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Las asambleas: prueba de nuestra hermandadLos testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
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Ocasiones significativas en el desarrollo espiritual
Todas las asambleas han provisto estímulo e instrucción basada en la Palabra de Dios. Pero algunas han quedado en la memoria por décadas como hitos espirituales, ocasiones muy significativas en sentido espiritual.
Siete de estas se celebraron, una tras otra, en Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña, de 1922 a 1928. Algo que contribuyó a la importancia de aquellas asambleas fueron las impactantes resoluciones que se adoptaron, cuyo contenido se resume en un recuadro en la página siguiente. Aunque los Testigos eran relativamente pocos, distribuyeron hasta 45 millones de ejemplares de una resolución y 50 millones de otras varias, en muchos idiomas y por todo el mundo. Algunas resoluciones se transmitieron al extranjero por cadenas de emisoras. Así se dio un testimonio excepcional.
En 1931 se celebró en Columbus (Ohio) otra asamblea histórica. El domingo 26 de julio, después de escuchar razones bíblicas al respecto, los Estudiantes de la Biblia adoptaron un nuevo nombre: testigos de Jehová. ¡Qué apropiado! Este es un nombre que dirige la atención principalmente al Creador mismo y que muestra con claridad la responsabilidad que tienen los que lo adoran. (Isa. 43:10-12.) La adopción de ese nombre infundió en los hermanos celo como nunca antes para proclamar el nombre y el Reino de Dios. Como lo expresó un hermano danés en una carta aquel mismo año: “Qué nombre tan extraordinario: testigos de Jehová. Sí, ¡que todos seamos eso!”.
En 1935 se celebró otra asamblea memorable, en Washington (D.C.). El segundo día de aquella asamblea, el viernes 31 de mayo, el hermano Rutherford habló sobre la gran muchedumbre mencionada en Revelación 7:9-17. Por más de medio siglo los Estudiantes de la Biblia habían tratado en vano de identificar correctamente aquel grupo. Entonces, al tiempo que Jehová tenía fijado, a la luz de lo que iba sucediendo, se señaló que estas son personas que tienen la perspectiva de vivir para siempre aquí mismo en la Tierra. La comprensión de este asunto dio nuevo significado a la obra de evangelizar y aclaró la razón bíblica para un cambio importante que empezaba a verse en la organización moderna de los testigos de Jehová.
Muchos de los que estuvieron en la asamblea de San Luis (Misuri), en 1941, la recuerdan por el discurso de apertura titulado “Integridad”, en el que el hermano Rutherford destacó la gran cuestión que afronta toda la creación inteligente. Desde que se presentó el discurso “El Gobernante para la gente”, en 1928, las cuestiones planteadas por la rebelión de Satanás habían recibido atención en varias ocasiones. Pero ahora se señaló que “la cuestión primaria que hizo surgir el reto desafiador de Satanás fue y es la de la DOMINACIÓN UNIVERSAL”. El reconocimiento de esa cuestión y de la importancia de guardar integridad a Jehová como Soberano Universal ha sido una importante fuerza motivadora para los siervos de Jehová.
En medio de la II Guerra Mundial, en 1942, cuando algunos se preguntaban si acaso le habría llegado el fin a la obra de predicar, N. H. Knorr, el nuevo presidente de la Sociedad Watch Tower, presentó el discurso público de la asamblea: “Paz... ¿será duradera?”. La explicación que en él se dio de la simbólica “bestia salvaje de color escarlata” del capítulo 17 de Revelación hizo que los testigos de Jehová previeran que, después de la II Guerra Mundial, habría un tiempo en el que tendrían la oportunidad de dirigir todavía a más personas al Reino de Dios. Así se dio ímpetu a una campaña mundial que con el transcurso de los años ha llegado a más de doscientos treinta y cinco países y no ha concluido aún.
Se alcanzó otro hito en la asamblea celebrada en el Estadio Yanqui de la ciudad de Nueva York el 2 de agosto de 1950. Los que asistieron a esa asamblea fueron los primeros en recibir, con sorpresa y mucho entusiasmo, la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas, en inglés. El resto de la Traducción del Nuevo Mundo se presentó en secciones durante la siguiente década. Esta versión moderna de las Santas Escrituras restituyó el nombre personal de Dios donde le correspondía en su Palabra. La fidelidad de esta versión al traducir los idiomas originales de la Biblia ha sido una ayuda valiosísima para los testigos de Jehová en su propio estudio de las Escrituras, así como en su obra de evangelizar.
El penúltimo día de aquella asamblea, F. W. Franz, entonces vicepresidente de la Sociedad Watch Tower, habló al auditorio sobre el tema “Nuevos sistemas de cosas”. Por muchos años los testigos de Jehová habían creído que aun antes del Armagedón algunos siervos de Jehová de tiempos precristianos serían levantados de entre los muertos para ser príncipes en el nuevo mundo, en cumplimiento de Salmo 45:16. De modo que puede imaginarse el efecto que tuvo en aquel inmenso auditorio la siguiente pregunta del orador: “¿Se alegraría esta asamblea internacional al saber que aquí, esta noche, entre nosotros, hay varios príncipes en perspectiva de la nueva tierra?”. A esto siguió un aplauso atronador y gritos de alegría. Entonces el orador mostró que el uso bíblico del término que se traduce “príncipe”, junto con la fidelidad de muchas de las “otras ovejas” de tiempos modernos, permitía creer que algunos de los que actualmente viven pudieran ser escogidos por Jesucristo para servicio principesco. Sin embargo, también destacó que no se otorgarían títulos a quienes se confiara ese servicio. Al concluir hizo la siguiente exhortación: “¡Adelante, pues, firmemente, todos juntos, como la sociedad del nuevo mundo!”.
