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Testigos hasta la parte más distante de la TierraLos testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
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La concurrencia elevada a sus asambleas de distrito y la conducta cristiana de los asistentes han captado la atención de la gente. En dos de tales asambleas, celebradas simultáneamente en São Paulo y Río de Janeiro (Brasil) en 1985, hubo una asistencia máxima de 249.351 personas. Más tarde se celebraron otras veintitrés asambleas para el beneficio de las personas interesadas del resto de Brasil, lo que hizo que la concurrencia total ascendiera a 389.387. Los resultados de la labor de enseñanza de la Palabra de Dios que efectuaban los testigos de Jehová en Brasil se vieron claramente cuando 4.825 personas simbolizaron su dedicación a Jehová por inmersión en agua en aquella serie de asambleas. Tan solo cinco años después, en 1990, fue necesario celebrar asambleas de distrito en 110 lugares diferentes de todo Brasil para acomodar a las 548.517 personas que asistieron. Esta vez hubo 13.448 bautizados. Centenares de miles de personas solas y familias de todo el país estaban aceptando gustosamente la enseñanza de la Palabra de Dios que les impartían los testigos de Jehová.
¿Y qué había sucedido en Argentina? Tras décadas de restricciones gubernamentales, los testigos de Jehová argentinos pudieron volver a reunirse libremente en asambleas de distrito en 1985. ¡Cuánto disfrutaron los 97.167 presentes en aquella primera serie de asambleas! Bajo el titular “El de los Testigos, un Reino que crece” la revista argentina de noticias Ahora se maravillaba del orden que mantuvieron los asistentes a la asamblea de Buenos Aires, la ausencia de prejuicios raciales y sociales, y la paz y el amor que reinaban entre ellos. A continuación, concluía: “Compartamos o no sus ideas y credos, toda esa multitud merece el mayor respeto”. Muchos argentinos, no obstante, fueron más allá. Empezaron a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová y fueron a las reuniones de los Salones del Reino para observar cómo ponen en práctica los principios bíblicos los Testigos. Luego estos observadores tomaron su propia decisión. Durante los siete años siguientes, decenas de miles se dedicaron a Jehová, con lo que la cantidad de Testigos argentinos aumentó en un 71%.
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Testigos hasta la parte más distante de la TierraLos testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
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En 1985, se pusieron a disposición de los testigos de Jehová los mayores estadios de Polonia para que celebraran cuatro asambleas grandes durante el mes de agosto. Un asambleísta que llegó de Austria en avión, se sorprendió cuando oyó por los altavoces dar la bienvenida a los testigos de Jehová que acudían a su asamblea. Un Testigo polaco de edad avanzada que estaba presente para recibir al visitante no pudo contenerse y se echó a llorar de alegría por el cambio en la actitud gubernamental que aquello indicaba. La asistencia a las asambleas fue de 94.134 personas, entre las que se hallaban grupos de dieciséis países. ¿Estaba el público en general al tanto de lo que ocurría? ¡Claro que sí! Durante las asambleas y al término de ellas, el público leyó reportajes en los principales periódicos, vio por televisión a las multitudes reunidas en las asambleas y escuchó secciones del programa por la radio nacional. A muchos les gustó lo que vieron y oyeron.
El 12 de mayo de 1989, mientras se hacían preparativos para celebrar asambleas aún mayores en Polonia, el gobierno reconoció oficialmente a los testigos de Jehová como asociación religiosa. Tres meses después se celebraron tres asambleas internacionales —en Chorzów, Poznań y Varsovia— con una asistencia total de 166.518 personas. Contrario a lo que se esperaba, miles de Testigos de lo que entonces eran la Unión Soviética (U.R.S.S.) y Checoslovaquia consiguieron el permiso requerido para viajar y estuvieron presentes. ¿Estaba produciendo fruto la obra de los testigos de Jehová de hacer discípulos en aquellas tierras donde el Estado llevaba décadas abogando firmemente por el ateísmo? La respuesta fue obvia cuando 6.093 personas, entre ellas muchos jóvenes, se bautizaron por inmersión en agua en aquellas asambleas.
El público vio claramente que los Testigos eran diferentes, en un sentido muy sano. En la prensa se leyeron afirmaciones como la siguiente: “Los que adoran a Jehová Dios, como ellos mismos dicen, aprecian mucho sus asambleas, que son una auténtica manifestación de su unidad. [...] En lo que se refiere a orden, apacibilidad y limpieza, los asambleístas son ejemplares” (Życie Warszawy). Hubo polacos que, en lugar de limitarse a observar a los asambleístas, decidieron estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. El resultado de que se les enseñara la Palabra de Dios fue que el número de testigos de Jehová creció en Polonia de 72.887 en 1985 a 107.876 en 1992; y durante ese último año dedicaron más de 16.800.000 horas a hablar a otras personas sobre la maravillosa esperanza que ofrecen las Escrituras.
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