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AlemaniaAnuario de los testigos de Jehová 1999
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Tras medio siglo, aún se mantienen firmes
Ha transcurrido más de medio siglo desde que se liberó de los campos de concentración a los testigos de Jehová de Alemania. Pero su historial de integridad no ha caído en el olvido. Mediante él, se sigue dando un imponente testimonio ante el mundo. Algunos de los que estuvieron en los campos de concentración por causa de su inquebrantable fe aún permanecen vivos cuando se escribe este reportaje, y son tan celosos en el servicio de Jehová ahora como lo fueron entonces. Su valiente postura da testimonio de que Jehová puede proteger a su pueblo. Escuche lo que algunos de estos supervivientes de los campos de concentración dicen en nombre de cientos como ellos, y fíjese en sus edades (de principios de 1998), que aparecen entre paréntesis:
Heinrich Dickmann (95): “En Sachsenhausen, me obligaron a presenciar la ejecución de mi hermano August frente a todo el campo. Yo tenía la oportunidad de obtener la liberación inmediata si renunciaba a mi fe. Como no quise claudicar, el comandante del campo me dijo: ‘Piénsalo de nuevo y verás cuánto te queda de vida’. Cinco meses más tarde, era él, no yo, quien estaba muerto. Mi lema fue: ‘Confía en Jehová con todo el corazón’. Aún lo es”.
Änne Dickmann (89): “Considero que [la experiencia en el campo de concentración] me preparó para mantener integridad al magnífico Creador y Dador de Vida, Jehová. Todas mis experiencias me enriquecieron la vida y me acercaron más a Dios. La fe y el amor a él es lo que me han motivado todos estos años. Nunca me obligó nadie”.
Josef Rehwald (86): “Recuerdo con satisfacción aquella época difícil de pruebas, porque, a pesar de la presión y el sufrimiento, mantuve la fe cristiana y la neutralidad. Estoy convencido de que sobreviví gracias únicamente a la ayuda del Dios Todopoderoso, Jehová. Mi convicción cristiana es ahora más fuerte que entonces, y mi deseo es seguir sin transigir del lado de Dios”.
Elfriede Löhr (87): “Cuando recuerdo lo que viví durante los ocho años de encarcelamiento bajo el régimen de Hitler, debo decir que nada fue inesperado. Estaba claro que el camino de la verdad significa, por un lado, lucha y persecución, pero por el otro, alegría y victoria. No creo que haya sido tiempo perdido”.
Maria Hombach (97): “Me da muchísima satisfacción saber que tuve el singular privilegio de demostrar mi amor y gratitud a Jehová en las circunstancias más crueles. Nadie me obligó a hacerlo. Al contrario, los que trataron de forzarme fueron nuestros enemigos, que con amenazas intentaron que obedeciéramos a Hitler más bien que a Dios. Pero no lo lograron. Al tener una buena conciencia, fui feliz incluso cuando estuve entre rejas”.
Gertrud Poetzinger (86): “Me sentenciaron a tres años y medio de reclusión en régimen de aislamiento. Cuando me devolvían a mi celda tras recibir la sentencia, el funcionario me dijo: ‘Gracias. Me ha animado a creer en Dios de nuevo. Siga siendo tan animosa, y no tendrá ningún problema en soportar estos tres años y medio’. Qué cierto fue. Durante mi aislamiento experimenté especialmente el amor de Jehová y la fuerza que él da”.
En efecto, los supervivientes de los campos de concentración siguen manteniéndose firmes. Hoy día, más de medio siglo después de su liberación, el proceder de integridad de estos Testigos aún da un testimonio ante el mundo y gloria a Jehová. ¡Qué estímulo para todos los siervos de Dios!
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AlemaniaAnuario de los testigos de Jehová 1999
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[Ilustraciones de la página 147]
Página opuesta, en el sentido de las agujas del reloj: Heinrich Dickmann, Änne Dickmann, Gertrud Poetzinger, Maria Hombach, Josef Rehwald y Elfriede Löhr
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