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Consuelo para los oprimidosLa Atalaya 1996 | 1 de noviembre
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Consuelo para los oprimidos
¿HA NOTADO durante su vida la constante repetición de ciertos términos en los titulares de las noticias? ¿Está usted cansado de leer palabras como guerra, crimen, desastre, hambre y sufrimiento? No obstante, hay una palabra que ha brillado por su ausencia en las noticias, aunque representa algo que la humanidad necesita imperiosamente. La palabra es “consuelo”.
“Consolar” significa “aliviar la pena o aflicción de alguien”, darle fuerza y esperanza. Con todos los problemas que el mundo ha experimentado durante el siglo XX, hay una necesidad urgente de esperanza y alivio de las penas. Es cierto que debido principalmente al adelanto científico, muchos de nosotros disfrutamos hoy de más comodidades de las que pudieron imaginar nuestros antepasados. Pero la ciencia y la tecnología no nos han consolado en el sentido de eliminar todas las causas del sufrimiento humano. ¿Cuáles son estas?
Hace muchos siglos, el sabio Salomón habló de una de las causas básicas del sufrimiento cuando dijo: “El hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo”. (Eclesiastés 8:9.) La ciencia y la tecnología no han podido cambiar la tendencia humana de querer dominar al prójimo. En el siglo XX esta tendencia ha conducido a opresivas dictaduras nacionales y a horrendas guerras internacionales.
Desde 1914 se ha matado a más de cien millones de personas en diferentes guerras. Piense en la angustia humana que representa esta cifra: millones de familias dolientes que necesitan consuelo. Y las guerras llevan a otros tipos de sufrimiento además de la muerte violenta. A finales de la II Guerra Mundial había más de doce millones de refugiados en Europa. En los últimos años, más de un millón y medio de desplazados huyeron de los campos de batalla del sudeste asiático. La guerra de los Balcanes ha obligado a más de dos millones de personas a huir de sus hogares, en muchos casos para escapar de la “limpieza étnica”.
No cabe duda de que los refugiados necesitan consuelo, especialmente los que abandonan sus hogares con solo los bienes que pueden llevar consigo, sin saber adónde ir ni lo que les depara el futuro a ellos y a sus familias. Tales personas se cuentan entre las víctimas más lastimosas de la opresión, y precisan ser consoladas.
En los lugares de la Tierra más pacíficos, millones de personas viven prácticamente en esclavitud al sistema económico de este mundo. Es cierto que algunos viven en la abundancia material, pero la mayoría se enfrenta a una lucha diaria por conseguir el sustento. Muchos buscan un hogar decente. Cada vez más personas están desempleadas. “El mundo —predice un periódico africano— se encamina a una crisis de empleo sin precedentes, y para el año 2020 habrá 1.300 millones de personas más en busca de trabajo.” Los oprimidos económicamente sin duda necesitan fortaleza y esperanza, es decir, consuelo.
Desesperados por las circunstancias, algunos recurren a la delincuencia. Con ello solo se consigue crear dificultades a las víctimas, y los elevados índices de delincuencia aumentan el sentimiento de opresión. Un titular reciente del rotativo The Star, de Johannesburgo (África del Sur), decía: “Un día en la vida del ‘país más peligroso del mundo’”. El artículo describía un día típico en Johannesburgo y sus alrededores. En solo ese día asesinaron a cuatro personas y a ocho les robaron el vehículo. Se denunciaron diecisiete allanamientos de morada en un vecindario de clase media. También hubo varios robos a mano armada. Según el periódico, la policía calificó de “relativamente calmado” un día como ese. Es comprensible que los familiares de los asesinados, así como las víctimas de los allanamientos de morada y los robos de vehículos, se sientan muy oprimidos. Necesitan seguridad y esperanza, esto es, consuelo.
En ciertos países algunos padres venden a sus hijos para la prostitución. Se dice que un país asiático, frecuentado por turistas que contratan “excursiones de sexo”, tiene 2.000.000 de prostitutas, muchas de las cuales fueron compradas o secuestradas de niñas. ¿Hay personas más oprimidas que estas lastimosas víctimas? En un artículo sobre este vergonzoso comercio, la revista Time se refirió a una conferencia que celebraron en 1991 varias organizaciones femeninas del sudeste asiático. En esta se calculó que “desde mediados de los años setenta, se habían vendido por todo el mundo 30.000.000 de mujeres”.
Claro está que no solo vendiendo a los hijos para la prostitución se les convierte en víctimas de la opresión. Cada vez más niños sufren abusos físicos e incluso son violados en sus propios hogares por sus padres u otros familiares. Es posible que estas criaturas lleven consigo las cicatrices emocionales por mucho tiempo. No cabe duda de que estas trágicas víctimas de la opresión necesitan consuelo.
Un estudiante de la opresión de tiempos antiguos
Al rey Salomón le consternó el grado al que había llegado la opresión humana. Escribió: “Yo mismo regresé para poder ver todos los actos de opresión que se están haciendo bajo el sol, y, ¡mira!, las lágrimas de aquellos a quienes se oprimía, pero no tenían consolador; y de parte de sus opresores había poder, de modo que no tenían consolador”. (Eclesiastés 4:1.)
Si este rey sabio percibió hace tres mil años que los oprimidos necesitaban urgentemente consuelo, ¿qué diría hoy? Sin embargo, Salomón sabía que ningún hombre imperfecto, ni siquiera él, podía proveer el consuelo que la humanidad necesita. Se requería alguien mayor que quebrara el poder de los opresores. ¿Existe tal persona?
El Salmo 72 de la Biblia habla de un magnífico consolador para toda la gente. Este salmo lo escribió el rey David, padre de Salomón. Su sobrescrito dice: “Respecto de Salomón”. Todo indica que David, ya anciano, escribió sobre Aquel que sería heredero de su trono. Este, según el salmo, eliminaría para siempre la opresión. “En sus días el justo brotará, y la abundancia de paz hasta que la luna ya no sea. Y tendrá súbditos de mar a mar y [...] hasta los cabos de la tierra.” (Salmo 72:7, 8.)
Es probable que cuando David escribió estas palabras tuviera presente a su hijo Salomón. Pero este se dio cuenta de que él no podía hacer por la humanidad lo que dice el salmo. Podía cumplir las palabras de este salmo solo de manera limitada y en favor de la nación de Israel, no para beneficio de toda la Tierra. Es evidente que el salmo inspirado profético señalaba a alguien mucho mayor que Salomón. ¿A quién? Solo pudo ser a Jesucristo.
