Otro ejemplo de la alabanza que está recibiendo Jehová fue la campaña mundial de tres semanas en la que se distribuyó la invitación especial para la Asamblea de Distrito “¡Nuestra liberación se acerca!”, celebrada en 155 países. Millones de publicadores del Reino de más de noventa y nueve mil congregaciones participaron en la campaña, la primera en su clase. Un Comité de Asamblea escribió al respecto: “Varios estudiantes de la Biblia comenzaron a predicar, y algunos publicadores inactivos se animaron y reanudaron su actividad”. Un hermano que llevaba treinta y cinco años inactivo recibió la invitación en su casa y desde entonces no se ha perdido una reunión. Las siguientes son algunas de las experiencias que nos han llegado de las sucursales.

Francia

Cuando una señora católica y su esposo vieron la invitación en la casa de un pariente, quedaron intrigados por las preguntas que planteaba. Así que decidieron asistir a la asamblea junto con sus tres hijos. Cuando llegaron, un acomodador les dio un saludo afectuoso, les entregó varias biblias y los invitó a sentarse junto a una familia, que casualmente vivía a tan solo tres kilómetros [2 millas] de su casa. Ambas familias pasaron el día juntas y quedaron en iniciar un estudio de la Biblia. A la semana siguiente, la familia que se había interesado en la verdad asistió a una reunión durante la visita del superintendente de circuito.

India

Una popular cantante llamada Sunita viajó a Canadá por motivos de trabajo. Allí, los Testigos la invitaron a una reunión en panjabí. Ella aceptó y disfrutó mucho de estar presente, sobre todo por la importancia que se le dio a la Biblia. Cuando le entregaron la invitación para la asamblea, canceló enseguida las actuaciones para ese fin de semana de modo que pudiera asistir los tres días, y no se arrepintió de su decisión. “Esta es la verdad”, dijo al final del primer día. Tras su regreso a la India, fue al Salón del Reino de su localidad, junto con su madre, su hijo, un sobrino y una amiga. Cuando los pastores de su anterior iglesia hablaron con ella, Sunita les dijo que había decidido hacerse testigo de Jehová y hasta les animó a asistir al Salón del Reino.

Serbia

Una señora china a la que llamaremos Mei Li comenzó en el año 2006 a leer La Atalaya en su lengua nativa. Cuando recibió la invitación para la asamblea que se celebraría en chino en Leipzig (Alemania), decidió asistir, aunque esa ciudad se encuentra a 1.000 kilómetros [600 millas] de Belgrado, donde ella vive. Consiguió un visado de tres días, voló a Múnich y continuó en tren hasta Leipzig, un viaje que le costó el equivalente al salario de dos meses. Tanto el programa como las conversaciones que mantuvo con otros asistentes la impresionaron profundamente. Cuando regresó a Belgrado, ella y su madre aceptaron un curso bíblico y empezaron a asistir a un estudio de libro en chino.

Estados Unidos

“Durante los tres días vimos a muchos visitantes entre el auditorio —informa un Comité de Asamblea—. Una señora había recibido la invitación el día después de haberle pedido a Dios que la guiara. Aunque el lugar de asamblea le quedaba a dos horas en automóvil, asistió tanto el sábado como el domingo, y aceptó un estudio de la Biblia.” El informe continúa con otra experiencia: “Un hombre salió literalmente corriendo a la calle detrás de un hermano que le acababa de dejar la invitación a su hijo. El hermano estaba un poco desconcertado, pero quedó encantado cuando su perseguidor le pidió amablemente que regresara a la casa para hablar. Con la Biblia en la mano, el señor le hizo muchas preguntas, y comenzaron un estudio”.

En una obra en construcción, un publicador le ofreció la invitación a cierto hombre, quien a su vez le preguntó: “¿Se lo puedo decir a otras personas?”.

“¡Claro que sí!”, le dijo el hermano, sin saber que aquel hombre tenía un programa de radio los sábados por la mañana. El señor verdaderamente se lo dijo a otras personas, pues leyó la invitación en su programa. El resultado fue que mucha gente pidió más información al respecto.

Morgan es una niña de 12 años que sirve de precursora auxiliar. Una semana antes de iniciarse la campaña habló con un hombre que le hizo varias preguntas sobre la Biblia, por lo que ella lo invitó al discurso público en el Salón del Reino. El hombre asistió al salón, aunque tuvo que irse en cuanto terminó la reunión para acudir al funeral de un familiar. Cuando se puso en marcha la campaña especial, Morgan le llevó una invitación. “Iré seguro el sábado y el domingo, pero el viernes tengo que trabajar”, dijo él. Entonces preguntó qué hacían los Testigos en tales circunstancias. Morgan le contestó: “Normalmente piden el día libre, pero a veces tienen que renunciar a su empleo”.

Cuando Morgan volvió a visitarlo, el señor le contó que le había pedido a su jefe el viernes libre y le había dicho que si no se lo podía dar, tendría que dejar el trabajo. Pero su jefe le dijo que no quería perder un empleado tan bueno, así que le dio el viernes libre y también el jueves para que se preparara.

El señor asistió los tres días, pero no fue solo. Lo acompañaron ocho miembros de su familia inmediata, así como doce amigos suyos y sus respectivas familias: ¡un total de 35 personas! Al principio, cuando le dijo a Morgan que llevaría a unas treinta personas, ella le contestó: “Pero no puedo reservar tantos asientos”.

“No te preocupes —respondió él—. Nos sentaremos en cualquier lugar, en las vigas si es necesario.” Como es natural, todos escucharon el programa cómodamente sentados.

[Ilustración y recuadro de la página 9]

Más que una invitación

La invitación contenía un cupón para solicitar un estudio de la Biblia, el libro Enseña, o ambas cosas. Enseguida empezaron a llegar cupones a sucursales de todo el mundo. La sucursal de Estados Unidos informa que recibieron casi 2.000 cupones y que en 300 de ellos se solicitaba un estudio bíblico. Es evidente, pues, que el arduo trabajo de nuestros hermanos en la distribución de la invitación seguirá produciendo buenos resultados.