BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g89 22/9 págs. 25-27
  • ¿Por qué cuesta tanto mantener las amistades?

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • ¿Por qué cuesta tanto mantener las amistades?
  • ¡Despertad! 1989
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • Amistades frágiles
  • Sé leal
  • “Me siento acaparado”
  • Falta de respeto
  • ¿Por qué no me duran las amistades?
    ¡Despertad! 1996
  • Cómo conservar los amigos en un mundo sin amor
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 2009
  • El don de la amistad cristiana
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1965
  • ¿Qué dice la Biblia sobre la amistad?
    Preguntas sobre la Biblia
Ver más
¡Despertad! 1989
g89 22/9 págs. 25-27

Los jóvenes preguntan...

¿Por qué cuesta tanto mantener las amistades?

UNA muchacha dejó de hablar a Sabina sencillamente porque esta no consiguió ninguna carrera completa en un partido de béisbol de la escuela. Otra chica rompió su amistad con ella porque Sabina rehusó ayudarla a hacer trampas en un examen. Una tercera muchacha siempre la criticaba e insultaba delante de otros. Así que Sabina aprendió una dolorosa verdad: no siempre resulta fácil mantener las amistades.

“¡Ella no guardó mi secreto!” “¡Él no me hace caso!” “¡Se burló de mí a mis espaldas!” “¡Me siento acaparado!” Muchas amistades estrechas han acabado debido a un sinfín de quejas similares.

Amistades frágiles

¿Por qué suelen resultar tan frágiles las amistades? La Biblia dice: “Todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios”. (Romanos 3:23.) Debido a nuestra imperfección, no solo somos propensos a cometer errores, sino que además ni nos acomodamos a Dios ni congeniamos con nuestro prójimo. Estamos plagados de sentimientos de culpa e inseguridad, nos ofendemos en seguida, nos sentimos amenazados a la más mínima. Además, como tenemos tendencia a la cólera, el mal genio, la impaciencia y los celos —otras marcas de la imperfección—, nos inclinamos más a ‘hacernos pedazos’ que a mantener vínculos de amistad. (Proverbios 18:24.)

Así que las relaciones amistosas entre adolescentes son bastante frágiles. Por un lado, a esa edad las amistades suelen ser muy íntimas (en particular entre jovencitas), y aunque puede haber ciertas ventajas en tener una amiga con la que compartir todo pensamiento y sentimiento, también tiene sus inconvenientes. Observa el comentario de los investigadores soviéticos Kon y Losenkov: “La intensa necesidad de compartir confidencias puede ser una fuente de malentendidos y conflictos”.

Otro factor que puede dificultar la amistad es el desarrollo emocional experimentado durante los años de la adolescencia. Un escritor dice que antes de la adolescencia, “nuestra personalidad está menos formada, nuestros intereses y metas son menos definidos; todavía no tenemos un concepto muy claro de quién somos”. Pero al ir pasando los años, “empezamos a ser más como los adultos, personas con sus metas, ideales e intereses. Esto [...] puede hacer difícil que sigamos unidos a viejos amigos que se están desarrollando de manera diferente a la nuestra. Por lo tanto, es inevitable cierto distanciamiento”.

Finalmente, algunas amistades se basan más en el egoísmo que en el amor mutuo, en un deseo de recibir que en un deseo de dar. La experiencia de Sabina (mencionada al principio) ilustra con qué facilidad se acaban esas llamadas amistades cuando alguien no satisface las expectativas egoístas de la otra persona. ¿Qué puedes hacer, entonces, si algún problema pone en peligro tu amistad estrecha con alguien?

Sé leal

Joanna confió un secreto a una de sus amigas, se trataba de un asunto personal que le pidió específicamente que no contase a nadie. Unos días después descubrió que varias personas sabían todos los detalles del asunto. Al darse cuenta de que su amiga la había traicionado, Joanna dijo: “La perdoné, pero jamás pude volver a confiar en ella. Nuestra amistad nunca será la misma”. No hay duda de que la lealtad desempeña un papel muy importante en la amistad. La Biblia nos explica que David y Jonatán se juraron lealtad mutua. (1 Samuel 20:15-17.) Pero por el hecho de que un amigo revele una confidencia, ¿ha de darse por terminada esa amistad?

No necesariamente. Por supuesto, es injustificable que un amigo divulgue una confidencia. Pero, ¿pudiera ser, en primer lugar, que no hubiese sido sensato por tu parte cargar a tu amigo con el peso de dicha información? “El que anda murmurando descubre secretos —advierte el proverbio—; no andes con quien tiene la lengua suelta.” (Proverbios 20:19, Biblia de Jerusalén.) Los jóvenes no suelen tener la madurez necesaria para guardar una confidencia. La doctora Jane Anderson, psiquiatra de adolescentes, comenta al respecto: “Hasta un buen amigo tal vez se vea tentado de vez en cuando a revelar una confidencia si el hacerlo puede aportarle algo de atención y prestigio. Esto no lo convierte en una mala persona, tan solo en una persona inmadura”. La solución puede estribar en que te confíes a un adulto maduro cuando tengas un problema serio.

