En una asamblea había una joven de un país oriental comunista que había venido al país vecino por invitación de sus parientes. Puesto que eran testigos de Jehová, le hablaron sobre lo que habían aprendido de la Biblia. Pero debido a que desde pequeña le habían inculcado ideas evolucionistas, el concepto de un Creador era muy extraño para ella. No obstante, después de examinar detenidamente el asunto, quedó convencida de que realmente existe un Creador. Desde entonces comenzó a estudiar la Biblia seriamente. Esto resultó en que asistiera a la asamblea y se bautizara... poco antes de regresar a su país. Aunque reconocía que ahora tendría que mantener su integridad bajo condiciones muy difíciles, estaba agradecida por la fortaleza que recibió en la asamblea.

En otra ciudad del Japón, una pareja de un país europeo comunista mostró curiosidad al ver las multitudes de personas que afluían a un salón de exhibiciones que había junto a un puerto. Se sorprendieron al enterarse de que era una asamblea de los testigos de Jehová. Dijeron que sabían que en su país había muchos Testigos celosos, pero no se imaginaban que hubiera tantos de ellos en el oriente también. Impresionados por lo que vieron, asistieron a varias sesiones y salieron con un surtido de las publicaciones que fueron presentadas allí.