Se han presentado muchos otros discursos de gran importancia en las asambleas de los testigos de Jehová. Por ejemplo, en 1953 el discurso “La sociedad del nuevo mundo atacada desde el norte lejano” fue una cautivadora explicación del significado del ataque de Gog de Magog descrito en los capítulos 38 y 39 de Ezequiel. Aquel mismo año, el discurso “Llenando la casa de gloria” emocionó a los que lo escucharon, pues vieron ante sus propios ojos prueba tangible del cumplimiento de la promesa de Jehová, en Ageo 2:7, de sacar de todas las naciones las cosas preciosas, las cosas deseables, e introducirlas en Su casa.
Sin embargo, la asamblea más sobresaliente de tiempos modernos se celebró en Nueva York, en 1958, cuando un auditorio de más de un cuarto de millón de personas abarrotó los estadios más grandes disponibles en aquella ciudad para escuchar el discurso “El Reino de Dios domina... ¿se acerca el fin del mundo?”. Hubo representantes de 123 países, y los informes que presentaron a los asambleístas ayudaron a fortalecer los vínculos de la hermandad internacional. Durante aquella extraordinaria asamblea se presentaron, en 54 idiomas, publicaciones que contribuirían al adelanto espiritual de los concurrentes, y que estos podrían emplear al instruir a otras personas.
En 1962 una serie de discursos sobre el tema “Sujeción a las autoridades superiores” corrigió el entendimiento de los Testigos sobre el significado de Romanos 13:1-7. En 1964 los discursos “Pasando de la muerte a la vida” y “Saliendo de las tumbas a una resurrección” profundizaron su comprensión de la gran misericordia que Jehová manifiesta al proveer la resurrección. Y se pudieran dar muchos otros ejemplos de puntos valiosos como esos que aprendieron en las asambleas.
Todos los años asisten nuevos a las asambleas, decenas de miles, sí, centenares de miles. Aunque para la organización en conjunto la información que se presenta tal vez no sea nueva, a menudo los que asisten por primera vez adquieren un entendimiento de la voluntad divina que realmente los emociona. Quizás comprendan cómo ampliar su servicio y se sientan motivados a emprender un derrotero que cambie el curso de su vida.
En muchas asambleas se ha llamado atención al significado de ciertos libros de la Biblia. Por ejemplo, en 1958 y de nuevo en 1977 se presentaron libros encuadernados que analizaron las profecías que escribió el profeta Daniel sobre el propósito de Dios de tener un solo gobierno mundial con Cristo como Rey. En 1971 recibió atención el libro de Ezequiel, con su énfasis en la declaración divina: “Las naciones tendrán que saber que yo soy Jehová”. (Eze. 36:23.) En 1972 se examinaron en detalle las profecías de Zacarías y Ageo. En 1963, 1969 y 1988 se presentaron estudios extensos de las emocionantes profecías de Revelación, que predicen gráficamente la caída de Babilonia la Grande y la venida de los gloriosos nuevos cielos y una nueva tierra.
Las asambleas han destacado diferentes temas: Aumento de la Teocracia, Adoración Limpia, Adoradores Unidos, Ministros Valerosos, Fruto del Espíritu, Haciendo Discípulos, Buenas Nuevas para Todas las Naciones, Nombre Divino, Soberanía Divina, Servicio Sagrado, Fe Victoriosa, Lealtad al Reino, Mantenedores de Integridad, Confianza en Jehová, Devoción Piadosa, Portadores de Luz y muchas más. Todas han contribuido al desarrollo espiritual de la organización y de los que se asocian con ella.
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Las asambleas: prueba de nuestra hermandadLos testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
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[Recuadro/Fotografía en la página 261]
Siete importantes resoluciones de asambleas
En 1922 la resolución titulada “Un desafío a los líderes del mundo” los retó a demostrar que los humanos saben gobernar la Tierra o de lo contrario reconocer que la paz, la vida, la libertad y la felicidad eterna solo pueden venir de Jehová mediante Jesucristo.
En 1923 se presentó “Una advertencia a todos los cristianos” sobre la necesidad urgente de huir de las organizaciones que engañosamente dicen representar a Dios y a Cristo.
En 1924 “Eclesiásticos denunciados” reveló el engaño de las doctrinas y las prácticas no bíblicas del clero de la cristiandad.
En 1925 “Mensaje de esperanza” mostró por qué los que aseguran ser la luz que guía al mundo no han podido satisfacer las mayores necesidades del hombre y por qué solo el Reino de Dios puede lograrlo.
En 1926 “Un testimonio a los gobernantes del mundo” les avisó que Jehová es el único Dios verdadero y que Jesucristo gobierna ahora como el legítimo Rey de la Tierra. Instó a los gobernantes a utilizar su influencia para volver el pensamiento de la gente hacia el Dios verdadero para evitarles la calamidad.
En 1927 la “Resolución a los pueblos de la cristiandad” desenmascaró la combinación económico-política-religiosa que oprime a la humanidad. Exhortó a la gente a abandonar la cristiandad y a poner su confianza en Jehová y su Reino en las manos de Cristo.
En 1928 la “Declaración en contra de Satanás y a favor de Jehová” mostró claramente que el Rey ungido de Jehová, Jesucristo, restringirá dentro de poco a Satanás y destruirá su maligna organización, e instó a todos los que aman la justicia a ponerse de parte de Jehová.
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