Cuando un ángel anunció el nacimiento de Jesús, dijo: “Jehová Dios le dará el trono de David su padre”. (Lucas 1:32.) Es más, Jesús se refirió a sí mismo como “algo más que Salomón”. (Lucas 11:31.) Cuando Jesús resucitó, se sentó a la diestra de Dios en el cielo, en el lugar desde el que puede cumplir las palabras del Salmo 72. Además, ha recibido el poder y la autoridad de Dios para romper el yugo de los opresores humanos. (Salmo 2:7-9; Daniel 2:44.) De modo que Jesús es quien cumplirá las palabras del Salmo 72.
La opresión terminará pronto
¿Qué significa esto? Quiere decir que pronto será una realidad la eliminación de toda forma de opresión humana. Jesús predijo el sufrimiento y la opresión sin precedentes que se han experimentado en este siglo XX como parte de la señal que marcaría “la conclusión del sistema de cosas”. (Mateo 24:3.) Entre otras cosas, predijo: “Se levantará nación contra nación y reino contra reino”. (Mateo 24:7.) Este aspecto de la profecía empezó a cumplirse para cuando estalló la I Guerra Mundial, en 1914. “Por el aumento del desafuero —añadió Jesús— se enfriará el amor de la mayor parte.” (Mateo 24:12.) El desafuero y la falta de amor han producido una generación inicua y opresiva. Por ello, debe estar cerca el tiempo en el que Jesucristo intervenga como nuevo Rey de la Tierra. (Mateo 24:32-34.) ¿Qué significará esto para los seres humanos oprimidos que tienen fe en Jesucristo y esperan en él como el Consolador de la humanidad nombrado por Dios?
Para contestar esta pregunta, leamos otras palabras del Salmo 72 que se cumplen en Cristo Jesús: “Él librará al pobre que clama por ayuda, también al afligido y a cualquiera que no tiene ayudador. Le tendrá lástima al de condición humilde y al pobre, y las almas de los pobres salvará. De la opresión y de la violencia les redimirá el alma, y la sangre de ellos será preciosa a sus ojos”. (Salmo 72:12-14.) De ese modo el Rey nombrado por Dios, Jesucristo, se ocupará de que nadie sufra debido a la opresión. Él tiene el poder para poner fin a toda forma de injusticia.
‘Esto parece maravilloso —es posible que alguien diga—, pero ¿y en la actualidad? ¿Qué consuelo hay para los que sufren ahora?’ Pues bien, sí hay consuelo para los oprimidos. Los dos artículos siguientes de esta revista muestran cómo millones de personas ya están sintiendo este consuelo al cultivar una estrecha relación con el Dios verdadero, Jehová, y su hijo amado, Jesucristo. Esta relación puede consolarnos durante estos tiempos opresivos y llevarnos a la vida eterna libre de opresión. Jesús dijo en oración a Dios: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo”. (Juan 17:3.)
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Busquemos el consuelo de JehováLa Atalaya 1996 | 1 de noviembre
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Busquemos el consuelo de Jehová
“Que el Dios que suministra aguante y consuelo les conceda tener entre sí la misma actitud mental que tuvo Cristo Jesús.” (ROMANOS 15:5.)
1. ¿Por qué se necesita más consuelo cada día que pasa?
CADA día que pasa trae consigo una mayor necesidad de consuelo. Como observó un escritor bíblico hace más de mil novecientos años, “toda la creación sigue gimiendo juntamente y estando en dolor juntamente hasta ahora”. (Romanos 8:22.) En nuestro tiempo, el ‘gemido’ y el “dolor” son mayores que nunca. Desde la I Guerra Mundial, la humanidad ha sufrido una crisis tras otra en lo que tiene que ver con guerras, delito y desastres naturales, a menudo debido al mal uso que el hombre ha dado a la Tierra. (Revelación [Apocalipsis] 11:18.)
2. a) ¿Quién es el mayor culpable de los ayes actuales de la humanidad? b) ¿Qué hecho nos consuela?
2 ¿Por qué hay tanto sufrimiento en nuestro tiempo? Hablando de cuando se echó a Satanás del cielo después del nacimiento del Reino, en 1914, la Biblia contesta: “¡Ay de la tierra y del mar!, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran cólera, sabiendo que tiene un corto espacio de tiempo”. (Revelación 12:12.) La clara evidencia del cumplimiento de esta profecía significa que hemos llegado casi al final de la inicua gobernación de Satanás. Es muy consolador saber que la vida en la Tierra pronto volverá al estado pacífico que existió antes que Satanás incitara a la rebelión a nuestros primeros padres.
3. ¿En qué tiempo no necesitó consuelo el ser humano?
3 En el principio, el Creador del hombre suministró a la primera pareja humana un hermoso parque como hogar. Estaba ubicado en una zona llamada Edén, que significa “Deleite” o “Placer”. (Génesis 2:8, nota.) Además, Adán y Eva disfrutaban de salud perfecta, con la perspectiva de no morir nunca. Piense tan solo en los muchos campos en los que hubieran podido desarrollar sus aptitudes, como la jardinería, el arte, la construcción y la música. Piense, también, en todas las obras de la creación que pudieran haber estudiado al cumplir su comisión de sojuzgar la Tierra y convertirla en un paraíso. (Génesis 1:28.) En realidad, la vida de Adán y Eva no se hubiera caracterizado por el gemir y el dolor, sino por el placer y el deleite. Obviamente, no hubieran necesitado consuelo.
4, 5. a) ¿Por qué fallaron en la prueba de obediencia Adán y Eva? b) ¿Por qué necesitó consuelo la humanidad?
4 Sin embargo, Adán y Eva debían cultivar un amor y un agradecimiento profundos a su bondadoso Padre celestial. Tal amor les hubiera motivado a obedecer a Dios en toda circunstancia. (Compárese con Juan 14:31.) Lamentablemente, nuestros padres originales no obedecieron a su legítimo Soberano, Jehová. Por el contrario, se dejaron llevar por la malévola gobernación de un ángel caído, Satanás el Diablo. Fue este quien tentó a Eva a pecar y comer del fruto prohibido. Luego pecó Adán, al comer también del fruto del árbol del que Dios le había advertido con claridad: “En el día que comas de él, positivamente morirás”. (Génesis 2:17.)
