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Una carrera maravillosa: 57 años de vida misionalLa Atalaya 1989 | 1 de abril
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Servicio misional en África
Llegué a Ciudad del Cabo, Sudáfrica, en noviembre de 1947. En otro barco vinieron nuestros compañeros de clase Ian Fergusson y Harry Arnott. Pronto recibimos una visita del hermano Knorr, y asistimos a una asamblea en Johannesburgo. Entonces pasamos al norte a nuestras asignaciones: Ian a Niasalandia (ahora Malawi), Harry a Rodesia del Norte (ahora Zambia), y yo a Rodesia del Sur (Zimbabue). Con el tiempo la Sociedad estableció una sucursal, y fui nombrado su superintendente. Teníamos 117 congregaciones, y había 3.500 publicadores en el país.
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Una carrera maravillosa: 57 años de vida misionalLa Atalaya 1989 | 1 de abril
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Ministerio en Sudáfrica
En 1959 el hermano Knorr visitó Rodesia del Sur, y Myrtle y yo recibimos la nueva asignación de ir a Sudáfrica. Poco tiempo después empezamos a viajar en mi asignación, en la obra de circuito. Disfrutamos muchísimo de aquellos días. Pero la vejez me afectaba ya, y la salud de Myrtle nos había causado alguna angustia. Llegó el tiempo en que no pudimos seguir en la obra de circuito, de modo que establecimos un hogar misional en Ciudad del Cabo y servimos allí varios años. Después, recibimos una nueva asignación, a Durban, en Natal.
Nuestra asignación allí resultó ser Chatsworth, una comunidad grande de personas que habían venido de la India. Esta era una asignación extranjera dentro de una asignación extranjera... un verdadero desafío para nosotros, misioneros de edad avanzada. Cuando llegamos en febrero de 1978, allí había una congregación de 96 Testigos, principalmente indios. Tuvimos que estudiar el pensamiento religioso de los hindúes y entender sus costumbres. La manera de testificar del apóstol Pablo en Atenas nos sirvió de ejemplo útil. (Hechos 17:16-34.)
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