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¡Se le invita a la Asamblea de Distrito de 1989 “Devoción Piadosa”!Ministerio del Reino 1989 | mayo
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En vista de que conseguimos muy buenas habitaciones en los moteles a tarifas bastante reducidas, debemos mostrar agradecimiento y ser considerados con los empleados del motel, al ser corteses y no demasiado exigentes. Se ha dado mucha dirección y consejo sobre la conducta apropiada que debemos desplegar en los moteles durante la asamblea. Muchos han respondido favorablemente y se esfuerzan por cooperar de lleno con los empleados del motel. No obstante, en algunos sitios se ha notado una actitud negativa para con los Testigos. ¿Por qué? Sin duda, la información que ahora consideraremos sorprenderá a muchos, pero debido a los problemas que ciertas personas han causado, es necesario llamar la atención a los siguientes puntos.
18 Los artículos “¿Dejar una propina, o no?” y “Sugerencias prácticas sobre el dar propinas”, en las páginas 24 a 27 de ¡Despertad! del 22 de junio de 1986, merecen nuestra atención. Sírvase leer estos de nuevo, pues mencionan específicamente quiénes esperan propinas y cuánto se espera que uno dé, según las costumbres de diferentes países. En la página 24 se señala que en los Estados Unidos, “el dar una propina es más que una muestra de agradecimiento por servicios adicionales que se hayan rendido. Es la parte principal de los ingresos de una persona”. Se indica que “además de los camareros, hay otras personas como los botones, los porteros, los conserjes, las camareras de hotel, los guardarropas, los que atienden los cuartos de baño [...] que también dependen de las propinas para su subsistencia”. El pasar por alto este hecho ha resultado en una actitud hostil por parte de los empleados de los moteles. En algunos casos, empleados descontentos han acusado falsamente a los delegados a la asamblea de robar o de hacer llamadas de larga distancia y rehusar pagarlas.
19 Además, los artículos de ¡Despertad! antes mencionados indican que al asistir a “una asamblea, lo que usted haga personalmente afecta a todo el grupo. Las personas juzgarán al entero grupo por el comportamiento de usted”. Por eso, sin importar cuál sea su punto de vista sobre el dar propinas, recuerde que al visitar una ciudad donde se celebre una asamblea de los testigos de Jehová, el que usted dé poca propina o ninguna puede resultar en que otros concluyan que los testigos de Jehová son tacaños o que no quieren pagar por los servicios rendidos. Por lo tanto, si damos la debida consideración a las costumbres locales sobre el dar propinas y nos adaptamos a ellas, contribuiremos a mantener ‘paz con todos los hombres’ “por causa de las buenas nuevas”. (Rom. 12:18; 1 Cor. 9:19-23.)
20 Aunque la gran mayoría de los hermanos traen honra al nombre de Dios, tenemos que reconocer que algunas familias que asisten a las asambleas han dado motivos para queja. Por ejemplo, después de alquilar una habitación para solo cuatro o cinco personas, lo cual incluye a niños, algunos han traído hasta a diez personas, y eso no es ser honrados. Para acomodar a todas estas personas se pusieron en el suelo los colchones de las camas para que algunas durmieran en estos, y las demás durmieron en los colchones de muelles. Luego solicitaron sábanas adicionales a la administración del motel. Además, los niños usaron sacos de dormir.
21 Hay moteles que ya no desean alquilar sus habitaciones a los testigos de Jehová porque algunos no acataron las instrucciones sobre el cocinar en los cuartos. Se han recibido informes de que algunos Testigos llevaron hornos de microondas, ollas y sartenes eléctricas y otros artículos para cocinar en las habitaciones. En algunos casos el uso de estos utensilios de cocina causó problemas eléctricos en el edificio debido a sobrecarga. Los gerentes de los moteles dijeron que el olor a comida permaneció en las habitaciones por días y, como resultado de eso, clientes que vinieron después se negaron a quedarse en esas habitaciones.
22 Otro asunto que nos preocupa es que algunos han dejado las habitaciones en condiciones lamentables. Obviamente algunos que comieron en estas se descuidaron. Dejaron residuos de comida en los muebles, la alfombra y las paredes, además de grandes cantidades de desperdicios y basura, como por ejemplo: recipientes de comida, bolsas, y vasos de cartón. Esa falta de consideración ha manchado nuestro buen nombre y no refleja nuestra devoción piadosa. En nuestras próximas asambleas de distrito esforcémonos por comportarnos de tal manera que ‘adornemos en todas las cosas la enseñanza de nuestro Salvador, Dios’. (Tito 2:10.)
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¡Se le invita a la Asamblea de Distrito de 1989 “Devoción Piadosa”!Ministerio del Reino 1989 | mayo
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A veces los padres dejan a sus hijos sin supervisión en la piscina del motel, mientras ellos están en la habitación, cenando en otro lugar o participando en otras actividades. Ha habido informes acerca de niños que se portaron tan mal en la piscina que la gerencia del motel tuvo que cerrarla más temprano de lo normal. Esto afectó adversamente los privilegios de otros huéspedes que no eran Testigos. En otros casos los niños se quedaron en la piscina mucho después de la hora de cierre. Se ha dejado a jovencitos en las habitaciones mirando televisión sin la supervisión adecuada de un adulto, y luego se les ha hallado causando problemas, jugando con los ascensores, corriendo por el vestíbulo y los pasillos y arrojando cubos de hielo en los pasillos. Tal comportamiento desenfrenado y conducta impropia para un cristiano suele ser el resultado de la permisividad y la falta de disciplina en el hogar.
26 El gerente de cierto hotel, que observó esa conducta impropia, se sintió impulsado a escribir una carta a todos los Testigos que se hospedaban allí; esta decía: “En las últimas dos noches ha habido muchos niños corriendo libremente en los alrededores del hotel y de la piscina. [...] Además, las instalaciones han sufrido daños considerables. Se arrestará a quien se halle dañando equipo del hotel. No se permite a los niños [...] correr libremente por el hotel (para su propia protección). Deben ir acompañados de sus padres. Su guardián no debe ser un hermano o hermana [carnal] mayor”. La verdadera devoción piadosa debe mover a los padres a supervisar bien a sus hijos en todo momento, a medida que los crían “en la disciplina y regulación mental de Jehová”. (Efe. 6:4.)
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