5 De este modo la pareja pecadora comenzó a morir. Cuando Dios pronunció la sentencia de muerte, le dijo también a Adán: “Maldito está el suelo por tu causa. Con dolor comerás su producto todos los días de tu vida. Y espinos y cardos hará crecer para ti, y tienes que comer la vegetación del campo”. (Génesis 3:17, 18.) Así, Adán y Eva perdieron la perspectiva de convertir la tierra inculta en un paraíso. Se les expulsó del Edén y tuvieron que concentrar sus energías en extraer la subsistencia de una tierra que había sido maldecida. Sus descendientes, que heredaron esta condición imperfecta y moribunda, necesitaban imperiosamente consuelo. (Romanos 5:12.)
Se cumple una promesa consoladora
6. a) ¿Qué promesa consoladora hizo Dios después de que la humanidad pecó? b) ¿Qué profecía relativa al consuelo pronunció Lamec?
6 Cuando Jehová sentenció al instigador de la rebelión del hombre, demostró ser ‘el Dios que suministra consuelo’. (Romanos 15:5.) Prometió mandar una “descendencia” que con el tiempo liberaría a la prole de Adán de los calamitosos efectos de la rebelión de este. (Génesis 3:15.) Más tarde, Dios también proveyó vislumbres de esa liberación. Por ejemplo, inspiró a Lamec, un descendiente distante de Adán de la línea de Set, a profetizar acerca de lo que haría su hijo: “Este nos traerá consuelo aliviándonos de nuestro trabajo y del dolor de nuestras manos que resulta del suelo que Jehová ha maldecido”. (Génesis 5:29.) En conformidad con esta promesa, al niño se le llamó Noé, que se cree que significa “Descanso” o “Consolación”.
7, 8. a) ¿Debido a qué situación sintió pesar Dios por haber creado al hombre, y qué se propuso hacer? b) ¿Cómo cumplió Noé el significado de su nombre?
7 Entretanto, en el cielo algunos de los ángeles se estaban haciendo seguidores de Satanás. Estos se materializaron como seres humanos y tomaron para sí atractivas mujeres descendientes de Adán. Estas uniones contranaturales corrompieron más a la sociedad humana y produjeron una raza impía de nefilim, es decir, “derribadores”, que llenaron la Tierra de violencia. (Génesis 6:1, 2, 4, 11; Judas 6.) “Por consiguiente, Jehová vio que la maldad del hombre abundaba en la tierra [...]. Y Jehová sintió pesar por haber hecho a hombres en la tierra, y se sintió herido en el corazón.” (Génesis 6:5, 6.)
8 Jehová se propuso destruir aquel mundo inicuo por medio de un diluvio universal, pero primero mandó a Noé construir un arca para conservar la vida. Así se salvaron la raza humana y los géneros animales. Noé y su familia se debieron sentir muy aliviados después del Diluvio, cuando salieron del arca y encontraron una Tierra limpia. También debió ser confortante comprobar que se había eliminado la maldición de la tierra y que los trabajos agrícolas eran mucho más fáciles. La profecía de Lamec se realizó, y Noé cumplió con el significado de su nombre. (Génesis 8:21.) Como fiel siervo de Dios, Noé fue utilizado para traer cierta medida de “consuelo” a la humanidad. Sin embargo, la influencia inicua de Satanás y sus ángeles demoníacos no terminó con el Diluvio, de modo que la humanidad sigue gimiendo bajo la carga del pecado, la enfermedad y la muerte.
Alguien mayor que Noé
9. ¿Cómo ha demostrado Jesucristo ser un ayudante y un consolador para los seres humanos arrepentidos?
9 Con el tiempo, al cabo de unos cuatro mil años de historia humana, llegó la prometida Descendencia. Por su gran amor a la humanidad, Jehová Dios envió a su Hijo unigénito a la Tierra para que muriera como rescate por la humanidad pecadora. (Juan 3:16.) Jesucristo proporciona un gran alivio a los pecadores arrepentidos que ejercen fe en su muerte de sacrificio. Todos los que dedican su vida a Jehová y se hacen discípulos bautizados de su Hijo, obtienen refrigerio y consuelo duraderos. (Mateo 11:28-30; 16:24.) A pesar de su imperfección, hallan gran gozo en servir a Dios con una conciencia limpia. Les consuela mucho saber que si siguen ejerciendo fe en Jesús, serán recompensados con vida eterna. (Juan 3:36; Hebreos 5:9.) Si cometen un pecado grave por debilidad, tienen un ayudante y consolador: el resucitado Señor Jesucristo. (1 Juan 2:1, 2.) Les alivia confesar el pecado y tomar las medidas bíblicas para no incurrir de nuevo en la práctica del pecado, sabiendo que ‘Dios es fiel y justo para perdonar sus pecados’. (1 Juan 1:9; 3:6; Proverbios 28:13.)
10. ¿Qué aprendemos de los milagros que Jesús ejecutó cuando estuvo en la Tierra?
10 Mientras estuvo en la Tierra, Jesús también trajo refrigerio a la gente al liberar a los que estaban poseídos por demonios, curar toda suerte de enfermedad y resucitar a seres queridos que habían muerto. Es cierto que los beneficios de estos milagros fueron de carácter temporal, pues los favorecidos con el tiempo envejecieron y murieron. No obstante, Jesús señaló de ese modo a las futuras bendiciones permanentes que derramará sobre toda la humanidad. Pronto, como un poderoso Rey celestial, hará mucho más que expulsar a los demonios. Los abismará con su líder, Satanás, en un estado de inactividad. Luego comenzará el glorioso Reinado de Mil Años de Cristo. (Lucas 8:30, 31; Revelación 20:1, 2, 6.)
11. ¿Por qué se llamó Jesús “Señor del sábado”?
11 Jesús dijo que era “Señor del sábado”, y muchas de sus curaciones las efectuó en sábado. (Mateo 12:8-13; Lucas 13:14-17; Juan 5:15, 16; 9:14.) ¿Por qué lo hizo? Bien, el sábado era parte de la Ley de Dios a Israel y “una sombra de las buenas cosas por venir”. (Hebreos 10:1.) Los seis días laborables nos recuerdan los pasados seis mil años de esclavitud humana a la gobernación opresiva de Satanás. El sábado, último día de la semana, nos recuerda el descanso reconfortante que experimentará la humanidad durante el Reinado de Mil Años del Noé Mayor, Jesucristo. (Compárese con 2 Pedro 3:8.)
