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Testigos hasta la parte más distante de la TierraLos testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
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Cuando se solicitaron los visados para que misioneros educados en Galaad pudieran servir en Costa de Marfil (ahora conocido como Côte d’Ivoire), los funcionarios franceses se negaron a concederlos. Por consiguiente, en 1950 se envió a Alfred Shooter, de Costa de Oro (hoy Ghana), a la capital de Costa de Marfil para servir de precursor. En cuanto se instaló, su esposa se reunió con él, y unos cuantos meses más tarde llegó un matrimonio de misioneros, Gabriel y Florence Paterson. Con el tiempo surgieron problemas. Un día les confiscaron las publicaciones porque no tenían la aprobación del gobierno, y los multaron. Pero los hermanos vieron luego los libros expuestos a la venta en el mercado, así que los compraron e hicieron buen uso de ellos.
Mientras tanto, estos hermanos visitaron muchas oficinas del gobierno en un intento de obtener visados permanentes. El señor Houphouët-Boigny, quien después llegó a ser presidente de Costa de Marfil, ofreció su ayuda. “La verdad —observó— no tiene estorbos. Es como un río poderoso; si uno trata de represarlo, fluye por encima de la represa.” Cuando un sacerdote católico y un ministro metodista trataron de entrometerse, Ouezzin Coulibaly, diputado del gobierno, dijo: “Yo represento a la gente de este país. Nosotros somos la gente, y a nosotros nos gustan los testigos de Jehová y por eso queremos que se queden aquí en este país”.
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Testigos hasta la parte más distante de la TierraLos testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
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[Fotografía en la página 478]
Cuando a Gabriel Paterson (abajo) lo amenazaron con expulsarlo del país, un funcionario prominente lo tranquilizó con estas palabras: ‘La verdad es como un río poderoso; si uno trata de represarlo, fluye por encima de la represa’
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