De nuestros lectores
El Artista Supremo Gracias por publicar la serie “En busca del artista más grande” (8 de noviembre de 1995). Como soy artista, valoré mucho los artículos. La diversísima obra creadora de Dios, así como el lirismo de los Salmos y de otros hermosos pasajes bíblicos, demuestran que Jehová no solo crea arte sino que se complace en él.
B. R., Estados Unidos
Llevo más de treinta años en el mundo del arte y deseo felicitar a todos los que participaron en la elaboración de este magnífico reportaje. Las nueve páginas seguían una lógica y unos razonamientos impecables al hablar de nuestro Gran Dios, Jehová, y de su fértil creatividad.
P. M., Estados Unidos
Mormones He leído con sumo interés el artículo “El mormonismo. ¿Una restauración de todas las cosas?” (8 de noviembre de 1995). Me crié en una familia mormona y recibí el bautismo y el sacerdocio de aquella confesión antes de hacerme testigo de Jehová. Por ello, hubo una frase que me llamó la atención. Dicen que, según El Libro de Mormón, “el pecado del primer matrimonio tenía que ver con las relaciones sexuales y la maternidad”. Pero yo recuerdo que nos enseñaron que Adán y Eva pecaron al comer de un fruto literal.
D. A., Estados Unidos
Lamentamos que esta afirmación haya creado confusión. No quisimos decir que los mormones piensen que el pecado fuera el coito, aunque uno pudiera llevarse esta impresión al leer el relato de “El Libro de Mormón”. (2 Nefi 2:22, 23, 25.) Más bien, mencionamos que aquel pecado “tenía que ver” con las relaciones sexuales. ¿En qué sentido? En que, de acuerdo con la teología mormona, preparó el camino para que el hombre procreara. Según el libro “Mormon Doctrine”, de Bruce R. McConkie, antes de pecar, Adán “no podía tener hijos. [...] Según el plan preordinado, Adán tenía que caer. [...] Una vez que fuera mortal podría tener hijos”. La Biblia, por el contrario, no enseña que Adán tuviera que pecar para reproducirse (Génesis 1:28), ni que la caída se debiera a un plan preordinado de Dios, sino al deseo del hombre de independizarse. (Eclesiastés 7:29.) Por consiguiente, aunque respetamos el derecho de los mormones a tener las convicciones que prefieran, este asunto ilustra que las doctrinas de “El Libro de Mormón” son incompatibles con la Biblia.—La dirección.
Nunca supe de qué hablar con los mormones hasta que leí estos artículos; gracias a ellos puedo decir que estoy bien informado al respecto. ¿Cómo pueden decir los mormones que la Biblia y El Libro de Mormón provienen de Dios y no darse cuenta de que se contradicen mutuamente?
J. M., Estados Unidos
Pornografía informática Deseo darles las gracias por la noticia “Pornografía informática al alcance de los niños”, de la sección “Observando el mundo” (8 de noviembre de 1995). Cuando la leí, me quedé de una pieza. Indicó claramente el peligro tan grande que encierran estos programas y la facilidad con que pueden acceder a ellos los niños. La noticia ayudará a los cristianos a evaluar los pros y los contras de esta red informática.
D. P., Estados Unidos
Enfermedades transmitidas por los alimentos Me encantó el reportaje “Cuídese de las enfermedades que se transmiten por los alimentos” (22 de noviembre de 1995). Soy jefe de cocina y quisiera puntualizar algo. Aunque a uno le guste la carne un poco cruda, es mejor prescindir de ella si se quieren evitar las enfermedades transmitidas por los alimentos. Claro, la carne tiende a secarse y ser más indigesta si se cocina a altas temperaturas. Un buen método para cocinarla bien y dejarla jugosa es brasearla (dorarla a fuego lento en un recipiente tapado) o estofarla.
J. P. K., Estados Unidos
Gracias por el consejo culinario.—La dirección.