12. ¿Qué consoladoras experiencias podemos esperar?
12 ¡Qué alivio sentirán los súbditos terrestres del gobierno de Cristo cuando por fin se vean totalmente libres de la malévola influencia satánica! Tendrán más consuelo cuando sean curados de sus dolencias físicas, emocionales y mentales. (Isaías 65:17.) Luego, piense en el júbilo que sentirán cuando empiecen a recibir a los seres queridos resucitados de entre los muertos. Así, Dios “limpiará toda lágrima de sus ojos”. (Revelación 21:4.) Según se vayan aplicando los beneficios del sacrificio de rescate de Jesús, se elevará progresivamente a la perfección a los súbditos obedientes del Reino de Dios y se les librará por completo de todos los efectos nocivos del pecado de Adán. (Revelación 22:1-5.) Entonces se desatará a Satanás “por un poco de tiempo”. (Revelación 20:3, 7.) Todos los seres humanos que apoyen fielmente la soberanía legítima de Jehová tendrán la recompensa de la vida eterna. Imagínese el gozo y alivio inenarrables de ‘ser libertados de la esclavitud a la corrupción’ por completo. De este modo la humanidad obediente disfrutará de “la gloriosa libertad de los hijos de Dios”. (Romanos 8:21.)
13. ¿Por qué necesitan todos los verdaderos cristianos el consuelo que Dios provee?
13 Entretanto, seguimos sujetos al gemido y el dolor comunes a todos los que viven en el sistema maligno de Satanás. El aumento de las enfermedades físicas y los desórdenes emocionales afectan a toda clase de gente, incluidos los cristianos fieles. (Filipenses 2:25-27; 1 Tesalonicenses 5:14.) Además, por ser cristianos, a menudo somos objeto de la injusta mofa y persecución que Satanás lanza contra nosotros por “obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres”. (Hechos 5:29.) De modo que si queremos perseverar haciendo la voluntad de Dios hasta el fin del mundo de Satanás, necesitamos el consuelo, la ayuda y la fortaleza que Él suministra.
Dónde podemos hallar consuelo
14. a) ¿Qué promesa hizo Jesús la noche anterior a su muerte? b) ¿Qué es necesario si queremos beneficiarnos plenamente del consuelo del espíritu santo de Dios?
14 La noche anterior a su muerte, Jesús informó a sus apóstoles fieles que pronto los dejaría y regresaría con su Padre, lo cual los perturbó y afligió. (Juan 13:33, 36; 14:27-31.) Reconociendo la necesidad que tenían de seguir recibiendo consuelo, Jesús les prometió: “Yo pediré al Padre, y él les dará otro ayudante que esté con ustedes para siempre”. (Juan 14:16, nota.) Con estas palabras se refirió al espíritu santo de Dios, que se derramó sobre sus discípulos cincuenta días después de su resurrección.a Entre otros beneficios, el espíritu de Dios los consoló durante sus pruebas y los fortaleció para que siguieran haciendo la voluntad divina. (Hechos 4:31.) Sin embargo, tal ayuda no debe considerarse algo automático. Para beneficiarse plenamente de ella, cada cristiano debe orar de continuo por la asistencia consoladora que Dios provee mediante su espíritu santo. (Lucas 11:13.)
15. ¿De qué maneras nos consuela Jehová?
15 Dios también nos suministra consuelo mediante su Palabra, la Biblia. Pablo escribió: “Todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción, para que mediante nuestro aguante y mediante el consuelo de las Escrituras tengamos esperanza”. (Romanos 15:4.) De ahí la necesidad que tenemos de estudiar regularmente las cosas escritas en la Biblia y en las publicaciones bíblicas, y de meditar en ellas. También debemos asistir con asiduidad a las reuniones cristianas, donde se comparten enseñanzas consoladoras de la Palabra de Dios. Uno de los principales propósitos de tales reuniones es animarnos unos a otros. (Hebreos 10:25.)
16. ¿Qué deberían motivarnos a hacer las provisiones consoladoras de Dios?
16 La carta de Pablo a los Romanos muestra a continuación los buenos resultados que obtenemos cuando nos valemos de las provisiones consoladoras de Dios. “Que el Dios que suministra aguante y consuelo —escribió Pablo— les conceda tener entre sí la misma actitud mental que tuvo Cristo Jesús, para que, de común acuerdo, con una sola boca glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.” (Romanos 15:5, 6.) En efecto, si nos aprovechamos plenamente de las provisiones consoladoras de Dios, nos pareceremos más a nuestro valeroso Caudillo, Jesucristo. Nos sentiremos motivados a seguir usando la boca para glorificar a Dios en la predicación, en las reuniones, en las conversaciones privadas con compañeros creyentes y en nuestras oraciones.
En tiempo de prueba severa
17. ¿Cómo consoló Jehová a su Hijo, y con qué resultado?
17 Jesús ‘se perturbó en gran manera’ y ‘se contristó hondamente’ la noche antes de su agónica muerte. (Mateo 26:37, 38.) De modo que se retiró a cierta distancia de sus discípulos y pidió ayuda a su Padre en oración. “Fue oído favorablemente por su temor piadoso.” (Hebreos 5:7.) La Biblia dice que “se le apareció un ángel del cielo y lo fortaleció”. (Lucas 22:43.) La valentía y hombría con la que Jesús hizo frente a sus opositores, prueba que Dios consoló a su Hijo de la manera más eficaz. (Juan 18:3-8, 33-38.)
18. a) ¿Qué período de la vida del apóstol Pablo fue particularmente dificultoso? b) ¿Cómo podemos confortar a los ancianos compasivos que trabajan duro?
