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Asamblea de Distrito de 1991 “Amadores de la Libertad”Ministerio del Reino 1991 | enero
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Cada año la Sociedad recibe muchas cartas de administradores y empleados de moteles así como de hermanos y hermanas. La mayoría de la correspondencia es positiva, pero alguna contiene crítica bien fundada. He aquí extractos de algunas de las cartas que se han recibido, las cuales muestran por qué es importante seguir cuidadosamente las instrucciones de Nuestro Ministerio del Reino respecto a los preparativos que la Sociedad hace para alojamiento durante las asambleas:
De una familia testigo: “Agradecemos muchísimo los arreglos de alojamiento para que nosotros, los Testigos, podamos asistir a las asambleas. Puesto que muchos de nosotros ponemos en primer lugar los intereses del Reino, tenemos poco dinero para gastar; por eso, el que esos moteles estén dispuestos a cooperar con ustedes es algo que nuestra familia agradece mucho. Solíamos enviar solamente nuestro cheque para el depósito, pero ahora adjuntamos una carta en la cual mencionamos lo mucho que agradecemos el que el motel haga concesiones especiales ofreciéndonos habitaciones a tarifas reducidas. También les dejamos saber que mientras estemos allí haremos cuanto podamos para cooperar con las reglas del motel, mantener nuestras habitaciones limpias, cuidar de los muebles y adornos, etc., y ser lo más callados y ordenados posible. Queremos que sepan que seremos buenos ciudadanos y no un grupo de personas problemáticas. De esa manera, ellos sabrán también qué clase de personas somos, lo cual contribuirá a que en el futuro podamos hallar habitaciones si es necesario”.
De una hermana minusválida: “¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! Quiero que sepan que agradezco muchísimo su ayuda y consideración al hacer posible que cada año nos alojemos en moteles durante las asambleas. Ustedes se ocupan de detalles que [...] nunca pudiéramos hacerlo nosotros [...] negociar las tarifas, que siempre son más baratas que el precio regular, y examinar los lugares para que no tengamos temor de alojarnos allí. Las habitaciones siempre son muy buenas. Sírvanse tomar en cuenta que las personas que realmente lo aprecian y se benefician de eso, como yo, ‘los necesitados’, no pueden agradecerles lo suficiente, y queremos animarlos a seguir con este arreglo. Cuando leí la información que apareció en Nuestro Ministerio del Reino acerca de la falta de aprecio, me sorprendió y a la vez me entristeció saber de la conducta de algunos de nosotros y la falta de respeto que han mostrado para con esta provisión amorosa. No permitan que el proceder de algunos dañe este arreglo que beneficia a los que sí lo agradecen y que, de no ser así, probablemente no pudieran asistir a las asambleas y beneficiarse del excelente alimento espiritual tan bien sazonado y preparado con tanto amor. Por favor, continúen con este rasgo, y que Jehová siga bendiciendo esta provisión”.
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Asamblea de Distrito de 1991 “Amadores de la Libertad”Ministerio del Reino 1991 | enero
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De una hermana: “Les escribo esta nota para agradecer el esfuerzo que hacen para proveer habitaciones limpias a una tarifa reducida, a fin de que personas como mi hija y yo puedan asistir a la asamblea sin mucha preocupación innecesaria. No tememos quedarnos en los moteles de la lista que recibimos en el Salón del Reino, pues sabemos que hermanos amorosos han hecho todo lo posible para que disfrutemos de las asambleas”.
De un hermano: “Deseo expresar el aprecio de mi familia por sus esfuerzos para hacer arreglos razonables con los moteles para las asambleas de distrito. [...] Quiero contarles una experiencia que prueba lo eficaz de sus esfuerzos por hallar tarifas reducidas. Mi hermano mayor, que no es testigo de Jehová, es el administrador de [un motel]. En 1987 [...] estábamos ansiosos de ver si él había cooperado con los hermanos del departamento de alojamiento. Nos alegramos de ver que sí y que se había concordado en una tarifa de $45 por noche. (La tarifa normal es mucho mayor.) Le pregunté si estaba complacido al respecto, y dijo que sí. La razón era que los hermanos tenían buenos modales y no sobrecargaban al personal del motel, pues mostraban respeto por el lugar de alojamiento. Sin embargo, el próximo año [su motel] no estaba en la lista. Está de más decir que llamé para averiguar a qué se debía eso. Él dijo que los hermanos nuevamente le habían pedido una tarifa de $45 por noche, pero él deseaba $55, que al parecer no es mucha diferencia, pero por 100 habitaciones eso significaría una diferencia de $1.000 por noche. Además, [dijo él], el año anterior algunos hermanos alquilaron habitaciones en moteles que no estaban en la lista. Dijo que, de hecho, algunos Testigos ya habían reservado habitaciones para la asamblea de 1988. Esto molestó a mi esposa y a mí. Mi hermano y yo no volvimos a hablar del asunto sino hasta este año de 1989. [...] Nos alegró ver que nuevamente [su motel] estaba en la lista a $45 por noche. [...] Inmediatamente [lo] llamé para averiguar por qué había cambiado de parecer. Su razón fue: ‘El año pasado todos los moteles estaban llenos, excepto el mío’. Gracias de nuevo por sus esfuerzos y [...] la obediencia de todos nuestros hermanos cristianos que siguen la guía de la organización visible de Jehová”.
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