¿Y si es a ti a quien han confiado un asunto privado? Sé leal y “no reveles el secreto de otro, no sea que te lo eche en cara el que lo oye y tu infamia sea irreparable”. (Proverbios 25:9, 10, Levoratti-Trusso.)

“Me siento acaparado”

El amigo de Joe se enfadaba siempre que este quería estar con otra persona o simplemente disfrutar de unos momentos de soledad. Debido a ello, Joe empezó a sentirse presionado y frustrado.

Si tratas a un amigo como si fuese tu propiedad exclusiva, puede que llegues a agobiarle. Hay que admitir que es natural sentirse herido e inseguro cuando un amigo íntimo empieza a asociarse con otros, pero ¿mejorará la situación el que le acapares de modo opresivo? Proverbios 25:⁠17 (Versión Popular) indica que no, pues dice: “Si visitas a tu amigo, no lo hagas con frecuencia, no sea que se canse de ti y llegue a odiarte”.

Jesucristo estaba muy unido a su discípulo Juan (Juan 13:23), pero no por ello negó su amistad a otros. Sin excluir a ninguno de sus discípulos, les dijo: “Ustedes son mis amigos”. (Juan 15:14.) Así que por íntima que sea una amistad, siempre hay sitio para incluir a otros en ella. De hecho, la Biblia insta a los cristianos a ‘ensanchar’ su círculo de amistades. (2 Corintios 6:13.)

¿Y si eres tú quien se siente acaparado por un amigo que no te deja ni respirar? En ese caso, “defiende tu propia causa con tu semejante” y hazle saber cómo te sientes. (Proverbios 25:9.) El que manifiestes interés en otras personas y asuntos tal vez sea bastante doloroso para tu amigo, pues quizás tema haber perdido tu amistad. Asegúrale que ese no es el caso y que tan solo deseas un respiro.

Falta de respeto

Los investigadores Youniss y Smollar descubrieron que una de las causas más comunes de conflictos entre los amigos adolescentes son los “actos irrespetuosos”. Es común oír quejas como: “¡Él me ha insultado!” o “¡Ella me ha humillado delante de otros!”. Hay que admitir que resulta doloroso que una persona a quien amamos nos trate mal. Sin embargo, la manera de tratarnos otras personas a menudo refleja nuestra manera de tratar a otros. Jesús dijo: “Por lo tanto, todas las cosas que quieren que los hombres les hagan, también ustedes de igual manera tienen que hacérselas a ellos”. ¿Pudiera ser que necesitaras aplicar la Regla Áurea un poco más dentro de tu círculo de amistades? (Mateo 7:2, 12.)

Otro factor que pudieras tomar en consideración es si cabe la posibilidad de que tú mismo te hayas hecho el blanco de la burla, quizás por hablar demasiado o de manera insensata. (Proverbios 15:2.) Si es así, es posible que tengas que hacer cambios. Cuando Jesús estuvo en la Tierra, se granjeó el respeto de muchos, hasta de sus enemigos, pero no porque fuese por ahí pidiendo a la gente que le tratase con respeto; más bien, fue su comportamiento lo que atrajo el respeto de otros. Si tú pones un ejemplo de madurez cristiana ‘en el hablar y en conducta’, también lograrás lo mismo. (1 Timoteo 4:12.)

Pero ¿y si el trato irrespetuoso no está en absoluto justificado? Entonces, esa es otra ocasión en la que debes hablar. El ‘poner la otra mejilla’ no significa necesariamente aguantar en silencio todo trato injusto. (Mateo 5:39; compárese con 2 Corintios 11:20.) ¿Por qué no ‘hablas verdad’ con tu amigo y le haces saber cómo te afectan sus acciones? (Efesios 4:25.) Aborda el tema con calma con la intención de consolidar la amistad, no con ánimo de venganza.

“Procura no decir algo como: ‘¡Me tratas como a una zapatilla!’ —recomendó un artículo de la revista ’Teen—. Céntrate, más bien, en cómo te sientes: ‘Me siento herida y avergonzada cuando te burlas de mí o me das de lado delante de otras chicas. Me hace pensar que no te importo. ¿Podemos hablar de ello?’.”

Samantha se vio obligada a mantener una seria conversación de este tipo con una amiga, pues descubrió que hablaba mal de ella a sus espaldas. “Al principio estaba nerviosa —recuerda—, pero mereció la pena.” Samantha se dio cuenta de que había habido algunos malentendidos y que los comentarios de su amiga no habían sido tan malos como a ella le habían dicho. (Proverbios 15:22.) “Ahora somos mejores amigas”, dice Samantha.

Hay que reconocer que no todos los desacuerdos entre amigos se resuelven así de bien. Por otro lado, si tu amigo no quiere cambiar o demuestra egoísmo, falta de consideración o indiferencia para con tus sentimientos, entonces tal vez sea el momento de buscar la amistad en otra parte. (Proverbios 17:17.) No obstante, por lo general, con determinación y esfuerzo por ambas partes, se puede salvar la amistad. Y cuando se piensa en el profundo gozo y satisfacción que produce una buena amistad, ¿no merece la pena hacer ese esfuerzo por mantenerla? (Proverbios 27:9.)

[Fotografía en la página 26]

El que es posesivo trata a su amigo como si fuese un objeto de su propiedad

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • Español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir