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¿Cómo se financia la obra?Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
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“Entrada gratis. No se hacen colectas”
Ya en el segundo número de la revista Watch Tower (La Torre del Vigía), en agosto de 1879, el hermano Russell dijo: “‘La Torre del Vigía de Sión’ tiene, según creemos, a JEHOVÁ como su apoyador, y mientras así sea nunca mendigará ni hará petición a los hombres por apoyo. Cuando Aquel que dice: ‘Todo el oro y la plata de las montañas son míos’, deje de proveer los fondos necesarios, entonces entenderemos que habrá llegado el tiempo de suspender la publicación”. En armonía con esta declaración, las publicaciones de los testigos de Jehová no solicitan dinero.
Con las reuniones de los Testigos ocurre lo mismo que con sus publicaciones. No hacen llamamientos emotivos para recaudar fondos en las congregaciones ni en las asambleas. No pasan el platillo; no reparten sobres para donaciones; no envían cartas a sus miembros pidiendo donativos; las congregaciones nunca recurren al bingo ni a las rifas para recaudar fondos. Ya en 1894, cuando la Sociedad Watch Tower envió oradores itinerantes, publicó este anuncio para beneficio de todos: “Entiéndase desde el principio que esta Sociedad no autoriza ni aprueba las colectas ni otras peticiones de dinero”.
Así, desde los comienzos de la historia moderna de los testigos de Jehová, las hojas sueltas y otros impresos que invitan al público a asistir a sus reuniones llevan el lema “Entrada gratis. No se hacen colectas”.
A partir de principios de 1914, los Estudiantes de la Biblia alquilaron teatros y otros auditorios para invitar al público al “Foto-Drama de la Creación”. Era una presentación en cuatro secciones, de ocho horas de duración, que constaba de diapositivas y películas sincronizadas con sonido. Tan solo en el primer año, millones de personas lo vieron en Norteamérica, Europa, Australia y Nueva Zelanda. Aunque algunos dueños de las salas cobraron por los asientos reservados, los Estudiantes de la Biblia nunca pidieron el pago de una entrada. Tampoco hicieron colectas.
Posteriormente, durante más de treinta años, la Sociedad Watch Tower dirigió la emisora de radio WBBR de la ciudad de Nueva York. Los testigos de Jehová también retransmitieron mediante centenares de otras emisoras programas de educación bíblica. No obstante, nunca se valieron de este medio para pedir dinero.
Entonces, ¿cómo obtienen las donaciones que financian su actividad?
Se financia la obra con donaciones voluntarias
La Biblia fija el modelo. La Ley mosaica estipulaba que algunas contribuciones eran voluntarias y otras obligatorias. El pago del diezmo pertenecía a esta última categoría. (Éxo. 25:2; 30:11-16; Núm. 15:17-21; 18:25-32.) Sin embargo, la Biblia también explica que Cristo cumplió la Ley y que Dios la abolió; los cristianos, por lo tanto, no están sujetos a sus reglas. No dan el diezmo ni están obligados a hacer una contribución específica en una fecha determinada. (Mat. 5:17; Rom. 7:6; Col. 2:13, 14.)
Se les anima, más bien, a cultivar un espíritu generoso y liberal que imite el maravilloso ejemplo del propio Jehová y de su Hijo Jesucristo. (2 Cor. 8:7, 9; 9:8-15; 1 Juan 3:16-18.) Por eso el apóstol Pablo escribió a la congregación cristiana de Corinto respecto a las dádivas: “Que cada uno haga tal como lo ha resuelto en su corazón, no de mala gana ni como obligado, porque Dios ama al dador alegre”. Cuando les informaron de cierta necesidad, se puso a “prueba lo genuino de su amor”, como explicó Pablo. También dijo: “Si primero está allí la prontitud, es especialmente acepto según lo que tiene la persona, no según lo que no tiene”. (2 Cor. 8:8, 12; 9:7.)
En vista de esto, es interesante el comentario de Tertuliano respecto a las reuniones de contemporáneos suyos (c. 155–después de 220 E.C.) que intentaban seguir el cristianismo. Escribió: “Aunque exista entre nosotros una caja común no se forma con una ‘suma honoraria’ puesta por los elegidos, como si la religión fuese sacada a subasta. Cada cual cotiza una módica cuota en día fijo del mes, cuando quiere y si quiere y si puede, porque a nadie se le obliga: espontáneamente contribuye”. (El Apologético XXXIX, 5, traducción de Germán Prado.) Sin embargo, en los siglos subsiguientes las iglesias de la cristiandad han empleado todo método imaginable para recaudar fondos con que financiar sus actividades.
Charles Taze Russell se negó a imitar a las iglesias. Escribió: “Opinamos que el dinero obtenido mendigando con tretas en el nombre del Señor es ofensivo, inaceptable a él y no confiere Su bendición ni a los donantes ni a la obra que con él se realice”.
En vez de tratar de congraciarse con los acaudalados, el hermano Russell dejó claro que, en armonía con las Escrituras, la mayoría del pueblo del Señor sería gente pobre en cuanto a bienes del mundo, pero rica en fe. (Mat. 19:23, 24; 1 Cor. 1:26-29; Sant. 2:5.) En lugar de hacer hincapié en la necesidad de dinero para difundir la verdad bíblica, destacó la importancia de cultivar el espíritu del amor, el deseo de dar y de ayudar al prójimo, particularmente dándole a conocer la verdad. A los que tenían dotes para los negocios y que decían que dedicándose principalmente a ellos tendrían más fondos para contribuir, les aconsejó limitar aquella actividad y dedicar su tiempo y energías a difundir la verdad. Esta es aún la postura del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová.a
En la práctica, ¿cuánto dinero dan las personas? Lo que donan es decisión personal. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que cuando los testigos de Jehová dan no piensan solo en posesiones materiales. En las asambleas de distrito de 1985-1986 analizaron el tema “Honremos a Jehová con nuestras cosas valiosas”. (Pro. 3:9.) Se destacó que estas cosas valiosas no solo abarcan las posesiones materiales, sino también los recursos físicos, mentales y espirituales.
En 1904 el hermano Russell explicó que el que se ha consagrado (o dedicado, como decimos en la actualidad) plenamente a Dios “ya ha dado todo lo que tiene al Señor”. Por lo tanto, debe “considerar que el Señor lo ha nombrado mayordomo de su propio tiempo, influencia, dinero, etc., y que cada uno debe procurar utilizar estos talentos al máximo de sus habilidades, para gloria del Amo”. Añadió que, guiado por la sabiduría de arriba, “a medida que su amor y celo por el Señor crezca día a día mediante el conocimiento de la Verdad y la obtención de su espíritu, se hallará dando cada vez más de su tiempo, de su influencia y de los medios de que dispone, para el servicio de la Verdad” (Studies in the Scriptures [Estudios de las Escrituras], “The New Creation” [La nueva creación], páginas 344, 345).
En aquellos primeros años la Sociedad Watch Tower tenía el llamado “Tower Tract Fund” (Fondo de Tratados de la Torre). ¿En qué consistía? Al dorso del papel de escritorio que a veces utilizaba el hermano Russell hallamos los siguientes detalles interesantes: “Este fondo consta de las ofrendas voluntarias de los que se han alimentado y fortalecido con el ‘alimento a su tiempo’ que las mencionadas publicaciones [distribuidas por la Sociedad Watch Tower], como instrumentos de Dios, ponen ahora ante los santos consagrados de todo el mundo.
”Este fondo se emplea constantemente para enviar gratis miles de ejemplares de ZION’S WATCH TOWER y OLD THEOLOGY TRACTS [Tratados de teología antigua], muy adecuados para nuevos lectores. También contribuye a la difusión de las ediciones en rústica de la serie LA AURORA, ayudando a los que están dispuestos a darles difusión: repartidores y otros. También provee un ‘fondo para los pobres’ mediante el cual cualquier hijo del Señor que, por edad, enfermedad u otra causa no pueda suscribirse a la revista WATCH TOWER, la reciba gratis, con la condición de que envíe al comienzo de cada año una carta o tarjeta postal donde mencione su deseo e incapacidad.
”A nadie se le pide nunca que contribuya para este fondo: todas las donaciones han de ser voluntarias. Recordamos a nuestros lectores las palabras del Apóstol (1 Cor. 16:1, 2) y las corroboramos diciendo que a los que puedan dar para difundir la verdad y lo hagan, es seguro que se les recompensará con favores espirituales.”
La proclamación de las buenas nuevas del Reino de Dios que realizan los testigos de Jehová por todo el mundo se sigue sosteniendo con donaciones voluntarias. Aparte de los Testigos, muchas personas que se interesan en esta obra cristiana, y que la agradecen, consideran un privilegio apoyarla con sus contribuciones voluntarias.
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[Recuadro en la página 341]
Dios no mendiga
“Aquel que dijo: ‘Si tuviere hambre, no te lo diría a ti; porque mío es el mundo, y cuanto él contiene. [...] No tomaré novillo de tu casa, ni machos de cabrío de tus apriscos: porque mía es toda fiera del bosque, y los ganados que pacen sobre mil colinas’ (Sal. 50:12, 9, 10), puede llevar a cabo su gran obra sin mendigar fondos ni al mundo ni a sus hijos. Tampoco obligará él a sus hijos a sacrificar cosa alguna en su servicio, ni aceptará nada de ellos salvo una ofrenda alegre y voluntaria.”—“Zion’s Watch Tower”, septiembre de 1886, página 6.
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