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CoreaAnuario de los testigos de Jehová para 1988
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LA ACTIVIDAD DE LOS REPARTIDORES
En 1930, a la edad de veintidós años, el hermano Lee Shi-chong dedicó su vida a Jehová y emprendió el servicio de repartidor. A este respecto él comentó: “Como no tenía suficiente valor para predicar en la ciudad, me hice con una bicicleta y decidí predicar en las provincias. Acomodé mi equipaje y la literatura en la bicicleta, y el primer lugar que visité fue la oficina del condado de la provincia de Kyŏnggi. Al llegar, vacilé en entrar, pero pensé que mi misión era la de ser embajador del Reino, una expresión que había oído muchas veces en boca del administrador de la sucursal. El resultado fue que les pude colocar varios libros a los funcionarios de la oficina del condado, y me sentí mucho más animado y confiado a partir de ese momento”.
El hermano Lee, actualmente anciano de una congregación de Seúl, viajó a lo largo y ancho del país, llegando hasta lo que hoy es Corea del Norte y aun hasta Manchuria. Solía hacer sus pedidos de literatura a la oficina sucursal de Seúl, y solicitaba que se la enviaran a la siguiente ciudad o pueblo que visitaría. Así discurrió su vida por tres años, hasta 1933, cuando la obra de predicar se enfrentó a dificultades.
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CoreaAnuario de los testigos de Jehová para 1988
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[Ilustración de la página 143]
Lee Shi-chong, un repartidor que a principios de la década de los treinta recorrió las zonas rurales en bicicleta para propagar el mensaje del Reino
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