que esa no era la manera adecuada de motivar a nadie a actuar (Gálatas 6:4). Además, sabía que a los corintios no había que avergonzarlos para que hicieran lo que era debido. Tenía confianza en que amaban sinceramente a sus hermanos de Judea y deseaban hacer sus aportaciones a la campaña de socorro. “Ya hace un año —les dijo— que ustedes iniciaron no solo el hacer, sino también el querer hacer.” (2 Corintios 8:10.) De hecho, en algunas facetas de dicha campaña los corintios mismos eran ejemplares. “Conozco su prontitud de ánimo, de la cual me jacto ante los macedonios respecto de ustedes”, les dijo Pablo, y añadió: “El celo de ustedes ha estimulado a la mayoría de ellos” (2 Corintios 9:2). No obstante, en ese momento los corintios debían plasmar en acciones su celo y buena disposición.

      Por ello, Pablo les dijo: “Que cada uno haga tal como lo ha resuelto en su corazón, no de mala gana ni como obligado, porque Dios ama al dador alegre” (2 Corintios 9:7). El objetivo de Pablo, por tanto, no era presionar a los corintios, pues difícilmente puede ser alguien un dador alegre si se le coacciona. Por lo visto, Pablo daba por sentado que ya existía el motivo apropiado, que todos ya se habían resuelto a dar. Además, les dijo: “Si primero está allí la prontitud, es especialmente acepto según lo que tiene la persona, no según lo que no tiene” (2 Corintios 8:12). Así es, cuando hay prontitud —cuando la motivación es el amor—, Dios acepta lo que se le ofrece, sin importar lo pequeña que pueda parecer la cantidad (compárese con Lucas 21:1-4).

  • “Dios ama al dador alegre”
    La Atalaya 1998 | 1 de noviembre
    • a El que Pablo ‘diera órdenes’ no significa que hiciese requerimientos arbitrarios y obligatorios. Él sencillamente supervisaba la colecta, en la que participaban varias congregaciones. Además, Pablo dijo que cada uno “en su propia casa” había de dar “según [fuera] prosperando”. En otras palabras: las contribuciones habían de hacerse en privado y de forma voluntaria. No se coaccionaba a nadie.

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir