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Prudente, pero firmeGuía para la Escuela del Ministerio Teocrático
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Prudente con los hermanos cristianos. No solo debemos cultivar la prudencia al tratar con los que no conocen a Jehová; también se requiere cuando tratamos con nuestros hermanos espirituales. A veces hermanos y hermanas que son muy prudentes en el ministerio del campo quizás olviden que es necesario que sean prudentes en sus relaciones fraternales. La afabilidad en el habla y las acciones es vital dentro de la organización de Jehová para edificar un espíritu de amor y unidad y para que haya buenas relaciones cada día. Pablo dijo: “Obremos lo que es bueno para con todos, pero especialmente para con los que están relacionados con nosotros en la fe.”—Gál. 6:10.
10 Estamos interesados en nuestros hermanos, particularmente en sus intereses espirituales, porque todos estamos en la organización de Jehová. (Fili. 2:2, 4) Sin embargo, la persona prudente comprende que aunque se interesa en sus hermanos no debe meterse en sus asuntos personales, quizás haciendo preguntas embarazosas que no tiene derecho a hacer. La prudencia nos ayuda a evitar de veras ser un “entremetido en asuntos ajenos.”—1 Ped. 4:15.
11. ¿Cómo destacan las Escrituras la necesidad de que los ancianos de la congregación sean prudentes?
11 La prudencia es especialmente importante para los ancianos que se encargan de problemas en la congregación. Cuando el apóstol Pablo dio instrucciones a Timoteo en cuanto a la manera de tratar con los que se extraviaban en la congregación cristiana, dio énfasis a la necesidad de tratar con gentileza y bondad, diciendo: “El esclavo del Señor no tiene necesidad de pelear, sino de ser amable para con todos, . . . manteniéndose reprimido bajo lo malo, instruyendo con apacibilidad a los que no están favorablemente dispuestos; ya que . . . quizás . . . vuelvan a sus sentidos propios fuera del lazo del Diablo.” (2 Tim. 2:24-26) Igualmente, el apóstol dio el consejo de usar un “espíritu de apacibilidad” al hablar a un hermano que ha dado un paso en falso antes de darse cuenta de ello. (Gál. 6:1) Al aconsejar a éstos los ancianos deben ser prudentes pero al mismo tiempo firmes a favor de los principios de la justicia.
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Prudente, pero firmeGuía para la Escuela del Ministerio Teocrático
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La prudencia teocrática produce mucho buen fruto ya sea que tratemos con el público, nuestros hermanos y hermanas espirituales, o nuestras propias familias. Tiene el efecto de agradar al que escucha, como muestra Proverbios 16:24: “Los dichos agradables son un panal de miel, dulces al alma y una curación a los huesos.” Sin falta, pues, cultive la prudencia, con el fuerte deseo de beneficiar a toda persona con quien trate.
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