18 El apóstol Pablo también pasó por períodos de prueba severa. Por ejemplo, su ministerio en Éfeso estuvo marcado “con lágrimas y con las pruebas que [le] sobrevinieron por los complots de los judíos”. (Hechos 20:17-20.) Finalmente, Pablo se fue de Éfeso cuando los seguidores de la diosa Ártemis alborotaron a la ciudad debido a su predicación. (Hechos 19:23-29; 20:1.) Cuando Pablo se dirigió hacia el norte, a la ciudad de Troas, estaba muy preocupado. Un poco antes del alboroto de Éfeso, había recibido una noticia inquietante. La joven congregación de Corinto estaba dividida y toleraba la fornicación. De modo que Pablo escribió desde Éfeso una carta de censura fuerte con la esperanza de corregir la situación. Eso no fue fácil para él. “De en medio de mucha tribulación y angustia de corazón les escribí con muchas lágrimas”, les confesó más tarde en una segunda carta. (2 Corintios 2:4.) Como en el caso de Pablo, a los ancianos compasivos no les resulta fácil corregir mediante consejo o censurar, en parte porque son muy conscientes de sus propias debilidades. (Gálatas 6:1.) Así que confortemos a los que llevan la delantera entre nosotros respondiendo con presteza a su consejo amoroso basado en la Biblia. (Hebreos 13:17.)
19. ¿Por qué viajó Pablo de Troas a Macedonia, y qué alivio recibió con el tiempo?
19 Pablo no solo escribió desde Éfeso a los hermanos de Corinto, sino que también les mandó a Tito para que los ayudara y le informara de su respuesta a la carta. Pablo esperaba encontrarse con Tito en Troas. En ese lugar, Pablo fue bendecido con buenas oportunidades de hacer discípulos. Pero como Tito aún no había llegado, su ansiedad no desapareció. (2 Corintios 2:12, 13.) De modo que viajó a Macedonia, esperando encontrarse allí con Tito. La ansiedad de Pablo se agravó por la intensa oposición que recibió su ministerio. “Cuando llegamos a Macedonia —explica—, no obtuvo alivio nuestra carne, sino que continuamos siendo afligidos de toda manera... había peleas por fuera, temores por dentro. No obstante, Dios, que consuela a los abatidos, nos consoló con la presencia de Tito.” (2 Corintios 7:5, 6.) ¡Qué alivio cuando Tito finalmente llegó e informó a Pablo sobre la positiva respuesta de los corintios a su carta!
20. a) Como en el caso de Pablo, ¿de qué otra manera importante nos consuela Jehová? b) ¿Qué se analizará en el siguiente artículo?
20 La experiencia de Pablo consuela hoy a los siervos de Dios, muchos de los cuales se enfrentan a pruebas que los ‘abaten’ o ‘deprimen’. (La Biblia de las Américas.) Sí, ‘el Dios que suministra consuelo’ conoce nuestras necesidades individuales y puede valerse de nosotros para que nos consolemos unos a otros, tal como a Pablo lo consoló el informe de Tito sobre el arrepentimiento de los corintios. (2 Corintios 7:11-13.) En el siguiente artículo analizaremos la cariñosa respuesta de Pablo a los corintios y cómo puede ayudarnos a participar efectivamente del consuelo de Dios hoy día.
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Participemos del consuelo que Jehová suministraLa Atalaya 1996 | 1 de noviembre
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Participemos del consuelo que Jehová suministra
“Nuestra esperanza tocante a ustedes es invariable, ya que sabemos que, así como ustedes son partícipes de los sufrimientos, de la misma manera también participarán del consuelo.” (2 CORINTIOS 1:7.)
1, 2. ¿Qué han experimentado muchas personas que han abrazado el cristianismo hoy?
MUCHOS lectores actuales de La Atalaya se criaron sin un conocimiento de la verdad divina. Quizá ese haya sido su caso. Si lo fue, recuerde cómo se sintió cuando empezaron a abrírsele los ojos del entendimiento. Por ejemplo, cuando entendió por primera vez que los muertos no están sufriendo, sino que se hallan inconscientes, ¿no se sintió aliviado? ¿Y no lo consoló conocer la esperanza con relación a los muertos, que miles de millones de personas resucitarán para vivir en el nuevo mundo de Dios? (Eclesiastés 9:5, 10; Juan 5:28, 29.)
2 ¿Y qué puede decirse de la promesa divina de poner fin a la maldad y transformar esta Tierra en un paraíso? Cuando la conoció, ¿no sintió consuelo y se llenó de ansiosa expectación? ¿Cómo reaccionó cuando oyó por primera vez que existía la posibilidad de no morir nunca, sino de pasar con vida a esa Tierra paradisíaca venidera? Sin duda, se entusiasmó; había recibido el mensaje consolador de Dios que los testigos de Jehová están predicando por toda la Tierra. (Salmo 37:9-11, 29; Juan 11:26; Revelación 21:3-5.)
3. ¿Por qué padecen también tribulación aquellos que comparten el mensaje consolador de Dios?
3 Sin embargo, cuando intentó comunicar el mensaje bíblico a otras personas, también se dio cuenta de que la “fe no es posesión de todos”. (2 Tesalonicenses 3:2.) Es posible que algunos de sus anteriores amigos se mofaran de usted por tener fe en las promesas de la Biblia. Puede que haya sufrido persecución por estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. Quizá la oposición se intensificó cuando empezó a efectuar cambios a fin de conformar su vida a los principios bíblicos. Comenzó a experimentar la tribulación que Satanás y su mundo traen sobre todos los que aceptan el consuelo de Dios.
4. ¿De qué diferentes maneras reaccionan las personas recién interesadas ante la tribulación?
4 Lamentablemente, como Jesús predijo, la tribulación hace que algunos tropiecen y dejen de relacionarse con la congregación cristiana. (Mateo 13:5, 6, 20, 21.) Otros aguantan la tribulación manteniendo la mente fija en las consoladoras promesas que están aprendiendo. Con el tiempo, dedican su vida a Jehová y se bautizan como discípulos de su Hijo, Jesucristo. (Mateo 28:19, 20; Marcos 8:34.) Por supuesto, la tribulación no termina una vez que el cristiano se bautiza. Por ejemplo, es posible que a la persona que ha llevado una vida inmoral le resulte muy difícil mantenerse casta. Otros tienen que luchar contra la constante oposición de familiares no creyentes. Sea cual sea la tribulación, todos los que viven vidas dedicadas a Dios pueden estar seguros de algo: van a experimentar de manera muy personal el consuelo y la ayuda de Dios.
“El Dios de todo consuelo”
5. ¿Qué experimentó Pablo junto con las muchas pruebas que sufrió?
