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La ciudad esplendorosaApocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!
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“Y ya no habrá ninguna maldición. Pero el trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad, y sus esclavos le rendirán servicio sagrado; y verán su rostro, y tendrán su nombre en sus frentes”. (Revelación 22:3, 4.)
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La ciudad esplendorosaApocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!
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Como Juan mismo, todos los futuros miembros de esa ciudad celestial son “esclavos” de Dios. En tal condición, en la frente tienen prominentemente escrito el nombre de Dios, que identifica a Jehová como Dueño de ellos. (Revelación 1:1; 3:12.) Para ellos será un privilegio inestimable rendirle servicio sagrado como parte de la Nueva Jerusalén. Mientras Jesús estuvo en la Tierra hizo esta electrizante promesa a aquellos gobernantes en perspectiva: “Felices son los de corazón puro, puesto que ellos verán a Dios”. (Mateo 5:8.) ¡Qué felices serán estos esclavos cuando de hecho contemplen y adoren a Jehová en persona!
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