5 El apóstol Pablo valoró mucho el consuelo que Dios suministra. Después de un tiempo particularmente difícil en Asia y Macedonia, le alivió mucho saber que la congregación corintia había respondido bien a su carta de censura. Este hecho lo motivó a escribir una segunda carta, que contiene las siguientes palabras de alabanza: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de tiernas misericordias y el Dios de todo consuelo, que nos consuela en toda nuestra tribulación”. (2 Corintios 1:3, 4.)
6. ¿Qué aprendemos de las palabras de Pablo escritas en 2 Corintios 1:3, 4?
6 Estas palabras inspiradas están llenas de significado. Analicémoslas. Cuando Pablo alaba a Dios o le da gracias o le pide algo en sus cartas, normalmente incluye también expresiones de aprecio profundo por Jesús, el Cabeza de la congregación cristiana. (Romanos 1:8; 7:25; Efesios 1:3; Hebreos 13:20, 21.) Así, vemos que Pablo dirige esta alabanza al “Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”. Luego utiliza, por primera vez en sus escritos, un sustantivo griego que se traduce “tiernas misericordias”. Este sustantivo se deriva de un término que expresa pesar por el sufrimiento ajeno. Pablo expone de esta manera los tiernos sentimientos de Dios por todos sus siervos fieles que sufren tribulación, sentimientos que lo motivan a tratarlos con misericordia. Finalmente, Pablo vio en Jehová la fuente de esta deseable cualidad, pues lo llamó “el Padre de tiernas misericordias”.
7. ¿Por qué puede decirse que Jehová es el “Dios de todo consuelo”?
7 Las “tiernas misericordias” de Dios alivian al que sufre tribulación. Por ello, Pablo seguidamente denomina a Jehová “el Dios de todo consuelo”. De modo que podemos considerar que Jehová es la fuente de todo el consuelo que recibimos por la bondad de nuestros compañeros de creencia. No existe ningún consuelo real y duradero que no proceda de Dios. Además, él creó al hombre a su imagen, lo que nos confiere también la capacidad de consolar. Y es el espíritu santo de Dios el que motiva a sus siervos a mostrar tierna misericordia a los que necesitan consuelo.
Se nos prepara para consolar
8. Aunque Dios no es el causante de nuestras pruebas, ¿qué efecto provechoso puede tener en nosotros el aguante de la tribulación?
8 Aunque Jehová Dios permite las diversas pruebas que les sobrevienen a sus siervos, él nunca las causa. (Santiago 1:13.) Sin embargo, el consuelo que él suministra cuando aguantamos la tribulación puede prepararnos para que seamos más conscientes de las necesidades ajenas. ¿Con qué resultado? “Que nosotros podamos consolar a los que se hallan en cualquier clase de tribulación mediante el consuelo con que nosotros mismos estamos siendo consolados por Dios.” (2 Corintios 1:4.) Por consiguiente, Jehová nos prepara para que, de manera eficaz, hagamos partícipes de su consuelo a nuestros compañeros de creencia y a las personas que encontramos en el ministerio, imitando a Cristo y ‘consolando a todos los que están de duelo’. (Isaías 61:2; Mateo 5:4.)
9. a) ¿Qué nos ayudará a aguantar el sufrimiento? b) ¿Cómo consuela a otros el que aguantemos fielmente la tribulación?
9 Pablo aguantó sus muchos sufrimientos gracias al abundante consuelo que recibió de Dios mediante Cristo. (2 Corintios 1:5.) Nosotros también podemos obtener mucho consuelo si meditamos en las maravillosas promesas de Dios, pedimos el apoyo de su espíritu santo y experimentamos la respuesta de Dios a nuestras oraciones. De este modo se nos fortalece para seguir sosteniendo la soberanía de Jehová y probando que el Diablo es un mentiroso. (Job 2:4; Proverbios 27:11.) Cuando aguantamos fielmente cualquier clase de tribulación, debemos atribuir todo el mérito a Jehová, como hizo Pablo, pues es su consuelo el que permite que los cristianos se mantengan fieles bajo prueba. El aguante de los cristianos fieles tiene un efecto consolador en la hermandad, y hace que otros se resuelvan a “aguantar los mismos sufrimientos”. (2 Corintios 1:6.)
10, 11. a) ¿Qué causó sufrimiento a la congregación de la antigua Corinto? b) ¿Cómo consoló Pablo a la congregación corintia, y qué esperanza expresó?
10 Los corintios habían sido partícipes de los sufrimientos que les sobrevienen a todos los cristianos verdaderos. Además, necesitaban consejo para expulsar a un fornicador impenitente. (1 Corintios 5:1, 2, 11, 13.) El no haber hecho esto y no haber puesto fin a la contienda y las divisiones trajo deshonra a la congregación. Pero al fin siguieron el consejo de Pablo y se arrepintieron sinceramente. Por ello, los elogió con afecto y les dijo que la buena respuesta a su carta lo había consolado. (2 Corintios 7:8, 10, 11, 13.) Al parecer, el expulsado también se arrepintió. De modo que Pablo les aconsejó que ‘lo perdonaran bondadosamente y lo consolaran, para que de un modo u otro tal hombre no fuera tragado por hallarse demasiado triste’. (2 Corintios 2:7.)
11 Con toda seguridad la segunda carta de Pablo consoló a la congregación corintia. Y esta era una de las intenciones de Pablo, pues les explicó: “Nuestra esperanza tocante a ustedes es invariable, ya que sabemos que, así como ustedes son partícipes de los sufrimientos, de la misma manera también participarán del consuelo”. (2 Corintios 1:7.) Al final de su carta, Pablo les exhortó: “Continúen [...] siendo consolados [...]; y el Dios de amor y de paz estará con ustedes”. (2 Corintios 13:11.)
12. ¿Qué necesidad tienen todos los cristianos?
12 Podemos aprender una lección muy importante de esto. Todos los miembros de la congregación cristiana necesitan ‘participar del consuelo’ que Dios proporciona a través de su Palabra, su espíritu santo y su organización terrenal. Incluso es posible que los expulsados necesiten consuelo si se han arrepentido y han corregido su proceder erróneo. Por ello, “el esclavo fiel y discreto” ha instituido una provisión misericordiosa para ayudarlos. Una vez al año dos ancianos pueden visitar a ciertos expulsados. Es posible que estos ya no manifiesten una actitud rebelde ni estén cometiendo ningún pecado craso, y quizá necesiten ayuda a fin de dar los pasos necesarios para su restablecimiento. (Mateo 24:45; Ezequiel 34:16.)
La tribulación de Pablo en Asia
13, 14. a) ¿Cómo describió Pablo el tiempo de severa tribulación que pasó en Asia? b) ¿Qué incidente es posible que tuviera presente Pablo?
13 La clase de sufrimiento que había experimentado la congregación corintia hasta ese momento no podía compararse con las muchas tribulaciones que había tenido que aguantar Pablo, por lo que pudo recordarles: “No deseamos que estén en ignorancia, hermanos, acerca de la tribulación que nos sucedió en el distrito de Asia, que estuvimos bajo extremada presión más allá de nuestras fuerzas, de modo que nos sentimos muy inseguros hasta de nuestra vida. De hecho, sentimos en nosotros mismos que habíamos recibido la sentencia de muerte. Esto fue para que no tuviéramos nuestra confianza en nosotros mismos, sino en el Dios que levanta a los muertos. De tan grande cosa como la muerte nos libró y nos librará; y en él está puesta nuestra esperanza de que también nos seguirá librando”. (2 Corintios 1:8-10.)
14 Algunos comentaristas bíblicos creen que Pablo se refería al alboroto de Éfeso, que pudo haberle costado la vida a él y a sus dos compañeros de viaje macedonios, Gayo y Aristarco. A estos dos cristianos se les introdujo por la fuerza en un teatro atestado de gente que ‘vociferó por unas dos horas: “¡Grande es Ártemis, la diosa de los efesios!”’. Por fin, un funcionario civil de la ciudad logró aquietar a la muchedumbre. Debió angustiar mucho a Pablo el peligro de muerte que corrieron Gayo y Aristarco. De hecho, él quiso entrar y razonar con la turba fanática, pero no se le permitió arriesgar la vida de ese modo. (Hechos 19:26-41.)
15. ¿A qué situación extrema es posible que se refiera 1 Corintios 15:32?
15 No obstante, es posible que Pablo se refiriera a una situación mucho más extrema que el incidente supracitado. En su primera carta a los Corintios, Pablo preguntó: “Si yo, lo mismo que los hombres, he peleado con bestias salvajes en Éfeso, ¿de qué me sirve?”. (1 Corintios 15:32.) Estas palabras pueden significar que la vida de Pablo no solo se vio amenazada por hombres de instintos bestiales, sino por animales salvajes literales en el estadio de Éfeso. A veces se castigaba a los criminales obligándolos a luchar contra animales salvajes ante las muchedumbres sedientas de sangre. Si Pablo quiso decir que se enfrentó a animales salvajes literales, se le debió salvar milagrosamente en el último momento de una muerte cruel, tal como se salvó a Daniel de la boca de leones literales. (Daniel 6:22.)
Ejemplos de tiempos modernos
16. a) ¿Por qué pueden identificarse muchos testigos de Jehová con las tribulaciones que sufrió Pablo? b) ¿Qué seguridad podemos tener con relación a los que han muerto debido a su fe? c) ¿Qué buen efecto ha tenido el que a algunos cristianos se les haya librado de la muerte en el último momento?
16 Muchos cristianos de la actualidad pueden identificarse con las tribulaciones que Pablo sufrió. (2 Corintios 11:23-27.) Hoy, los cristianos también han estado “bajo extremada presión más allá de [sus] fuerzas”, y han afrontado situaciones en las que ‘se han sentido muy inseguros en cuanto a su vida’. (2 Corintios 1:8.) Algunos han muerto en matanzas masivas y a manos de perseguidores crueles. Podemos tener la seguridad de que el poder consolador de Dios los ayudó a aguantar, y que murieron con el corazón y la mente fijos en el cumplimiento de su esperanza, ya fuera de naturaleza celestial o terrenal. (1 Corintios 10:13; Filipenses 4:13; Revelación 2:10.) En otros casos, Jehová ha maniobrado los asuntos y ha librado de la muerte a nuestros hermanos. No cabe duda de que estos han adquirido una confianza mayor “en el Dios que levanta a los muertos”. (2 Corintios 1:9.) Después, han podido comunicar el consolador mensaje de Dios a otras personas con una convicción aún mayor. (Mateo 24:14.)
17-19. ¿Qué experiencias muestran que nuestros hermanos de Ruanda han sido partícipes del consuelo de Dios?
17 Recientemente, nuestros queridos hermanos de Ruanda pasaron por una experiencia similar a la de Pablo y sus compañeros. Muchos perdieron la vida, pero Satanás no logró acabar con su fe. Por el contrario, nuestros hermanos de ese país experimentaron el consuelo de Dios de muchas maneras personales. Durante el genocidio de los tutsis y los hutus que vivían en Ruanda, hubo hutus que arriesgaron la vida para proteger a tutsis, y viceversa. Los extremistas asesinaron a algunos por proteger a sus compañeros de creencia. Por ejemplo, un Testigo hutu de nombre Gahizi fue asesinado por esconder a una hermana tutsi llamada Chantal. Una hermana hutu llamada Charlotte ocultó en otro lugar a Jean, el esposo tutsi de Chantal. Por cuarenta días Jean y otro hermano tutsi permanecieron escondidos en una chimenea grande, de la que solo salían un rato por las noches. Durante todo este tiempo, Charlotte les suministró alimento y protección, aunque vivía cerca de un campamento del ejército hutu. En esta página puede verse una fotografía de Jean y Chantal, juntos de nuevo, y agradecidos porque sus compañeros de adoración hutus ‘arriesgaron su cuello’ por ellos, como Prisca y Áquila lo hicieron por el apóstol Pablo. (Romanos 16:3, 4.)
18 El periódico Intaremara encomió a otro Testigo hutu, Rwakabubu, por proteger a sus compañeros de creencia tutsis.a Dijo: “También está Rwakabubu, testigo de Jehová, que escondió aquí y allá a sus hermanos (así es como ellos se llaman unos a otros). Solía pasar todo el día llevándoles alimento y agua potable, aunque padece de asma. Pero Dios lo hizo extraordinariamente fuerte”.
19 También puede hablarse de una pareja hutu interesada: Nicodeme y Athanasie. Antes de que estallara el genocidio, este matrimonio estudiaba la Biblia con un Testigo tutsi llamado Alphonse. A riesgo de su vida, ocultaron a Alphonse en su casa. Después se dieron cuenta de que la casa no era un lugar seguro, pues los vecinos hutus sabían de su amigo tutsi. Por lo tanto, Nicodeme y Athanasie escondieron a Alphonse en un hoyo en el patio. Esta fue una buena medida, pues los vecinos empezaron a ir casi todos los días buscando a Alphonse. Durante los veintiocho días que pasó en este foso, Alphonse meditó en relatos bíblicos como el de Rahab, que escondió a dos israelitas en la azotea de su casa en Jericó. (Josué 6:17.) Hoy, Alphonse sigue predicando las buenas nuevas en Ruanda, agradecido de que sus estudiantes de la Biblia hutus arriesgaran la vida por él. ¿Y qué sucedió con Nicodeme y Athanasie? Ahora son testigos de Jehová bautizados y dirigen más de veinte estudios bíblicos.
20. ¿Cómo ha consolado Jehová a nuestros hermanos de Ruanda, pero qué siguen necesitando muchos de ellos?
20 Cuando empezó el genocidio en Ruanda, había 2.500 proclamadores de las buenas nuevas en el país. Aunque centenares de ellos perdieron la vida o se vieron obligados a salir del país, el número de Testigos ha aumentado a más de tres mil. Esto demuestra que Dios en verdad ha consolado a nuestros hermanos. ¿Y qué puede decirse de los testigos de Jehová que perdieron a sus padres o cónyuges? Por supuesto, la tribulación de estos no ha terminado y siguen necesitando consuelo. (Santiago 1:27.) Solo se les enjugarán completamente las lágrimas cuando tenga lugar la resurrección en el nuevo mundo de Dios. No obstante, pueden hacer frente a la vida gracias a los cuidados de sus hermanos y debido a que adoran al “Dios de todo consuelo”.
21. a) ¿En qué otros lugares tienen gran necesidad del consuelo de Dios nuestros hermanos, y de qué manera podemos ayudarlos todos nosotros? (Véase el recuadro “Consuelo durante cuatro años de guerra”.) b) ¿Cuándo se satisfará completamente nuestra necesidad de consuelo?
21 En muchos otros lugares, como Eritrea, Singapur y la anterior Yugoslavia, nuestros hermanos siguen sirviendo a Jehová fielmente a pesar de la tribulación. Ayudemos a estos hermanos rogando regularmente por ellos para que reciban consuelo. (2 Corintios 1:11.) Y aguantemos fielmente hasta el tiempo en que Dios, mediante Jesucristo, ‘limpie toda lágrima de nuestros ojos’ en el sentido más completo. Entonces experimentaremos a grado pleno el consuelo que Jehová suministrará en su nuevo mundo de justicia. (Revelación 7:17; 21:4; 2 Pedro 3:13.)
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Consuelo durante cuatro años de guerraLa Atalaya 1996 | 1 de noviembre
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Consuelo durante cuatro años de guerra
DURANTE los cuatro años de guerra en el territorio de la anterior Yugoslavia, mucha gente sufrió dificultades y penurias, entre los que estaban incluidos cientos de testigos de Jehová, que siguieron adorando fielmente al “Dios de todo consuelo”. (2 Corintios 1:3.)
En Sarajevo la gente sufrió más debido a vivir en una ciudad grande que estuvo sitiada durante todo el conflicto. Escaseaban la electricidad, el agua, la leña y el alimento. ¿Cómo le fue a la congregación de los testigos de Jehová de Sarajevo en aquellas condiciones extremas? Los cristianos de países vecinos arriesgaron la vida para introducir en la ciudad una gran cantidad de provisiones de socorro. (Véase La Atalaya del 1 de noviembre de 1994, páginas 23-27.) Por otra parte, los hermanos de Sarajevo compartieron unos con otros lo que tenían, especialmente las cosas de naturaleza espiritual. Durante el sitio, un superintendente cristiano de esa ciudad dio el siguiente informe:
“Valoramos mucho las reuniones. Mi esposa y yo, junto con otras treinta personas, recorremos 15 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta para asistir a las reuniones. A veces se anunciaba que el agua vendría a la hora en que teníamos las reuniones. ¿Qué hacían los hermanos? ¿Se quedaban en casa, o asistían a la reunión? Preferían asistir a las reuniones. Los hermanos siempre se ayudan unos a otros; comparten lo que tienen. Una hermana de nuestra congregación vive a las afueras de la ciudad, cerca del bosque; de modo que se le hace más fácil conseguir leña. Además, trabaja en una panadería, y le pagan el salario en harina. Cuando le es posible, prepara una gran barra de pan y la lleva a la reunión. Al salir, da un trozo a cada uno.
”Es importante que ninguno de los hermanos se sienta abandonado. Nadie sabe quién será el próximo que necesitará ayuda en una situación de premura. Cuando las carreteras estaban heladas y una hermana se hallaba enferma, los hermanos jóvenes y fuertes la llevaban a la reunión tirando de un trineo.
”Todos nosotros participamos en la predicación, y Jehová ha bendecido nuestros esfuerzos. Conoce nuestra horrible situación en Bosnia, pero nos ha bendecido con aumento, un aumento que no habíamos visto antes de la guerra.”
De igual manera, en otros lugares de la antigua Yugoslavia destrozados por la guerra, los testigos de Jehová han tenido aumentos a pesar de las severas dificultades. De la central de los testigos de Jehová de Croacia viene este informe acerca de un grupo de Testigos: “Los hermanos que viven en Velika Kladuša pasaron por momentos muy difíciles. La ciudad fue atacada varias veces. Los hermanos tuvieron que explicar su postura de neutralidad a los croatas, a los serbios y a diferentes ejércitos musulmanes. Por supuesto, tuvieron que soportar mucho: encarcelamientos, palizas, hambre y peligro de muerte. Sin embargo, todos permanecieron fieles, y tienen el sobresaliente privilegio de ver cómo Jehová bendice sus actividades”.
Pese a estas dificultades, los testigos de Jehová de Velika Kladuša y la ciudad vecina de Bihać siguen disfrutando de aumentos al proclamar celosamente el mensaje consolador de Dios a sus vecinos. Los veintiséis publicadores del Reino de estas dos poblaciones conducen un total de 39 estudios bíblicos.
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